Pacto diabólico
Nunca como ahora ha sido tan pasmoso el desprecio por
todos los venezolanos
Durante más de 500 años, los habitantes de esta Tierra de Gracia
han creído y expresado que la naturaleza es inmensamente abundante,
pero los seres humanos son escasos, incapaces y pobres.
Ese exabrupto es contrario a toda idea racional económica que parte
de presupuestos opuestos: la naturaleza es escasa y los seres humanos,
capaces, compiten por ella.
Los políticos han sido no sólo repetidores de esos presupuestos sino
que han derivado de ellos convenientes eslóganes de protección y control
de los pobrecitos. De allí proviene el tan manido vocablo "pueblo" en
nuestra jerga política. Además, la idea parece legitimar convenientes
políticas públicas de apropiación estatal de todas las riquezas que
permite disfrutar, distribuir y despilfarrar una riqueza que como es
de todos, es de nadie.
Pero nunca como ahora ha sido tan pasmoso el desprecio por todos
los venezolanos y la consideración de que el pueblo es pobre, incapaz y,
peor, sin consciencia moral.
La guerra de regalos presidencial es diabólica pero no compra
el alma de un Fausto por conocimiento, sino de almas ingenuas por
artefactos de línea blanca. Puede que esos beneficiarios del regalo
presidencial no tengan agua corriente y no puedan conectar sus
nuevas lavadoras chinas; pero no importa, es un regalo que pueden
revender y hacerse un dinerito extra en Navidad. Sabemos que el
banco no recuperará jamás esos créditos para equipar las casa de
los pobrecitos, pero tampoco importa, piensa el diablo, la naturaleza
abundante proveerá y rellenará las arcas vaciadas.
El diablo quiere cobrar en votos en 2012. Para entonces, el pueblo
habrá olvidado este regalo, las lavadoras habrán desaparecido y será
necesario mantener la regaladera durante un año de lluvias y desastres,
de fracasos de misiones y políticas erradas; de revelación de engaños.
En este drama ni el diablo gana y serán los chinos quienes cobren las
almas del diablo y de los pobres en esta tierra asolada por una revolución
engendrada en la envidia y el rencor.
ruthcaprilse@yahoo.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario