Odio por todos lados
ORIAN BRITO PEÑA | EL UNIVERSAL
sábado 14 de abril de 2012 03:36 PM
Hay verdades que no pueden ocultarse, a pesar de todo los sufrimientos que Venezuela enfrenta desde hace 13 años y los diversos escenarios donde se ha puesto a prueba la resistencia de los ciudadanos, hay una característica que intenta expropiar el ADN del venezolano: el odio.
Muchas familias se han dividido por razones políticas, diversas relaciones de "amistad" se disolvieron por lo mismo, contextos que lamentablemente se convirtieron cotidianos. Se utilizó la necesidad de los sectores populares par aumentar el resentimiento. Si lees reacciones y comentarios en las redes sociales el panorama es menos alentador: insultos, burlas, deseos de muerte, amenazas, hackeos y pare usted de contar.
Fuera de la vida digital los ejemplos sobran: marchas como las del 11 de abril del 2002, la Asamblea Nacional hoy convertida en una vecindad y la mayoría de los representantes de los poderes públicos y ministros quienes en oportunidades producen declaraciones prácticamente de guerra conjugan un toma y dame que opera los 7 días de la semana y casi las 24 horas del día.
Expresar culpabilidad en esto resultaría sencillo: Hugo Chávez, pero no hay duda que todos aquellos que contribuyen o han hecho parte de su odio y resentimiento desenfrenado, desde cualquier tendencia, estimulan el problema, por ende la responsabilidad se multiplica. Nos negamos a pensar que Chávez haya logrado sacar lo peor de los venezolanos, aspectos que jamás pensamos pudieran existir entre nosotros. Suficiente con la violencia que acompaña a la inseguridad constante para que sea inhabitable la convivencia entre los ciudadanos. Nunca es tarde para reflexionar en este aspecto que nos ha cambiado la vida.
Este año promete ser de mucha polarización, ya el Presidente lo ha reiterado en muchas ocasiones mientras agarra el crucifijo que "la revolución está armada" ojalá no se le ocurre anunciar la lista de los que serán sentenciados a la muerte en una próxima cadena.
El odio y el resentimiento no pueden hacer metástasis en los venezolanos. Ya es suficiente con el miedo que de acuerdo a un trabajo publicado en EU, el 12 de abril, revela que la violencia ha aumentado los problemas de salud mental de los ciudadanos.
Si a la angustia, depresión y miedo le sumamos odio y resentimiento, Venezuela podría expropiar el titulo de la serie española "Aquí no hay quien viva". Calma y cordura. La política consiste en la negociación y la discusión de ideas no el enfrentamiento y ataque al que disiente. No hay que caer en provocaciones, se acerca una fecha importante donde muchos podrán drenar democráticamente sin necesidad de atacar física ni verbalmente a nadie.
orianopinion@gmail.com
@orianbritop
Muchas familias se han dividido por razones políticas, diversas relaciones de "amistad" se disolvieron por lo mismo, contextos que lamentablemente se convirtieron cotidianos. Se utilizó la necesidad de los sectores populares par aumentar el resentimiento. Si lees reacciones y comentarios en las redes sociales el panorama es menos alentador: insultos, burlas, deseos de muerte, amenazas, hackeos y pare usted de contar.
Fuera de la vida digital los ejemplos sobran: marchas como las del 11 de abril del 2002, la Asamblea Nacional hoy convertida en una vecindad y la mayoría de los representantes de los poderes públicos y ministros quienes en oportunidades producen declaraciones prácticamente de guerra conjugan un toma y dame que opera los 7 días de la semana y casi las 24 horas del día.
Expresar culpabilidad en esto resultaría sencillo: Hugo Chávez, pero no hay duda que todos aquellos que contribuyen o han hecho parte de su odio y resentimiento desenfrenado, desde cualquier tendencia, estimulan el problema, por ende la responsabilidad se multiplica. Nos negamos a pensar que Chávez haya logrado sacar lo peor de los venezolanos, aspectos que jamás pensamos pudieran existir entre nosotros. Suficiente con la violencia que acompaña a la inseguridad constante para que sea inhabitable la convivencia entre los ciudadanos. Nunca es tarde para reflexionar en este aspecto que nos ha cambiado la vida.
Este año promete ser de mucha polarización, ya el Presidente lo ha reiterado en muchas ocasiones mientras agarra el crucifijo que "la revolución está armada" ojalá no se le ocurre anunciar la lista de los que serán sentenciados a la muerte en una próxima cadena.
El odio y el resentimiento no pueden hacer metástasis en los venezolanos. Ya es suficiente con el miedo que de acuerdo a un trabajo publicado en EU, el 12 de abril, revela que la violencia ha aumentado los problemas de salud mental de los ciudadanos.
Si a la angustia, depresión y miedo le sumamos odio y resentimiento, Venezuela podría expropiar el titulo de la serie española "Aquí no hay quien viva". Calma y cordura. La política consiste en la negociación y la discusión de ideas no el enfrentamiento y ataque al que disiente. No hay que caer en provocaciones, se acerca una fecha importante donde muchos podrán drenar democráticamente sin necesidad de atacar física ni verbalmente a nadie.
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