Espectáculos
Neil Diamond sigue llenando auditorios a sus 70 años
Tras el enorme éxito de los 60 y 70, ahora algunos de sus grandes éxitos como "Song Sung Blue", "Sweet Caroline" y algunas de sus canciones más recientes suenan más bien como clásicos.
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En la actualidad a Diamond se le reconoce sobre todo su talento para escribir canciones de éxito (Cortesía)
EL UNIVERSAL
domingo 5 de junio de 2011 10:26 AM
"Para mí tiene un enorme significado y es lo más importante que tengo", dijo Diamond al mostrar una pequeña pelota rosa. Su valor en un comercio es de unos 30 dólares (unos 21 euros), y esa bolita acompaña al cantante en su gira por toda Europa. El septuagenario Neil Diamond sigue llenando las salas de conciertos como antes.
La pelota salta con brío. La superfice es lisa y suave. A pesar de que su diseño apenas ha cambiado desde 1950, parece de alguna forma que es actual. Tal vez la palabra retro sea la adecuada, igual que su dueño, que en enero cumplió los 70 años. Viste ropa de cuero que se ve de excelente factura. Su pelo canoso está bien arreglado y sus expresivos ojos marrones brillan con fuerza bajo sus amplias cejas oscuras, destacó DPA.
Respirar aire fresco parece una necesidad absoluta para el cantante y por eso antes de la entrevista se han abierto las ventanas de par en par. Estrecha la mano educadamente de todos los presentes, sonríe mucho, resulta simpático y amable. Cuenta que compagina todos sus conciertos con su nuevo disco, que como pronto saldrá el año que viene.
En los pasados años, Diamond ha protagonizado un sorprendente cambio de imagen. Tras el enorme éxito de los 60 y 70, tras ser considerado durante años el rey de la balada más pastelera, ahora algunos de sus grandes éxitos como "Song Sung Blue", "Sweet Caroline" y algunas de sus canciones más recientes suenan más bien como clásicos.
En 2008 consiguió por primer vez en su larga carrera llegar a ser número uno en las listas de discos estadounidenses, con "Home After Dark", que tenía ciertas influencias country. En 2010 ingresó el en Salón de la Fama del Rock and Roll. Comenta que todos estos reconocimientos recientes le alegran, pero realmente no le importan demasiado.
"En una fase muy inicial de mi carrera tuve claro que a la crítica no le iba a gustar mi música", dijo Diamond, nacido en Nueva York. "La gente no quería un tipo con una guitarra. Quería grupos".
Pero Diamond, que en el pasado trabajó como compositor y entre otros fue autor en 1966 de "I'm a Believer" para los Monkees, dio el salto al escenario. "Tuve que elegir: ¿quería gustar al público o a la crítica? Y me decidí por el público. Eso me pareció más democrático, porque son más. Desde entonces dejaron de importarme bastante los críticos musicales", agrega.
En la actualidad a Diamond se le reconoce sobre todo su talento para escribir canciones de éxito. Él afirma con modestia que sencillamente ha tenido la suerte de poder hacerlo. "Nadie puede enseñar a otra persona cómo se escribe una canción. Uno tiene que aprender por sí mismo, cómo expresar sus propias ideas en una canción".
¿Y qué es una buena canción? "Para mí una buena canción es aquella que provoca una reacción en el que la escucha, que le incita ya sea a levantarse y bailar o a sentarse y llorar. Cuando tiene un efecto sobre el que la escucha, cuando le alienta, le inspira, le hace recordar; cuando apela a una parte personal del que la escucha, entonces es una buena canción. Y eso empieza por mí mismo. La canción primero me tiene que aportar (algo), inspirar, romperme el corazón. Y como soy parte de la humanidad, hay otra gente que reaccionará igual que yo".
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