Maduro y sus disparates
TOMAS HORACIO HERNÁNDEZ | EL UNIVERSAL
domingo 18 de septiembre de 2011 03:54 PM
El ministro de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, está muy cerca de presentarse en una gira de comedia al mejor estilo de Emilio Lovera y Laureano Márquez. Son tantas las barbaridades que dice nuestro ministro que francamente lo que produce es pena ajena.
El tema de uno de sus últimos chistes fue el decir que Venezuela continuará apoyando "desde el punto de vista humano" al terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias "Carlos" y mejor conocido como "El Chacal", quien cumple cadena perpetua en Francia.
"Carlos" fue protagonista el 21 de diciembre de 1975 junto a otros cinco hombres armados ya que entraron en las oficinas centrales de la OPEP y en mitad de los disparos, que causaron múltiples víctimas entre civiles y policías, tomaron como rehenes a 42 personas.
De la misma manera como también se le atribuyó a "Carlos", entre otros tantos atentados, la bomba que explotó en el Centro Cultural Francés en Beirut el 15 de marzo y otra más en un tren francés que cobró un saldo de 5 pasajeros fallecidos y otros 30 heridos.
Entonces estimado ilustre, ¿cómo es posible que una persona que haya cometido estos crímenes, ahora su gobierno lo mire con ojos de bondad y solidaridad? La única razón lógica para que un gobierno le estreche la mano a este individuo es que comparta su causa, especialmente cuando en diversas oportunidades Ilich Ramírez ha afirmado que "no se arrepiente de nada de lo que hizo".
Lejos de ser un reivindicador o un luchador social como muchos de la izquierda lo han llamado, dado su extenso repertorio de crímenes este individuo se le debe juzgar y catalogar como lo que es: un terrorista.
Pero no se preocupe, usted ya nos tiene acostumbrados a ahogarnos de la risa por sus disparates. ¡Así que siga adelante!
Twitter @TomasHHR
El tema de uno de sus últimos chistes fue el decir que Venezuela continuará apoyando "desde el punto de vista humano" al terrorista venezolano Ilich Ramírez Sánchez, alias "Carlos" y mejor conocido como "El Chacal", quien cumple cadena perpetua en Francia.
"Carlos" fue protagonista el 21 de diciembre de 1975 junto a otros cinco hombres armados ya que entraron en las oficinas centrales de la OPEP y en mitad de los disparos, que causaron múltiples víctimas entre civiles y policías, tomaron como rehenes a 42 personas.
De la misma manera como también se le atribuyó a "Carlos", entre otros tantos atentados, la bomba que explotó en el Centro Cultural Francés en Beirut el 15 de marzo y otra más en un tren francés que cobró un saldo de 5 pasajeros fallecidos y otros 30 heridos.
Entonces estimado ilustre, ¿cómo es posible que una persona que haya cometido estos crímenes, ahora su gobierno lo mire con ojos de bondad y solidaridad? La única razón lógica para que un gobierno le estreche la mano a este individuo es que comparta su causa, especialmente cuando en diversas oportunidades Ilich Ramírez ha afirmado que "no se arrepiente de nada de lo que hizo".
Lejos de ser un reivindicador o un luchador social como muchos de la izquierda lo han llamado, dado su extenso repertorio de crímenes este individuo se le debe juzgar y catalogar como lo que es: un terrorista.
Pero no se preocupe, usted ya nos tiene acostumbrados a ahogarnos de la risa por sus disparates. ¡Así que siga adelante!
Twitter @TomasHHR
La inefable Tibisay Lucena
FERNANDO OCHOA ANTICH | EL UNIVERSAL
domingo 18 de septiembre de 2011 11:35 AM
Las recientes declaraciones de Tibisay Lucena han provocado preocupación y angustia. Adelantar la fecha de las elecciones ya es un abuso, pero acompañar ese anuncio con una frase tan amenazadora como es llamar "grupúsculos de alborotadores" a aquellos venezolanos que cuestionan la actuación del Consejo Nacional Electoral muestra un inaceptable radicalismo en una funcionaria que debería caracterizarse por la serenidad e imparcialidad en todas sus acciones y opiniones. Además, no tiene ningún sentido pedirle, en estos momentos, a los partidos políticos que "le digan al país si están dispuestos a participar en esta fiesta electoral y se pronuncien si van a aceptar los resultados electorales".
Lo primero que deberíamos de aclarar es si realmente los críticos del Consejo Nacional Electoral son en verdad alborotadores o existen justificadas razones para cuestionar dicho organismo. Lo primero a señalar es su conformación. La escogencia de sus miembros no ha cumplido a cabalidad los requisitos constitucionales, ni ha sido equilibrada e imparcial: cuatro miembros favorecen al chavismo y 1 miembro a la oposición. Este hecho es muy grave: trae por consecuencia que una mayoría muy importante de venezolanos tenga permanentes dudas sobre la transparencia de las actuaciones del organismo electoral. Además, en el ejercicio de sus funciones no han mostrado la imparcialidad requerida para obtener la suficiente autoridad moral sobre los ciudadanos.
Veamos algunos casos: las recientes elecciones parlamentarias. No es fácil convencer a los electores, que habiendo la oposición obtenido 50,36% de los sufragios sólo tenga 67 diputados y el gobierno con 48,13% de los votos logre 98 parlamentarios. Es verdad que el origen de ese absurdo se produjo como consecuencia de una reforma a la Ley Orgánica de Procesos Electorales aprobada por la Asamblea Nacional, en la cual se estableció el voto paralelo, que permitía escoger 52 escaños por el sistema de representación proporcional y 110 en base al escrutinio uninominal mayoritario. Además, para favorecer al chavismo, se modificaron las circunscripciones electorales. Ante un hecho tan grave, los miembros del CNE debieron hacer oír su voz de protesta.
La legitimidad de unas elecciones no sólo la da la transparencia de los escrutinios, sino que exige un suficiente equilibrio en todos los aspectos de la campaña electoral. Hace algunas horas escuché una interesante entrevista del rector Vicente Díaz. En esa entrevista, de una manera muy inteligente, hizo ver ese problema al resaltar que el CNE había demostrado suficiente idoneidad en garantizar la transparencia de los resultados electorales, poniendo de ejemplo las últimas cuatro elecciones: dos ganadas por el gobierno, dos por la oposición, pero que no había sido capaz de limitar los abusos de poder de Hugo Chávez y del Gobierno Nacional, al utilizar de manera indebida sus funciones presidenciales para hacer campaña electoral.
También es preocupante las limitaciones que se han establecido para impedir que los venezolanos en el exterior puedan ejercer el derecho al voto. La Constitución Nacional sólo exige para poder votar: ser venezolano, haber cumplido dieciocho años y no estar sujeto a interdicción civil o inhabilitación política. El artículo 124 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales exige además ser residente en determinado país. Esa norma es inconstitucional y tiene que ser revisada. En este delicado caso, ya que es conocido que la mayoría de los residentes en el exterior favorecen a la oposición, exige una clara actitud de parte de los miembros del CNE. No hacerlo comprometería aún más su imparcialidad en el proceso electoral.
No soy ningún experto en asuntos electorales. Estas observaciones son las percepciones que tengo como ciudadano. Estoy seguro que la Mesa de la Unidad debe tener muchísimos más reclamos de la manera de actuar del Consejo Nacional Electoral y los permanentes abusos de poder de Hugo Chávez. Pedirle que salgan a reconocer previamente el resultado electoral sin conocer como se van a desarrollar realmente las elecciones es un verdadero despropósito. En Venezuela vamos a vivir difíciles circunstancias. No es fácil para un régimen de tendencia totalitaria, como es el chavismo, reconocer que están a las puertas de una derrota electoral que les hará perder el poder. Hugo Chávez debe encontrarse más que deprimido por esta realidad histórica.
fochoaantich@gmail.com
Lo primero que deberíamos de aclarar es si realmente los críticos del Consejo Nacional Electoral son en verdad alborotadores o existen justificadas razones para cuestionar dicho organismo. Lo primero a señalar es su conformación. La escogencia de sus miembros no ha cumplido a cabalidad los requisitos constitucionales, ni ha sido equilibrada e imparcial: cuatro miembros favorecen al chavismo y 1 miembro a la oposición. Este hecho es muy grave: trae por consecuencia que una mayoría muy importante de venezolanos tenga permanentes dudas sobre la transparencia de las actuaciones del organismo electoral. Además, en el ejercicio de sus funciones no han mostrado la imparcialidad requerida para obtener la suficiente autoridad moral sobre los ciudadanos.
Veamos algunos casos: las recientes elecciones parlamentarias. No es fácil convencer a los electores, que habiendo la oposición obtenido 50,36% de los sufragios sólo tenga 67 diputados y el gobierno con 48,13% de los votos logre 98 parlamentarios. Es verdad que el origen de ese absurdo se produjo como consecuencia de una reforma a la Ley Orgánica de Procesos Electorales aprobada por la Asamblea Nacional, en la cual se estableció el voto paralelo, que permitía escoger 52 escaños por el sistema de representación proporcional y 110 en base al escrutinio uninominal mayoritario. Además, para favorecer al chavismo, se modificaron las circunscripciones electorales. Ante un hecho tan grave, los miembros del CNE debieron hacer oír su voz de protesta.
La legitimidad de unas elecciones no sólo la da la transparencia de los escrutinios, sino que exige un suficiente equilibrio en todos los aspectos de la campaña electoral. Hace algunas horas escuché una interesante entrevista del rector Vicente Díaz. En esa entrevista, de una manera muy inteligente, hizo ver ese problema al resaltar que el CNE había demostrado suficiente idoneidad en garantizar la transparencia de los resultados electorales, poniendo de ejemplo las últimas cuatro elecciones: dos ganadas por el gobierno, dos por la oposición, pero que no había sido capaz de limitar los abusos de poder de Hugo Chávez y del Gobierno Nacional, al utilizar de manera indebida sus funciones presidenciales para hacer campaña electoral.
También es preocupante las limitaciones que se han establecido para impedir que los venezolanos en el exterior puedan ejercer el derecho al voto. La Constitución Nacional sólo exige para poder votar: ser venezolano, haber cumplido dieciocho años y no estar sujeto a interdicción civil o inhabilitación política. El artículo 124 de la Ley Orgánica de Procesos Electorales exige además ser residente en determinado país. Esa norma es inconstitucional y tiene que ser revisada. En este delicado caso, ya que es conocido que la mayoría de los residentes en el exterior favorecen a la oposición, exige una clara actitud de parte de los miembros del CNE. No hacerlo comprometería aún más su imparcialidad en el proceso electoral.
No soy ningún experto en asuntos electorales. Estas observaciones son las percepciones que tengo como ciudadano. Estoy seguro que la Mesa de la Unidad debe tener muchísimos más reclamos de la manera de actuar del Consejo Nacional Electoral y los permanentes abusos de poder de Hugo Chávez. Pedirle que salgan a reconocer previamente el resultado electoral sin conocer como se van a desarrollar realmente las elecciones es un verdadero despropósito. En Venezuela vamos a vivir difíciles circunstancias. No es fácil para un régimen de tendencia totalitaria, como es el chavismo, reconocer que están a las puertas de una derrota electoral que les hará perder el poder. Hugo Chávez debe encontrarse más que deprimido por esta realidad histórica.
fochoaantich@gmail.com
MARJORIE DE SOUSA, ACTRIZ
Una dama sin memoria
"¿De Julián Gil? No tengo nada que decir, porque las damas no tenemos memoria" "Hay varias cositas por ahí en Venezuela, pero no puedo hablar de nada porque me regañan... "
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Marjorie de Sousa es la protagonista de "Sacrificio de mujer", que transmitirá Venevisión a partir de este miércoles (Archivo)
PEDRO D'ALESSANDRIA | ESPECIAL/ELUNIVERSAL
domingo 18 de septiembre de 2011 12:00 AM
Miami .- Luego de un tiempo alejada de la pantalla venezolana, Marjorie De Sousa regresa con el reto de cautivar a la audiencia como protagonista de Sacrificio de mujer, el dramático que grabó en Miami y se estrena este miércoles 21 en Venevisión. La curvílinea actriz, radicada por estos días en Miami, hizo un alto entre sus estudios de inglés y de acento neutro para conversar sobre Clemencia Talamonti, alter ego que ha asegurado repetidas veces es el más exigente de su carrera.
-Tras ser la villana por excelencia, ¿cree que la audiencia la aceptará como la buena de la historia?
-Lo chévere de regresar a la pantalla de mi país es hacerlo con una imagen totalmente diferente, con una cara que hasta yo misma no estoy acostumbrada a ver. Ha sido un reto. Clemencia no es una protagonista tradicional, más bien es atípica, es una mujer muy fuerte, que a veces puede llegar a ser vista como mala. Pero a la hora de la verdad es un ser humano que ha sufrido muchísimo y se cubre con una coraza para que no le sigan haciendo daño. Yo sé que mi gente en Venezuela no me va a dejar morir y muchos se van a sentir identificados con ella.
-¿Por qué es el rol más difícil de su carrera?
-Con Clemencia tengo que representar a una mujer mucho más grande que yo, y con un carácter totalmente diferente al mío. Y en dos etapas totalmente distintas: una de 16 años y otra donde es una mujer de casi 50 años, con hijos que son casi de mi edad. Era necesario que el público lo creyera y para eso requerí de un trabajo actoral bien importante. Cuatro meses antes de empezar las grabaciones se preparó este personaje con muchísima dedicación, con muchísimo cariño. Fue una labor bien intensa, gracias a que me dieron la oportunidad de trabajar aquí en Miami con Adriana Barraza.
-¿Qué le costó más?
-No podía reflejar nada de ningún personaje anterior, porque Clemencia es un personaje que tiene una línea muy fina y puede caer en una villana. Las escenas se estudiaban, se practicaban, se repasaban, cada detalle de Clemencia fue fríamente calculado. Una de las cosas que más me costó fue su manera de mirar y hablar. Tuve que trabajar la voz -explica ella imitando un tono más grave y pausado- y su manera de hablar con cada personaje. Al principio de las grabaciones tenía que hacer a las dos (a la joven y la adulta) el mismo día, y se me salía la voz de una en la otra -dice entre risas- y yo decía: '¡Ay, Dios mío!'. Pero luego lo agarré como automático. Fue complejo, pero bonito, porque el resultado es sorprendente.
-¿Qué escenas quedaron grabadas en su mente?
-Representar a Clemencia fue una escuela, un aprendizaje. Una de las escenas más fuertes la verán en el primer capítulo, donde a Clemencia se le muere el padre en los brazos. Debe ser lo más horrible del mundo pasar por una experiencia como esa y me costó mucho. Llegó un momento en que me quedé privada llorando y rezaba mientras hacía la escena: le pedía a Dios que nunca me tocara vivir algo así y cuidara a mi familia.
-Conoce a Juan Alfonso Baptista, "El Gato", desde hace muchos años. ¿Logró con él la química necesaria como pareja romántica?
-Lo conozco desde hace un montón de años, y es un ser humano hermoso, que si te lo ganas es un tremendo amigo. Es antiparabólico, vive en su mundo, muy buena nota. Trabajar con él da muchas ganas. Eso sí, es muy despistado. A veces tienes que decirle: "Gato, ven acá", porque, mi amor, él está sentado, mirando los planetas, se cae el mundo, y a él no le importa... Era muy chistoso. Recuerdo una escena que nos tocó grabar en una playa, donde teníamos que hacer el amor y cuando dijeron: "¡Acción!", llegó un campamento de niñitos -relata muerta de risa-. El Gato comenzó a quitarme el brassier, obviamente todo trucado, y yo voltee y le dije: 'Mira a tu alrededor, ¡no podemos hacer esto!'. A ese hombre se le salían las lágrimas por aguantar las ganas de reírse. ¡Imagínate hacer una escena así frente a 50 o 60 niños! Pero, sí, creo que hice muy buena química. Y también con Luis José Santander, que tiene un personajazo, de veras tienen que verlo...
-¿Volverá a trabajar en Venezuela?
-Sí, hay varias cositas por ahí en Venezuela, pero no puedo hablar de nada porque me regañan... Hay cosas que se están cocinando, pero por ahora estoy trabajando en mi acento neutro, estudiando, tomando un tiempo para mí, para recargar las pilas, porque lo que viene es un reto muy importante en mi carrera, Dios mediante.
-¿Ese reto es una telenovela de época para Televisa?
-(Sorprendida) No puedo hablarte nada... discúlpame.
-¿Es cierto que le tiene miedo a la soledad?
-En exceso, la soledad es la peor enemiga. Es bueno disfrutar ese espacio contigo misma, pero a mí me ha pegado porque he estado muy alejada de mi familia, mis amigos... Aquí tengo gente maravillosa que me quiere, pero esa ha sido una de las partes más difíciles de mi carrera.
Acerca de su rompimiento luego de una efímera relación con Julián Gil, el villano de Eva Luna y juez de Nuestra Belleza Latina, prefiere mantenerse al margen: "No tengo nada que decir, las damas no tenemos memoria".
-¿Mejor sola que mal acompañada?
-Totalmente... Este tiempo que me he agarrado para mí ha sido bien importante para encontrar cosas de Marjorie que no conocía. Al principio es difícil aceptar la soledad porque estás aturdida, pero ya en la calma puedes ver las cosas con más claridad.
-La han comenzado a relacionar con el compositor puertorriqueño Wise...
-Wise es una persona super talentosa. Tiene una gran habilidad para llegar al corazón de la personas con sus composiciones, de hacer unas letras que dignifican a las mujeres y al ser humano, y eso es admirable. Mucha gente se ha enamorado, despechado y hasta ha hecho el amor con sus canciones.. Es hora de que la gente sepa quién es Wise. Fíjate que una canción suya, Hasta el sol de hoy, que fue un éxito en Venezuela y en el mundo, y la escribió cuando tenía 12 años. Ha escrito para Shakira, Don Omar, Thalía, y para un gentío. La canción para el video del cual soy imagen, del ex Aventura Henry Santos, Poquito a poquito, también es de Wise.
-Pero entonces ¿hay relación o no hay relación?
-No, es un gran amigo, lo quiero muchísimo. ¿Por qué no nombrar a las personas talentosas? ¿Por qué no gritarlas?
-¿Retomará con él su proyecto de grabar un disco?
-Hoy no sé, no te podría decir... Estoy enfocada en muchas cosas como Marjorie, la actriz, pero quién quita y les doy una sorpresa -remata riéndose maliciosamente.
-Tras ser la villana por excelencia, ¿cree que la audiencia la aceptará como la buena de la historia?
-Lo chévere de regresar a la pantalla de mi país es hacerlo con una imagen totalmente diferente, con una cara que hasta yo misma no estoy acostumbrada a ver. Ha sido un reto. Clemencia no es una protagonista tradicional, más bien es atípica, es una mujer muy fuerte, que a veces puede llegar a ser vista como mala. Pero a la hora de la verdad es un ser humano que ha sufrido muchísimo y se cubre con una coraza para que no le sigan haciendo daño. Yo sé que mi gente en Venezuela no me va a dejar morir y muchos se van a sentir identificados con ella.
-¿Por qué es el rol más difícil de su carrera?
-Con Clemencia tengo que representar a una mujer mucho más grande que yo, y con un carácter totalmente diferente al mío. Y en dos etapas totalmente distintas: una de 16 años y otra donde es una mujer de casi 50 años, con hijos que son casi de mi edad. Era necesario que el público lo creyera y para eso requerí de un trabajo actoral bien importante. Cuatro meses antes de empezar las grabaciones se preparó este personaje con muchísima dedicación, con muchísimo cariño. Fue una labor bien intensa, gracias a que me dieron la oportunidad de trabajar aquí en Miami con Adriana Barraza.
-¿Qué le costó más?
-No podía reflejar nada de ningún personaje anterior, porque Clemencia es un personaje que tiene una línea muy fina y puede caer en una villana. Las escenas se estudiaban, se practicaban, se repasaban, cada detalle de Clemencia fue fríamente calculado. Una de las cosas que más me costó fue su manera de mirar y hablar. Tuve que trabajar la voz -explica ella imitando un tono más grave y pausado- y su manera de hablar con cada personaje. Al principio de las grabaciones tenía que hacer a las dos (a la joven y la adulta) el mismo día, y se me salía la voz de una en la otra -dice entre risas- y yo decía: '¡Ay, Dios mío!'. Pero luego lo agarré como automático. Fue complejo, pero bonito, porque el resultado es sorprendente.
-¿Qué escenas quedaron grabadas en su mente?
-Representar a Clemencia fue una escuela, un aprendizaje. Una de las escenas más fuertes la verán en el primer capítulo, donde a Clemencia se le muere el padre en los brazos. Debe ser lo más horrible del mundo pasar por una experiencia como esa y me costó mucho. Llegó un momento en que me quedé privada llorando y rezaba mientras hacía la escena: le pedía a Dios que nunca me tocara vivir algo así y cuidara a mi familia.
-Conoce a Juan Alfonso Baptista, "El Gato", desde hace muchos años. ¿Logró con él la química necesaria como pareja romántica?
-Lo conozco desde hace un montón de años, y es un ser humano hermoso, que si te lo ganas es un tremendo amigo. Es antiparabólico, vive en su mundo, muy buena nota. Trabajar con él da muchas ganas. Eso sí, es muy despistado. A veces tienes que decirle: "Gato, ven acá", porque, mi amor, él está sentado, mirando los planetas, se cae el mundo, y a él no le importa... Era muy chistoso. Recuerdo una escena que nos tocó grabar en una playa, donde teníamos que hacer el amor y cuando dijeron: "¡Acción!", llegó un campamento de niñitos -relata muerta de risa-. El Gato comenzó a quitarme el brassier, obviamente todo trucado, y yo voltee y le dije: 'Mira a tu alrededor, ¡no podemos hacer esto!'. A ese hombre se le salían las lágrimas por aguantar las ganas de reírse. ¡Imagínate hacer una escena así frente a 50 o 60 niños! Pero, sí, creo que hice muy buena química. Y también con Luis José Santander, que tiene un personajazo, de veras tienen que verlo...
-¿Volverá a trabajar en Venezuela?
-Sí, hay varias cositas por ahí en Venezuela, pero no puedo hablar de nada porque me regañan... Hay cosas que se están cocinando, pero por ahora estoy trabajando en mi acento neutro, estudiando, tomando un tiempo para mí, para recargar las pilas, porque lo que viene es un reto muy importante en mi carrera, Dios mediante.
-¿Ese reto es una telenovela de época para Televisa?
-(Sorprendida) No puedo hablarte nada... discúlpame.
-¿Es cierto que le tiene miedo a la soledad?
-En exceso, la soledad es la peor enemiga. Es bueno disfrutar ese espacio contigo misma, pero a mí me ha pegado porque he estado muy alejada de mi familia, mis amigos... Aquí tengo gente maravillosa que me quiere, pero esa ha sido una de las partes más difíciles de mi carrera.
Acerca de su rompimiento luego de una efímera relación con Julián Gil, el villano de Eva Luna y juez de Nuestra Belleza Latina, prefiere mantenerse al margen: "No tengo nada que decir, las damas no tenemos memoria".
-¿Mejor sola que mal acompañada?
-Totalmente... Este tiempo que me he agarrado para mí ha sido bien importante para encontrar cosas de Marjorie que no conocía. Al principio es difícil aceptar la soledad porque estás aturdida, pero ya en la calma puedes ver las cosas con más claridad.
-La han comenzado a relacionar con el compositor puertorriqueño Wise...
-Wise es una persona super talentosa. Tiene una gran habilidad para llegar al corazón de la personas con sus composiciones, de hacer unas letras que dignifican a las mujeres y al ser humano, y eso es admirable. Mucha gente se ha enamorado, despechado y hasta ha hecho el amor con sus canciones.. Es hora de que la gente sepa quién es Wise. Fíjate que una canción suya, Hasta el sol de hoy, que fue un éxito en Venezuela y en el mundo, y la escribió cuando tenía 12 años. Ha escrito para Shakira, Don Omar, Thalía, y para un gentío. La canción para el video del cual soy imagen, del ex Aventura Henry Santos, Poquito a poquito, también es de Wise.
-Pero entonces ¿hay relación o no hay relación?
-No, es un gran amigo, lo quiero muchísimo. ¿Por qué no nombrar a las personas talentosas? ¿Por qué no gritarlas?
-¿Retomará con él su proyecto de grabar un disco?
-Hoy no sé, no te podría decir... Estoy enfocada en muchas cosas como Marjorie, la actriz, pero quién quita y les doy una sorpresa -remata riéndose maliciosamente.
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