Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 18 de enero de 2013

La sociedad civil democrática venezolana necesita urgentemente un candidato que rompa con ese viejo esquema: alguien capaz de marcar un antes y después de Chávez. Que nada tenga que ver con la actual oposición y a quien no le puedan endilgar el "No volverán". Un tipo capaz de mandar a la porra a todo lo que huela a Chávez y el chavismo; pero, que también mande a la porra a todo lo que huela a la MUD y a los políticos desgastados de la 4ta. República. Al publicar que es necesario un candidato"malandro" nos hace recordar que el Presidente Hugo Chávez cuando la crisis de "La Planta" con quien tuvo conversación directa fue con el PRAN no con las autoridades carcelarias...


Ni Maduro ni Diosdado: Capriles

JEAN MANINAT |  EL UNIVERSAL
viernes 18 de enero de 2013  12:00 AM
A estas alturas del Round Robin Rojo, es muy difícil dejarse engañar sobre quién dirigirá el gobierno y será la voz cantante del oficialismo en los tiempos por venir, a menos que  la medicina cubana nos depare una sorpresa descomunal acerca de la salud presidencial.

Se han publicado excelentes trabajos que intentan establecer una proyección  acerca de cómo se moverían las fuerzas internas en el PSUV ante la eventual ausencia de su principal fuerza inspiradora y máximo líder. Todos  los  análisis apuntan a que habría cambios y reacomodos, incluso la amenaza de pugnas desgarrantes entre sus partidarios para ver quién se queda con el poder.

Ha brotado, asimismo, una erupción cabalística para intentar leer en cada palabra, declaración o acto, los signos que nos vislumbren quién sería el verdadero ungido y quién el señuelo designado para distraernos. Incluso se ha desarrollado un catálogo de bondades y maldades que caracterizarían el perfil de los principales destapados. Hay quienes estiman que la verdadera oposición emergería de las entrañas del chavismo dejando sin espacio a la actual, que vería diluir sin remedio sus seis millones y medio de votos. Así, se nos ahorraría hasta el esfuerzo de hacer oposición, tan fastidioso y comprometedor. La dictadura perfecta según reza un elocuente lugar común.

A nuestro juicio, desprovisto de toda conexión  extraterrenal y por tanto en todo tiempo imperfecto, la suerte está echada y ya Nicolás Maduro puede ser considerado el hombre fuerte del régimen y el garante de un equilibrio antisísmico entre todos los  factores que conforman el sostén del régimen. Lo veremos afianzarse en el puesto de mando otorgado por la voluntad del caudillo original y del adefesio jurídico ensamblado en el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) para complacerlo.

Por supuesto que habrá fricciones, escarceos, saltos mortales intratalanquera, hasta relucirán las trompadas estatutarias de las que nos hablara Gonzalo Barrios; pero difícilmente alcanzarían los niveles necesarios para mover las capas sísmicas del sistema. Es mucho lo que está en juego para arrendárselo a Rosalinda. Habrá gruñidos por las cuotas y los nuevos espacios de poder. Pero el cuadro cerrado será ley.


Sin embargo, tendrán que ponerse a gobernar y por allí se le correrá el hilo a la media. Sin el escudo del caudillo, del líder totémico, serán más vulnerables a las exigencias de sus bases y a la desilusión de los votantes producto del desgaste en el ejercicio del poder. Sin la magia, de la chistera sólo salen ratones. Y lo que viene en materia económica y social no se conjura con consignas y represión.

Corresponde a la oposición identificar una política de cambio democrático viable y designar o elegir cuanto antes a quien le toque capitanear esta nueva etapa en la lucha. El gobierno ya tiene lista su alternativa y la va a imponer a fuerza de ventajismo oficial fuera y dentro del país. Con una jaula de grillos alborotada, por más democrática que se pretenda, no se logrará confrontar con éxito los planes hegemónicos de la burocracia gobernante. Sería lamentable argumentar después, que nos volvieron a madrugar con las fechas de un proceso electoral adelantado.

Las dos últimas elecciones pasaron por un alambique darwiniano a las opciones que presentó la oposición. Está claro quiénes salieron airosos y quiénes no. La MUD podría ordenar el juego en base a los liderazgos regionales ratificados y a la nueva recomposición partidista surgida de las  elecciones regionales. Coordinar con la bancada de oposición la estrategia a seguir en la Asamblea Nacional (AN), y con los gobernadores de oposición en las regiones. Allí radica una fuerza enorme que podría ser potenciada con las elecciones municipales de este año.

Y por supuesto, echar mano a todo el acopio de experiencia que poseen tantos dirigentes de calidad, escuchar la pluralidad democrática, y congelar la tontera radical. Pero una sola voz y una sola estrategia unitaria debería encausar la acción política y el diálogo con todo el país.

Capriles ha demostrado una gran capacidad y energía para afrontar tareas que parecían imposibles. Habrá sacado, sin duda, las lecciones de sus últimas comparecencias electorales. Una parece sobresalir: solos caminamos más rápido, juntos  llegamos más lejos.  Allí está su nuevo reto.

@jeanmaninat

"La oposición necesita un candidato malandro"

JOSÉ DOMINGO BLANCO (MINGO) |  EL UNIVERSAL
viernes 18 de enero de 2013  12:00 AM
Aunque hay ocasiones en las que quisiera "desconectarme" de la situación política del país, el entorno me obliga a mantenerme enfocado en el tema. El lunes 14 de enero arrancó de nuevo mi programa de radio y tuve la oportunidad de tener a un excelente invitado, con quien hablé de política. Al salir de la emisora, nos fuimos a tomar un café. Alguien, que había escuchado el programa, se nos acercó e hizo algunos comentarios sobre el chavismo y la oposición; pero de todos sus planteamientos, hubo uno que me retumbó en la cabeza: "la oposición, para poder vencer en unas elecciones a Chávez, necesita un candidato malandro".

Así, sin anestesia. Sin adornos. ¡El candidato de la oposición tiene que ser un malandro! Para esa persona, sólo alguien bien curtido, cercano, popular, carismático y salido de las calles es capaz de hacerle oposición a Chávez. Imagino que, cuando acuñó el término malandro,  intentó hacerlo en el buen sentido de la palabra, aun cuando esa palabra en sí misma, nos lleva a evocar a los azotes de barrio.

Estamos claros de que la oposición es un ingrediente indispensable de la democracia. Así lo entendió Rafael Caldera cuando aspiraba a ser Presidente de Venezuela por segunda vez. Recuerdo una oportunidad, cuando hacía "Ni lo uno ni lo otro" por Radio Capital, el comando de Caldera quiso que cerrara su campaña en el programa. El doctor Caldera llegó temprano a la radio; pero, el noticiario de Martínez Alcalá se había prolongado más de lo previsto. Caldera aguardó pacientemente hasta que arrancó la entrevista. Conversamos de todo; pero, la lectura final de esa entrevista, fue la necesidad del candidato de deslastrarse de su partido (Copei) para poder optar de nuevo a la presidencia. Caldera tuvo que volverse oposición y unirse al "chiripero".

Cuando finalizó el programa le dije: -Doctor Caldera, si usted el lunes amanece como Presidente, cuente con que yo pasaré a ser, desde esta trinchera, oposición. Porque creo que todo periodista tiene que ser oposición y no puede permitirse la licencia de ser gobiernero". Y fue así como Rafael Caldera, al volverse oposición, ganó su segundo mandato.

Chávez, en una historia más reciente, supo interpretar el mismo desgaste de los partidos de entonces AD, Copei y el MAS, que gobernaban desde restaurantes y oficinas con aire acondicionado. Si Capriles hubiese sido más perspicaz hubiera roto con el pasado, que fue lo que hizo Chávez en el 98. Pero, por el contrario, Capriles se dejó apoyar por el pasado.

La sociedad democrática, que ha sido manipulada por los dirigentes de la oposición, está pidiendo "un candidato malandro", en el buen sentido de la palabra, que rompa esquemas y utilice la política de la emoción. ¡Qué transmita emoción y pasión!

La oposición no puede seguir haciendo política copiándose del mesianismo o el caudillismo que otrora ostentaron Alfaro Ucero o Gonzalo Barrios. Tiene que romper con la racionalidad porque si no la gente la percibirá como acomodaticia, servil, negociadora, electorera. ¡Y así no vamos p al baile! Haciendo oposición de esa manera, lamentablemente, el chavismo seguirá gobernando. Por eso es que le ha funcionado tan bien su eslogan "No volverán".

El sistema no permite que salgan caras nuevas. Pero para que surjan, esta oposición tiene que "morir" de raíz. Si Chávez ofreció en su primera campaña freír a cabeza de los adecos en aceite; pues, todavía hay mucho adeco, copeyano y masista, anclados en la vieja fórmula de hacer política, pero con gran poder económico y medios, asesorando y cortejando a la oposición.

La sociedad civil democrática venezolana necesita urgentemente un candidato que rompa con ese viejo esquema: alguien capaz de marcar un antes y después de Chávez. Que nada tenga que ver con la actual oposición y a quien no le puedan endilgar el "No volverán". Un tipo capaz de mandar a la porra a todo lo que huela a Chávez y el chavismo; pero, que también mande a la porra a todo lo que huela a la MUD y a los políticos desgastados de la 4ta. República.

La oposición necesita un liderazgo joven que sepa incluir a todos. La nueva oposición que surja tendrá como reto generar sinergia entre poder, sociedad civil, clases sociales, corporaciones y los sectores desposeídos.

Pero, después de 14 años, los líderes opositores no han sido capaces de reconocer e identificar los aspectos más importantes y reivindicativos que ha hecho Chávez. Ni siquiera han sido capaces de identificar el discurso o las palabras que hacen que Chávez tenga conexión con las masas.  Es evidente que necesitamos, con urgencia, un líder proactivo y creativo en cuanto a cómo se acercará, de manera real, a la gente.  Que sepa identificar una gama de aspectos valorativos -tolerancia, paz, civilidad, pluralismo, seguridad, integridad- y mercadearlos para, por fin, marcar distancia y generar el cambio esperado. En fin: ¡se busca malandro!

mingo.blanco@gmail.com




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