Luigi Sciamanna, actor
"Reverón es libre, teatral, muy performático y eso es muy sabroso de interpretar" Luigi Sciamanna Actor
 |
Iglesia Nuestra Señora de Pompei de La Florida. Luigi Sciamanna necesitaba unas alpargatas para ser el Reverón de Diego Rísquez. Música sacra de fondo, la misa en pleno desarrollo. Como en un ritual de iniciación, por la nave central aparecía el director con el calzado para el actor. De allí a Todasana y La Sabana, estado Vargas, para el rodaje de la película.
-¿Qué le llama la atención de este Reverón?
-Todos los personajes históricos de nuestro país son un misterio por revelar porque tenemos una aproximación a ellos muy pacata y bidimensional... El día en que nosotros hagamos una película donde veamos defectos, misterios y glorias de los personajes, entonces entenderemos lo grandes que son. Esta película es muy particular porque Reverón es un personaje muy particular. Él tiene dos etiquetas terribles: "El loco de Macuto" y "El genio de la pintura".
-¿Cómo hace para no caer en "El loquito de la plaza", pero tampoco en "El héroe "?
-Todo el mundo va a ir al cine con la idea del "loco". Basta hablar con los amigos y la gente conocida, y ver que todo el mundo conoce una anécdota. Vamos a tratar de ir un poco más allá, sin ser una biografía clásica. Comienza en los carnavales de Macuto, cuando conoce a Juanita (años 20), y llega hasta cuando lo encierran en el sanatorio, a un año de su muerte en 1954. La película se sustenta sobre tres columnas: su talento para la pintura, su enfermedad mental y la historia de amor con Juanita.
-¿Qué papel jugó Juanita en la vida de Reverón?
-Es muy complejo. Creo que él está buscando una compañera quizás que no hable mucho, que sea una compañera, una mamá también y que lo siga sin hacerse muchas preguntas.
-¿Qué se muestra de su enfermedad?
-Hay unos episodios en su juventud que lo convirtieron en un personaje un poco retraído. La gente piensa que Reverón se encerró en Macuto para no hablar con nadie y eso es mentira. Reverón se conectó con la gente que lo rodeaba. Reverón construyó el Castillete con gente de Macuto. Cuando llegaba su cumpleaños, el 10 de mayo, que además coincide con la celebración de la Cruz de Mayo, salía y celebraba... Él huye de la ciudad y en especial de Caracas. No le interesan los círculos cerrados ni la vida urbana.
-Además los artistas de su época estaban en otra búsqueda...
-La gente del Círculo de Bellas Artes significó una ruptura con una forma de pensar la pintura, pero incluso después, comparado con la gente del Círculo, Reverón establece una distancia, ruptura, otra búsqueda.
-¿Fue esa ruptura lo más valioso de su legado a las artes plásticas?
-Cuando quieres llegar a un nivel estableces una búsqueda en la que sacrificas muchas cosas. Él puso a un lado toda una forma de vivir para llegar a una conexión especial con la luz, con el mar, la naturaleza. No es un "retroceso", la palabra es "regreso" a la esencia antropológica del ser humano. Eso tiene mucho de religioso también porque Reverón era muy católico. En ese sentido también es muy atormentado.
-Desde el punto de vista psquiátrico, Reverón involucionaba, pero artísticamente se hacía gigante...
-A medida que el personaje "involuciona" psíquicamente, su pintura va creciendo cada vez más porque de alguna forma hay unas ventanas y unas puertas que se abren, hay una libertad. Reverón es absolutamente libre, teatral, muy performático y eso es muy sabroso de interpretar como actor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario