El Banco del Libro premió a los mejores
La institución abrió ayer su exposición dedicada a la literatura infantil
La exposición "Los mejores libros para niños y jóvenes 2012" reúne 124 obras de Hispanoamérica. Hubo dos ediciones venezolanas premiadas: "ABCirco" y "Un abuelo, sí". CORTESÍA
DANIEL FERMÍN | EL UNIVERSAL
viernes 27 de abril de 2012 12:00 AM
La literatura infantil también tiene sus galardones en el país. El Banco del Libro, una institución que desde 1960 promociona la lectura entre los más pequeños, inauguró anoche la exposición Los mejores libros para niños y jóvenes 2012, que ya llegó a su edición 32.
La muestra, que tuvo 124 obras postuladas de distintos países de hispanoamérica, abrió con el veredicto que reconoció a 27 libros en diferentes categorías. Infantiles, juveniles, originales, traducciones, clásicos. Un conjunto que refleja la calidad de la literatura infantil en la región (y en el mundo editorial).
El jurado premió a dos venezolanos. El libro ABCirco (escrito e ilustrado por Gerald Espinoza, publicado por Camelia Ediciones) fue galardonado en el renglón de originales infantiles. Ahí también quedó Un abuelo, sí (escrito por Nelson Ramos Castro, ilustrado por Ramón París, publicado por Ediciones Ekaré). Dos obras nacionales en una lista de cinco, que completan La bella Griselda (México) Bola de agua (Colombia) y El hermano secreto de Caperucita Erre (España).
El resultado satisfizo a Maité Dautant, gerente de Investigación, Documentación y Estudios de la institución que tiene su sede en Altamira. Indica que, en Venezuela, la literatura dedicada a niños y jóvenes tiene su espacio. "Queda claro que hay un porcentaje interesante del libro venezolano. Que tiene una posición importante, que demuestra que la editoriales venezolanas hacen libros de calidad, a pesar de que haya dificultades con materiales", explicó la licenciada en Letras.
El renglón de originales en la literatura juvenil sólo tuvo tres reconocimientos:Fábulas morales de una vez para siempre para el aprendizaje virtuoso en la feliz juventud (de Grassa Toro; publicado en España), La muda (de Francisco Montaña Ibáñez; publicado en Colombia) y Los sueños de Helena (de Eduardo Galeano; publicado en España). Los otros dos cupos quedaron desiertos. Igual ocurrió entre las traducciones.
Los bibliotecarios, además, eligieron los suyos. La categoría Los tres imprescindibles de la biblioteca incluyó Santiago (de Federico García Lorca, editado por El Zorro Rojo), En casa de los abuelos (de Arianna Squillon, editado por Ekaré) y Un abuelo, sí. "El jurado fue interdisciplinario: profesores, libreros, ilustradores, personas de distintos lugares del mundo del libro que ofrecieron varias visiones", agregó Dautant.
Viajes interiores
La edición 2012 de Los mejores libros para niños y jóvenes también ofreció una temática diferente. Años atrás, por ejemplo, predominaba el realismo social. Ahora lo hicieron las obras que ofrecen una experiencia de lo íntimo. "Hubo muchos libros inclinados a lo reflexivo, una indagación hacia el interior. Y eso es positivo: al ser humano le gusta interiorizar sus emociones, mientras más temprano se le ponga el tema al lector, agudizará su sensibilidad. Se verá a sí mismo, comprenderá al otro a través del libro", dijo Dautant, que es autora de libros infantiles.
La exposición también incluye cómics, poesía, relatos realistas. "Hubo una cantidad grande de libros álbum, de libros complejos en su estructura, tanto en texto como en imagen. Aquí se evalúa el trabajo de ilustración, el producto editorial en su conjunto. Desde el punto de vista de la imagen, del diseño, de la estética, de la historia, que todo esté perfectamente acabado. Nosotros vemos el libro como objeto. Y aquí hay algunos extraordinarios", concluyó Dautant, que informó que la exposición estará abierta al público hasta el 30 de junio. Los más pequeños lo agradecen. Los adultos también.
dfermin@eluniversal.com
La muestra, que tuvo 124 obras postuladas de distintos países de hispanoamérica, abrió con el veredicto que reconoció a 27 libros en diferentes categorías. Infantiles, juveniles, originales, traducciones, clásicos. Un conjunto que refleja la calidad de la literatura infantil en la región (y en el mundo editorial).
El jurado premió a dos venezolanos. El libro ABCirco (escrito e ilustrado por Gerald Espinoza, publicado por Camelia Ediciones) fue galardonado en el renglón de originales infantiles. Ahí también quedó Un abuelo, sí (escrito por Nelson Ramos Castro, ilustrado por Ramón París, publicado por Ediciones Ekaré). Dos obras nacionales en una lista de cinco, que completan La bella Griselda (México) Bola de agua (Colombia) y El hermano secreto de Caperucita Erre (España).
El resultado satisfizo a Maité Dautant, gerente de Investigación, Documentación y Estudios de la institución que tiene su sede en Altamira. Indica que, en Venezuela, la literatura dedicada a niños y jóvenes tiene su espacio. "Queda claro que hay un porcentaje interesante del libro venezolano. Que tiene una posición importante, que demuestra que la editoriales venezolanas hacen libros de calidad, a pesar de que haya dificultades con materiales", explicó la licenciada en Letras.
El renglón de originales en la literatura juvenil sólo tuvo tres reconocimientos:Fábulas morales de una vez para siempre para el aprendizaje virtuoso en la feliz juventud (de Grassa Toro; publicado en España), La muda (de Francisco Montaña Ibáñez; publicado en Colombia) y Los sueños de Helena (de Eduardo Galeano; publicado en España). Los otros dos cupos quedaron desiertos. Igual ocurrió entre las traducciones.
Los bibliotecarios, además, eligieron los suyos. La categoría Los tres imprescindibles de la biblioteca incluyó Santiago (de Federico García Lorca, editado por El Zorro Rojo), En casa de los abuelos (de Arianna Squillon, editado por Ekaré) y Un abuelo, sí. "El jurado fue interdisciplinario: profesores, libreros, ilustradores, personas de distintos lugares del mundo del libro que ofrecieron varias visiones", agregó Dautant.
Viajes interiores
La edición 2012 de Los mejores libros para niños y jóvenes también ofreció una temática diferente. Años atrás, por ejemplo, predominaba el realismo social. Ahora lo hicieron las obras que ofrecen una experiencia de lo íntimo. "Hubo muchos libros inclinados a lo reflexivo, una indagación hacia el interior. Y eso es positivo: al ser humano le gusta interiorizar sus emociones, mientras más temprano se le ponga el tema al lector, agudizará su sensibilidad. Se verá a sí mismo, comprenderá al otro a través del libro", dijo Dautant, que es autora de libros infantiles.
La exposición también incluye cómics, poesía, relatos realistas. "Hubo una cantidad grande de libros álbum, de libros complejos en su estructura, tanto en texto como en imagen. Aquí se evalúa el trabajo de ilustración, el producto editorial en su conjunto. Desde el punto de vista de la imagen, del diseño, de la estética, de la historia, que todo esté perfectamente acabado. Nosotros vemos el libro como objeto. Y aquí hay algunos extraordinarios", concluyó Dautant, que informó que la exposición estará abierta al público hasta el 30 de junio. Los más pequeños lo agradecen. Los adultos también.
dfermin@eluniversal.com
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