Ya vimos y de verdad estamos pa'sopa, bichito

En tiempos de Eudomar Santos

FÉLIX R. CHACÓN | EL UNIVERSAL

lunes 27 de junio de 2011 12:17 AM

Si en aquel momento en que su Dr. Frankenstein se le ocurrió crearlo, se justificaba y era como hecho a la medida para ilustrar en lo que nos habíamos convertido, es justo decir que hoy día había que desempolvarlo porque su vigencia es más ominosa que nunca.

Eudomar Santos ha dado que hablar. Según, y que nos retrató tal cual. Parecía todo aquello que no queríamos ser pero que nos sedujo subconscientemente, y nos vimos reflejamos en él.

Conocemos de más que la improvisación, la no planificación, la chapucería, y la chambonería, son algunos de nuestros peores males. Esos que no nos permiten enfocarnos en lo que deberíamos. Los que nos hacen miopes crónicos ante la vida, y que pensemos que no hay "lentes" correctores. Esa miopía que nos ha hecho adoptar la filosofía de vida de "como vaya viniendo vamos viendo".

Si ya era patente hace tantos años, y nos hacía tanto daño entonces, hoy en día se ha convertido ya en código genético que emana desde las más altas instancias como forma de gobierno.

Pero no se la vamos a dedicar al Gobierno de nuevo, aunque hay que decir que no debe haber mejor ejemplo de improvisación y desprecio por la planificación de los asuntos del Estado que el actual gobierno, el cual ha alcanzado ya categoría de infame con algunas de sus propias creaciones; Plan Bolívar 2000, Caaez, Mercal, Pudreval, la ruta de la empanada, gallineros verticales, empresas básicas, desabastecimiento, inflación, expropiación, corrupción, maletines, inseguridad, sistema carcelario.

Bueno, de vuelta a Eudomar. Su creador dice que la gente le pregunta constantemente, "que ha sido de Eudomar". A mí, se me vienen dos hipótesis a la mente:

Eudomar, si ya venía tan mal, obviamente que no pudo resistir la inercia, y fue a parar a las fauces del bajo mundo que lo atrapó sin remedio, lo enredó en las drogas, la vida fácil, y por ende en la delincuencia, y luego en tanto entrar y salir de los centros de "adiestramiento", fue convirtiéndose en un "reo ejemplar" a medida que sus estadías en cana se hacían más largas, y ya se habían convertido en décadas. Es decir, había ya dejado su lema atrás, porque encerrado tenía todas las certezas que necesitaba.

Eudomar, es un flamante funcionario público que a punta de "viniendo y yendo" por fin su vocación lo encontró. La política. Con la ayuda del tío del amigo de un conocido, y aprovechando que siempre fue muy pilas y se las comía al hablar, era hasta buen mozo, y una vez tomó un cursito de Contabilidad y Mecanografía Aplicada, le consiguieron su primer puesto en el Ministerio. Para luego con más pilas y más labia por esas cosas del destino, conseguir que el partido lo designara candidato y la gente Diputado, y Gobernador. Se hizo Ministro, bajando a Director general sectorial y Jefe de división, y de nuevo candidato, a Concejal y Alcalde. También tuvo que aceptar la Dirección de encarcelamientos. Y ya en la Superintendencia financiera cansado de tanto servir no pudo más y le dijo a Eloína; ¡Negra, arranca pa' los Miamis y espérame allá con los muchachos!

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