Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 3 de junio de 2011

El sida, de incógnita a reto mundial en 30 años

El Carabobeño 01 junio 2011

El sida, de incógnita a reto mundial en 30 años

(Foto AP)

EFE

Treinta años después de que los científicos de EEUU identificaran una "nueva forma de neumonía", más de un millón de personas vive hoy con el síndrome de inmunodeficiencia adquirida (sida) en el país, y un quinto de ellas no sabe que lo padece.

La difusión de un estudio sobre "cinco hombres jóvenes de Nueva York y California, todos ellos homosexuales activos" marcó, el 5 de junio de 1981, el primer reconocimiento de un Gobierno del mundo de que existía una nueva y rara enfermedad.

Tres décadas después, el sida ha pasado de ser una sentencia de muerte a un mal controlable, pero presenta aún grandes retos, en cuanto a la prevención y la financiación de los tratamientos, que prometen mantenerla como una de las grandes preocupaciones médicas del siglo XXI.

Los primeros cinco casos que documentó el informe del Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de EEUU describían a hombres de 20 a 30 años diagnosticados con tipos de neumonía y del cáncer de sarcoma de Kaposi que hasta entonces sólo afectaban a personas con el sistema inmunológico muy deteriorado.

Todo eran incógnitas para los científicos que evaluaban el mal, quienes trataban de frenar las muertes sin conocer el origen del virus, cómo se transmitía ni cuáles eran los grupos de riesgo.

Tanto era así que, durante unos meses, muchos científicos apuntaron a que sólo los homosexuales podían contraer la enfermedad, lo que dio origen a su primer nombre: Desorden Inmune Relacionado con los Gays (GRID, por sus siglas en inglés).

Esa tesis quedó descartada en diciembre de 1981, cuando se confirmaron los primeros casos en adictos a drogas administradas por vía intravenosa, y poco después se identificó el síndrome en heterosexuales.

Pero aún se desconocían las formas de contagio, lo que llevaba al completo aislamiento de los pacientes y a la neurosis de quienes pensaban que podían contraer el mal con sólo tocar los mismos objetos que aquellos que lo padecían.

El acrónimo SIDA surgió en un congreso médico en Washington en julio de 1982, a raíz del consenso entre los científicos de que se trataba de un mal adquirido y no hereditario, que provocaba una deficiencia en el sistema inmunitario y era un síndrome con múltiples manifestaciones y no una enfermedad única.

Aún tuvieron que pasar dos años más hasta que se identificara el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH) como causa clara del sida, y se calculara un periodo de latencia de unos diez años desde el momento de la infección.

Con ese hallazgo llegó la cruda certeza de que el virus se había transmitido durante años por portadores que ignoraban que lo tenían, lo que ampliaba el espectro de infección potencial a millones de personas en todo el mundo.

El pánico al contagio comenzó a controlarse cuando se identificaron cuatro vías claras de transmisión: el contacto sexual, la transmisión hereditaria de madres a hijos, las transfusiones de sangre y las agujas contaminadas.

No obstante, la falta de síntomas claros que delataran la enfermedad seguía alimentando el nerviosismo de los estadounidenses, que llegaron a mantener a sus hijos fuera del colegio o a evitar lugares públicos para escapar al contagio.

La aparición de famosos que reconocieron ser seropositivos, como el actor Rock Hudson en 1985 y el jugador de baloncesto Magic Johnson en 1991, ayudó a poner cara a la enfermedad y a impulsar una campaña de concienciación pública que aún lidiaba con muchos interrogantes sobre la prevención.

Sin embargo, el énfasis en los chequeos médicos regulares y el uso de preservativos no ha logrado poner freno al desconocimiento sobre el virus entre la población, y más de 56.000 personas se infectan cada año con el VIH en Estados Unidos.

Mientras, científicos y funcionarios siguen tropezando con los problemas de financiación que convierten al SIDA en la pesadilla de África y ponen la zancadilla a innovadores proyectos de investigación.

Y aunque Washington se ha comprometido a aumentar sus ayudas a organismos como el Fondo Mundial de lucha contra el Sida, muchos esperan desde hace más de 20 años que cumpla otra promesa: la de que a finales de la década de 1980 los estadounidenses contarían con una vacuna contra el VIH.

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