La satisfacción lleva al desarrollo humano. ¡Sirve de vitrina socialista!
Una sensación de perplejidad galopa incesante sobre la mente inquieta e insegura del venezolano. La política, que lo es todo, no deja de producir hormigueo en la ya irritada piel. ¡Como si la vida fuera fácil y la felicidad imperara sempiterna!
El gobierno garante del buen vivir, siembra odio. Separa los malos de la cuarta (que sí son) y los buenos de la quinta (tampoco son). Enfrenta teórico al capitalismo. Aplica experiencia socialista: burocracia-corrupción-privilegio-autocracia.
Mientras, el alma insatisfecha de la nación hostigada por enfermedades; accidentes; inseguridad; costo de alimentos, servicios, medicinas, vestidos; apagones; bajo ingreso; educación y droga. Poderosas redes delictivas que derrotan la autoridad, violan leyes y valores. Un gobierno impotente cargado de funcionarios engreídos e irrespetuosos.
La cultura de la corrupción hace agua los servicios públicos. La droga entra como río por cauce en escuelas, liceos, barrios, esquinas y centros. Venta ilegal de armas. Justicia politizada. Mafias de transporte que maltratan a pasajeros. Es-peculación. Secuestros.
La crisis eléctrica creada por burocracia e ineptitud. La crisis carcelaria generada por quienes vendieron armas y drogas. Miran para los lados para no enfrentar las causas e irritar a la Guardia. No hay juicio ni presos por la presencia de armas ni por hacinamiento y trato infrahumano. ¡Lo urgente eclipsa lo importante!
Para este cronista, la estrategia pudiera estar equivocada. Empezaron por lo ideológico, sin sustento, que exige complejo cambio conductual a largo plazo. Mientras, la satisfacción lleva al desarrollo humano. ¡Sirve de vitrina socialista!
efecepe2010@gmail.com
La tecnología es la que diferencia los animales de los seres humanos
Heródoto escribió hace siglos que "lo único constante es el cambio". Pero quizás ni el mismo Heródoto se sentiría a gusto con la velocidad de los cambios actuales. Sin embargo, la vida es cambio y la muerte es la inamovilidad absoluta. La vida es actividad y la muerte es pasividad. Los cambios son necesarios para mantener la vida misma y la supervivencia de la especie humana. Adicionalmente, los cambios han sido, en general, positivos: mientras la edad promedio en el tiempo de los "cavernícolas" era de tan sólo 20 años, hoy está cerca de 80 años; mientras antes la vida del tiempo del filósofo inglés Thomas Hobbes era "solitaria, pobre, desagradable, bruta y corta", hoy es mucho mejor; mientras antes no existían "ni el arte, ni las letras, ni la sociedad", hoy tenemos relativamente mucho tiempo libre; mientras antes la lucha era por la supervivencia, hoy la existencia es para trascender.
Este proceso de continuos avances y transformaciones, sin embargo, no ha sido fácil. Siempre han existido muchos opositores al cambio. Personas que, de buena o mala fe, se oponen al progreso de la humanidad. Los principales opositores suelen ser las personas cuyo modo de vida depende del sistema viejo que va a ser sustituido por uno nuevo y mejor. Regresemos al tiempo de cazadores y recolectores de los hombres primitivos para entender cómo ellos se habrán sentido amenazados por los inventores de la agricultura. En el momento que los primeros agricultores comenzaron a producir de una forma predecible más y mejor comida que los cazadores, estos se debieron haber sentido enormemente amenazados. Muchos de los primeros agricultores y ganaderos seguramente murieron en las manos de cazadores y recolectores "desempleados". Lo mismo pasó con la revolución industrial y ahora con la revolución posindustrial y la llamada sociedad del conocimiento.
Afortunadamente, gracias a la tecnología avanzamos cada vez más y tenemos más tiempo para nosotros mismos. La tecnología es la que diferencia los animales de los seres humanos. Cada revolución tecnológi- ca provoca transformaciones fundamentales que conllevan al mejoramiento de nuestras vidas.
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