sin saber si es verdad lo que escribo. Se supone que fue aqui, pero la mentira y el engaño son
las características de este gobierno que sufrimos desde hace 14 años, y a Nicolás Maduro no le
creo nada porque de todos es el peor actor, tanto que hasta su sollozo cuando habló del deceso
de Chávez fue como de novelón malo,hasta burlesco. Sobre este tema unos dicen que Chávez murió en Cuba el 25 de febrero, cosa que suena cierta por lo de la orden que dieron sus hijas de desconectarlo
y calza con la humanidad demostrada de los hermanitos Castro desde hace medio siglo...Otros que afirman que está en Sabaneta, en fin, la vida de Hugo Chávez no se si cumplió el cometido como bien lo dijo cuando se entregó fracasado el 4 de febrreo de 1992, después del golpe e hizo famoso su "por ahora"...Lo que
si se es que Hugo Rafael Chávez Frías fue un maestro, un ser mandado a cumplir su misión de vida en
Venezuela y en un momento especial...Ojalá los venezolanos hayamos entendido su mensaje profundo:
habernos servido de espejo de nuestras propias sombras y miserias humanas...Paz a su alma
El histórico anuncio fue precedido por muchos rumores
Durante todo el día, la capital vivió en estado de nervios esperando noticias
La GN custodió algunos organismos desde temprano
JAVIER BRASSESCO | EL UNIVERSAL
miércoles 6 de marzo de 2013 12:00 AM
La información oficial sobre el grave cuadro clínico del Presidente en la noche del lunes se sumó a los rumores sobre movilizaciones militares y a la certeza de que al mediodía habría un cadena ¿Para anunciar qué? Nadie lo sabía, pero todos creían saberlo. La ciudad volvió a contener la respiración.
Pero no hubo grandes anuncios, no en esa primera aparición de Maduro. Por no haber, ni siquiera hubo entonces una cadena, solo una alocución del vicepresidente por VTV.
La calma volvía a la ciudad, parecía que iba a ser otra jornada de idas y venidas, angustias y temores, pero que al final iba a terminar en el mismo sitio de partida.
El ambiente de desasosiego que vivió la ciudad antes de que finalmente se anunciara de forma oficial el deceso del Primer Mandatario fue tan grande que cualquier contingencia podía disparar los rumores más insospechados, no se sabe si espontáneos o dirigidos. Ya había ocurrido el viernes, cuando una falla en el Metro y la cantidad de gente caminando por las calles que la misma provocó, terminó en rumores de disturbios de Catia a Petare, los cuales nunca tuvieron lugar.
En esta ocasión hubo algunos elementos que contribuyeron a alimentar los rumores antes del anuncio de la muerte de Chávez. Primero que nada tuvo lugar un movimiento de tanques en la noche del lunes frente a Miraflores, aunque se trató de la activación, al lado del Palacio Blanco, de una escuadra de tanques Dragón que pertenece a la Guardia Presidencial.
Luego la mañana de ayer vio la movilización de militares en algunos puntos de la ciudad sin motivo aparente. La esquina de Bolero (la más cercana a Miraflores) el Archivo Histórico de Miraflores y el Ministerio de Interior y Justicia amanecieron con custodia reforzada. Cada quien aventuraba conjeturas.
Además la ciudad esperaba una cadena, cuya inminencia era anunciada por las emisoras de radio y estaciones de televisión. Por las redes sociales se hacían todo tipo de especulaciones en torno a lo que allí se anunciaría, pero la gran mayoría apuntaba al mismo lugar: se declararía la ausencia absoluta, preanunciada por la alocución del ministro Ernesto Villegas la noche anterior.
En la avenida Arturo Uslar Pietri de Chacao, tomada y cerrada por un grupo de estudiantes que protesta allí desde hace una semana, el comienzo de esa primera alocución de Maduro en horas del mediodía fue precedida por movimientos nerviosos: algunos se iban a la lunchería de al lado a ver el televisor mientras otros se organizaban en grupos en torno a una radio y algunos compartían los audífonos de un celular. A medida que avanzaba el discurso y nada de importancia se anunciaba, la tensión fue cediendo: ¿otro bluff?.
Una señora que almorzaba en ese local despachaba el asunto, incluido el interés de los estudiantes: les pedía que no cayeran en distracciones, que todo eso, incluida la generación de rumores, son una estrategia del gobierno para que la gente deje de ocuparse de lo importante: la falta de medicamentos y de alimentos básicos como la harina, el aceite o el azúcar.
Unos cincuenta metros antes del hospital Militar, en San Martín, se había cerrado un sentido de la avenida José Ángel Lamas y los partidarios del Presidente mezclaban las canciones que se oían desde la tarima (deGuantanamera a Yolanda) con "vivas" a Chávez. Unos pocos metros más allá, en el hospital propiamente dicho, la calma era absoluta.
A las cinco y cuarto de la tarde vino el anuncio oficial de Maduro comunicando la muerte de Chávez, ocurrida cincuenta minutos antes. El ruido del río había traído piedras.
El histórico anuncio fue precedido por muchos rumores
Durante todo el día, la capital vivió en estado de nervios esperando noticias
La GN custodió algunos organismos desde temprano
JAVIER BRASSESCO | EL UNIVERSAL
miércoles 6 de marzo de 2013 12:00 AM
La información oficial sobre el grave cuadro clínico del Presidente en la noche del lunes se sumó a los rumores sobre movilizaciones militares y a la certeza de que al mediodía habría un cadena ¿Para anunciar qué? Nadie lo sabía, pero todos creían saberlo. La ciudad volvió a contener la respiración.
Pero no hubo grandes anuncios, no en esa primera aparición de Maduro. Por no haber, ni siquiera hubo entonces una cadena, solo una alocución del vicepresidente por VTV.
La calma volvía a la ciudad, parecía que iba a ser otra jornada de idas y venidas, angustias y temores, pero que al final iba a terminar en el mismo sitio de partida.
El ambiente de desasosiego que vivió la ciudad antes de que finalmente se anunciara de forma oficial el deceso del Primer Mandatario fue tan grande que cualquier contingencia podía disparar los rumores más insospechados, no se sabe si espontáneos o dirigidos. Ya había ocurrido el viernes, cuando una falla en el Metro y la cantidad de gente caminando por las calles que la misma provocó, terminó en rumores de disturbios de Catia a Petare, los cuales nunca tuvieron lugar.
En esta ocasión hubo algunos elementos que contribuyeron a alimentar los rumores antes del anuncio de la muerte de Chávez. Primero que nada tuvo lugar un movimiento de tanques en la noche del lunes frente a Miraflores, aunque se trató de la activación, al lado del Palacio Blanco, de una escuadra de tanques Dragón que pertenece a la Guardia Presidencial.
Luego la mañana de ayer vio la movilización de militares en algunos puntos de la ciudad sin motivo aparente. La esquina de Bolero (la más cercana a Miraflores) el Archivo Histórico de Miraflores y el Ministerio de Interior y Justicia amanecieron con custodia reforzada. Cada quien aventuraba conjeturas.
Además la ciudad esperaba una cadena, cuya inminencia era anunciada por las emisoras de radio y estaciones de televisión. Por las redes sociales se hacían todo tipo de especulaciones en torno a lo que allí se anunciaría, pero la gran mayoría apuntaba al mismo lugar: se declararía la ausencia absoluta, preanunciada por la alocución del ministro Ernesto Villegas la noche anterior.
En la avenida Arturo Uslar Pietri de Chacao, tomada y cerrada por un grupo de estudiantes que protesta allí desde hace una semana, el comienzo de esa primera alocución de Maduro en horas del mediodía fue precedida por movimientos nerviosos: algunos se iban a la lunchería de al lado a ver el televisor mientras otros se organizaban en grupos en torno a una radio y algunos compartían los audífonos de un celular. A medida que avanzaba el discurso y nada de importancia se anunciaba, la tensión fue cediendo: ¿otro bluff?.
Una señora que almorzaba en ese local despachaba el asunto, incluido el interés de los estudiantes: les pedía que no cayeran en distracciones, que todo eso, incluida la generación de rumores, son una estrategia del gobierno para que la gente deje de ocuparse de lo importante: la falta de medicamentos y de alimentos básicos como la harina, el aceite o el azúcar.
Unos cincuenta metros antes del hospital Militar, en San Martín, se había cerrado un sentido de la avenida José Ángel Lamas y los partidarios del Presidente mezclaban las canciones que se oían desde la tarima (deGuantanamera a Yolanda) con "vivas" a Chávez. Unos pocos metros más allá, en el hospital propiamente dicho, la calma era absoluta.
A las cinco y cuarto de la tarde vino el anuncio oficial de Maduro comunicando la muerte de Chávez, ocurrida cincuenta minutos antes. El ruido del río había traído piedras.
Pero no hubo grandes anuncios, no en esa primera aparición de Maduro. Por no haber, ni siquiera hubo entonces una cadena, solo una alocución del vicepresidente por VTV.
La calma volvía a la ciudad, parecía que iba a ser otra jornada de idas y venidas, angustias y temores, pero que al final iba a terminar en el mismo sitio de partida.
El ambiente de desasosiego que vivió la ciudad antes de que finalmente se anunciara de forma oficial el deceso del Primer Mandatario fue tan grande que cualquier contingencia podía disparar los rumores más insospechados, no se sabe si espontáneos o dirigidos. Ya había ocurrido el viernes, cuando una falla en el Metro y la cantidad de gente caminando por las calles que la misma provocó, terminó en rumores de disturbios de Catia a Petare, los cuales nunca tuvieron lugar.
En esta ocasión hubo algunos elementos que contribuyeron a alimentar los rumores antes del anuncio de la muerte de Chávez. Primero que nada tuvo lugar un movimiento de tanques en la noche del lunes frente a Miraflores, aunque se trató de la activación, al lado del Palacio Blanco, de una escuadra de tanques Dragón que pertenece a la Guardia Presidencial.
Luego la mañana de ayer vio la movilización de militares en algunos puntos de la ciudad sin motivo aparente. La esquina de Bolero (la más cercana a Miraflores) el Archivo Histórico de Miraflores y el Ministerio de Interior y Justicia amanecieron con custodia reforzada. Cada quien aventuraba conjeturas.
Además la ciudad esperaba una cadena, cuya inminencia era anunciada por las emisoras de radio y estaciones de televisión. Por las redes sociales se hacían todo tipo de especulaciones en torno a lo que allí se anunciaría, pero la gran mayoría apuntaba al mismo lugar: se declararía la ausencia absoluta, preanunciada por la alocución del ministro Ernesto Villegas la noche anterior.
En la avenida Arturo Uslar Pietri de Chacao, tomada y cerrada por un grupo de estudiantes que protesta allí desde hace una semana, el comienzo de esa primera alocución de Maduro en horas del mediodía fue precedida por movimientos nerviosos: algunos se iban a la lunchería de al lado a ver el televisor mientras otros se organizaban en grupos en torno a una radio y algunos compartían los audífonos de un celular. A medida que avanzaba el discurso y nada de importancia se anunciaba, la tensión fue cediendo: ¿otro bluff?.
Una señora que almorzaba en ese local despachaba el asunto, incluido el interés de los estudiantes: les pedía que no cayeran en distracciones, que todo eso, incluida la generación de rumores, son una estrategia del gobierno para que la gente deje de ocuparse de lo importante: la falta de medicamentos y de alimentos básicos como la harina, el aceite o el azúcar.
Unos cincuenta metros antes del hospital Militar, en San Martín, se había cerrado un sentido de la avenida José Ángel Lamas y los partidarios del Presidente mezclaban las canciones que se oían desde la tarima (deGuantanamera a Yolanda) con "vivas" a Chávez. Unos pocos metros más allá, en el hospital propiamente dicho, la calma era absoluta.
A las cinco y cuarto de la tarde vino el anuncio oficial de Maduro comunicando la muerte de Chávez, ocurrida cincuenta minutos antes. El ruido del río había traído piedras.
La historia apenas comienza
El presidente de Venezuela por 14 años, Hugo Chávez, entra en la historia. Y, todo indica que se cierra un ciclo. Se abre la etapa del chavismo sin Chávez y, tal vez, si la madurez de un pueblo en trance de cambios y en medio de grandes turbulencias lo permite, se pueda construir la gran oportunidad para retomar planes y proyectos necesarios y viables.
EL UNIVERSAL
miércoles 6 de marzo de 2013 02:17 AM
El teniente coronel Hugo Chávez Frías se dio a conocer a Venezuela y al mundo de la manera más dramática y trágica: un golpe de Estado fallido, con su respectiva carga de violencia y muerte. Apareció ante las cámaras y asumió la responsabilidad de los cuestionables hechos y con su famoso "por ahora" comenzó a tejer una leyenda que ahora pasa a otro plano.
La fuerza justiciera del movimiento militar, con un buen número de civiles bajo cuerda, que estremeció al país el 4 de febrero de 1992, avanzó entre el descontento de la gente y la fuerte corriente antipartidos. En poco tiempo los militares alzados pasaron de la cárcel a las tribunas políticas y con un discurso más coherente, civilista y reformador, alcanzaron la mayoría que los llevó al poder con Chávez a la cabeza.
Pero el ejercicio del gobierno, con un estilo polarizador, sectario y agresivo con sus adversarios, generó la división del país en prácticamente dos grandes sectores: el chavismo, a secas, y la oposición democrática. Poco a poco el oficialismo tomó formas y contenidos de izquierda, muy influenciado por Fidel Castro y su hermano Raúl, para tornarse definitivamente en una corriente abiertamente anti norteamericana en lo externo y adversa a los principios del libre mercado, la competencia y a la libre empresa.
El presidente de Venezuela por 14 años, Hugo Chávez, entra en la historia. Y, todo indica que se cierra un ciclo, que termina el talante extremadamente personal de la llamada revolución bolivariana. Se abre la etapa del chavismo sin Chávez y, tal vez, si la madurez de un pueblo en trance de cambios y en medio de grandes turbulencias lo permite, se pueda construir la gran oportunidad para retomar planes y proyectos necesarios y viables para apuntar a un mejor horizonte, con esperanzas renovadas y consensos generadores de paz y progreso. La historia apenas comienza.
Puede ser el momento de reescribirla. Y, esta vez, hacerlo mejor.
La fuerza justiciera del movimiento militar, con un buen número de civiles bajo cuerda, que estremeció al país el 4 de febrero de 1992, avanzó entre el descontento de la gente y la fuerte corriente antipartidos. En poco tiempo los militares alzados pasaron de la cárcel a las tribunas políticas y con un discurso más coherente, civilista y reformador, alcanzaron la mayoría que los llevó al poder con Chávez a la cabeza.
Pero el ejercicio del gobierno, con un estilo polarizador, sectario y agresivo con sus adversarios, generó la división del país en prácticamente dos grandes sectores: el chavismo, a secas, y la oposición democrática. Poco a poco el oficialismo tomó formas y contenidos de izquierda, muy influenciado por Fidel Castro y su hermano Raúl, para tornarse definitivamente en una corriente abiertamente anti norteamericana en lo externo y adversa a los principios del libre mercado, la competencia y a la libre empresa.
El presidente de Venezuela por 14 años, Hugo Chávez, entra en la historia. Y, todo indica que se cierra un ciclo, que termina el talante extremadamente personal de la llamada revolución bolivariana. Se abre la etapa del chavismo sin Chávez y, tal vez, si la madurez de un pueblo en trance de cambios y en medio de grandes turbulencias lo permite, se pueda construir la gran oportunidad para retomar planes y proyectos necesarios y viables para apuntar a un mejor horizonte, con esperanzas renovadas y consensos generadores de paz y progreso. La historia apenas comienza.
Puede ser el momento de reescribirla. Y, esta vez, hacerlo mejor.
Se dice que Hugo Cháve murió a las 7 de la mañana y se preparó el comunicado para el pueblo en la tarde |
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