Orlando Ochoa P.|| La transición 2012-2013
Las circunstancias que vive Venezuela ahora no son buenas y esto es evidente tanto para los oficialistas como para los opositores. La bajísima calidad de la gestión de gobierno en salud, seguridad pública, servicios de electricidad y agua, le hace daño a la vida diaria del venezolano; el mantenimiento de escuelas, infraestructura vial, aeroportuaria y de puertos es tan deficiente que pareciera que faltaran recursos públicos, cuando en realidad los presupuestos nacionales y fondos extra-presupuestarios de los últimos seis años superan casi 4 a 1 en promedio los recursos manejados por la administración anterior de Rafael Caldera.
Si se agrega la situación financiera deficitaria de las empresas públicas, sean las tradicionales de petróleo, aluminio, hierro, petroquímica, etc. o las estatizadas bajo el plan socialista 2007-12, como cemento, acero, eléctricas, agrícolas, los resultados son equivalentes: deterioro de capacidad operativa y tecnológica por poca inversión y mínimo mantenimiento (aunque hay grandes contratos sin licitación), salida de muchos de los más capaces profesionales, técnicos y trabajadores, para dar espacio a operadores partidistas que llegan a usar las nóminas para redes clientelares y sus familiares. Todo hecho con impunidad y comprensión de la élite "revolucionaria".
Consideremos la inflación cercana al 30% (represada por controles y subsidios), la corrupción propagada en aprovechar el diferencial cambiario de Cadivi y Sitme; y las remuneraciones reales de los sectores público y privado erosionadas por la inflación; tenemos así una situación que exigirá pronto o una transición hacia la recuperación o hacia la protesta y descontento social desbordado.
Las instituciones políticas, económicas y sociales, requieren ser revisadas en su organización y eficacia para cumplir sus objetivos. Bajar la inflación al 4-5% anual permitiría elevar remuneraciones reales y la calidad del Estado en sus gastos sociales y de inversión; también tener un régimen cambiario estable y actividad económica floreciente con generación de empleos. Sin embargo, todas estas acciones, las cuales solemos ver aisladamente, tienen mayor posibilidad de éxito bajo una única estrategia de desarrollo con cambios institucionales, económicos, sociales y petroleros. Estos, a su vez, exigen un cambio político sincero con visión, que tome forma en 2012-2013. Esta es la verdadera transición democrática que necesitamos.
@orlandoochoa || www.pensarenvenezuela.org.ve
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