Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

lunes, 6 de junio de 2011

El karma sudamericano ise manifestó también en Perú...

El Carabobeño 06 junio 2011

Ollanta Humala, una meteórica carrera hacia la presidencia


Humala ha enfrentado bastantes críticas. (Foto EFE)

DPA

Cuando a finales de 2000 un anónimo teniente coronel del Ejército peruano intentó dar un golpe de Estado al entonces agonizante régimen de Alberto Fujimori, a nadie se le pasó por la cabeza que ese personaje extraño se convertiría una década más tarde en presidente por decisión del pueblo.

Esa acción, en lo militar, bordeó el ridículo. Los subordinados, que habían salido del cuartel en el departamento de Tacna dispuestos a tomarse el poder, volvieron minutos después asustados y dejaron a su líder Ollanta Humala dando vueltas solo por los Andes, sin que las autoridades siquiera se tomaran la molestia de perseguirlo en serio.

Ollanta Moisés Humala Tasso nació en Lima el 27 de junio de 1962, en una familia numerosa y muy politizada del departamento de Ayacucho. Según la leyenda familiar, su padre, Isaac, un abogado ex comunista, soñaba con verlo presidente, pero no por las vía de las urnas, a la que consideraba débil, sino mediante un golpe de Estado.

En aquel 2000, prácticamente nadie lo captó, pero había nacido un líder. Durante su recorrido rebelde, habló con los campesinos de cada pueblo que cruzó, y con su nombre de general inca y su apellido quechua se familiarizó con ellos y les sembró la semilla del cambio.

No obstante, consideró que aún no estaba listo. Recapacitó con sus jefes, fue perdonado y volvió al Ejército, pero se le envió como agregado militar primero a París y luego a Seúl, una forma dorada de mantenerlo lejos.

A finales de 2004 fue dado de baja cuando estaba en Seúl. Quien quiso vengar eso fue su hermano ultrarradical Antauro, que tomó con 160 ex reclutas una comisaría policial de los Andes, acción que dejó seis muertos, incluidos cuatro policías. El objetivo: la renuncia entonces presidente Alejandro Toledo. Todo fue controlado y Antauro está hoy en la cárcel.

Con esos antecedentes Humala incursionó en política. No le fue fácil, pues tuvo que romper con su familia, empeñada, sobre todo Isaac y Antauro, en impulsar el pintoresco y peligroso Movimiento Etnocacerista, suma de socialismo, ultra nacionalismo, fascismo, racismo, chauvinismo y otros ismos políticamente incorrectos.

No solo eso, sino que medio de la fiebre izquierdista que vivía en América Latina, con el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, como faro, Humala mostró simpatías hacia esos proyectos, mal vistos en Perú. Aún así, sorprendentemente ganó la primera vuelta en 2006 y perdió por poco la segunda ante la fogueado Alan García.

Luego, muy atacado por sus rivales, estigmatizado como chavista y sin hallar su sitio, fue dado por cadáver político. En esta campaña estuvo abajo en las encuestas, pero a última hora arrancó de atrás y ganó la primera vuelta. Una vez allí, entre la incredulidad de los adversarios, que no cesaron nunca de atacarlo, moderó su discurso hasta convertirse en palabra en casi un socialdemócrata.

Los rivales insisten en que es un lobo disfrazado. Pero la mayoría sí le creyó, o al menos pensó que era menos malo que la otra opción, y ganó sin que lo hiriera la manera fuerte y constante con que se le atacó desde la mayoría de los medios y las redes sociales.

El ceño fruncido es menos frecuente que antes. Se le ve sonriente ahora y a veces hasta se permite bromas. En muchas cosas en un típico militar: atlético (siempre está al trote), adusto, basta mirarlo para descubrirle su pasado castrense. El estilo les gusta a muchos y fastidia a otros, pues es de esos políticos que nació para desatar pasiones en favor o en contra pero no para pasar inadvertido.

Su dureza exterior la contrasta la esposa, Nadine Heredia, una comunicadora de 35 años de dulce sonrisa y estructuradas ideas izquierdistas. Tres hijos de entre diez años y cinco meses completan uno de los cuadros familiares más simpáticos de la política peruana.

La historia seguirá en Palacio desde el 28 de julio. Pocos presidentes han enfrentado tantas presiones para demostrar que son democráticos y responsables. Será la prueba de fuego para un militar que jugó a la política, y ganó.

¿Humala demócrata o Humala fascista?

De la noche a la mañana se transformó en liberal moderado y eso le valió el triunfo

ROBERTO GIUSTI | EL UNIVERSAL
martes 7 de junio de 2011 12:00 AM

Hay candidatos que se cambian la camiseta en plena campaña electoral para ganar y luego, una vez logrado el triunfo, hacen lo que siempre pensaron debían hacer. Ese es Hugo Chávez, el rey de los camaleones, quien lo ha hecho hasta el cansancio con notable average de aciertos. Otros, se mantienen en sus trece, dicen lo que piensan, a sabiendas de que van a perder y pierden. Valga decir, Vargas Llosa, en un año tan lejano como 1990. Unos terceros ganan diciendo lo que van a hacer y ya instalados en el poder descubren cómo la realidad no coincide con sus expectativas y ante el fracaso deciden dar un viraje total. Ese fue el Miterrand de los 80 o el Cardoso de los 90.

Sólo el tiempo dirá en qué categoría puede alinearse el presidente electo del Perú, Ollanta Humala, quien luego de naufragar en la segunda vuelta de las elecciones del 2006, entre otras razones por el apoyo público y notorio de Hugo Chávez, se embarcó en las del 2011 con un discurso negador de todas sus posturas ideológicas y de propuestas originales como desarrollar en el Perú la receta chavista, comenzando por la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

Militar y golpista reincidente, acusado de violar los derechos humanos durante sus correrías por la geografía peruana, Ollanta es hijo del creador del "etnocacerismo", Isaac Humala, quien ha promovido una suerte de racismo al revés que reivindica la supremacía de "la raza cobriza" sobre las demás, el regreso del imperio inca a sus confines precolombinos, el fusilamiento de corruptos, homosexuales y traidores a la patria, así como el combate a "la dictadura de los ricos", según asentaba su hijo en el 2006.

No obstante, para esta campaña Humala se transformó de la noche a la mañana en un liberal moderadísimo que predica la defensa de la propiedad privada, la continuidad de las exitosas políticas económicas desarrolladas durante el mandato de Alan García, el fortalecimiento de la democracia y un gobierno de concertación nacional. Humala promete que no habrá constituyente y que no está dispuesto a modificar la Constitución para reelegirse a la manera de su ex mentor Chávez, en un giro que lo acerca más al expresidente Lula, quien colocó su asesores electorales al servicio del peruano.

El gran fiador de este nuevo Humala, movido por su resentimiento contra el fujimorismo, ha sido el Nobel Mario Vargas Llosa, quien no ha dejado de tener influencia sobre el tipo de electorado que necesitaba ser convencido por Humala (clase media), mientras que el otro, el más vulnerable, sigue creyendo y posiblemente, no sin razón, en el "viejo" Humala, en el Humala original, en el Humala convertido en Pachacutec del nuevo Tawantinsuyo. Ya veremos cuál de los dos Humalas es el que se dispone a gobernar el Perú.

rgiusti@eluniversal.com


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