Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 17 de septiembre de 2011


sábado 17 de septiembre de 2011

Unidad y sabiduría

AMÉRICO MARTÍN

Con la arrogancia de mis 20 años y flotando en los elogios que llovían sobre la generación emergente a la que pertenecía, me dirigí a aquel mito viviente. Compañero Betancourt, le dije de tú a tú, ¿cómo fue que partidos endiabladamente enfrentados pudieron unirse contra la dictadura?
Los venezolanos, más que igualitarios somos "igualaos", dejó sentado Augusto Mijares, y Rómulo, que lo conocía bien, y estaba reconstruyendo a toda vela su liderazgo, se prestó al juego: "Tiene nombre y apellido, compañero: Marcos Pérez Jiménez". Y en efecto, la represión de esa dictadura cerró por completo la vía electoral.

El esquema ahora es diferente: contra la furia del régimen la oposición responde ampliando espacios desde los cuales avanza una invencible fuerza electoral. El cuero seco de Guzmán: lo pisan por un lado y se levanta por el otro. De modo que la sintética agudeza de Rómulo cobra vigencia, la admirable unidad opositora tiene también nombre y apellido: Hugo Chávez Ha sido él, con sus sueños de perpetuidad y enfermizo apego al mando, su vocación autocrática y lenguaje de segregación, el que ha empujado a disentir hasta a los más renuentes. Las diferencias parecen ponerse de lado en aras de un sistema donde quepan todas las tendencias.


He contado varias veces lo que me dijo Miguel Ángel Capriles poco antes de morir.

Los ancianos necesitan relatar los hechos de su vida, y encontrarse con un interlocutor dispuesto a oírlos pavimentó nuestra amistad. Hombre recio y combativo, tenía demasiadas cosas que decir. Al explicar el 23 de enero me narró un incidente ejemplar.

En diciembre de 1957 ­comenzó­ me llevaron a la Seguridad Nacional; un joven comunista que como tal me odiaba con toda su alma, se me encimó, pero antes de que me irrogara un improperio, le dije: joven, usted y yo nos odiamos ideológicamente pero debemos unirnos para remover al desalmado que nos impide seguir odiándonos pero con prensa libre y sin peligro de volver a prisión.

El incidente es ilustrativo, la unidad no tiene calles ciegas: todos caben en ella por encima de odios personales o políticos; y la MUD no se limitó a reunir decenas de fuerzas, sino que con las primarias creó el cauce para tratar sabiamente las fricciones. Si usted no está de acuerdo con uno vote por otro y si no le gusta ninguno postúlese usted o a un tercero.

Además, al basarse en el RE la apertura toca el cielo. Hasta los chavistas pueden sufragar o hacer peso por quien consideren "menos malo". No hay comparación posible con las imposiciones presidenciales.

Frente a ellas las primarias son un convincente manifiesto. Hay que ver en cambio cuánto le cuesta al oficialismo constituir su mil veces anunciado "Polo". Un equipo ­se desespera el PCV­ que proporcione unidad "estratégica" a la revolución.

Es la diferencia entre ir con la corriente y nadar contra ella. A la MUD se le facilitan las más complejas decisiones porque lo dominante es el cambio democrático; a los oficialistas todo se les vuelve piedra de Sísifo, eterno recomenzar, porque encallaron y las calles hierven. El Polo no arranca. Pudo constituirse con fanfarria aun sin la voluntad de ponerlo a marchar, pero ni eso. No tiene presente ni futuro. Vacío, oquedad, aire, nada.


Con la derrota pintada en la cara, me acerco a nuestro candidato, Rómulo Betancourt. Viene de recorrer el interior. Yo estaba en el comando de campaña de Caracas, entonces presidido por Domingo Alberto Rangel. En los ranchos no faltaba la foto del almirante del pueblo, Wolfgang Larrazábal. Caracas lo veneraba y no era para menos: en su mandato había demostrado un sincero amor por los humildes, sin odios contra sus adversarios. Hombre sencillo y democrático no cabalgaba sobre la execración de quien no coincidiera con él. Triunfaría en Caracas pero yo imaginaba que también en el país.

Rómulo me escuchó sonriendo. AD no va a perder, yo vengo del interior, espera para que veas... y en efecto, ganó contra los pronósticos capitalinos. Medí en esa fiera seguridad, no un optimismo panglossiano en mangas de camisa como solía repetir Rómulo, sino una seria ponderación de realidades, una de las cuales era su propio partido. AD se había construido sobre muchos deslindes. Valmore Rodríguez, en palabras entonces duramente criticadas, sentenció que dividirse era ubicarse. Y así fue. Porque la unidad postulada por los comunistas alrededor el presidente Medina contra el eje nazi-fascista, estrangularía quizá a un partido de creciente penetración, dotado de un programa modernizador. Betancourt se había desmarcado de las tres Internacionales que se le cruzaron en el camino: la III, la II y la aprista de 1924; conservó su independencia respecto al Frente Popular antifascista proclamado por Dimitrov en el VI Congreso de la Internacional; y con pasión carbonaria enraizó su movimiento en todos los rincones de Venezuela. Pero fue factor principal cuando el país reclamó la unión contra la tiranía. La unidad entonces diseñada por las fuerzas de la resistencia dejó una lección que la MUD ha ampliado y perfeccionado en busca de una gran victoria.

La victoria de la democracia y del porvenir, déjenme decirles.

Fuente: TalCual

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