Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 31 de marzo de 2013

Humildad y sencillez de Francisco llenaron la plaza San Pedro en la Pascua


Humildad y sencillez de Francisco llenaron la plaza San Pedro en la Pascua

Al igual que miles de compatriotas que rompieron su tradicional indiferencia con lo que pasa en el miniestado vaticano en estas fechas de asueto muy familiares, la italiana Stefania Spalluti, de 30 años, fue este domingo a San Pedro atraída por la personalidad del nuevo Papa.

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El Papa pasó entre las mareas de gente luego de la misa de Pascua (Efe)
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domingo 31 de marzo de 2013 

EL UNIVERSAL
sábado 30 de marzo de 2013  06:43 PM
Ciudad del Vaticano.- El papa argentino Francisco exhortó este sábado en la Vigilia Pascual, que conmemora la resurrección de Cristo, a no resignarse ni a perder la confianza ante las dificultades.
 La afluencia de público en la Plaza de San Pedro para la misa de Pascua y la bendición urbi et orbi de este domingo estuvo a la altura de la expectación que suscita el papa argentino Francisco, con su aura de humildad y sencillez y aires de cambio que trae a la Iglesia católica.

Cerca de un cuarto de millón de personas de todo el mundo se dieron cita para esta liturgia pascual que rememora la resurrección de Cristo, reseñó AFP.

Solo aquellos que contaban con una invitación pudieron entrar en el recinto acotado milimétricamente dentro de la plaza, pero las arterias que llevan al centro neurálgico del catolicismo estaban congestionadas.


Solo los más osados serpenteaban entre vendedores de periódicos y estampitas con la nueva imagen del primer papa jesuita de la historia, algún que otro mendigo, cochecitos de niños y brazos en alto con toda la gama inimaginable de teléfonos celulares de última generación, los smartphones, y alguna que otra cámara de fotos y de video, recuerdo de épocas que parecen prehistóricas.

Sólo los más altos habrán podido robar alguna instantánea al nuevo papa argentino, instalado al fondo de la plaza en el altar montado para la ocasión antes de aparecer en el balcón de la basílica para impartir a la ciudad y al mundo su bendición acompañada de una indulgencia plenaria que hace borrón y cuenta nueva de los pecados cometidos.

Un urbi et orbi cargado de mensajes contra las guerras y la violencia que desangran en particular a Oriente Medio, con especial mención a Siria, Irak o el conflicto israelo-palestino que ya dura "demasiado tiempo", los conflictos en África, sobre todo en Malí, República Democrática de Congo y República Centroafricana, o las tensiones crecientes en la península de Corea con la amenaza de una catástrofe nuclear.

O la trata de blancas y de personas, el deterioro del medio ambiente y un alegato a favor del amor en vez del odio, de la paz en vez de la guerra y del perdón en vez de la venganza, que suscitaron aplausos y comentarios de aprobación de la entregada audiencia.

Al igual que miles de compatriotas que rompieron su tradicional indiferencia con lo que pasa en el miniestado vaticano en estas fechas de asueto muy familiares, la italiana Stefania Spalluti, de 30 años, fue este domingo a San Pedro atraída por la personalidad del nuevo Papa.

En particular la multiplicación de "pequeños gestos" con que ha ido jalonando sus primeros pasos desde que fue elegido al trono de Pedro el pasado 13 de marzo.

"Es diferente, muy cercano a la gente. Ha hecho cosas muy simples que uno se espera de un papa", dice antes de confesar que es lo que le está acercando de nuevo a la Iglesia. "Tengo un sentimiento diferente, estoy mucho más implicada en este momento", asegura.

"Simplicidad, amor, humildad" es lo que espera de la Iglesia el veneciano Roberto Tosettio, 51 años, con este jesuita que predica con el ejemplo.

Desde su forma de vestirse con una simple casulla blanca, alejada de la pompa de sus antecesores, en particular del renunciante Benedicto XVI, su decisión de vivir por el momento en una sencilla habitación de una residencia de sacerdotes en vez del lujoso apartamento del Vaticano, hasta su acercamiento y contacto con la gente.

Al término de la misa, recibió una camiseta del San Lorenzo, el club de fútbol argentino de sus amores, y se inclinó para abrazar, besar y acariciar a un grupo de jóvenes discapacitados en medio de los aplausos del público.

"¡Es mucho más social que facebook!", bromea Tosettio, quien considera que el papa alemán "ahuyentaba a los fieles" pese a su combate sin cuartel contra lo que consideraba la "dictadura del relativismo".

La colombiana Doralis está convencida de que las ovejas "desilusionadas" de la Iglesia, van a volver atraídas por la "transparencia" y la personalidad de Francisco.

No opina lo mismo la española de la Rioja Ana Bernado, de 50 años, para quien, aunque este Papa tiene más "feeling y más carisma" que su predecesor, ahora la gente "es más lista que antes y no se deja llevar tan fácilmente" por la religión.

El Papa exhorta a no resignarse ante las dificultades

La denominada la liturgia de la luz, empezó en el atrio de la fastuosa basílica de San Pedro, totalmente a oscuras, con el Papa y los sacerdotes vestidos de blanco.

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"Las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos", dijo el Papa (AP)
EL UNIVERSAL
sábado 30 de marzo de 2013  06:43 PM
Ciudad del Vaticano.- El papa argentino Francisco exhortó este sábado en la Vigilia Pascual, que conmemora la resurrección de Cristo, a no resignarse ni a perder la confianza ante las dificultades.

"No nos encerremos en nosotros mismos, no perdamos la confianza, nunca nos resignemos", exhortó el Papa en la homilía de esta liturgia de la luz, en un mensaje que puede aplicarse no sólo a la religión sino a cualquier dificultad que el ser humano encuentra en la vida, en particular, en épocas de crisis, destacó AFP.

"Los problemas, las preocupaciones de la vida cotidiana tienden a que nos encerremos en nosotros mismos, en la tristeza, en la amargura" y recordó a los incrédulos que no hay que "cerrarse a la novedad", en las "sorpresas de Dios", porque ésta transforma.

Esta ceremonia de la luz, denominada la liturgia de la luz, empezó en el atrio de la fastuosa basílica de San Pedro, totalmente a oscuras, con el Papa y los sacerdotes vestidos de blanco.

Una vez encendido en el atrio de la basílica el cirio pascual, una gran vela que simboliza a Cristo resucitado, y que sirve para alumbrar las velas de los fieles, comenzó la procesión silenciosa del Papa y sus ministros hasta el altar mayor, momento en que se encienden las luces del templo.

"Es la celebración más rica y quizá la más bella" de la Semana Santa, según el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi.

Este año, esta liturgia, que solía durar tres horas, ha sido reducida por expreso deseo del papa argentino.

En la ceremonia, el Papa administró los sacramentos -bautismo, confirmación y primera comunión- a cuatro jóvenes procedentes de Italia, Albania, Rusia y Estados Unidos.

Elegido al trono de Pedro el pasado 13 de marzo, Francisco ha jalonado sus dos primeras semanas de numerosos cambios que indican que quiere conducir a la Iglesia por el camino de la sencillez, la humildad y la concordia.

El Jueves Santo se desplazó a una cárcel de menores para oficiar la liturgia del lavado de pies a doce jóvenes reclusos, entre ellos dos chicas y dos musulmanes.

El Viernes Santo oró por la paz en Oriente Medio, y el entendimiento de cristianos y musulmanes, cuya coexistencia en esa región no siempre es fácil, en particular en Egipto, Irak, Siria, Líbano o Libia
 La afluencia de público en la Plaza de San Pedro para la misa de Pascua y la bendición urbi et orbi de este domingo estuvo a la altura de la expectación que suscita el papa argentino Francisco, con su aura de humildad y sencillez y aires de cambio que trae a la Iglesia católica.

Cerca de un cuarto de millón de personas de todo el mundo se dieron cita para esta liturgia pascual que rememora la resurrección de Cristo, reseñó AFP.

Solo aquellos que contaban con una invitación pudieron entrar en el recinto acotado milimétricamente dentro de la plaza, pero las arterias que llevan al centro neurálgico del catolicismo estaban congestionadas.


Solo los más osados serpenteaban entre vendedores de periódicos y estampitas con la nueva imagen del primer papa jesuita de la historia, algún que otro mendigo, cochecitos de niños y brazos en alto con toda la gama inimaginable de teléfonos celulares de última generación, los smartphones, y alguna que otra cámara de fotos y de video, recuerdo de épocas que parecen prehistóricas.

Sólo los más altos habrán podido robar alguna instantánea al nuevo papa argentino, instalado al fondo de la plaza en el altar montado para la ocasión antes de aparecer en el balcón de la basílica para impartir a la ciudad y al mundo su bendición acompañada de una indulgencia plenaria que hace borrón y cuenta nueva de los pecados cometidos.

Un urbi et orbi cargado de mensajes contra las guerras y la violencia que desangran en particular a Oriente Medio, con especial mención a Siria, Irak o el conflicto israelo-palestino que ya dura "demasiado tiempo", los conflictos en África, sobre todo en Malí, República Democrática de Congo y República Centroafricana, o las tensiones crecientes en la península de Corea con la amenaza de una catástrofe nuclear.

O la trata de blancas y de personas, el deterioro del medio ambiente y un alegato a favor del amor en vez del odio, de la paz en vez de la guerra y del perdón en vez de la venganza, que suscitaron aplausos y comentarios de aprobación de la entregada audiencia.

Al igual que miles de compatriotas que rompieron su tradicional indiferencia con lo que pasa en el miniestado vaticano en estas fechas de asueto muy familiares, la italiana Stefania Spalluti, de 30 años, fue este domingo a San Pedro atraída por la personalidad del nuevo Papa.

En particular la multiplicación de "pequeños gestos" con que ha ido jalonando sus primeros pasos desde que fue elegido al trono de Pedro el pasado 13 de marzo.

"Es diferente, muy cercano a la gente. Ha hecho cosas muy simples que uno se espera de un papa", dice antes de confesar que es lo que le está acercando de nuevo a la Iglesia. "Tengo un sentimiento diferente, estoy mucho más implicada en este momento", asegura.

"Simplicidad, amor, humildad" es lo que espera de la Iglesia el veneciano Roberto Tosettio, 51 años, con este jesuita que predica con el ejemplo.

Desde su forma de vestirse con una simple casulla blanca, alejada de la pompa de sus antecesores, en particular del renunciante Benedicto XVI, su decisión de vivir por el momento en una sencilla habitación de una residencia de sacerdotes en vez del lujoso apartamento del Vaticano, hasta su acercamiento y contacto con la gente.

Al término de la misa, recibió una camiseta del San Lorenzo, el club de fútbol argentino de sus amores, y se inclinó para abrazar, besar y acariciar a un grupo de jóvenes discapacitados en medio de los aplausos del público.

"¡Es mucho más social que facebook!", bromea Tosettio, quien considera que el papa alemán "ahuyentaba a los fieles" pese a su combate sin cuartel contra lo que consideraba la "dictadura del relativismo".

La colombiana Doralis está convencida de que las ovejas "desilusionadas" de la Iglesia, van a volver atraídas por la "transparencia" y la personalidad de Francisco.

No opina lo mismo la española de la Rioja Ana Bernado, de 50 años, para quien, aunque este Papa tiene más "feeling y más carisma" que su predecesor, ahora la gente "es más lista que antes y no se deja llevar tan fácilmente" por la religión.

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