25 junio 2011
Carlos Nieto, abogado, es coordinador de la ORG Una Ventana para la Libertad. Desde hace 20 años lucha por los derechos de los presidiarios y no deja oportunidad de vociferar exigiendo que se acabe con los que trafican armas dentro de los recintos penitenciarios, droga, tejen negocios con los confinado para delinquir o tan solo para conseguir el traslado oportuno al tribunal, comprar seguridad tras las rejas, disponer de un teléfono móvil, o de ciertos privilegios para salvaguardar la vida.Hasta ahora no ha encontrado escucha en el Ejecutivo Nacional para que se combata las mafias carcelarias.
"El problema del sistema penitenciario se les escapó de las manos al Gobierno. En los últimos 4 años se han producido la muerte de 1.762 personas y en la mayoría de estos crímenes han intervenido armas de fuego/ No he contado lo de estas semanas".
Familiares, hermanas, esposas, permanecen en vigilia frente al Rodeo. Rostros tatuados por el dolor, la incertidumbre y el desespero, revisan las listas colocadas en las afueras del centro de reclusión, al menos faltan 60 presos.
¿Cómo observa un defensor de los derechos humanos de los reos, las acciones de combate de la Fuerza Armada Bolivariana para retomar el control del penal y enfrentar el motín protagonizado por presos, apertrechados con armas de guerra?
-Fíjate algo: los presos tienen armas de guerra porque el mismo Estado se los proveyó. Porque funcionarios de la Guardia Nacional y personal de la Dirección de Prisiones del Ministerio de Interior y Justicia metieron ese armamento.No creo que la manera de abordar el problema sea mediante una guerra entre presidiarios y el ejército, porque el Estado está en la obligación de resguardar la vida de las personas privadas de libertad.El diálogo y la persuasión deberían ser los mecanismos para evitar el uso excesivo de la fuerza y que se agrave el conflicto extendiéndose a otros centros de reclusión.
Lo señalan de ser uno de los promotores del conflicto en las cárceles. Ya cursan denuncias contra los defensores de los derechos humanos, incluyéndolo. "No conozco en detalle las acusaciones en mi contra, pero han dicho por el canal del Estado que estoy inventando que son los uniformados de la Guardia Nacional los que introducen armamento en los penales.Si la seguridad en el exterior de las cárceles es responsabilidad de la Guardia y dentro de las penitenciarías, de los empleados de la Dirección de Servicios Penitenciarios del Ministerio de Interior y Justicia, entonces no puede ser que armas de ese calibre y tamaño lleguen a los reclusos sin ser detectadas. Sin esta complicidad no sería posible".
-El Estado ha sido negligente y muy ineficiente en evitar el tráfico de armas en los penales, al extremo que ni siquiera se ha investigado. Hoy los presos disponen de granadas fragmentarias, fusiles y pistolas 9 milímetros, no armamento artesanal. Solicitamos que la Fiscalía designe a un funcionario con competencia nacional para que abra las averiguaciones en el sistema penitenciario.
¿El desenlace? "Lo veo muy dificultoso cuando observo- para el jueves 23- que en respaldo a los reos del Rodeo II, los reclusos de 6 cárceles iniciaron huelgas de hambre. Se puede magnificar aún más el problema grave que ya existe en La Planta y que no han podido solucionar todavía. Creo que debemos tener claro: lo que pasó en El Rodeo I y II la semana pasada, puede suceder en cualquier cárcel del país, porque los reclusos están equipados con armas y los enfrentamientos entre bandas ocurren en los 34 recintos penitenciarios que hay en Venezuela".
Las cárceles, gran negocio
"No tenemos capacidad para albergar a los reclusos, ni siquiera en los 17 mil y tantos cupos en las cárceles reportados en eI informe del Ministerio de Interior y Justicia. Lo que pasa es que ellos cuentan los espacios de los recintos penitenciarios que todavía no han hecho ni han inaugurado. Tenemos una capacidad real de 14 mil 500 reos, pero la población penitenciaria según cifra oficial -lo dijo el ministro Tareck El Aissami en su intervención en la Asamblea Nacional- alcanza 44 mil 400. Y en el último cierre que tengo del mes de abril, estamos llegando a los 47 mil internos, hablamos de un hacinamiento de más de un 300%. Hay cárceles en peores, condiciones, por decirte La Planta en Caracas está sobrepoblada en un 400%. Este es apenas uno de los problemas.
¿La crítica situación de las cárceles venezolanas ha resultado un pingüe negocio?
-Si.Definitivamente las cárceles son un gran negocio. Mi maestro, Elio Gómez Grillo dice que son un negocio tan productivo como perverso y puede generar tanto dinero como PDVSA. A los reclusos les cobran por tener un colchón, ver el sol, por disponer de sustancias ilegales, armas, celular, televisor ¡cualquier cantidad de cosas! Hay que pagar por todo. Por el traslado a tribunales, para que los atienda un médico Indudablemente que si funcionaran bien, el negocio se acabaría.
¿Se puede alcanzar ciertos niveles de confort dentro de los recintos penitenciarios, espacios para efectuar fiestas de 15 años y manejar redes de prostitución para los internos? ¿Es creíble que eso suceda? ¿Manejar negocios estando preso y obtener recursos económicos y poder?
-Te voy a poner un ejemplo de una práctica autorizada por el Ministerio de Interior y Justicia, como en otros países, la cual me parece perversa implementarla en Venezuela, por las condiciones en las cuales se encuentran. Se han establecido la pernocta de los familiares, llegan el viernes y se quedan hasta el lunes, pasan todo el fin de semana. Aderezado con alcohol, drogas, prostitutas. Entran las parejas, pero también damas que van a trabajar.
Identificadas como damas de compañía, un targuet que solo se había escuchado en el ámbito de corporaciones, viajeros de altísimo poder adquisitivo .
- Los fines de semana pueden hacer fiestas, acompañados de minitecas, mariachis, es una realidad. Pero con estos niveles de hacinamiento, donde no caben los reclusos, se le añade otro gran volumen de mujeres, en espacios para la práctica sexual separados por una sábana, que ellos identifican como buggi. Conozco recintos penitenciarios en otros países, donde este tipo de prácticas se otorgan a los reclusos de buen comportamiento, que trabajan dentro de la carcel, destinándose lugares con cierta privacidad, no en público y al mismo tiempo como aquí.
El negocio carcelario
¿Tienen pruebas de las complicidades que pudieran fraguarse entre los uniformados de la Guardia Nacional y empleados del Ministerio de Interior y Justicia para armar a los presos?¿Por qué cree que hasta ahora no se ha investigado?
-Las cárceles son un espacio cerrado y nadie tiene injerencia sino el Estado venezolano. Cualquier persona, familiares que ingresa a un recinto penitenciario, son sometidos a una requisa, incluso, hasta vejatoria e inhumana. Así que, la única forma que entren armas a los sitios de reclusión es que la introduzcan los funcionarios responsables de la custodia externa e interna, eso no tiene ninguna otra explicación. Y más cuando analizamos el tipo de armamento que poseen los reclusos. Cuando comencé a trabajar este asunto de los derechos humanos en las cárceles hace 20 años, nos encontrábamos que poseían chuzos de fabricación casera, pistolas hechas con tubos, ligas, clavos, llamados chopos. Pero hoy en día tienen granadas, fusiles de asalto, subametralladoras, armamento de alto poder. Esas armas no las tenemos los civiles, no es como ir a una farmacia, donde hay un estante de granadas y puedo adquirirlas. Llegan a los penales de parte de las mismas mafias carcelarias a las cuales me refiero, compuestas por funcionarios de la guardia, del MIJ que se alían con los pranes, algo así como los jefes de los reclusos, quienes dirigen las operaciones en conchupancia con los responsables de garantizar la seguridad. Las reciben, las distribuyen adentro y se reparten las ganancias.
¿Se está refiriendo a mafias, carteles que funcionan como en México por el control del territorio y que pudieran operar también fuera conectados a los recintos carcelarios para garantizar el narcotráfico?
-Se habla inclusive de operaciones de secuestros y extorsiones que se practican desde las cárceles a través de llamadas telefónica y todo ese tipo de cosas que no dudo que sean ciertas. Los reclusos tienen celulares, teléfonos inteligentes, computadoras, acceso a las redes sociales, manejan Twitter, Facebook.
¿Hasta qué punto, digamos, la explosión de la crisis en las cárceles/ El Rodeo, La Planta, Vista Hermosa/ el empoderamiento de los pranes, de las redes de narcotráfico, pueden ir más allá de las cárceles para enquistarse en la sociedad?
- Insisto, las cárceles son un gran negocio y estamos en una etapa mucho peor: En el Rodeo ha quedado al descubierto que quienes controlan las cárceles son los presos. No manda ni el ministro El Aissami, ni la directora de Servicios Penitenciarios, ni el director de la cárcel. Observas, que dentro de un recinto penitenciario secuestran al personal, como sucedió en La Planta...
Si los presos jefaturados por un pran mandan dentro de las cárceles ¿El resto de los reclusos se tiene que someter a esta autoridad?¿Cómo asumen ustedes la defensa de los derechos humanos de los pranes quienes someten a otros internos y hasta aplican el plan de fuga a los presos que quieren entregarse, salir del Rodeo II, como se ha señalado?
- El Estado es a quien le corresponde actuar efectivamente. Lamentablemente no hay personal especializado en funciones en los centros de reclusión. La Constitución te habla sobre la descentralización de las cárceles y yo creo que si se las entregaran a los gobernadores serian más efectivas
¿Pero ustedes defienden a los pranes? Interrumpo
-Nosotros defendemos las condiciones de vida de los privados de libertad. No es que queremos que salgan a la calle, ni pensamos que son niños buenos, pero sus derechos fundamentales deben ser respetados. Que tengan acceso a la salud, educación, trabajo, seguridad. Debemos tener claro, que los reclusos, independientemente del delito cometido, tienen derechos humanos que hay que respetar.
Al Gobierno se les escapó de las manos el problema penitenciario
"Se sabía que estallaría una crisis en la cárcel El Rodeo I y II o en cualquier otro centro penitenciario del país. Venía caminando por las condiciones de hacinamiento en el orden del 143%; el número de armas en manos de los reclusos y el cotidiano enfrentamiento entre bandas. ¿Qué está pasando? La represión hacia los reclusos ha sido excesiva, han maltratado a los familiares que esperan información, a los periodistas que cubren los hechos y hasta los defensores de derechos humanos"Carlos Nieto, abogado, es coordinador de la ORG Una Ventana para la Libertad. Desde hace 20 años lucha por los derechos de los presidiarios y no deja oportunidad de vociferar exigiendo que se acabe con los que trafican armas dentro de los recintos penitenciarios, droga, tejen negocios con los confinado para delinquir o tan solo para conseguir el traslado oportuno al tribunal, comprar seguridad tras las rejas, disponer de un teléfono móvil, o de ciertos privilegios para salvaguardar la vida.Hasta ahora no ha encontrado escucha en el Ejecutivo Nacional para que se combata las mafias carcelarias.
"El problema del sistema penitenciario se les escapó de las manos al Gobierno. En los últimos 4 años se han producido la muerte de 1.762 personas y en la mayoría de estos crímenes han intervenido armas de fuego/ No he contado lo de estas semanas".
Familiares, hermanas, esposas, permanecen en vigilia frente al Rodeo. Rostros tatuados por el dolor, la incertidumbre y el desespero, revisan las listas colocadas en las afueras del centro de reclusión, al menos faltan 60 presos.
¿Cómo observa un defensor de los derechos humanos de los reos, las acciones de combate de la Fuerza Armada Bolivariana para retomar el control del penal y enfrentar el motín protagonizado por presos, apertrechados con armas de guerra?
-Fíjate algo: los presos tienen armas de guerra porque el mismo Estado se los proveyó. Porque funcionarios de la Guardia Nacional y personal de la Dirección de Prisiones del Ministerio de Interior y Justicia metieron ese armamento.No creo que la manera de abordar el problema sea mediante una guerra entre presidiarios y el ejército, porque el Estado está en la obligación de resguardar la vida de las personas privadas de libertad.El diálogo y la persuasión deberían ser los mecanismos para evitar el uso excesivo de la fuerza y que se agrave el conflicto extendiéndose a otros centros de reclusión.
Lo señalan de ser uno de los promotores del conflicto en las cárceles. Ya cursan denuncias contra los defensores de los derechos humanos, incluyéndolo. "No conozco en detalle las acusaciones en mi contra, pero han dicho por el canal del Estado que estoy inventando que son los uniformados de la Guardia Nacional los que introducen armamento en los penales.Si la seguridad en el exterior de las cárceles es responsabilidad de la Guardia y dentro de las penitenciarías, de los empleados de la Dirección de Servicios Penitenciarios del Ministerio de Interior y Justicia, entonces no puede ser que armas de ese calibre y tamaño lleguen a los reclusos sin ser detectadas. Sin esta complicidad no sería posible".
-El Estado ha sido negligente y muy ineficiente en evitar el tráfico de armas en los penales, al extremo que ni siquiera se ha investigado. Hoy los presos disponen de granadas fragmentarias, fusiles y pistolas 9 milímetros, no armamento artesanal. Solicitamos que la Fiscalía designe a un funcionario con competencia nacional para que abra las averiguaciones en el sistema penitenciario.
¿El desenlace? "Lo veo muy dificultoso cuando observo- para el jueves 23- que en respaldo a los reos del Rodeo II, los reclusos de 6 cárceles iniciaron huelgas de hambre. Se puede magnificar aún más el problema grave que ya existe en La Planta y que no han podido solucionar todavía. Creo que debemos tener claro: lo que pasó en El Rodeo I y II la semana pasada, puede suceder en cualquier cárcel del país, porque los reclusos están equipados con armas y los enfrentamientos entre bandas ocurren en los 34 recintos penitenciarios que hay en Venezuela".
Las cárceles, gran negocio
"No tenemos capacidad para albergar a los reclusos, ni siquiera en los 17 mil y tantos cupos en las cárceles reportados en eI informe del Ministerio de Interior y Justicia. Lo que pasa es que ellos cuentan los espacios de los recintos penitenciarios que todavía no han hecho ni han inaugurado. Tenemos una capacidad real de 14 mil 500 reos, pero la población penitenciaria según cifra oficial -lo dijo el ministro Tareck El Aissami en su intervención en la Asamblea Nacional- alcanza 44 mil 400. Y en el último cierre que tengo del mes de abril, estamos llegando a los 47 mil internos, hablamos de un hacinamiento de más de un 300%. Hay cárceles en peores, condiciones, por decirte La Planta en Caracas está sobrepoblada en un 400%. Este es apenas uno de los problemas.
¿La crítica situación de las cárceles venezolanas ha resultado un pingüe negocio?
-Si.Definitivamente las cárceles son un gran negocio. Mi maestro, Elio Gómez Grillo dice que son un negocio tan productivo como perverso y puede generar tanto dinero como PDVSA. A los reclusos les cobran por tener un colchón, ver el sol, por disponer de sustancias ilegales, armas, celular, televisor ¡cualquier cantidad de cosas! Hay que pagar por todo. Por el traslado a tribunales, para que los atienda un médico Indudablemente que si funcionaran bien, el negocio se acabaría.
¿Se puede alcanzar ciertos niveles de confort dentro de los recintos penitenciarios, espacios para efectuar fiestas de 15 años y manejar redes de prostitución para los internos? ¿Es creíble que eso suceda? ¿Manejar negocios estando preso y obtener recursos económicos y poder?
-Te voy a poner un ejemplo de una práctica autorizada por el Ministerio de Interior y Justicia, como en otros países, la cual me parece perversa implementarla en Venezuela, por las condiciones en las cuales se encuentran. Se han establecido la pernocta de los familiares, llegan el viernes y se quedan hasta el lunes, pasan todo el fin de semana. Aderezado con alcohol, drogas, prostitutas. Entran las parejas, pero también damas que van a trabajar.
Identificadas como damas de compañía, un targuet que solo se había escuchado en el ámbito de corporaciones, viajeros de altísimo poder adquisitivo .
- Los fines de semana pueden hacer fiestas, acompañados de minitecas, mariachis, es una realidad. Pero con estos niveles de hacinamiento, donde no caben los reclusos, se le añade otro gran volumen de mujeres, en espacios para la práctica sexual separados por una sábana, que ellos identifican como buggi. Conozco recintos penitenciarios en otros países, donde este tipo de prácticas se otorgan a los reclusos de buen comportamiento, que trabajan dentro de la carcel, destinándose lugares con cierta privacidad, no en público y al mismo tiempo como aquí.
El negocio carcelario
¿Tienen pruebas de las complicidades que pudieran fraguarse entre los uniformados de la Guardia Nacional y empleados del Ministerio de Interior y Justicia para armar a los presos?¿Por qué cree que hasta ahora no se ha investigado?
-Las cárceles son un espacio cerrado y nadie tiene injerencia sino el Estado venezolano. Cualquier persona, familiares que ingresa a un recinto penitenciario, son sometidos a una requisa, incluso, hasta vejatoria e inhumana. Así que, la única forma que entren armas a los sitios de reclusión es que la introduzcan los funcionarios responsables de la custodia externa e interna, eso no tiene ninguna otra explicación. Y más cuando analizamos el tipo de armamento que poseen los reclusos. Cuando comencé a trabajar este asunto de los derechos humanos en las cárceles hace 20 años, nos encontrábamos que poseían chuzos de fabricación casera, pistolas hechas con tubos, ligas, clavos, llamados chopos. Pero hoy en día tienen granadas, fusiles de asalto, subametralladoras, armamento de alto poder. Esas armas no las tenemos los civiles, no es como ir a una farmacia, donde hay un estante de granadas y puedo adquirirlas. Llegan a los penales de parte de las mismas mafias carcelarias a las cuales me refiero, compuestas por funcionarios de la guardia, del MIJ que se alían con los pranes, algo así como los jefes de los reclusos, quienes dirigen las operaciones en conchupancia con los responsables de garantizar la seguridad. Las reciben, las distribuyen adentro y se reparten las ganancias.
¿Se está refiriendo a mafias, carteles que funcionan como en México por el control del territorio y que pudieran operar también fuera conectados a los recintos carcelarios para garantizar el narcotráfico?
-Se habla inclusive de operaciones de secuestros y extorsiones que se practican desde las cárceles a través de llamadas telefónica y todo ese tipo de cosas que no dudo que sean ciertas. Los reclusos tienen celulares, teléfonos inteligentes, computadoras, acceso a las redes sociales, manejan Twitter, Facebook.
¿Hasta qué punto, digamos, la explosión de la crisis en las cárceles/ El Rodeo, La Planta, Vista Hermosa/ el empoderamiento de los pranes, de las redes de narcotráfico, pueden ir más allá de las cárceles para enquistarse en la sociedad?
- Insisto, las cárceles son un gran negocio y estamos en una etapa mucho peor: En el Rodeo ha quedado al descubierto que quienes controlan las cárceles son los presos. No manda ni el ministro El Aissami, ni la directora de Servicios Penitenciarios, ni el director de la cárcel. Observas, que dentro de un recinto penitenciario secuestran al personal, como sucedió en La Planta...
Si los presos jefaturados por un pran mandan dentro de las cárceles ¿El resto de los reclusos se tiene que someter a esta autoridad?¿Cómo asumen ustedes la defensa de los derechos humanos de los pranes quienes someten a otros internos y hasta aplican el plan de fuga a los presos que quieren entregarse, salir del Rodeo II, como se ha señalado?
- El Estado es a quien le corresponde actuar efectivamente. Lamentablemente no hay personal especializado en funciones en los centros de reclusión. La Constitución te habla sobre la descentralización de las cárceles y yo creo que si se las entregaran a los gobernadores serian más efectivas
¿Pero ustedes defienden a los pranes? Interrumpo
-Nosotros defendemos las condiciones de vida de los privados de libertad. No es que queremos que salgan a la calle, ni pensamos que son niños buenos, pero sus derechos fundamentales deben ser respetados. Que tengan acceso a la salud, educación, trabajo, seguridad. Debemos tener claro, que los reclusos, independientemente del delito cometido, tienen derechos humanos que hay que respetar.
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