Comentario importantísimo para el día de hoy
28 de octubre 2011-
Desde Argentina lo hace el señor
Dimarco, Leonardo Aureliano
Para los grupos de Oración Centrante
del mundo:
La Nube del No Saber tiene mucho que decir sobre
cómo uno debe alistarse para este movimiento hacia
la oración contemplativa. Da indicativos para saber
si uno está llamado o no para la misma. Sin embargo,
parecería que hoy día se le ofrece a todos, no sólo por
maestros que enseñan la Oración Centrante, sino
también por maestros de la meditación oriental.
Parecería que está a la disposición de todos.
La idea de que las personas laicas emprendan el
camino espiritual no es algo nuevo. Lo que sucede es
que simplemente no ha gozado de popularidad durante
los últimos mil años. En las tradiciones espirituales de las
diferentes religiones del mundo, tanto del Oriente como
del Occidente, la tendencia ha sido aislar a los que van
en pos de este camino, colocarlos en lugares especiales,
y yuxtaponerlos con los que llevan una vida de familia,
profesional o de negocios en el mundo, pero esta
distinción está comenzando a cambiar. Por ejemplo,
los sabios de la India, han empezado a compartir sus secretos
con el pueblo. En la antigüedad había que irse al bosque para
encontrar un maestro, y ahora podemos encontrar en los
Estados Unidos de América y en Europa Occidental, maestros
sobresalientes de diferentes tradiciones espirituales
orientales que ofrecen enseñanzas avanzadas a cualquiera
que esté interesado. Desafortunadamente junto con estas
tradiciones, han aparecido expresiones inferiores de las
mismas. En todo caso, ha habido un movimiento en las religiones
orientales que hace más accesibles las disciplinas esotéricas
a aquellas personas que llevan vidas comunes y corrientes
en el mundo. `Con respecto a la tradición cristiana,
Orígenes, un expositor de la escuela teológica de
Alejandría
del siglo IV, consideraba que la comunidad cristiana en
el mundo era el sitio apropiado de la ascesis. Fue sólo a
través del ejemplo de Antonio de Egipto y del informe
que Atanasio escribió sobre ese tema, que se estableció la
práctica de que era necesario dejar atrás al mundo para seguir
la ruta cristiana hacia la divina unión. En ningún momento fue
la intención de Antonio que esto se convirtiera en la única
forma de lograr esa unión, pero cada vez que ocurren
movilizaciones masivas, éstas se popularizan y pueden
fosilizar o incluso caricaturizar un movimiento. Tiene que
venir una nueva ola de renovación espiritual antes de que se
pueda recapacitar y precisar la diferenciación necesaria.
Cuando los movimientos se han convertido en instituciones,
esto puede requerir mucho tiempo. La esencia de la vida
monástica no es su estructura, sino su práctica interior,
y el alma de la práctica interior es la oración contemplativa.
En La Epístola del Consejo Privado escrita por el autor de
La Nube del No Saber hacia el final de su vida, él parece
reconocer que el llamado a la oración contemplativa es más
común de lo que originalmente había pensado. En la práctica,
yo creo que podemos enseñarle a la gente a proceder
conjuntamente hacia la oración contemplativa, es decir,
a leer y reflexionar sobre la palabra de Dios en las Escrituras,
a expresar aspiraciones inspiradas por dichas reflexiones,
y luego a descansar en la presencia de Dios.
Esta era la forma como se practicaba la lectio divina en
los monasterios de la Edad Media.
Estoy convencido de que si las personas nunca se ven
expuestas a algún tipo de oración no-conceptual, es posible
que ésta jamás llegue a desarrollarse, debido a la interferencia
de la excesiva intelectualización en la cultura occidental
y a la tendencia anti-contemplativa de las enseñanzas
cristianas en los últimos siglos. Es más, el experimentar
el sabor del silencio interior puede ser de gran utilidad en
el entendimiento de lo que es la oración contemplativa.
La enseñanza ascética reciente ha sido extremadamente
cautelosa. Ha existido una fuerte tendencia a asumir que la
oración contemplativa estaba reservada exclusivamente
para las personas religiosas de clausura. La oración
contemplativa da pie para una pregunta muy importante:
¿Hay algo que podamos hacer nosotros para prepararnos
para el don de la contemplación, en lugar de sentarnos a
esperar que Dios lo haga todo? Estoy convencido de que
sí lo hay. Hay formas de entrenar la mente en las disciplinas
espirituales tanto del Oriente como del Occidente que
ayudan a cimentar la base para la oración contemplativa.
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