Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

domingo, 12 de junio de 2011

Ensañamiento más que mentiras

El Carabobeño 12 junio 2011

Hoy y Después en Valencia

Alfredo Fermín

afermin@el-carabobeno.com

Hay una expresión margariteña que dice: ¡haber como no! dudamos si se escribe así o ¡a ver como no! La frase debe provenir de Andalucía de donde fueron los primeros pobladores de la isla, en la que se conservó el español del siglo XVI, hasta después que pusieron el servicio de ferrys con tierra firme y cuando la televisión infectó aquel lenguaje puro. El significado de la mencionada expresión es como afirmar: ya no me importa lo que suceda, que se pierda todo.

Esa antiquísima expresión, que oíamos a los pescadores y a mujeres que se cubrían la cabeza con una toalla blanca, a la que llamaban "paño e’mota" o con enormes sombreros, bordados con coloridas fibras de sisal, a las que llamaban pavas, se puede aplicar, correctamente, en Valencia donde la gente pareciera estar de acuerdo con "el haber como no" porque ya ningún atropello, que se cometa en contra de la ciudad importa. Pareciera que nos hemos resignado a todo, hasta a que se burlen de nosotros.

Esa es la única explicación que le encontramos a la afirmación de nada más y nada menos que del vicepresidente Elías Jaua quien, posiblemente, siguiendo órdenes superiores, vino a Valencia a decir que las obras del Metro "no se han paralizado sino que hubo una desaceleración en su ritmo". Quizá quiso decir que los valencianos son unos esquizofrénicos que, en sus mentes enfermas, ven fantasmas y creen que la avenida Bolívar parece un campamento de guerra, que entorpeció todo el tránsito y quebró el comercio.

Años atrás, en su campaña electoral, en la avenida Enrique Tejera, el jefe de Jaua afirmó, en dos oportunidades, que Valencia es un nido de traidores, centro de la más rancia oligarquía con la cual había que acabar. Sin embargo, el insulto fue recibido como un ramo de flores, por lo cual nadie le respondió. ¡Haber como no!, diría la godarria valenciana.

Ensañamiento más que mentiras

Aunque sí hubo declaraciones en contra de la afirmación del señor Jaua, al día siguiente vino Francisco Garcés, ministro de Transporte y Comunicaciones a decir, de la manera más irresponsable, que el túnel de La Cabrera no tiene ningún problema en sus estructuras cuando, desde hace años, los expertos vienen denunciando que, de un momento a otro, en esa vía va a ocurrir un desastre. Ha sido una afirmación que ha ridiculizado a uno de los pocos ministros que tenía credibilidad y simpatía. ¿Cómo creerle a él y al vicepresidente cuando se han prestado para afirmar que los valencianos están locos o que están confabulados en contra del gobierno del comandante presidente, diciendo que, en este estado, una obra está paralizada y la otra a punto de caerse?

Seguramente, en sus puntos de cuenta informarán, en el próximo Consejo de Ministros, que esos valencianos están vendidos al imperio, que son unos apátridas calumniadores, a los que hay que seguirles reduciendo el presupuesto para que desaparezcan y nazca el hombre nuevo socialista, que tenga la firme convicción de que ser rico es malo y de que, antes de Chávez, este país nunca había sido tan feliz como ahora.

No queremos ser humorista, careciendo de esa cualidad, pero provoca serlo porque no hay otra forma de entender las declaraciones de los ministros sino como una mamadera de gallo. Posiblemente lo hicieron para ver si lograban poner a reír a una gente que está obstinada por el desastre ocasionado por un gobierno que se propuso -como política de Estado- destruir a Valencia. No lo decimos nosotros, que ya estamos acostumbrados, lo dicen los visitantes que preguntan ¿qué pasó aquí, en esta ciudad que era tan bonita y ahora está tan fea?

Reclamamos un derecho

Es tanta la dejadez que cada día domingo, en esta columna se hacen denuncias que deberían ser investigadas por la figura que, en Derecho, llaman notitia criminis. Ya nos cansamos de insistir sobre la confiscación que se le hizo al Ateneo, por lo cual sería llover sobre mojado.

Pero, como vecino de esta ciudad, pedimos a la Alcaldía de Valencia, que informe si es cierto que varias esculturas del Parque Andrés Pérez Mujica se las robaron o las enviaron a alguna parte. Esa denuncia la hicimos la semana pasada y ninguna autoridad, ni medio de comunicación se preocupó por una noticia que debe ser investigada. Son obras de Arte, patrimonio del municipio que, en el caso de que las hayan hurtado o robado, se ha debido poner la denuncia en el organismo policial competente para que las rescate.






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