Todo acontecimiento importante es conveniente que sea recordado. El pueblo de Israel alimentó su fe en el Señor, recordando las maravillas que Él realizó con sus padres. Ahora los cristianos recordamos la obra más maravillosa que Dios Padre ha hecho en su Hijo, por medio del Espíritu Santo: LA RESURRECCIÓN DE JESÚS, contenido fundamental y fundamento de nuestra fe.
La Resurrección de Jesús es un acontecimiento absolutamente único y trascendente, sin embargo se inserta en nuestra historia humana y la afecta a través de un conjunto de sucesos históricamente comprobables que fueron manifestaciones del Resucitado y por tanto de la Resurrección.
A diferencia de cualquier acontecimiento humano, el acontecimiento salvífico se hace presente, porque tiene como finalidad la salvación de los hombres de todos los tiempos. La Resurrección de Jesús, es lo que los cristianos celebramos en la Pascua, centro de todo el Año Litúrgico.
La Iglesia celebra cada año esta fecha desde la Misa vespertina del jueves en la Cena del Señor "hasta las Vísperas del domingo de Resurrección". Este período de tiempo se denomina justamente el "Triduo del crucificado, sepultado y resucitado, se llama también "Triduo pascual" porque en su celebración se hace presente y se realiza el misterio de la Pascua, es decir el tránsito del Señor de este mundo al Padre. En esta celebración del misterio, por medio de los signos litúrgicos y sacramentales la Iglesia se une en íntima comunión con Cristo, su Esposo.
Es sagrado el ayuno pascual de los dos primeros días del Triduo, en los cuales, según una antigua tradición, la Iglesia ayuna "porque el Esposo ha sido arrebatado. "El Viernes Santo de la Pasión del Señor hay que observar en todas partes la abstinencia, y se recomienda que se observe también durante el Sábado santo, a fin de que la Iglesia pueda llegar con el espíritu ligero y abierto a la alegría del domingo de Resurrección.
Para comprender mejor la Pascua que celebramos los cristianos, conviene recordar brevemente la Pascua Judía: el libro del Éxodo narra las penurias que el pueblo de Israel pasaba como esclavo en Egipto y cómo Dios llama a Moisés para que lo libere, prometiéndole una tierra próspera y fértil que Él les daría en propiedad si los israelitas se deciden a dejar la seguridad y esclavitud de Egipto. Después de muchos problemas, los hebreos emprenden el camino por el desierto hacia la "tierra prometida".
Los judíos celebran solemnemente, cada año la Pascua, recordando el acontecimiento histórico de su liberación de la esclavitud y los acontecimientos portentosos que el Señor realizó para liberarlos. La palabra "pascua", significa "paso" El paso del Señor por Egipto, sacrificando a los primogénitos egipcios y "respetando" las casas de los israelitas que estaban marcadas con la "sangre del cordero", que habían sacrificado por instrucciones de Moisés.
El paso del pueblo, de la esclavitud de Egipto a la libertad del camino hacia la tierra prometida.
El paso del pueblo por el Mar Rojo, que Dios había abierto para que escaparan de los Egipcios que los perseguían y que Dios cierra para ahogar ahí a los soldados y al faraón.
La Pascua que vivió aquel pueblo, anuncia la Pascua definitiva que vivirá Jesús para liberar al hombre de la esclavitud del pecado.
Pascua de Cristo
Los Evangelios nos hablan de la Pascua de Cristo y presentan dos puntos de vista distintos, que se complementan: San Juan nos dice que la Pascua de Cristo coincide con su muerte en la Cruz, para él, Jesús sustituye la inmolación del cordero con su propia inmolación en la Cruz. Los otros tres evangelistas nos presentan la Última Cena como la Pascua celebrada por Cristo, en la que sustituye la cena pascual por la Cena Eucarística.
Para San Juan la Pascua de Cristo es su paso de este mundo al Padre, por eso presenta a Jesús como el "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29). Une la muerte de Cristo con su glorificación: la Pascua es muerte que lleva a la Resurrección. La hora de la crucifixión es llamada "su hora" (cf. Jn 12, 23-33).
Los otros evangelistas, por su parte, insisten describiéndola detalladamente, que Cristo celebró la Pascua con la institución de la Eucaristía (Cf. Lc 22, 8.15; Mc 14, 12-16). Hablan de la muerte de Cristo en función de la "remisión de los pecados" (cf. Mt 26,28; Mc 14,24; Lc 22,20). Y hablan también de una muerte que realiza una Nueva Alianza.
La Pascua de Cristo consiste, por tanto en su inmolación al Padre, que Juan contempla en su momento real y en la institución de la Eucaristía, que los evangelios sinópticos contemplan en su momento sacramental, éstos insisten en el signo, aquél en la realidad significada.
En Cristo encontramos el "Cordero Inmolado"; el Paso de Dios entre los hombres; la Humanidad liberada de la esclavitud del pecado para pasar a la Patria prometida, la Nueva Alianza fundada en el amor.
La pascua de la iglesia
La predicación de los Apóstoles se centra en el acontecimiento pascual. Desde tiempos apostólicos se habla de la Pascua Cristiana, -de la Iglesia de Cristo-, que celebraban en lugar de la Pascua Judía. (cf. 1Cor 5, 7.8; 1Pe 2,16).
Por la Resurrección de Cristo, los cristianos son capaces de pasar de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia, (Cf. 1Pe 2,9).
Los primeros cristianos se reunían a "partir del pan" diariamente (cf. Hch 2, 42-46; 5,42). El misterio pascual para ellos, es vida de todos los días y no simple recuerdo. En un segundo tiempo encontramos la celebración dominical (cf. 1 Cor 16, 1.2; Ap 1,10; Hch 20, 7-12). Hay muchos documentos antiguos además, que presentan cómo los cristianos se reunían el domingo -día de la Resurrección del Señor- a celebrar la Eucaristía, en contraposición a la celebración judía del sábado.
Una tercera etapa sería cuando se comenzó a celebrar la Pascua anual. A partir del año 135, primero en Jerusalén y luego en Alejandría, se celebraba el domingo siguiente al 14 de Nisán, (día en que los judíos celebraban su Pascua). Hasta durante todo el siglo III, la Pascua fue la única festividad anual de los cristianos. En ella condensaban y revivían la historia de la salvación que va desde la creación hasta la parusía. Era la fiesta de Cristo, del "Cristo de ayer, de hoy y de siempre" (Hb 13,8).
Poco a poco esta fiesta se va desarrollando y estructurando. De una vigilia pascual precedida por unos días de ayuno, se llega progresivamente al triduo pascual del viernes, sábado y domingo; días dedicados respectivamente al recuerdo de Cristo muerto, sepultado y resucitado. Ese tiempo de ayuno fue alargándose hasta constituirse la Cuaresma. Con esto se estableció un período preparatorio de penitencia y oración con duración de 40 días. Esta estructura la encontramos a partir del siglo IV. En tiempo de pascua los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote son color blanco.
Significados antiguos de la Pascua
A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido progresivas reflexiones teológicas a cerca del significado de la Pascua. Se puede resumir el pensamiento de los primeros Padres de la Iglesia en tres posiciones diferentes y complementarias al mismo tiempo:
Primero se daba a la Pascua el significado de Pasión, por lo que las primeras celebraciones fueron el 14 de Nisán, día de la muerte del Señor. La Resurrección es vista como una prolongación de la Pasión, como una consecuencia de la muerte victoriosa de Cristo. Se pensó que la Palabra Pascua viniese del verbo griego paschein, que significa "padecer". Era la época de las grandes persecuciones, cuando se consideraba la pasión como causa de nuestra resurrección.
La segunda reflexión fue presentada por Orígenes, que habla de que la Pascua no se coloca en el pasado, sino en el presente, este padre dice: "El cristiano que celebra su Pascua, es uno que pasa continuamente con el pensamiento, con la palabra y la acción de las cosas de esta vida a Dios y se apresura hacia su ciudad". Para él la Pascua es paso y ascensión. Coincide también esta etapa en la verdadera significación de la palabra Pascua, hecha por San Jerónimo, buen conocedor del idioma de los judíos: Pascua en hebreo se dice Phase y quiere decir "paso".
La tercera reflexión es de San Agustín, que hace una síntesis de las dos corrientes anteriores. Parte del texto de Juan 13, 1; en el que Jesús habla de su paso de este mundo al Padre, concluyendo que Cristo realiza este "paso" a través de la pasión: "Cristo pasa de la muerte a la vida y nos abre así el camino a nosotros que creemos en la resurrección para que pasemos también nosotros de la muerte a la vida". Para San Agustín, la Pascua es. Un Paso y fruto de la Pasión.
Los judíos celebran solemnemente, cada año la Pascua, recordando el acontecimiento histórico de su liberación de la esclavitud y los acontecimientos portentosos que el Señor realizó para liberarlos. La palabra "pascua", significa "paso" El paso del Señor por Egipto, sacrificando a los primogénitos egipcios y "respetando" las casas de los israelitas que estaban marcadas con la "sangre del cordero", que habían sacrificado por instrucciones de Moisés.
El paso del pueblo, de la esclavitud de Egipto a la libertad del camino hacia la tierra prometida.
El paso del pueblo por el Mar Rojo, que Dios había abierto para que escaparan de los Egipcios que los perseguían y que Dios cierra para ahogar ahí a los soldados y al faraón.
La Pascua que vivió aquel pueblo, anuncia la Pascua definitiva que vivirá Jesús para liberar al hombre de la esclavitud del pecado.
Pascua de Cristo
Los Evangelios nos hablan de la Pascua de Cristo y presentan dos puntos de vista distintos, que se complementan: San Juan nos dice que la Pascua de Cristo coincide con su muerte en la Cruz, para él, Jesús sustituye la inmolación del cordero con su propia inmolación en la Cruz. Los otros tres evangelistas nos presentan la Última Cena como la Pascua celebrada por Cristo, en la que sustituye la cena pascual por la Cena Eucarística.
Para San Juan la Pascua de Cristo es su paso de este mundo al Padre, por eso presenta a Jesús como el "Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jn 1,29). Une la muerte de Cristo con su glorificación: la Pascua es muerte que lleva a la Resurrección. La hora de la crucifixión es llamada "su hora" (cf. Jn 12, 23-33).
Los otros evangelistas, por su parte, insisten describiéndola detalladamente, que Cristo celebró la Pascua con la institución de la Eucaristía (Cf. Lc 22, 8.15; Mc 14, 12-16). Hablan de la muerte de Cristo en función de la "remisión de los pecados" (cf. Mt 26,28; Mc 14,24; Lc 22,20). Y hablan también de una muerte que realiza una Nueva Alianza.
La Pascua de Cristo consiste, por tanto en su inmolación al Padre, que Juan contempla en su momento real y en la institución de la Eucaristía, que los evangelios sinópticos contemplan en su momento sacramental, éstos insisten en el signo, aquél en la realidad significada.
En Cristo encontramos el "Cordero Inmolado"; el Paso de Dios entre los hombres; la Humanidad liberada de la esclavitud del pecado para pasar a la Patria prometida, la Nueva Alianza fundada en el amor.
La pascua de la iglesia
La predicación de los Apóstoles se centra en el acontecimiento pascual. Desde tiempos apostólicos se habla de la Pascua Cristiana, -de la Iglesia de Cristo-, que celebraban en lugar de la Pascua Judía. (cf. 1Cor 5, 7.8; 1Pe 2,16).
Por la Resurrección de Cristo, los cristianos son capaces de pasar de las tinieblas del pecado a la luz de la gracia, (Cf. 1Pe 2,9).
Los primeros cristianos se reunían a "partir del pan" diariamente (cf. Hch 2, 42-46; 5,42). El misterio pascual para ellos, es vida de todos los días y no simple recuerdo. En un segundo tiempo encontramos la celebración dominical (cf. 1 Cor 16, 1.2; Ap 1,10; Hch 20, 7-12). Hay muchos documentos antiguos además, que presentan cómo los cristianos se reunían el domingo -día de la Resurrección del Señor- a celebrar la Eucaristía, en contraposición a la celebración judía del sábado.
Una tercera etapa sería cuando se comenzó a celebrar la Pascua anual. A partir del año 135, primero en Jerusalén y luego en Alejandría, se celebraba el domingo siguiente al 14 de Nisán, (día en que los judíos celebraban su Pascua). Hasta durante todo el siglo III, la Pascua fue la única festividad anual de los cristianos. En ella condensaban y revivían la historia de la salvación que va desde la creación hasta la parusía. Era la fiesta de Cristo, del "Cristo de ayer, de hoy y de siempre" (Hb 13,8).
Poco a poco esta fiesta se va desarrollando y estructurando. De una vigilia pascual precedida por unos días de ayuno, se llega progresivamente al triduo pascual del viernes, sábado y domingo; días dedicados respectivamente al recuerdo de Cristo muerto, sepultado y resucitado. Ese tiempo de ayuno fue alargándose hasta constituirse la Cuaresma. Con esto se estableció un período preparatorio de penitencia y oración con duración de 40 días. Esta estructura la encontramos a partir del siglo IV. En tiempo de pascua los ornamentos del altar y la vestidura del sacerdote son color blanco.
Significados antiguos de la Pascua
A lo largo de la historia de la Iglesia ha habido progresivas reflexiones teológicas a cerca del significado de la Pascua. Se puede resumir el pensamiento de los primeros Padres de la Iglesia en tres posiciones diferentes y complementarias al mismo tiempo:
Primero se daba a la Pascua el significado de Pasión, por lo que las primeras celebraciones fueron el 14 de Nisán, día de la muerte del Señor. La Resurrección es vista como una prolongación de la Pasión, como una consecuencia de la muerte victoriosa de Cristo. Se pensó que la Palabra Pascua viniese del verbo griego paschein, que significa "padecer". Era la época de las grandes persecuciones, cuando se consideraba la pasión como causa de nuestra resurrección.
La segunda reflexión fue presentada por Orígenes, que habla de que la Pascua no se coloca en el pasado, sino en el presente, este padre dice: "El cristiano que celebra su Pascua, es uno que pasa continuamente con el pensamiento, con la palabra y la acción de las cosas de esta vida a Dios y se apresura hacia su ciudad". Para él la Pascua es paso y ascensión. Coincide también esta etapa en la verdadera significación de la palabra Pascua, hecha por San Jerónimo, buen conocedor del idioma de los judíos: Pascua en hebreo se dice Phase y quiere decir "paso".
La tercera reflexión es de San Agustín, que hace una síntesis de las dos corrientes anteriores. Parte del texto de Juan 13, 1; en el que Jesús habla de su paso de este mundo al Padre, concluyendo que Cristo realiza este "paso" a través de la pasión: "Cristo pasa de la muerte a la vida y nos abre así el camino a nosotros que creemos en la resurrección para que pasemos también nosotros de la muerte a la vida". Para San Agustín, la Pascua es. Un Paso y fruto de la Pasión.
Ver, Internet;
El sol espiritual
"Aquel que se aleja del sol siente frío, se halla en la oscuridad, y su vitalidad disminuye. Pero si se aproxima al sol, la luz aumenta, el calor aumenta y la vida también aumenta. Así pues, la conclusión es simple: todas las criaturas que se alejan del sol espiritual, Dios, pierden la luz, el calor y la vida. Por esto después sus pensamientos, sus sentimientos y sus actos llevan el sello de estas carencias. Mientras que todos aquellos que dirigen su mirada hacia Dios, reciben sus bendiciones y hacen maravillas.
Desgraciadamente, en la actualidad, ha aparecido toda una literatura que tiende a alejar a los humanos de la Fuente, que destruye la fe, la moral, el sentido de lo sagrado, de lo divino. Así pues, leed estos libros si queréis, por curiosidad, pero no os dejéis influenciar. Conceded toda vuestra atención a otros libros, (en nuestro caso la Biblia) y en especial a aquel que más merece ser leído: el libro de la naturaleza viva. Él os enseñará la forma de acercaros al sol espiritual para recibir su luz, su calor y su vida."
Omraam Mikhäel Aïvanhov
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