EMILIO LOVERA, HUMORISTA
"El humor es de oposición"
"El humor progobierno es solamente la gran jalada de mecate" "Las caricaturas puede hacer sentir la distancia académica entre un funcionario y un humorista"
'Misión Emilio', Televen, lunes, 8:00 p.m. (Cortesía)
YOLIMER OBELMEJÍAS VALDEZ , EMILIO LOVERA , HUMORISTA | EL UNIVERSAL
domingo 1 de abril de 2012 12:00 AM
Mucho se dijo que el programa Misión Emilio no tenía rating y que Televen dejaría de transmitirlo, pero hace tres semanas no solo regresó sino que lo hizo con nuevo formato, elenco ampliado y los lunes a las 8:00 p.m. Su creador, el humorista Emilio Lovera, está de pláceme.
-Misión Emilio estrena segunda temporada y ahora es transmitido la misma hora en que se pasaba Radio Rochela en RCTV...
-La decisión de cambiar el horario de Misión Emilio de domingo para lunes fue de Televen. Recuerda que nosotros trabajamos para Ikabaru que es la productora enlace, ella vende el programa a Televen y Televen lo pone en el horario que más le parezca. Sí nos sorprendió el cambio porque fue anunciado con tan poco tiempo que todavía hay gente que espera el programa el domingo, pero creo que ellos están trabajando en una campaña para que la gente se entere que se pasa los lunes.
-Los dos primeros programas han sido interrumpidos por cadenas nacionales...
-Sí, eso nos halaga un poco porque el Gobierno entendió que hay que buscar los días de mayor rating para hacer una cadena y que el mayor número de gente la vea y entonces buscó este espacio del lunes a las ocho y media.
-Misión Emilio ha rescatado al Chunior, Chepina Viloria y Palomino Vergara, ¿no pasan de moda estos papeles?
-Por supuesto que todo pasa de moda y se vuelve a poner de moda también, en este caso, la idea es modernizarlos, ponerlos al ritmo actual; por lo menos, Palomino está en Misión Palomino grabando un programa para Internet, que es una cosa muy actual, trabajando para rescatar al macho venezolano.
-El programa sufrió varias modificaciones, ¿el formato anterior no dio los resultados que esperaban?
-El formato anterior dio los resultados que esperábamos, sin embargo, como te digo, nosotros trabajamos para Ikabaru e Ikabaru es el enlace con Televen. Pienso que el canal hizo sus estudios y decidió que era mejor un programa desketchs, se lo manifestó a Ikabaru e Ikabaru nos dijo: 'No van más entrevistas' y yo: "Bueno, ¿por qué? 'Porque así lo quiere Televen' y Televen es quien nos está comprando el programa y ok, no hay ningún problema, no van entrevistas, pero yo necesitaba más personal para hacer un programa solo de sketchs y me dijeron: 'Por supuesto que sí' y le di la oportunidad a valores nuevos como lo hizoLa Rochela en los 80 conmigo y así entran estos muchachos, que lo están haciendo muy bien, que son muchísimo mejores que yo cuando empecé y que tienen mucho que aportarle al programa.
-¿El humor del venezolano cambió? Ahora uno sale a la calle y la gente pelea con facilidad, ¿a dónde se fue el humor del venezolano?
-El humor del venezolano permanece, tal vez se haya convertido, pero permanece, el venezolano sigue siendo dicharachero, parlachín y tratando de sacarle chiste a las cosas. Hay otro venezolano que está como enfurecido y que está pendiente solo de su propio beneficio, ese venezolano no es el buen venezolano. Creo que hay que pensar en macro y calcular la cantidad de venezolanos que se van a beneficiar con el funcionamiento de las calles y los servicios públicos. 30 millones de venezolanos necesitamos seguridad y que no nos maten como mataron al portugués el jueves, al manager de Caramelos (de Cianuro) y a Wynborg; eso es lo que necesitamos.
-Laureano Márquez, Rolando Salazar y usted han aprovechado humorísticamente estos 12 años de revolución, ¿cómo vislumbra que el venezolano asuma una victoria o una derrota?
-Bueno, a pesar de lo que se pueda pensar, calcular y oír, yo no tengo ni siquiera una proyección de lo que va a pasar. Yo creo que puede ser una oportunidad para demostrar que tan confiable es el sistema electoral, que tan preocupados están los venezolanos por su país y que tan grande es el poder que tiene quien no quiera que la gente vote. Independientemente de quien gane, se van a demostrar muchas cosas.
-¿Ha pensado como podría ser el humor en tiempos de una nueva república?
-Como siempre lo fue, de oposición. El humor no se puede entender sino de oposición, el humor progobierno es solamente la gran jalada de mecate. Yo no sé cuántos humoristas hay en Venezuela, pero sí se con la mitad de los dedos de una mano cuántos hay progobierno, eso quiere decir que el humor racionalmente es de oposición.
-¿Un régimen toca fondo cuando cuestiona el contenido de los caricaturas?
-En todos los países, los humoristas generalmente son gente inteligente. Las caricaturas de uno de estos extraordinarios dibujantes, la parodia de un actor o la editorial de un gran humorista como Zapata o Laureano pueden hacer sentir mayor la distancia académica que hay entre un funcionario deseducado y un humorista; eso genera una serie de sentimientos que la envidia libera y provoca, dada la poca tolerancia que tiene la gente bruta, un rechazo inmediato, la arenga de movimientos deseducados contra el que lee y se instruye. Eso es lo que estamos viviendo en contra de los caricaturistas.
Twitter: @Yolimer
-Misión Emilio estrena segunda temporada y ahora es transmitido la misma hora en que se pasaba Radio Rochela en RCTV...
-La decisión de cambiar el horario de Misión Emilio de domingo para lunes fue de Televen. Recuerda que nosotros trabajamos para Ikabaru que es la productora enlace, ella vende el programa a Televen y Televen lo pone en el horario que más le parezca. Sí nos sorprendió el cambio porque fue anunciado con tan poco tiempo que todavía hay gente que espera el programa el domingo, pero creo que ellos están trabajando en una campaña para que la gente se entere que se pasa los lunes.
-Los dos primeros programas han sido interrumpidos por cadenas nacionales...
-Sí, eso nos halaga un poco porque el Gobierno entendió que hay que buscar los días de mayor rating para hacer una cadena y que el mayor número de gente la vea y entonces buscó este espacio del lunes a las ocho y media.
-Misión Emilio ha rescatado al Chunior, Chepina Viloria y Palomino Vergara, ¿no pasan de moda estos papeles?
-Por supuesto que todo pasa de moda y se vuelve a poner de moda también, en este caso, la idea es modernizarlos, ponerlos al ritmo actual; por lo menos, Palomino está en Misión Palomino grabando un programa para Internet, que es una cosa muy actual, trabajando para rescatar al macho venezolano.
-El programa sufrió varias modificaciones, ¿el formato anterior no dio los resultados que esperaban?
-El formato anterior dio los resultados que esperábamos, sin embargo, como te digo, nosotros trabajamos para Ikabaru e Ikabaru es el enlace con Televen. Pienso que el canal hizo sus estudios y decidió que era mejor un programa desketchs, se lo manifestó a Ikabaru e Ikabaru nos dijo: 'No van más entrevistas' y yo: "Bueno, ¿por qué? 'Porque así lo quiere Televen' y Televen es quien nos está comprando el programa y ok, no hay ningún problema, no van entrevistas, pero yo necesitaba más personal para hacer un programa solo de sketchs y me dijeron: 'Por supuesto que sí' y le di la oportunidad a valores nuevos como lo hizoLa Rochela en los 80 conmigo y así entran estos muchachos, que lo están haciendo muy bien, que son muchísimo mejores que yo cuando empecé y que tienen mucho que aportarle al programa.
-¿El humor del venezolano cambió? Ahora uno sale a la calle y la gente pelea con facilidad, ¿a dónde se fue el humor del venezolano?
-El humor del venezolano permanece, tal vez se haya convertido, pero permanece, el venezolano sigue siendo dicharachero, parlachín y tratando de sacarle chiste a las cosas. Hay otro venezolano que está como enfurecido y que está pendiente solo de su propio beneficio, ese venezolano no es el buen venezolano. Creo que hay que pensar en macro y calcular la cantidad de venezolanos que se van a beneficiar con el funcionamiento de las calles y los servicios públicos. 30 millones de venezolanos necesitamos seguridad y que no nos maten como mataron al portugués el jueves, al manager de Caramelos (de Cianuro) y a Wynborg; eso es lo que necesitamos.
-Laureano Márquez, Rolando Salazar y usted han aprovechado humorísticamente estos 12 años de revolución, ¿cómo vislumbra que el venezolano asuma una victoria o una derrota?
-Bueno, a pesar de lo que se pueda pensar, calcular y oír, yo no tengo ni siquiera una proyección de lo que va a pasar. Yo creo que puede ser una oportunidad para demostrar que tan confiable es el sistema electoral, que tan preocupados están los venezolanos por su país y que tan grande es el poder que tiene quien no quiera que la gente vote. Independientemente de quien gane, se van a demostrar muchas cosas.
-¿Ha pensado como podría ser el humor en tiempos de una nueva república?
-Como siempre lo fue, de oposición. El humor no se puede entender sino de oposición, el humor progobierno es solamente la gran jalada de mecate. Yo no sé cuántos humoristas hay en Venezuela, pero sí se con la mitad de los dedos de una mano cuántos hay progobierno, eso quiere decir que el humor racionalmente es de oposición.
-¿Un régimen toca fondo cuando cuestiona el contenido de los caricaturas?
-En todos los países, los humoristas generalmente son gente inteligente. Las caricaturas de uno de estos extraordinarios dibujantes, la parodia de un actor o la editorial de un gran humorista como Zapata o Laureano pueden hacer sentir mayor la distancia académica que hay entre un funcionario deseducado y un humorista; eso genera una serie de sentimientos que la envidia libera y provoca, dada la poca tolerancia que tiene la gente bruta, un rechazo inmediato, la arenga de movimientos deseducados contra el que lee y se instruye. Eso es lo que estamos viviendo en contra de los caricaturistas.
Twitter: @Yolimer
Muy oportuna e ilustrativa pieza teatral del cumpleañero director
LA NOVIA DEL GIGANTE” DE LUIGI SCIAMANNA EN @TRASNOCHOCULTURAL LAS MERCEDES
Autor - noticiasvenezue el 12 abr, 2012
El actor dirige su creación dramatúrgica, en el Espacio Plural, Trasnocho Cultural de Las Mercedes, en temporada a partir del viernes 13 de abril, a las nueve de la noche.
En abril de 1938, a pocos días de la primera visita de Adolf Hitler, como Jefe de Estado, a la Italia de Benito Mussolini, tres hombres conversan y toman café con galletas. Se trata del profesor Innocenti, (Elio Pietrini); el cardenal de Florencia, Dalla Chiesa, (Armando Cabrera); y Talo, (Antonio Delli), un comandante fascista.
Los bizcochos que comen los ha preparado la señora Lidia Montalcini, (María Fernanda Ferro), quien, por diez años ha sido guía de la Academia, que cuenta a los visitantes la historia del David de Miguel Ángel, llamado “El gigante”. Se presenta entonces un problema: ella es judía y la estatua, aparentemente, también lo es. Si Hitler se detiene en la Academia, habrá que hacer algo con ellos dos. Lidia podría ser suspendida por varios días –en el mejor de los casos– y la estatua, vergonzosamente, cubierta con una bandera del partido nazi. Tal es el detonante de una pieza teatral que constituye, según el autor, “un feroz debate entre iglesia, estado, cultura, ciencia e individuo”.
Los actores convocados por Luigi Sciamanna para su obra son María Fernanda Ferro, en el papel de Lidia Montalcini, la novia del gigante; Antonio Delli, como el implacable comandante Talo; Elio Pietrini, como el viejo liberal Innocenti; Gerardo Soto, en los ropajes de un doctor que expone algunos puntos sobre los prejuicios raciales de la época; el joven actor Juan Carlos Martínez, como el espectro del esposo de Lidia, y Armando Cabrera, como el combativo Cardenal Dalla Chiesa, inspirado en la histórica figura del cardenal de Florencia, Elia Dalla Costa.
Luigi Sciamanna: actor, director y dramaturgo
Sciamanna, quien impresionó recientemente en el cine con su interpretación del Reverón de Diego Rísquez, recuerda que comenzó a escribir “La novia del gigante” en los camerinos de Trasnocho Cultural cuando protagonizaba La pareja dispareja de Neil Simon.
“Llegaba –cuenta Sciamanna- de dos a tres horas antes al camerino y trabajaba al menos una hora y después me preparaba para la función. En ese camerino esbocé el primer esqueleto de la obra, a finales de 2009. Esta pieza la concebí allí, en Trasnocho, y me hace ilusión parirla allí mismo”.
Luigi Sciamanna, además de actor, cantante, cinéfilo, amante de la ópera y buen lector; es dramaturgo y tiene en su haber cuatro obras de teatro. El viernes 13 de abril, a las nueve de la noche, llevará a la escena la más reciente, “La novia del gigante”, ambientada en la Italia de Mussolini. El Espacio Plural de Trasnocho Cultural de Las Mercedes será el escenario para la pieza histórica.
El propio Sciamanna asumió la dirección y la producción de la pieza que se estrenará el viernes 13 de abril, a las nueve de la noche, en el Espacio Plural del Trasnocho Cultural, Las Mercedes, y que cuenta con el apoyo del Instituto Italiano de Cultura en Caracas. Funciones: viernes y sábado a las 9:00 p.m. Y domingo a las 7:00 p.m. Entrada general: Bs. 120 (ciento veinte bolívares). Temporada a partir del viernes 13 de abril.
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Sobre Luigi Sciamanna (Caraqueño)
En 2012 celebra 25 años de carrera artística. Ha sido reconocido en cuatro ocasiones con el Premio Municipal de Teatro; en una ocasión con el Premio Casa del Artista y en 2003 con el Premio al Mejor Actor otorgado por el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral.
En 1987 debutó con dos obras: Nuestro Hamlet, bajo la dirección del maestro Ugo Ulive; y Juan de la Noche, de Alicia Álamo Bartolomé, donde compartió escena con Omar Gonzalo, Manola García Maldonado, José Torres y Fernando Gómez. Ulive y Gómez, son dos de sus figuras referenciales. Ha desarrollado la actuación en todos los escenarios: las tablas y el cine, principalmente. Fue Antonio José de Sucre en una película de Alidha Ávila, con guión de Ana Teresa Torres (1995) y actuó en las cintas Francisco de Miranda de Diego Rísquez y Miranda regresa de Luis Alberto Lamata. Desde 2007 se dedica también a la dramaturgia: a “Santo di Patria”, seguirían “Habitación con desayuno” y “Primos de sangre”. “La novia del gigante” es la primera que monta.
La novia del gigante PARÁBOLA DEL TOTALITARISMO, por Alfonso Molina
Un mismo escenario, dos vía de salida, varias sillas y una repisa —donde destacan objetos significativos— conforman el entorno del encuentro de tres hombres muy disimiles en torno de la histórica visita de Adolfo Hitler a la Italia dominada por Benito Musollini. Tres personajes que encarnan la brutalidad del militarismo fascista, la culpa y la esperanza de una Iglesia que ya sabe lo que es el autoritarismo y la acosada conciencia intelectual y liberal de la academia. Acción, fe y pensamiento reunidos en Florencia, en un momento crucial en Europa, abril de 1938, previo a la expansión nazi y del comienzo de la II Guerra Mundial en 1939 y de la entrada en la guerra del régimen fascista en 1940. Antes de decretarse el horror, ya el horror existía, latente y presto para arrojarse sobre el mundo. El prolífico actor, dramaturgo y director venezolano Luigi Sciamanna vuelve a sus raíces italianas en La novia del gigante para construir una parábola universal del totalitarismo que se concentra en aquel periodo histórico para alertar sobre las nuevas experiencias que pretenden dominar todos los espacios de la vida. El resultado es una obra de gran intensidad dramática, bien construida, muy bien interpretada y dirigida de manera desgarradora.
Esos tres hombres que conversan y toman café con galletas —elaboradas por Lidia Montalcini, judía— son el profesor Innocenti, director de la Academia, el Cardenal de Florencia, Dalla Chiesa, al frente de la Catedral de Santa María del Fiore, y el impositivo comandante Talo, quien coordina la visita conjunta del Führer y el Duce a la capital de Toscana y a la Galería de la Academia, donde se encuentra el David de Miguel Ángel, símbolo de la grandeza del Renacimiento y de las artes italianas… aunque tenga un nombre hebreo. Esa escultura de más de cinco metro de altura, también conocida como el gigante, representa el genio de un artista universal. Expresa de manera determinante la fuerza creativa del individuo. Esa conversación inicial establece la dirección dramática de la pieza y presenta tres posiciones sobre la condición judía de la señora Montalcini, viuda y empleada en la Academia y espontánea cuidadora del gigante.
Las vertientes que se desarrollan a partir de este punto inicial edifican a través de diálogos de gran fuerza las interacciones separadas de sus personajes —el señor Innocenti y el Cardenal, el Cardenal y el comandante Talo y el comandante Talo y el señor Innocenti—hasta la aparición de la propia señora Montalcini, quien no solo defiende su trabajo en el museo florentino sino, sobre todo, su derecho a ser tan italiana como cualquiera y ser judía como expresión de fe y cultura. Se añade un nuevo personaje, el médico, que define el método de dominación más allá del militarismo.
La puesta en escena de Sciamanna descansa sobre dos pilares muy sólidos. En primer lugar, un texto muy bien urdido donde cada personaje y cada elemento dramático se articula de manera muy coherente. Los cuatro personajes masculinos constituyen representaciones del militarismo, la iglesia, el pensamiento y la ciencia al servicio del poder. El comandante expresa el afán de dominación eterna mientras el Cardenal mantiene la esperanza de la redención. En cambio, el profesor Innocenti expone el sacrificio de las ideas en la hoguera totalitaria, al tiempo que el médico reproduce la frialdad del ejecutor de conciencias. El único personaje que no se construye como una representación es Lidia Montalcini, acosada por su condición de judía, objeto de la persecución o la defensa, según se mire, incomprendida por la Iglesia, subestimada por la ciencia. Se permite la fantasía gozosa de confundir al David con el espectro de su esposo. Hay un diálogo de gran carga significativa entre el Cardenal Dalla Chiesa y la viuda sobre el derecho a la individualidad en un mundo sometido por el colectivismo y donde la condición judía adquiere un derecho muy particular. El mismo colectivismo que pretende reducir la magnificencia del David de Miguel Ángel a una mera creación del pueblo italiano.
En segundo término, La novia del gigante descansa sobre un trabajo interpretativo muy sólido. María Fernanda Ferro, Antonio Delli, Armando Cabrera, Elio Pietrinni, Gerardo Soto y, en un minúsculo papel, Juan Carlos Martínez, conducen sus personajes con conocimiento de sus motivaciones. Actriz y actores que dominan sus roles y les extraen sus significaciones más humanas. Todos están sobresalientes. Se aprecia el trabajo de un actor dirigiendo a sus pares.
¿Qué se puede reprochar a La novia del gigante? Su excesiva duración. Algunas de sus escenas ganarían con una mayor síntesis. El examen médico a la señora Montalcini, por ejemplo. Ya en los minutos iniciales Gerardo Soto y María Fernanda Ferro definen plenamente el carácter agresivo de la escena. No hacía falta extender esa especie de interrogatorio- examen.
El otro punto de reproche nada tiene que ver con el texto, las actuaciones y la puesta en escena de La novia del gigante. Se trata de las sillas del Espacio Plural, cuya incomodidad atenta contra la debida atención que exige la pieza. Es un comentario generalizado en el público fiel de ese espacio escénico donde siempre brilla la calidad creativa. Y es injusto con las obras que allí se presentan.
LA NOVIA DEL GIGANTE. Libreto, producción y puesta en escena: Luigi Sciamanna. Música: Pietro Mascagni, Gustav Mahler y Giuseppe Verdi. Vestuario: Raquel Ríos. Elenco: María Fernanda Ferro (Lidia Montalcini), Antonio Delli Comandante Talo), Armando Cabrera (Cardenal Dalla Chiesa, Gerardo Soto (el médico), Elio Pietrinni y Juan Carlos Martínez (él). Espacio Plural del Trasnocho Cultural. Viernes y sábado a las 9:00 pm y domingo a las 7:00 pm.
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