Carabobo protagonista en la Historia
ARMANDO L. MARTÍNEZ. / Historiador (U.C.V) Egresado del Instituto
/ De Altos Estudios de América Latina
Tibaire
El origen de Carabobo se pierde en las brumas de la leyenda. Tibaire, hija del cacique Queipa, era una bella doncella requerida por Guaratari, quien ayudado por el piache Tiznado quería apurar la boda con Tibaire. Traicionando a Queipa, Guaratari lo apresó preparando a la tribu para el enlace forzado. Aparece de repente la figura de Juan Fernández, moro converso al servicio del rey, atacando a Guaratari acabó con su perversa intención, mientras que Tiznado se lanzaba al abismo envuelto en llamas. Convertida al Cristianismo, Tibaire fue bautizada con el nombre de Irene. Luego de la idílica boda con Aben Degali -el verdadero nombre de Juan Fernández- Tibaire tuvo muchos hijos, expresión del origen de una población mestiza que domina en tierras de Carabobo.
La ocupación del territorio
La cuenca del Lago de Valencia fue el paso obligado de los conquistadores españoles en la ruta hacia el valle de Los Caracas. Juan de Villegas inició estos movimientos hacia el territorio que hoy ocupa Carabobo. Villegas reconoció el lago en 1547 y fundó a Borburata. Debido a las dificultades que surgieron en este puerto, hubo necesidad de un espacio mayor para ubicar el ganado. De allí surgió la conveniencia de buscar esa área al interior del territorio según la decisión de Alonso Arias de Villacinda, procediendo a la fundación de Valencia en el lugar que hoy ocupa la llamada Plaza Mayor.
La "reacción canaria"
Las dificultades que confrontó el gobierno republicano en 1812 tuvieron su epicentro en el centro del país. Con la llegada de Domingo de Monteverde a Coro comenzó el movimiento conocido como la "reacción canaria". Monteverde tenía la misión de poner orden en las principales ciudades del territorio. Valencia se mostró hostil ante Miranda. Aquí se procedió a los secuestros de los bienes de los patriotas y al producirse la caída de la plaza de Puerto Cabello, Monteverde quedó en posición ventajosa, según lo ocurrido con la capitulación de San Mateo.
Las raíces del antibolivarianismo
Al avanzar el período postbélico el personalismo se fue acentuando. José Antonio Páez era el prototipo de la tendencia separatista. Caracas se distancia de Bogotá y Valencia aparecía como el epicentro de la separación. En 1826 en la célebre COSIATA -nombre atribuido a una obra de teatro que se escenificaba en aquel momento- se decidió que Bolívar debía ser eliminado físicamente si pretendía entrar en el territorio venezolano. Miguel Peña salvó su nombre para la historia porque, si bien estuvo de acuerdo con la expulsión de Bolívar, no lo estuvo con su posible asesinato.
Puerto Cabello: un milagro del mar
Pensar a Carabobo conduce a resaltar la presencia de Puerto Cabello en la geografía regional. La ciudad está en una pequeña península, con la forma de un cuello de garza, que sobresale en el contacto mediterráneo que caracterizó a Carabobo. Refugio de piratas y corsarios en sus orígenes, su territorio fue abandonado por los aborígenes que huyeron hacia las montañas del oeste. El antiguo puente dividió a la ciudad en dos sectores: puente adentro y puente afuera; en el primero estaban el centro histórico y las familias pudientes; en puente afuera está la ciudad que aún crece serpenteando hacia el sur, ocupando los cerros cercanos; es el mundo del mulato: agresivo y bailarín. Puerto Cabello no llegó a ser una verdadera ciudad marina, sin industrias pesqueras, sin astilleros privados. El porteño es un ser leal hacia la matria, o patria chica.
El Benemérito contra Valencia
Juan Vicente Gómez ha sido el gobernante que ha permanecido más tiempo en el poder en Venezuela. Durante su gobierno logró amasar una de las fortunas mayores que han existido en el país. En Valencia se fraguó un intento de magnicidio contra el dictador. Francisco Polo y Gilmond Báez encabezaron el intento. No se sabe si a partir de entonces comenzó el rechazo de Gómez hacia la ciudad, que parecía la expresión de una rivalidad económica. En Valencia surgieron las empresas que competían con las compañías propiedades del autócrata. Propietario de tierras, fábricas, tenerías, hatos y otros bienes, mal habidos durante su permanencia en el poder.
El golpe militar de Puerto Cabello
Luego de la difícil situación derivada del intento de magnicidio ocurrido el 24 de junio de 1960, al ex presidente Rómulo Betancourt le tocó enfrentar tanto a la izquierda como a ciertas logias militares que tomaron el rumbo del golpismo.
Los habitantes de Puerto Cabello se levantaron sobresaltados el 2 de junio de 1962 cuando se produjo un levantamiento militar que no había sido advertido por el gobierno. Los sublevados cometieron graves errores, ya que se podía llegar al centro de la ciudad sin que nada lo impidiera. Se trató de un golpe inspirado por cierto nacionalismo que, por la vía del "tenientismo" a lo Luis Carlos Prestes, había tomado cuerpo en los ejércitos del continente. El capitán de corbeta Víctor Hugo Morales encabezaba el movimiento que, finalmente, fue controlado por el gobierno. Este golpe fue producto de la desesperación de pequeños grupos militares que, sin percatarse de la situación, terminaron sacrificándose en la parte inicial de sus carreras, sin esperar otra coyuntura más favorable que les hubiere permitido alcanzar mejores resultados.
La meta de la industrialización
La región valenciana ha sido la única que ha logrado un crecimiento que no dependía del petróleo. Esta expansión económica alcanzó gran parte del siglo XX apoyada en la acción de pioneros, grupo que dio impulso la ligera industrialización en Valencia. Se destacaron: Ernesto Luis Branger, Carlos Stelling, Temístocles López, Federico Kummerow, Guillermo Lewis, Ricardo Degwitz, Julián Karam, Ángel Cogorno, Luis Campins, Sebastián Tuozzo, Enrique Núñez, Samuel Marciano, Otto Sehirmer y Salvador Carvallo Arvelo. A partir de 1960 el proceso de industrialización se concentra en el estado Carabobo. La creación de la Zona Industrial de Valencia con una extensión de 8.000.000 de metros cuadrados fue el punto de partida de la sustitución de importaciones, con la participación del capital extranjero decisiva para el crecimiento capitalista regional.
Los mitos del tiempo presente
Carabobo a lo largo del siglo XX mantuvo su atractivo para la población venezolana como una tierra de promisión. Valencia, se ha reforzado como centro jerarquizante con influencia sobre entidades cercanas como Guárico, Aragua, Yaracuy, Lara, Falcón, Cojedes y Portuguesa.
La década de los años 90 se corresponde con el auge de la descentralización, proceso que aumentó las competencias de las autoridades regionales y las élites que han dirigido la sociedad en los últimos años. La descentralización ha propiciado algunas reivindicaciones para el estado Carabobo, pero ha mostrado sus falencias porque no ha favorecido a las localidades intermedias de la región. Ni Puerto Cabello, ni las zonas del este, oeste y sur de Carabobo han vivido un tiempo mejor al pretérito inmediato.
Se trata de "pueblos en éxtasis" como los describió con precisión el escritor Ramón Díaz Sánchez. Siguen esperando ancestralmente por un cambio que ha tardado en llegar.
La expansión de Valencia, como una ley implacable, ha determinado el subdesarrollo del interior del estado. Surge así una interrogante: ¿Existe un plan para reurbanizar a Valencia? La respuesta es negativa. Las parroquias históricas de la ciudad como La Candelaria, La Pastora, San José y San Blas seguramente, al pasar medio siglo, estarán en la misma situación con sus construcciones unifamiliares típicas de las primeras cuatro décadas del siglo XX.
Carabobo ha tenido una posición estratégica decisiva en el proceso histórico venezolano. Los insurrectos de Puerto Cabello de 1962 aspiraban contar con el apoyo de Valencia para que el golpe se extendiera hacia otras regiones, creencia que indicaba la importancia de la región para iniciar acontecimientos no solo políticos, sino económicos y sociales. Esta es la clave del protagonismo regional en distintos momentos de la historia patria.
/ De Altos Estudios de América Latina
Tibaire
El origen de Carabobo se pierde en las brumas de la leyenda. Tibaire, hija del cacique Queipa, era una bella doncella requerida por Guaratari, quien ayudado por el piache Tiznado quería apurar la boda con Tibaire. Traicionando a Queipa, Guaratari lo apresó preparando a la tribu para el enlace forzado. Aparece de repente la figura de Juan Fernández, moro converso al servicio del rey, atacando a Guaratari acabó con su perversa intención, mientras que Tiznado se lanzaba al abismo envuelto en llamas. Convertida al Cristianismo, Tibaire fue bautizada con el nombre de Irene. Luego de la idílica boda con Aben Degali -el verdadero nombre de Juan Fernández- Tibaire tuvo muchos hijos, expresión del origen de una población mestiza que domina en tierras de Carabobo.
La ocupación del territorio
La cuenca del Lago de Valencia fue el paso obligado de los conquistadores españoles en la ruta hacia el valle de Los Caracas. Juan de Villegas inició estos movimientos hacia el territorio que hoy ocupa Carabobo. Villegas reconoció el lago en 1547 y fundó a Borburata. Debido a las dificultades que surgieron en este puerto, hubo necesidad de un espacio mayor para ubicar el ganado. De allí surgió la conveniencia de buscar esa área al interior del territorio según la decisión de Alonso Arias de Villacinda, procediendo a la fundación de Valencia en el lugar que hoy ocupa la llamada Plaza Mayor.
La "reacción canaria"
Las dificultades que confrontó el gobierno republicano en 1812 tuvieron su epicentro en el centro del país. Con la llegada de Domingo de Monteverde a Coro comenzó el movimiento conocido como la "reacción canaria". Monteverde tenía la misión de poner orden en las principales ciudades del territorio. Valencia se mostró hostil ante Miranda. Aquí se procedió a los secuestros de los bienes de los patriotas y al producirse la caída de la plaza de Puerto Cabello, Monteverde quedó en posición ventajosa, según lo ocurrido con la capitulación de San Mateo.
Las raíces del antibolivarianismo
Al avanzar el período postbélico el personalismo se fue acentuando. José Antonio Páez era el prototipo de la tendencia separatista. Caracas se distancia de Bogotá y Valencia aparecía como el epicentro de la separación. En 1826 en la célebre COSIATA -nombre atribuido a una obra de teatro que se escenificaba en aquel momento- se decidió que Bolívar debía ser eliminado físicamente si pretendía entrar en el territorio venezolano. Miguel Peña salvó su nombre para la historia porque, si bien estuvo de acuerdo con la expulsión de Bolívar, no lo estuvo con su posible asesinato.
Puerto Cabello: un milagro del mar
Pensar a Carabobo conduce a resaltar la presencia de Puerto Cabello en la geografía regional. La ciudad está en una pequeña península, con la forma de un cuello de garza, que sobresale en el contacto mediterráneo que caracterizó a Carabobo. Refugio de piratas y corsarios en sus orígenes, su territorio fue abandonado por los aborígenes que huyeron hacia las montañas del oeste. El antiguo puente dividió a la ciudad en dos sectores: puente adentro y puente afuera; en el primero estaban el centro histórico y las familias pudientes; en puente afuera está la ciudad que aún crece serpenteando hacia el sur, ocupando los cerros cercanos; es el mundo del mulato: agresivo y bailarín. Puerto Cabello no llegó a ser una verdadera ciudad marina, sin industrias pesqueras, sin astilleros privados. El porteño es un ser leal hacia la matria, o patria chica.
El Benemérito contra Valencia
Juan Vicente Gómez ha sido el gobernante que ha permanecido más tiempo en el poder en Venezuela. Durante su gobierno logró amasar una de las fortunas mayores que han existido en el país. En Valencia se fraguó un intento de magnicidio contra el dictador. Francisco Polo y Gilmond Báez encabezaron el intento. No se sabe si a partir de entonces comenzó el rechazo de Gómez hacia la ciudad, que parecía la expresión de una rivalidad económica. En Valencia surgieron las empresas que competían con las compañías propiedades del autócrata. Propietario de tierras, fábricas, tenerías, hatos y otros bienes, mal habidos durante su permanencia en el poder.
El golpe militar de Puerto Cabello
Luego de la difícil situación derivada del intento de magnicidio ocurrido el 24 de junio de 1960, al ex presidente Rómulo Betancourt le tocó enfrentar tanto a la izquierda como a ciertas logias militares que tomaron el rumbo del golpismo.
Los habitantes de Puerto Cabello se levantaron sobresaltados el 2 de junio de 1962 cuando se produjo un levantamiento militar que no había sido advertido por el gobierno. Los sublevados cometieron graves errores, ya que se podía llegar al centro de la ciudad sin que nada lo impidiera. Se trató de un golpe inspirado por cierto nacionalismo que, por la vía del "tenientismo" a lo Luis Carlos Prestes, había tomado cuerpo en los ejércitos del continente. El capitán de corbeta Víctor Hugo Morales encabezaba el movimiento que, finalmente, fue controlado por el gobierno. Este golpe fue producto de la desesperación de pequeños grupos militares que, sin percatarse de la situación, terminaron sacrificándose en la parte inicial de sus carreras, sin esperar otra coyuntura más favorable que les hubiere permitido alcanzar mejores resultados.
La meta de la industrialización
La región valenciana ha sido la única que ha logrado un crecimiento que no dependía del petróleo. Esta expansión económica alcanzó gran parte del siglo XX apoyada en la acción de pioneros, grupo que dio impulso la ligera industrialización en Valencia. Se destacaron: Ernesto Luis Branger, Carlos Stelling, Temístocles López, Federico Kummerow, Guillermo Lewis, Ricardo Degwitz, Julián Karam, Ángel Cogorno, Luis Campins, Sebastián Tuozzo, Enrique Núñez, Samuel Marciano, Otto Sehirmer y Salvador Carvallo Arvelo. A partir de 1960 el proceso de industrialización se concentra en el estado Carabobo. La creación de la Zona Industrial de Valencia con una extensión de 8.000.000 de metros cuadrados fue el punto de partida de la sustitución de importaciones, con la participación del capital extranjero decisiva para el crecimiento capitalista regional.
Los mitos del tiempo presente
Carabobo a lo largo del siglo XX mantuvo su atractivo para la población venezolana como una tierra de promisión. Valencia, se ha reforzado como centro jerarquizante con influencia sobre entidades cercanas como Guárico, Aragua, Yaracuy, Lara, Falcón, Cojedes y Portuguesa.
La década de los años 90 se corresponde con el auge de la descentralización, proceso que aumentó las competencias de las autoridades regionales y las élites que han dirigido la sociedad en los últimos años. La descentralización ha propiciado algunas reivindicaciones para el estado Carabobo, pero ha mostrado sus falencias porque no ha favorecido a las localidades intermedias de la región. Ni Puerto Cabello, ni las zonas del este, oeste y sur de Carabobo han vivido un tiempo mejor al pretérito inmediato.
Se trata de "pueblos en éxtasis" como los describió con precisión el escritor Ramón Díaz Sánchez. Siguen esperando ancestralmente por un cambio que ha tardado en llegar.
La expansión de Valencia, como una ley implacable, ha determinado el subdesarrollo del interior del estado. Surge así una interrogante: ¿Existe un plan para reurbanizar a Valencia? La respuesta es negativa. Las parroquias históricas de la ciudad como La Candelaria, La Pastora, San José y San Blas seguramente, al pasar medio siglo, estarán en la misma situación con sus construcciones unifamiliares típicas de las primeras cuatro décadas del siglo XX.
Carabobo ha tenido una posición estratégica decisiva en el proceso histórico venezolano. Los insurrectos de Puerto Cabello de 1962 aspiraban contar con el apoyo de Valencia para que el golpe se extendiera hacia otras regiones, creencia que indicaba la importancia de la región para iniciar acontecimientos no solo políticos, sino económicos y sociales. Esta es la clave del protagonismo regional en distintos momentos de la historia patria.
Lectura Dominical. Pág.3
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