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01/09/2007 - Subido por warholrock93
Me and Bobby McGee- Janis Joplin cover by David Divine 29 views · Thumbnail LIVE Janis Joplin's "Me ...La grandeza de la tímida Janis Joplin
La cantante, oriunda de Port Arthur, Texas, cumpliría hoy 70 años de edad
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Los músicos venezolanos Jorge Spiteri y Hana Kobayashi consideran que el sentimiento de la voz de Joplin ha sido la razón por la que no ha sido olvidada ARCHIVO
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LORENA TASCA | EL UNIVERSAL
sábado 19 de enero de 2013 12:00 AM
Una jeringa acabó con la vida de Janis Joplin el 4 de octubre de 1970. Ese día, después de escuchar la melodía de la última canción que formaría parte de su disco póstumo y unas cuantas bocanadas a un cigarro, la cantante cayó fulminada en el piso alfombrado de la habitación 105 del Hotel Landmark, ubicado en Los Ángeles. Era la 1:40 de la tarde.
Ese día, muchos de los seguidores de la representante femenina del blues y el soul rezaron para que la historia diera un vuelco repentino; que un latido inesperado la regresara a la vida para que escribiera con razón y contundencia:Buried alive blues (Enterrada viva en el blues), ese último tema que se quedó sin letra.
Pero las líneas de la historia de Janis Joplin no tomaron ningún curso inesperado. Tal día como hoy, ella cumpliría 70 años de edad. No lo ha hecho, pero el legado de su voz la convirtió en leyenda, no sólo por formar parte del club de artistas que fallecieron a los 27 años, como el guitarrista Jimi Hendrix y Jim Morrison, vocalista de The Doors.
Lo de Joplin, iba más allá. "Con su canto ella era libre, y te hacía sentir esa libertad (...). Su voz era un susurro ronco, un sentir de candidez, de ingenuidad. Cada una de sus canciones es como una gota de purificación", explica la cantante venezolana de jazz Hana Kobayashi sobre el por qué la artista ha logrado colarse en la actualidad en las reproducciones diarias de quienes nunca la vieron en vida.
Kobayashi se hace la pregunta: "¿La grandeza está unida a la vida trágica?". Se lo cuestiona al tomar en cuenta los fantasmas de la joven oriunda del conservador pueblito Port Arthur (Texas). Ahí siempre fue vista como la chica rara, la machorra. La verdad es que Joplin tuvo que quitarse de encima muchos problemas de autoestima, a los cuales logró conjurar, a medias, con sus tonadas de influencia afroamericana.
"Para sobrevivir en ese contexto, Joplin hubiera necesitado tener un encanto de incalculables dimensiones para compensar sus carencias, o una seguridad interna dura como el granito", señala Mary Friedman, publicista y amiga íntima de la intérprete de Piece of my heart, quien escribió Buried alive, libro biográfico de Joplin.
De manera similar opina el multintrumentista caraqueño Jorge Spiteri. "Lo que hizo único a Janis es que en el escenario se despojaba de todas sus inseguridades y dejaba a un lado su timidez", considera el fundador de la agrupación Los buitres.
"Ella era una especie de asalto desde la cabeza hasta los pies, una descarga histérica, un acto de total exterminio. Era como si una invisible garra hubiese brotado de su garganta, de sus talones alzados como para despedazar sin misericordia al auditorio más cercano", describe Friedman entre lás páginas de su libro.
La alocada Joplin actual
La pregunta regular en un día como hoy es: ¿Cómo sería Janis Joplin si aún respirara?
Spiteri y Kobayashi intentan imaginársela. "Creo que sería una mujer muy solitaria; seguramente ahora estaría dedicada a la composición y viviría en una montaña, apartada del bullicio", dice la intérprete de jazz.
Pero Spiteri, más bien, considera que sería "la misma loca que fue desde sus inicios". La imagina con ropas muy coloridas, y con su cabello más enmarañado que nunca, pero ahora canoso.
Hoy, son muchos los que quisieran retroceder el tiempo para poder estar entre las 40.000 personas que vieron a Janis Joplin cantar por última vez, el 12 agosto de 1970 en el Estadio de Harvad. Ahí, donde se contoneó con sus plumas en el cabello al ritmo de temas como Summetime o I need a man to love, parte deCheap thrills (1960), su disco más exitoso.
Ese día, muchos de los seguidores de la representante femenina del blues y el soul rezaron para que la historia diera un vuelco repentino; que un latido inesperado la regresara a la vida para que escribiera con razón y contundencia:Buried alive blues (Enterrada viva en el blues), ese último tema que se quedó sin letra.
Pero las líneas de la historia de Janis Joplin no tomaron ningún curso inesperado. Tal día como hoy, ella cumpliría 70 años de edad. No lo ha hecho, pero el legado de su voz la convirtió en leyenda, no sólo por formar parte del club de artistas que fallecieron a los 27 años, como el guitarrista Jimi Hendrix y Jim Morrison, vocalista de The Doors.
Lo de Joplin, iba más allá. "Con su canto ella era libre, y te hacía sentir esa libertad (...). Su voz era un susurro ronco, un sentir de candidez, de ingenuidad. Cada una de sus canciones es como una gota de purificación", explica la cantante venezolana de jazz Hana Kobayashi sobre el por qué la artista ha logrado colarse en la actualidad en las reproducciones diarias de quienes nunca la vieron en vida.
Kobayashi se hace la pregunta: "¿La grandeza está unida a la vida trágica?". Se lo cuestiona al tomar en cuenta los fantasmas de la joven oriunda del conservador pueblito Port Arthur (Texas). Ahí siempre fue vista como la chica rara, la machorra. La verdad es que Joplin tuvo que quitarse de encima muchos problemas de autoestima, a los cuales logró conjurar, a medias, con sus tonadas de influencia afroamericana.
"Para sobrevivir en ese contexto, Joplin hubiera necesitado tener un encanto de incalculables dimensiones para compensar sus carencias, o una seguridad interna dura como el granito", señala Mary Friedman, publicista y amiga íntima de la intérprete de Piece of my heart, quien escribió Buried alive, libro biográfico de Joplin.
De manera similar opina el multintrumentista caraqueño Jorge Spiteri. "Lo que hizo único a Janis es que en el escenario se despojaba de todas sus inseguridades y dejaba a un lado su timidez", considera el fundador de la agrupación Los buitres.
"Ella era una especie de asalto desde la cabeza hasta los pies, una descarga histérica, un acto de total exterminio. Era como si una invisible garra hubiese brotado de su garganta, de sus talones alzados como para despedazar sin misericordia al auditorio más cercano", describe Friedman entre lás páginas de su libro.
La alocada Joplin actual
La pregunta regular en un día como hoy es: ¿Cómo sería Janis Joplin si aún respirara?
Spiteri y Kobayashi intentan imaginársela. "Creo que sería una mujer muy solitaria; seguramente ahora estaría dedicada a la composición y viviría en una montaña, apartada del bullicio", dice la intérprete de jazz.
Pero Spiteri, más bien, considera que sería "la misma loca que fue desde sus inicios". La imagina con ropas muy coloridas, y con su cabello más enmarañado que nunca, pero ahora canoso.
Hoy, son muchos los que quisieran retroceder el tiempo para poder estar entre las 40.000 personas que vieron a Janis Joplin cantar por última vez, el 12 agosto de 1970 en el Estadio de Harvad. Ahí, donde se contoneó con sus plumas en el cabello al ritmo de temas como Summetime o I need a man to love, parte deCheap thrills (1960), su disco más exitoso.
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