16 MARZO 2016 BENEDICTO XVI
(ZENIT – Ciudad del Vaticano).- Unas pocas líneas han sido suficientes para demostrar el aprecio de Benedicto XVI por su sucesor Francisco. Acaba de publicarse el libro “Por medio de la fe. Doctrina de la justificación y experiencia de Dios en la predicación de la Iglesia”, en el que Ratzinger cita por primera vez públicamente a su sucesor, el papa Francisco, y su práctica pastoral centrada en el misericordia.
El volumen, del jesuita Daniele Libanori, publica los actos de un congreso teológico celebrado en Roma el pasado mes de octubre. En esta ocasión, monseñor Georg Gänswein leyó el texto de una entrevista con el papa Benedicto XVI realizada por el teólogo jesuita Jacques Servais titulado “Qué es la fe y cómo se llega a creer”, casi completamente centrada sobre el tema de la misericordia.
“Para mí es un signo de los tiempos el hecho de que la idea de la misericordia de Dios se convierta cada vez más central y dominante” dice en el coloquio el Papa emérito, citando dos santos. Primero a la mística polaca Faustina Kowalska cuyas visiones reflejan “el deseo de la bondad divina que es proprio del hombre de hoy”, después a Juan Pablo II que la canonizó y dedicó un domingo a la Divina misericordia, publicando después la encíclica “Dios rico de misericordia”, en 1980.
Wojtyla – dice Benedicto XVI – “estaba profundamente impregnado por este impulso, también si esto no siempre surgía de forma explícita. Pero no es casualidad que su último libro, que vio la luz precisamente inmediatamente antes de su muerte, habla de la misericordia de Dios. A partir de las experiencias en las cuales desde los primeros años de vida que tuvo que constatar toda la crueldad de los hombres, él afirma que la misericordia es la única verdadera y última reacción eficaz contra el poder del mal. Solo allí donde haya misericordia termina la crueldad, termina el mal y la violencia”.
De este modo, el Papa emérito cita a Francisco que –subraya– “se encuentra completamente de acuerdo con esta línea. Su práctica pastoral se expresa precisamente en el hecho de que él nos habla continuamente de la misericordia de Dios. “Es la misericordia lo que nos mueve hacia Dios, mientras que la justicia nos asusta ante ella”, prosigue. Asimismo, Benedicto XVI en la entrevista indica que en su punto de vista esto pone de manifiesto que bajo la pátina de seguridad de sí mismo y de la propia justicia, el hombre de hoy esconde un profundo conocimiento de sus heridas y de su indignidad frente a Dios. Él espera la misericordia”.
Al preguntarle Servais sobre el tema de la entrevista “qué es la fe y cómo se llega a creer”, Benedicto XVI explica que “la fe es un contacto profundamente personal con Dios, que me toca en mi tejido más íntimo y me pone frente al Dios viviente en absoluta inmediatez de forma que yo pueda hablarle, amarle y entrar en comunión con él”. Al mismo tiempo, “esta realidad principalmente personal tiene que ver de forma inseparable con la comunidad: forma parte de la esencia de la fe el hecho de introducirme en el nosotros de los Hijos de Dios, en la comunidad que peregrina de hermanos y hermanas”.
La Iglesia no se ha hecho a sí misma –concluye el Papa emérito– sino que ha sido creada por Dios y viene continuamente formada por Él, encontrando su expresión en los sacramentos, sobre todo en el bautismo.
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