Iglesia Santa Bárbara de Rubio
Rubio llega a ser parroquia para el año de 1868 y en Enero de 1872 el Sr. Juan Hilario Bosset donó “dos fanegas de tierra de su posesión para el templo de Rubio y la plaza.”
Los Dominicos pensaron en un templo digno de la fe del pueblo de Rubio: bello, capaz, artístico. Encargaron los planos a un famoso arquitecto español, señor Gracer.La estructura general del templo sería gótica: atrevida, gigante y artística. El modelo se inspiró en el Santuario de Nuestra Sra. De Chiquinquirá que los Dominicos regentan en Bogotá. Ellos quisieron para Rubio un milagro de iglesia gótica.
Hoy sabemos que el milagro se realizó. Lo contemplamos. No fue obra de un día; la mayoría de las gentes que celebraron con fiesta la colocación de la primera piedra no pudieron celebrar en Rubio la inauguración de la obra: no resistieron la espera de 50 años.
La primera etapa comenzó un dos de febrero de 1934. Bendijo la primera piedra el Obispo San Miguel. En torno a aquella piedra bendecida se aunó la voluntad del pueblo. Sobre ella se colocaron millones de ladrillos amasados con cal y cariño. Hoy vemos el resultado, el templo es el orgullo de Rubio y de toda Venezuela. No hay en todo el país una obra similar a ésta. Los primeros trabajos consistieron en igualar el terreno pues estaba inundado de monte y completamente desnivelado. El material básico de la obra era el ladrillo. Se fabricaban en una alfarería que tenía los moldes apropiados para las exigencias de las columnas: para sus bases, para el fuste, para los capiteles y para las nervaduras de las bóvedas. En el templo hay ladrillos que pesan hasta 16 kilos.
Las obras del tempo se fueron acelerando sin descanso y fue el padre Leonardo quien impulsó la etapa final. Es de notar que fueron maestros de obras y no arquitectos de título quienes construyeron este monumento a la fe.
Carlos Andrés Pérez desde la presidencia de la República tomó medidas importantes y definitivas para restaurar y completar las torres que fueron diseñadas por el arquitecto Dr. Calvani, el mismo que creó el proyecto del Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto en Guanare del estado Portuguesa.
Las torres son dos agujas góticas que se sobre las viejas torres del templo antiguo, aunque éstas no se ven pues quedaron recubiertas por las columnas de cemento y nuevo ladrillo rojo.
Estas columnas de cemento sostienen el enorme peso de las agujas y de las torretas menores que las adornan. Son torres gemelas. Están recubiertas de ladrillo y ostentan grandes varales de hierro. Entre ambas torres se abre la puerta principal y dos puertas laterales menores; los tres pórticos siguen el modelo del gótico clásico: arco ojival, no de medio punto y archivotes del mismo estilo. La puerta central tiene nueve archivotes.
Los ladrillos extrafinos que forman las archivotes de la fachada se trajeron de las fábricas de cerámica de Valencia, son modelos diseñados especialmente para esta obra, cada ladrillo costaba cuatro dólares.
Los Dominicos pensaron en un templo digno de la fe del pueblo de Rubio: bello, capaz, artístico. Encargaron los planos a un famoso arquitecto español, señor Gracer.La estructura general del templo sería gótica: atrevida, gigante y artística. El modelo se inspiró en el Santuario de Nuestra Sra. De Chiquinquirá que los Dominicos regentan en Bogotá. Ellos quisieron para Rubio un milagro de iglesia gótica.
Hoy sabemos que el milagro se realizó. Lo contemplamos. No fue obra de un día; la mayoría de las gentes que celebraron con fiesta la colocación de la primera piedra no pudieron celebrar en Rubio la inauguración de la obra: no resistieron la espera de 50 años.
La primera etapa comenzó un dos de febrero de 1934. Bendijo la primera piedra el Obispo San Miguel. En torno a aquella piedra bendecida se aunó la voluntad del pueblo. Sobre ella se colocaron millones de ladrillos amasados con cal y cariño. Hoy vemos el resultado, el templo es el orgullo de Rubio y de toda Venezuela. No hay en todo el país una obra similar a ésta. Los primeros trabajos consistieron en igualar el terreno pues estaba inundado de monte y completamente desnivelado. El material básico de la obra era el ladrillo. Se fabricaban en una alfarería que tenía los moldes apropiados para las exigencias de las columnas: para sus bases, para el fuste, para los capiteles y para las nervaduras de las bóvedas. En el templo hay ladrillos que pesan hasta 16 kilos.
Las obras del tempo se fueron acelerando sin descanso y fue el padre Leonardo quien impulsó la etapa final. Es de notar que fueron maestros de obras y no arquitectos de título quienes construyeron este monumento a la fe.
Carlos Andrés Pérez desde la presidencia de la República tomó medidas importantes y definitivas para restaurar y completar las torres que fueron diseñadas por el arquitecto Dr. Calvani, el mismo que creó el proyecto del Santuario Nacional de la Virgen de Coromoto en Guanare del estado Portuguesa.
Las torres son dos agujas góticas que se sobre las viejas torres del templo antiguo, aunque éstas no se ven pues quedaron recubiertas por las columnas de cemento y nuevo ladrillo rojo.
Estas columnas de cemento sostienen el enorme peso de las agujas y de las torretas menores que las adornan. Son torres gemelas. Están recubiertas de ladrillo y ostentan grandes varales de hierro. Entre ambas torres se abre la puerta principal y dos puertas laterales menores; los tres pórticos siguen el modelo del gótico clásico: arco ojival, no de medio punto y archivotes del mismo estilo. La puerta central tiene nueve archivotes.
Los ladrillos extrafinos que forman las archivotes de la fachada se trajeron de las fábricas de cerámica de Valencia, son modelos diseñados especialmente para esta obra, cada ladrillo costaba cuatro dólares.
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