En toda revolución el desacato a las disposiciones se paga hasta con la vida.
Franklin Brito levanta el primer expediente contra el socialismo del siglo XXI autoproclamado como fórmula para la salvación-superación de las grandes miserias que carcomen esta sociedad.
Y supuso que su alerta sería acatada y respaldada por el grueso de una población amante de una democracia comprometida con el bien social.
Pero nada de esto ocurrió. Prevaleció la decisión gubernamental de liquidar a quien se atrevió a enfrentar abierta y públicamente al régimen.
Al ser secuestrado en el Hospital Militar FB estaba condenado a muerte. Se sabía que no detendría su profunda denuncia contra un sometimiento que ahora se tildaba de socialismo liberador.
Una pelea que no podía dar en forma individual. Pero todos nos limitamos a observar su lucha denodada y valiente.
Por ello a la hora de sacar las cuentas sobre la acción que emprendió es inevitable admitir que hace un año lo matamos y todavía no tenemos conciencia de nuestra condición de culpables, miedosos, cómplices, cobardes y delincuentes.
Con nuestra actitud de simples observadores, pasamos a avalar la decisión del régimen-oposiciones de liquidar a FB.
Preferimos asumir la actitud del conforme y agradecido por las propias miserias que se le imponen, en medio de una sociedad tomada por los valores e ideales de los invasores.
Nuestras raíces milenarias de la solidaridad y el acercamiento humano-espiritual quedaron a un lado desde que se nos convirtió en una sociedad provisional de vencedores y vencidos.
Desde entonces prevalece un poder que se basa en el despojo y la humillación. Y no ha habido proceso capaz de cambiar el rumbo de esta historia definida por la iniquidad.
A las mayorías simplemente se les utiliza en cuanta empresa planifican y adelantan los dueños de su destino.
Las independencias, repúblicas o supuestas democracias, las más de las veces encubridoras de dictaduras, han apuntado hacia el mismo objetivo: el beneficio de los propietarios.
Y esto se ve claramente en la historia de este despojado que, a pesar de luchar con su propia vida por lo que consideró justo, simplemente engrosó la lista de los derrotados en este orden que tiene ya más de cinco siglos andando a "paso de vencedores".
Al dominio lo que le interesa es el control de la sociedad en su conjunto a partir de sus reglas convertidas en leyes que deben cumplir los condenados a esa acción. Los otros permanecen en el disfrute.
FB, guiado por su conciencia, decidió dar una pelea por lo que consideró patrimonio familiar, ganado con su trabajo.
Y para el régimen era inadmisible que alguien se atreviera a retar al mando-poder que responde hoy a los lineamientos del socialismo creado por Marx y actualizado a las condiciones del presente siglo.
Por ello el alto mando bolivariano decidió dar un escarmiento que sirviera para avisarle a todos los osados y levantiscos que no habría contemplación. Y si era del caso asesinarlos, así ocurriría.
Franklin leyó perfectamente la ferocidad del monstruo socialista. Y sabía que estaba solo. De allí el silencio cómplice de esas oposiciones a la hora de su muerte y días posteriores, interesados en que nada alterara el escenario electoral.
En este punto hubo una perfecta concordancia entre el régimen y sus oposiciones. Y en este sentido, cuando a FB se le secuestra en el Hospital Militar no hay protesta institucional a su favor. Apenas iniciativas individuales y de pequeños grupos.
Esto quiere decir que el régimen obtuvo abierta licencia para liquidarlo.
Porque FB llamaba a luchar de manera radical por el respeto a la propiedad adquirida sin la mediación de acciones fraudulentas y deshonestas.
Para el régimen-oposiciones sus propuestas estaban fuera de lugar y correspondían a una persona desquiciada a quien no había que prestar atención.
Un "defensor de los DDHH" nos dijo en una oportunidad que con este señor no se podía llegar a acuerdos porque era muy intransigente y por ello muy difícil hacerlo desistir de unos objetivos no alcanzables en las presentes condiciones.
La pregunta era inevitable: ¿Entonces va irremisiblemente hacia la muerte? Creo que él no quiere que se le ayude a salvarse.
Y este funcionario tenía razón: FB no estaba dispuesto a negociar un acuerdo con el régimen sobre la base de aceptar que buena parte de sus reclamos no estaban justificados.
A conciencia, escoge el camino del sacrificio acusador, hiriente, libertario. Preferible aceptar la condena a muerte que llegar a un arreglo humillante con el régimen y sus oposiciones que echaría por el suelo la autenticidad de su ejemplo.
Y ese orden recayó directamente en la humanidad de FB en medio de nuestra pasividad-silencio que nos convirtió en otros culpables por la vía de la complicidad, el acuerdo tácito del cobarde y miedoso que decide no meterse en nada. El propio delincuente que convalida cuanto actúa la dominación en un expaís.
Por ello hace un año matamos a FB. Y nos sigue mirando atónito desde su camino. ¡Qué historia amigos!
T: @ablancomunoz
abm333@gmail.com
Chávez ha dicho tantas mentiras que ya nadie le cree ni el Padrenuestro de rodillas.
Si comenzamos por recordar sus mentiras electorales del 98, de no perpetuarse en el poder, de no nacionalizar nada, de hablar de dictadura en Cuba y otras, terminaremos escribiendo el libro vergatario, engordado con 2 mentiras recientes: la verdad oculta sobre su enfermedad, y la construcción de 60 millones de viviendas en el 2012, dicho en un programa de TV.
Prefiero resumir que este diabólico gobierno se apoya en un tridente político, similar al satánico garrote con 3 puntas: autocracia, miedo y mentira.
La autocracia chavista ha sido aplicada lentamente, como una inyección endovenosa. Al comienzo, con la adaptación de la Constitución a los intereses políticos del chavismo. Luego con la violación reiterada de la misma Constitución. Y, al final, con la concentración del poder en un solo hombre.
Lo poco que ha faltado es la investidura de Chávez como monarca, por los jalamecate de los poderes del Estado que andan mirando sus bolsillos de atrás. Y sería como Luis XV, diciendo: el Estado soy yo.
La segunda punta del satánico tridente chavista es el miedo.
El miedo es una reacción instintiva contra toda amenaza de la supervivencia. Transforma a la persona en un ser sumiso, oprimido y tiranizado. Es la pérdida de la libertad porque libertad es la ausencia de miedo. Montesquieu. Y, lo peor: el miedo es un instrumento de dominación política de las autocracias, con consecuencias fatales que usted puede revisar en mi artículo Los venezolanos tienen miedo, publicado en El Universal el 26-08-11
Y la tercera punta del tridente chavista es la mentira.
La mentira es una acción voluntaria para ocultar la verdad y engañar. Y engañar es dar a la mentira apariencia de verdad o inducir a alguien a tener por cierto lo que no es, valiéndose de palabras y de obras fingidas. Martínez. El que miente alimenta ilusiones y esperanzas con engaños.
Pero la mentira también es un pecado mayor en las religiones.
En el Decálogo de la Iglesia Católica el octavo dice: no mentir. En el Corán del Islam: luego roguemos que la maldición caiga sobre los mentirosos, 3:61. En el Budismo la mentira se opone por completo a las intenciones budistas al violentar el tercer precepto: acepto el principio de adiestramiento de apartarme de la mentira. Con una comunicación veraz purifico mi habla.
Sin embargo, las mentiras de Chávez ha sido tan repetitivas que están pasando a otro nivel: a la Mitomanía o sea al trastorno psicológico que consiste en mentir en forma patológica, distorsionando continuamente la realidad. J. Ruiz. Al chauvinismo por su proximidad con la Mitomanía y la Paranoia. Y al efecto Martin Lutero: la mentira es como una bola de nieve, cuanto más se le hace rodar, más grande se vuelve.
Por otra parte, al mentir Chávez también olvida las palabras de Frederick Nietzsche: la mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente inútil. Y las del político alemán Otto von Bismarck: nunca se miente más que después de una cacería, durante una guerra y antes de las elecciones. Y las de Alin Segovia: las mentiras son como las arrugas, poco a poco van saliendo.
Faltaría ver si todavía existe un solo venezolano de mediana inteligencia que crea y quiera continuar con este gobierno inductor de autocracia, miedo y mentira.
Porque, el 2012 será el año de la verdad. Amén.
riverovfrancisco@hotmail.com
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