En febrero de 1928 la Federación de Estudiantes, presidida por
Raúl Leoni, organiza la celebración de la Semana del Estudiante, que tenía como objetivo original crear fondos para la construcción de la Casa del Estudiante, pero que a medida que fue transcurriendo tomó el carácter de una protesta contra la
dictadura gomecista, que terminó en el encarcelamiento de Betancourt y del grupo de dirigentes universitarios en el Cuartel El Cuño, posteriormente trasladado al Castillo Libertador de
Puerto Cabello. Prisioneros en un calabozo oscuro sin ventanas, donde fueron forzados a usar grillos (cadenas) en sus pies y sometidos a crueles condiciones bajo las cuales Betancourt cumplió sus 20 años de edad.
Esta prisión duraría sólo pocos días debido a los buenos oficios de ciudadanos quienes abogaron por la libertad del grupo de estudiantes. Una vez en libertad, el
7 de abrilBetancourt participa nuevamente en un movimiento insurreccional contra la dictadura, esto sucedería la persecución policial, el exilio de opositores y el cierre de la Universidad Central de Venezuela.
Betancourt se mantuvo dos meses bajo la clandestinidad, el
6 de junio decide escapar hacia la isla de
Curazao. Dedica mucho de su tiempo al estudio de la historia latinoamericana, de las fuentes del pensamiento socialista y al conocimiento de las obras relacionadas con la penetración imperialista en los países latinoamericanos. Allí también decide formalizar su militancia en el Partido Revolucionario Democrático (PRD), una organización
marxista de
izquierda radical. Luego de 4 meses se separa del partido, después de haber sido criticado de
comunista.
En República Dominicana se unió a un grupo de caudillos exiliados que pretendían viajar a la isla de
La Blanquilla, con el fin de sumarse a la expedición que a bordo del crucero
Falke liderado por
Román Delgado Chalbaud, busca desembarcar en
Cumaná. El propósito era invadir el país y derrocar a Gómez. Pero Betancourt embarca en una embarcación de nombre
La Gisela, que zozobró antes de alcanzar la meta, salvando quizás, a sus tripulantes, del destino que corrieron los que lograron llegar a Venezuela: la cárcel o la muerte. Tras el fracaso del movimiento insurreccional, viaja a Costa Rica, donde conoce a la que será su futura esposa, Carmen Valverde.
En
1930, participa en Barranquilla, bajo la influencia del pensador mexicano José Vasconcelos, de visita en la ciudad, y ante la proximidad del primer centenario de la muerte del Libertador Simón Bolívar, junto a Raúl Leoni, Balmore Rodriguez e inquietos intelectuales colombianos como el dramaturgo Luis Enrique Osorio, en la creación de la
Alianza Unionista de la Gran Colombia. Viaja a
Perú y
Bolivia donde fortalece vínculos con el
Partido Aprista.
En
1931 funda en
Barranquilla la Alianza Revolucionaria de Izquierdas (ARDI), partido que el mismo Betancourt describió como izquierdista y socialista. En ese momento también confronta a los grupos
marxistas-leninistas formados por los desterrados venezolanos en
México y
La Habana, al sostener que:
La revolución contra el gomecismo no puede basarse en la obra exclusiva de la clase obrera, sino a una alianza de clases.
El mismo año, redacta el llamado Plan de Barranquilla, suscrito por exiliados de diversos matices de la nueva izquierda y que consistía fundamentalmente en el análisis de la situación venezolana bajo la óptica de la
dialéctica marxista. Durante todo su destierro Betancourt no dejó de denunciar ante los gobiernos latinoamericanos, el carácter opresivo y dictatorial del gobierno venezolano.
A partir de 1931 hasta
1935 comienza una etapa de radicalización ideológica del biografiado. En abril de ese año se radica en Costa Rica, donde vivirá alrededor de 4 años. Allí se hace profesor de la
Universidad Popular y milita en el
Partido Comunista Costarricense, también se hace director del diario del partido,
Trabajo. Esta inserción en el comunismo le es preocupante a sus compañeros de ARDI, partido del cual él se había distanciado.
Betancourt había decidido quedarse en Costa Rica hasta su regreso a Venezuela, y así fue, pues tenía una gran simpatía con el gobierno liberal costarricense. Sin embargo, en
1933 el gobierno de Costa Rica emite una orden de expulsión de Betancourt del país, siendo fichado de comunista. Betancourt no acató la orden y vivió en la clandestinidad en ese país por el resto de su estadía.
En
1934 contrae nupcias con Carmen Valverde, de cuya unión nacerá una hija: Virginia Betancourt Valverde, su único descendiente. El la noche del
17 de diciembre de
1935 Gómez muere en la presidencia, Betancourt regresa al país el
5 de enero de
1936.
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