Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

miércoles, 29 de junio de 2011

Este es el resumen del trabajo más completo sobre el parque Metropolitano de Valencia que ha escrito un ingeniero valenciano.

HOLA FINA...
BUENO TE HICE UN RESUMEN, PUES SON COMO CUATRO TOMOS DE CIENTO Y PICO DE PAGINAS, PLANOS, FOTOS, ETC.
SALUDOS

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E. ENRIQUE GARCIA GROOSCORS




DE LA BOCA DEL INFIERNO AL BURDEL EL TABARIN

(EXPEDIENTE PARQUE METROPOLITANO)

E. Enrique García Grooscors

A los fines de que la presente narración sea digerida y entendida, solicito paciencia a los lectores, dado que estoy convencido que sin el conocimiento del pasado, es imposible construir la visión que tengamos del futuro. Comienzo con un pequeño resumen de la historia del Parque Metropolitano de Valencia, cuyo decreto de expropiación del 30/12/1958, cumplió 52 años de su promulgación, y con el pasar del tiempo, apreciamos una sumatoria de vagabunderías, cuyos delitos han pasado desapercibidos, favoreciendo a pequeñas elites de la sociedad valenciana, entre las cuales está el Colegio de Abogados del estado Carabobo, el Forum-Bingo, los edificios de Centro Norte, y otros. Es lamentable, que teniendo el Parque Metropolitano profundas raíces municipales, muchos concejales y autoridades ejecutivas del Concejo se hayan hecho de la vista gorda con mutis y estén a favor de los más poderosos. Ya en el año de 1.944 cuando Valencia sólo tenía 95.000 habitantes a lo largo de ese frondoso bosque alimentado por el río Cabriales, el Concejo Municipal con una gran visión de futuro, creó la Comisión Municipal de Urbanismo, la cual por el año de 1.946 recomendó declarar zona verde al bosque galería existente a lo largo del río Cabriales; es por ello, que el Parque Metropolitano originalmente es llamado Parque del Cabriales. Posteriormente, en 1.952, la Sociedad “Amigos de Valencia” en vista de la proximidad de la celebración del Cuatricentenario de la fundación de nuestra capital regional, firmó un convenio con el Ministerio de Agricultura y Cría, la Gobernación y el Concejo Municipal para la repoblación y conservación de los bosques que circundan la ciudad de Valencia (El Morro, Guacamaya, Guaparo, Guataparo, y Tarapío) dado que en dichas serranías se originan las vertientes de aguas que surten tanto al río Cabriales como al acueducto de entonces, por cierto era su presidente, Don Francisco Alvarado Escorihuela, su secretario, Rafael Saturno Guerra (cronista de la ciudad desde 1.946), y el responsable del proyecto el Ingeniero forestal Arturo Trejo (ingeniero agrónomo y honorable ambientalista). Paralelamente al movimiento civil-ambiental que protagonizaba la Sociedad Amigos de Valencia, en la ciudad de Caracas un grupo de profesionales (Gastón Bardet, y Mesié Rotival) de la Comisión Nacional de Urbanismo del Ministerio de Obras Públicas concluían el Plano Regulador de Valencia para ese mismo año, donde luego de analizar la ciudad, y su medio ambiente, elaboraron un proyecto para la ciudad futura, considerando una zona para la ubicación de un Parque de carácter Metropolitano a lo largo del río Cabriales con una faja de 45,00 metros a lado y lado entre la Autopista Sur (Distribuidor Los Samanes) y la Avenida de Circunvalación Este (que conduce a Guaparo). El Parque con una superficie aproximada de 90 hectáreas se dividió en dos zonas (Norte y Sur), conformándose por los siguientes elementos: una zona de vialidad con vías de acceso, entradas, cercas, estacionamientos, caminos y senderos de penetración, una zona de deportes con pista de bicicletas, pista para equitación, pista de patinar, cancha de soft-ball, volley-ball, tenis, bolas criollas, piscinas para adultos y niños, gimnasio cubierto, una zona de cultura con museo de ciencias naturales, teatro al aire libre, concha acústica, rancho folklórico, teatro de títeres, jardín botánico, jardín zoológico, parques infantiles, y una zona de administración con oficinas, casetas para guardas, y fuente de soda. Durante el año de 1.953, ese plano regulador de Valencia fue objeto de estudio por la Subcomisión de Urbanismo del Concejo, y aprobado por unanimidad bajo la gestión de Don Teodoro Gubaira; ahora bien, dada la importancia que significaba ese gran parque para la ciudad, el Concejo Municipal en 1954 declaró zonas de prohibida construcciones, los terrenos comprendidos entre los linderos que se destinaban para el Parque Metropolitano, asegurándole al futuro parque, la conservación de la vegetación existente, que constituye el pulmón verde de la ciudad. Como dato curioso, vale la pena recordar, que en el plano de Valencia levantado y dibujado por el agrimensor público Ernesto L. Branger en el año 1.878, el sector donde se inicia el parque por la Calle Navas Spínola era conocido como “Boca del Infierno”, nombre que identifica las pasadas, presentes y futuras violaciones, vagabunderías, y complacencias de muchos políticos y negociadores a lo largo de mas demedio siglo en contra de la Utilidad Pública del Parque Metropolitano. El Parque Metropolitano ya pasa del medio siglo, su construcción definitiva ha sido torpedeada por intereses miserables, quienes han robando el uso y disfrute de lo recreacional a los más débiles, pues su existencia garantizaba el cultivo progresivo de las conciencias ambientales, pues permite armonizar y equilibrar las inevitables toneladas de concreto y acero que conlleva el desarrollo de la ciudad, y donde ha sido inevitable la desaparición y muerte de los árboles del interior de los patios y manzanas. Y en esto estriba la gran importancia del Parque Metropolitano, para que se respeten los grandes bosques de los cerros, para que los árboles a lo largo del río Cabriales cumplan muchos siglos mas, y para que esta y las futuras generaciones cosechen los frutos de la paz, la belleza, la recreación, la cultura, el deporte, y la salud, áreas de crecimiento espiritual que solamente serán posible en ese sagrado lugar para el bienestar de toda la familia valenciana de nacimiento y la valenciana de corazón.

Uno de sus mayores impulsos gubernamentales lo encontramos entre los años 1.957 y 1.958, en plena turbulencia nacional, cuando existía una conspiración política contra el gobierno militar de Marcos Pérez Jiménez. A pesar de ello, la motivación de varios ciudadanos y profesionales en pro del Parque Metropolitano no desmayó, fueron muchas las reuniones efectuadas en el Centro de Ingenieros del estado Carabobo, para planificar, organizar y ejecutar tan valiosa obra; desde luego, fue fundamental para la vida del Parque Metropolitano, el Decreto emanado del Gobernador de Carabobo, Dr. Iván Darío Maldonado, donde se fundó la Junta Promotora del Parque Metropolitano de Valencia, se contrató el levantamiento topográfico y catastro de la zona afectada por el parque en el año de 1.957 a la empresa Cartográfica Mercator; tales hechos demuestran que ese mandatario era un convencido que el Parque Metropolitano brindaría a Valencia, además de los bienes específico que tales obras de utilidad y ornato cumplen, la conservación de los recursos renovables, atracción, estímulo al turismo, y cooperación en la lucha contra la delincuencia. En fin, nos encontramos en presencia de una obra diseñada especialmente para nuestros niños sin distingo de esferas sociales, cuyo mensaje logró para ese período, la unión de los esfuerzos del gobierno nacional a través de los Ministerios de Obras Públicas, de Agricultura y Cría, como del gobierno regional, gobierno municipal, y otras organizaciones civiles tales como el Colegio de Ingenieros, la Sociedad de Amigos de Valencia, y los medios de comunicación. Fueron muchas las buenas noticias sobre la construcción del Parque Metropolitano en los diversos medios de comunicación, se formó una matriz positiva que continuó luego del derrocamiento de Pérez Jiménez y el ascenso al poder del Partido Acción Democrática; aunque nunca faltan algunos opositores que se encargaron de anunciar que el proyecto de Parque Metropolitano correspondía a la política de relumbrón del régimen pasado, catalogándola como una obra suntuaria, a ello se le unió el prurito venezolano que tienen los nuevos gobernantes de mirar de reojo cuantas obras en ejecución o proyectos elaborados hubiesen dejado las administraciones anteriores; el periódico El Monolito publicó al día siguiente del derrocamiento el siguiente mensaje: “El Parque Metropolitano de Valencia será el mejor de los regalos de las generaciones actuales a las generaciones venideras”. Así, la Junta de Gobierno de la República de Venezuela, bajo la Presidencia del doctor Edgar Sanabria sancionó el 30 de Diciembre de 1.958, el Decreto donde se declara de Utilidad Pública Nacional, la construcción del Parque Metropolitano de la ciudad de Valencia, en una extensión aproximada de 90 hectáreas, en los Municipios San José, Catedral, San Blas, y Santa Rosa, ordenándose las expropiaciones necesarias de los terrenos de propiedad particular, quedando encargados de la ejecución del presente Decreto, los Ministros de Relaciones Interiores, de Obras Públicas, y de Agricultura y Cría.; con ello, se dió un paso importante al asegurarle a Valencia, una zona consagrada por la naturaleza y por la tradición, para el crecimiento y desarrollo del Parque. El Concejo Municipal del Distrito Valencia bajo la presidencia del Dr. Darío Hoffmann Henríquez, publicó en los diarios regionales un Decreto donde se declaró Huésped de Honor al Dr. Edgar Sanabria, y día de jubilo su visita a Valencia. Igualmente a los caraqueños se le dio las buenas noticias sobre la construcción del Parque Nacional en el Este de Caracas, entre la Autopista del Este y la Avenida Francisco de Miranda, con una extensión de 77 hectáreas; lo cierto es que los caraqueños desde 1970 tienen un Parque Urbano, cuyo proyecto fue elaborado por famosos arquitectos paisajistas internacionales, tales como Roberto Burle Marx, Fernando Tábora y John Stoddart; todo lo cual motivó la creación del Instituto Autónomo Parque del Este en 1961, que luego se transformó en el Instituto Nacional de Parques en 1973. Esto último, debe hacer reflexionar al gobierno nacional, y a la gran familia valenciana llámese gobierno regional, municipal, civiles, militares, religiosos, partidos políticos, y medios de comunicación; para que nos unamos en pro de tan grandiosa obra, pues si todos apoyamos el cultivo técnico de esos espacios naturales abiertos, pronto veremos el desarrollo total de un parque de expansión espiritual, de recreación mental y física para todos sin distingo de clase, religión o color.

La Junta Promotora del Parque Metropolitano de Valencia, tenía las atribuciones de obtener las autorizaciones requeridas para que el Ejecutivo del Estado inicie la construcción del Parque, autorizar el proyecto definitivo, y gestionar las adquisiciones de terreno, ya sea a título gratuito, o a título oneroso, de acuerdo con las posibilidades del Erario Municipal. Hay que mencionar la buena disposición observada en esa época en el ánimo de los propietarios de los terrenos, su alta cooperación con el Gobierno y con la Junta, para que éste proyecto fuese una realidad en un futuro no lejano, tal como Valencia lo solicitaba y aún lo necesita. Para esa primera etapa del Parque, tenemos el logro en Diciembre de 1.957, en la zona comprendida entre la Calle Colombia hasta la Calle Navas Spínola, donde existió la Estación Alemana, tales terrenos fueron entregados al Concejo Municipal mediante autorización del Instituto de Ferrocarriles; por cierto, lo sorprendente y noticioso para la valencianidad, fue la higienización, adecentamiento y embellecimiento realizado por la Comisión en ese tramo a un costo de Bs. 750,00, todo lo cual se debió a que valencianos por nacimiento y de corazón (trabajo voluntario), mas la buena disposición de los diferentes entes gubernamentales, se unieran espontáneamente en pro de los verdaderos intereses de la ciudad. Otro de los logros, fue en relación a los terrenos privados de la empresa Inversiones Intec, quien manifestó su voluntad de donar esos terrenos en la zona comprendida entre la Calle Navas Spínola y el Cerro Los Monos que colinda con la Fabrica de Cemento, el cual forma parte de mayor extensión de la Urbanización Lomas del Este, con una superficie aproximada de 11 hectáreas; donde se permitió la construcción del Gimnasio cubierto “Teodoro Guabaira”, un velódromo con alumbrado eléctrico, dos campos deportivos para béisbol infantil, dos canchas de tenis y una pista de patinaje; lamentablemente parte de estas obras se han perdidos, y parte del terreno se encuentran ilegalmente ocupado por el gobierno de Carabobo para usos diferentes al deportivo o recreativo. A finales del año 1958, la Junta Promotora del Parque Metropolitano de Valencia alertó al Ejecutivo de que “el Parque Metropolitano debe ser acometido decididamente, ya que si no se procede a la adquisición de los terrenos y a la ejecución de las obras de limpieza, vigilancia y conservación, podrá ocurrir en el futuro, no disponga la ciudad de esa obra que por sus características es básica para el desarrollo armónico y funcional de Valencia”.

Era asombroso la identificación del gobierno Municipal con el Parque Metropolitano, como ejemplo, podemos ver en la Gaceta Municipal Nº 700 del 28/6/1957, cuando un ciudadano económicamente poderoso (Augusto Sampedro) hizo una solicitud ante el Ingeniero Municipal para construir en los terrenos ubicados en la zona destinada al Parque Metropolitano (donde existía el prostíbulo mas famoso de Venezuela, conocido como “El Tabarín”); y ver la incuestionable y honorable defensa que hizo el Concejal Teodoro Gubaira a favor de la construcción del Parque Metropolitano, destacando que era una verdadera necesidad para Valencia y que el Concejo Municipal debía esforzarse en su logro.

A partir del gobierno de Rómulo Betancourt, el Parque Metropolitano de Valencia fue conceptuado como una obra de ínfima importancia y acaso suntuaria; quizás por el hecho de que tan importante obra para Valencia, había sido estimulada por gobernantes del régimen depuesto, o por ser mérito del Dr. Edgar Sanabria, inmediato antecesor en la Primera Magistratura, quien hizo que la Nación diera ese gran paso de asegurar a Valencia la zona ambiental y espiritual. Muchos fueron los esfuerzos de los primeros gobernadores de la democracia ante el Presidente de la República, para que se incluyera el punto del Parque en la agenda de las obras de importancia. Entre los gobernadores que apoyaron al Parque, tenemos al doctor Luís Rivero Salas (+), quien desarrolló 3 parques infantiles, lago navegable, museo, jardín zoológico; su inauguración fue 1964 en el Parque Humbolt, frente a la Estación Alemana, a la ceremonia asistieron los Ministros de Relaciones Interiores, de Obras Públicas, y de Agricultura y Cría, y los gobernadores de los estados Aragua, Cojedes, Lara, Falcón, y Guarico; en el discurso a cargo del Ing. Azcunez dijo lo siguiente: “entre las razones para la existencia del Parque están la de preservar la función biológica de pulmón de la ciudad que las zonas verdes representan, para que la zona se convirtiera en un solar de Valencia, y para impedir que el crecimiento de Valencia destruyera esa hermosura”. Durante varios años el Parque fue el sitio obligado para el entretenimiento de los niños y adultos, pero la falta de programas de mantenimiento y de coordinación entre los entes gubernamentales, sepultó muchas de las obras inauguradas; ya en Marzo de 1969, la revista “El Lago”, escribe: “¡Salvemos el Parque Metropolitano de Valencia!”. En el año 1979, por iniciativa de la esposa del Gobernador, Arq. Graciela de Gómez, se aprueba una inversión que sobrepasó los doce millones de bolívares viejos, con lo cual se construyó el Parque “Negra Hipólita”, conformado por estacionamiento, laberinto fotocromático, Plaza de la Marina, la estatua de la Negra Hipólita, parque educativo de vialidad y tránsito, la plaza de las mariposas (la cual fue demolida por el gobernador Salas-Römer), caneyes para fiestas infantiles, fuente de soda, parque infantil, 2 canchas múltiples, oficinas, caminerías duras y blandas, iluminación y zonas verdes con un sistema de riego israelí; dichas obras fueron posibles por un coordinado gobernación, MTC, y Concejo Municipal. En un Editorial de El Carabobeño en 1980, se propuso la creación de una Fundación de Parques, y Jardines para Valencia; tal propuesta fue presentada en la Cámara Municipal de Valencia, y apoyada por el Cronista de la Ciudad, dando origen en Julio de 1983 a la “Fundación Parque Metropolitano de Valencia”, con el objeto principal de desarrollar integralmente el Parque, así como rescatar los terrenos ya incorporados y los que aún permanezcan en manos de particulares; fue integrada por el Concejo Municipal, la Fundación del Niño, la Sociedad Amigos de Valencia, el Ateneo de Valencia, las Cámaras, Colegios profesionales, Universidad de Carabobo y otros; su primer y único Presidente fue el Arq. Manuel Jácome (+). En enero de 1985, el Director de Defensa Civil, con el objeto de solucionar este problema de orden Social y Moral, le solicitó en comodato o préstamo al directorio de la Fundación del Parque, una pequeña área de las instalaciones del Parque Metropolitano, con el compromiso de ayudar al cuido, conservación, reforestación, mantenimiento, vigilancia, y control de los visitantes del Parque; la realidad hoy en día, es que la mayoría de los valencianos no disfrutan de esas áreas, además se han construido muchas oficinas invadiendo sus espacios sagrados, existe un cementerio de chatarras, un centro de demarcajes para la policía, y hasta fue utilizado como helipuerto para uso exclusivo del gobernador. A partir de 1992, bajo el gobierno de Salas Römer, se prosigue con la construcción del Parque Metropolitano entre el Parque Negra Hipólita y el Parque Juan Cuchara, según proyecto del Ing. Civil y paisajista Eduardo Santaella, y de un plumazo llama “Parque Fernando Peñalver” a los tres Parques...; en el nefasto y corrupto gobierno de Acosta Carlez, lo único ejecutado al Parque fue calcar un Decreto cambiándole el nombre a “Negra Hipólita”, y un pequeño jardín de rosas efímeras. En conclusión, aunque muchos valencianos han trabajado ad-honorem, únicamente por amor a Valencia, la falta de presupuesto, las limitaciones económicas, la corrupción, los intereses individuales, el egoísmo, el protagonismo entre los diferentes organismos del estado, y la red de complicidad, han impedido llevar adelante el Parque Metropolitano de Valencia (novecientos mil metros cuadrados), única ciudad de Venezuela, que tiene el privilegio de ser atravesada de Norte a Sur por el río Cabriales, acompañado de un Parque con frondosos árboles, pájaros, y hasta reptiles hidrosaurios.

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