La plenitud de la vida en un corto de Ricardo Korda
La plenitud de la vida en un corto de Ricardo Korda
El corto "Beautifully Esther" se exhibe en el Festival de Cine Judío
Con su cortometraje Beautifully Esther (2010), Ricardo Korda es el primer venezolano en formar parte de la programación del Festival de Cine Judío de Caracas. La muestra que arranca el próximo 4 de noviembre le ha invitado a participar además en un cineforo para estudiantes en el Teatro de Petare César Rengifo.
Nieto de Alberto Korda, fundador del legendario Cine Centro Plaza, en Beautifully Esther, el joven realizador se sumerge en el mundo de una mujer madura y su matrimonio.
-La vejez como historia ha sido una casualidad. ¿Qué le inspiró a contar este relato en Beautifully Esther?
-Beautifully Esther nace de mi miedo a una vejez sin causa, de pensar en lo importante que es siempre tener algún tipo de pasión y meta. Al perder un objetivo de vida, pierdes la razón de vivir. También quise explorar un poco lo que es el matrimonio en la tercera edad. Digamos que le tengo mas miedo a una vejez solitaria que a la muerte misma.
-¿Ha sido fácil rodar en el exterior?
-Rodar en Los Ángeles tiene sus ventajas y desventajas. Es más sencillo conseguir buen talento porque definitivamente sobra. La ciudad está acostumbrada a la industria, lo que facilita cierta logística. Beautifully Esther fue grabado bajo la co-producción del American Film Institute, que funciona como un mini estudio. El corto fue mi tesis de posgrado, así que fue hecho por etapas de acuerdo con los requerimientos de cada clase. Creo que en cualquier sitio, si uno tiene amigos dispuestos a trabajar por muy poco dinero, puedes hacer un cortometraje de bajo presupuesto pero con alto valor de producción. No diría que hay tanta diferencia entre Venezuela y LA.
-Háblenos de Eve Sigall, su protagonista.
-Para mí la historia y el casting son lo mas importante en una película. Todo cuenta, pero estas dos cosas son las que hacen que funcione o no en su esencia. Eve es una mujer encantadora, pero lo que me atrapó fue su cara. Con mover una pestaña, nos regala un cambio de emoción, nos abre una ventana al alma del personaje. En el casting, la ví de lejos y le dije a la directora de casting que quería verla a ella primero. Ahí quedó. Mi dirección se afincaba en internalizar y dejar que sus ojos nos hablaran muy sutilmente. Si no, hubiese sido sobre actuado. Trabajar con gente mayor es complicado. Pero ella y Sandy Dvore (el esposo) se portaron muy bien; y eso que Sandy no es actor.
-¿Cuán cercano se siente a Venezuela?
-Me siento igual de venezolano que hace 11 años, cuando todavía vivía en el país. Llevo tiempo desarrollando una historia que toca el tema del autismo. Esa la filmaría en Venezuela.
-¿La clasificación de Cine Judío le es cómoda? ¿Cómo la mira?
-No tengo problemas en separar el cine en géneros o tipos o categorías, pero creo que lo único que podríamos encontrar como común denominador es el tema, así la gente sabe de qué se trata algo, pero no sé si te dice mucho más que eso. Hay cine judío de muchos estilos, géneros, etc. Además, a veces estas categorías hacen que el enfoque de la esencia de la película no vaya donde debería ir: la historia de las relaciones entre los personajes y sus arcos individuales, que generalmente son universales.
-¿Cuánto influyó en usted la pasión que por el cine tuvo su abuelo?
-Recuerdo ir al Centro Plaza y ver películas extranjeras con mi abuelo, pero no estoy seguro si de ahí nace mi pasión por contar historias. Seguramente hay algo en el subconsciente. Guri, como lo llamaba yo, era una persona muy hermosa y aprendí mucho de él en general, pero el interés por el cine se lo atribuyo más al resto de mi familia. Desde muy joven dedico gran parte de mi día a transformar lo que veo y siento en formato "película". Me fascinaba dibujar, pero especialmente hacer historias pintando en las esquinas de las hojas de mis cuadernos y pasando las páginas rápido para dar la impresión de movimiento.
-¿Qué películas descubrió en el Cine Centro Plaza?
-La película que me viene a la mente es Como agua para Chocolate de Alfonso Arau. Recuerdo que me sentía muy joven para verla, pero me impacto visualmente.
-¿Cuál es el próximo paso?
-Parece que es un largometraje con Tunnel Post, una productora en Los Ángeles. Es una comedia de humor negro. Aborda el tema de la tolerancia y lo importante que es poner a la familia antes que nada.
Con su cortometraje Beautifully Esther (2010), Ricardo Korda es el primer venezolano en formar parte de la programación del Festival de Cine Judío de Caracas. La muestra que arranca el próximo 4 de noviembre le ha invitado a participar además en un cineforo para estudiantes en el Teatro de Petare César Rengifo.
Nieto de Alberto Korda, fundador del legendario Cine Centro Plaza, en Beautifully Esther, el joven realizador se sumerge en el mundo de una mujer madura y su matrimonio.
-La vejez como historia ha sido una casualidad. ¿Qué le inspiró a contar este relato en Beautifully Esther?
-Beautifully Esther nace de mi miedo a una vejez sin causa, de pensar en lo importante que es siempre tener algún tipo de pasión y meta. Al perder un objetivo de vida, pierdes la razón de vivir. También quise explorar un poco lo que es el matrimonio en la tercera edad. Digamos que le tengo mas miedo a una vejez solitaria que a la muerte misma.
-¿Ha sido fácil rodar en el exterior?
-Rodar en Los Ángeles tiene sus ventajas y desventajas. Es más sencillo conseguir buen talento porque definitivamente sobra. La ciudad está acostumbrada a la industria, lo que facilita cierta logística. Beautifully Esther fue grabado bajo la co-producción del American Film Institute, que funciona como un mini estudio. El corto fue mi tesis de posgrado, así que fue hecho por etapas de acuerdo con los requerimientos de cada clase. Creo que en cualquier sitio, si uno tiene amigos dispuestos a trabajar por muy poco dinero, puedes hacer un cortometraje de bajo presupuesto pero con alto valor de producción. No diría que hay tanta diferencia entre Venezuela y LA.
-Háblenos de Eve Sigall, su protagonista.
-Para mí la historia y el casting son lo mas importante en una película. Todo cuenta, pero estas dos cosas son las que hacen que funcione o no en su esencia. Eve es una mujer encantadora, pero lo que me atrapó fue su cara. Con mover una pestaña, nos regala un cambio de emoción, nos abre una ventana al alma del personaje. En el casting, la ví de lejos y le dije a la directora de casting que quería verla a ella primero. Ahí quedó. Mi dirección se afincaba en internalizar y dejar que sus ojos nos hablaran muy sutilmente. Si no, hubiese sido sobre actuado. Trabajar con gente mayor es complicado. Pero ella y Sandy Dvore (el esposo) se portaron muy bien; y eso que Sandy no es actor.
-¿Cuán cercano se siente a Venezuela?
-Me siento igual de venezolano que hace 11 años, cuando todavía vivía en el país. Llevo tiempo desarrollando una historia que toca el tema del autismo. Esa la filmaría en Venezuela.
-¿La clasificación de Cine Judío le es cómoda? ¿Cómo la mira?
-No tengo problemas en separar el cine en géneros o tipos o categorías, pero creo que lo único que podríamos encontrar como común denominador es el tema, así la gente sabe de qué se trata algo, pero no sé si te dice mucho más que eso. Hay cine judío de muchos estilos, géneros, etc. Además, a veces estas categorías hacen que el enfoque de la esencia de la película no vaya donde debería ir: la historia de las relaciones entre los personajes y sus arcos individuales, que generalmente son universales.
-¿Cuánto influyó en usted la pasión que por el cine tuvo su abuelo?
-Recuerdo ir al Centro Plaza y ver películas extranjeras con mi abuelo, pero no estoy seguro si de ahí nace mi pasión por contar historias. Seguramente hay algo en el subconsciente. Guri, como lo llamaba yo, era una persona muy hermosa y aprendí mucho de él en general, pero el interés por el cine se lo atribuyo más al resto de mi familia. Desde muy joven dedico gran parte de mi día a transformar lo que veo y siento en formato "película". Me fascinaba dibujar, pero especialmente hacer historias pintando en las esquinas de las hojas de mis cuadernos y pasando las páginas rápido para dar la impresión de movimiento.
-¿Qué películas descubrió en el Cine Centro Plaza?
-La película que me viene a la mente es Como agua para Chocolate de Alfonso Arau. Recuerdo que me sentía muy joven para verla, pero me impacto visualmente.
-¿Cuál es el próximo paso?
-Parece que es un largometraje con Tunnel Post, una productora en Los Ángeles. Es una comedia de humor negro. Aborda el tema de la tolerancia y lo importante que es poner a la familia antes que nada.
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