Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

sábado, 16 de marzo de 2013

Llevar Jesucristo al hombre y conducir al hombre al encuentro con Jesucristo


"Con la elección del nombre nos indica que no tiene más riqueza que Cristo"
Continúan los mensajes de apoyo al nuevo pontífice Francisco
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - A la noticia de la elección del papa Francisco, don Julián Carrón, presidente de la Fraternidad de Comunión y Liberación ha declarado que "en la alegría incontenible de tener una nueva guía para nuestro pueblo de creyentes, estoy emocionado por cómo ha conseguido comunicarnos, desde los primeros pasos, con gestos sencillos, comprensible para todos, dónde fija su mirada. Con la elección del nombre, Francisco, nos indica  que no tiene otra riqueza que Cristo". Ha añadido Carrón que "en la oración del papa junto a la multitud de la plaza San Pedro tomó forma delante a los ojos del mundo el milagro de la vida que es la Iglesia, cuyo corazón es el mismo Cristo" y ha continuado: "me ha tocado la sintonía profunda, fundado en la fe en Jesucristo, entre el realismo de Benedicto XVI, que con su gesto ha recordado al mundo que la Iglesia es de Cristo, y el humilde realismo del papa Francisco, que desde ya ha expresado la conciencia de su ministerio como obispo en comunión y en camino con el pueblo de la Iglesia de Roma".
También la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada saludó con alegría al pontífice Francisco. "Ayuda a la Iglesia Necesitada es símbolo de comunión y fraternidad con la Iglesia que sufre". Así escribió en 2007 el entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio en una carta dirigida a AIN por los 60 años de la Obra y daba las gracias "por la generosa ayuda a nuestra Iglesia". La fundación pontificia siempre ha estado profundamente unida al sucesor de Pedro, cuyo magisterio no ha dejado nunca de escuchar. Acogemos con alegría la elección de Francisco, deseosos de continuar a escuchar el magisterio del sucesor de Pedro y preparados para emprender nuevos proyectos por su sencillo deseo.
El hermano Alois, prior de Taizé, ha enviado también unas declaraciones al conocer la elección del papa Francisco. Ha reconocido que "me he alegrado mucho por las primeras palabras del papa Francisco. Nos esperamos algo de nuevo en esta elección y así ha sucedido. El origen de este primer papa venido 'del final del mundo' expresa la dimensión de universalidad de la Iglesia". Ha matizado que "el nombre que ha elegido recuerda la alegría y el amor de los más pobres que inspiraba a Francisco de Asís y que han estado hasta ahora el centro de su Vida en Argentina. El hermano Alois ha reconocido que le emocionó la forma en la que el papa Francisco alargó nuestra atención a la dimensión del mundo diciendo 'oramos por todo el mundo, para que haya una gran fraternidad'.
Pérez Esquivel niega vínculos de Bergoglio con la dictadura militar
El premio Nobel de la Paz, insospechado activista de derechos humanos desmiente acusaciones contra el papa Francisco
Por H. Sergio Mora
ROMA, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - Sobre las acusaciones que fueron levantadas a propósito del pasado del nuevo pontífice, en el tiempo de la dictadura en Argentina y que fueron replanteadas por algunos medios, el activista argentino de derechos humanos Adolfo Pérez Esquivel, ganador del Premio Nobel de la Paz en 1980, en declaraciones a la BBC negó categóricamente que Bergoglio tuviese vínculos con el régimen militar.
Esquivel dijo que "hubo obispos que fueron cómplices de la dictadura, pero Bergoglio no". Y precisó que "a Bergoglio se le cuestiona porque se dice que no hizo lo necesario para sacar de la prisión a dos sacerdotes, siendo él el superior de la congregación de los Jesuitas. Pero yo sé personalmente que muchos obispos pedían a la junta militar la liberación de prisioneros y sacerdotes y no se les concedía". "No hay ningún vínculo que lo relacione con la dictadura", concluyó el activista en declaraciones a BBC Mundo.
El portavoz de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, padre Federico Lombardi por su parte, indicó hoy antes de difundir el comunicado sobre el tema que “el sacerdote jesuita húngaro alemán, Francisco Jalics, uno de los dos sacerdotes aún en vida, que fueron secuestrados muchos años atrás, y un poco objeto del episodio al que se refieren estas acusaciones, hizo unas declaraciones en Alemania en las que cuenta el caso”.
Y añade que Jalics “con el otro secuestrado se juntaron y encontraron con Bergoglio que entonces era obispo de Buenos Aires. Y juntos concelebraron la misa y tuvieron una pública manifestación de armonía y de acuerdo”. Francisco Jalics, que vive en Alemania en la localidad de Wilhelmsthal, en estos días se encuentra en Hungría.
Otro de los testimonios reportado por medios de información fue la del misionero Leoncio Herrero, que declaró: “Durante la época de la dictadura había dos jesuitas detenidos en un centro que tenían los militares y él los iba a visitar, les llevaba comida y ropa. Además, una de las máximas defensoras de los derechos humanos en Argentina ha apoyado la actuación del cardenal Bergoglio en ese tiempo y considera una mentira lo que algunos dicen de él”.
La persona que cita el misionero es la abogada Alicia Oliveira que conoce a Bergoglio desde hace más de 40 años. Las declaraciones reportadas por el diario español La Razón, indican que ella, que fue secretaria de Derechos Humanos de la Cancillería, en los tiempos del ministro Rafael Bielsa y del presidente Néstor Kirchner, cultivó la amistad con Bergoglio durante todos estos años.
En aquella época --precisa el diario español- era la primera jueza del fuero penal, cuando llegó el golpe militar, fue echada de ese cargo y perseguida por los militares. Con Bergoglio “nos veíamos dos veces por semana. Él acompañaba a los curas de la villa; estaba informada permanente por él de lo que sucedía allí”. Añadió que “cuando alguien se tenía que ir del país, porque no podía permanecer un minuto más aquí, se lo despedía con una comida. Y él, siempre estaba”.
Sobre el secuestro de los sacerdotes Francisco Jalics y Orlando Yorio, detenidos en mayo de 1976 la jueza indicó: “Los dos curas eran jesuitas. No estaban en la Villa 1.11.14, sino en el Barrio Rivadavia. Ellos tenían un grupo ahí, donde también estaba la hija de Emilio Mignone”.
Añadió que Bergoglio les dijo ”que se fueran, que era muy riesgoso; pero no había forma, se querían quedar”. Y precisó que de todos los que militaban allí, los únicos que sobrevivieron fueron los dos curas. El periódico español precisa que la exdefensora del Pueblo porteña, “habló con todo el mundo, con Massera y Videla también”.
El biógrafo del nuevo papa Francisco, Sergio Rubín, quien junto con la periodista Francesca Ambrogetti escribió el libro "El Jesuita. Conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio", indica sobre la acusación de supuesto colaboracionismo: "Se debe considerar que él era un simple sacerdote de 37 años ni era una autoridad del episcopado. Se ha hecho una novela con todo este asunto. No ha mostrado ninguna condescendencia con el régimen militar".
El obispo emérito de Viedma, Esteban Hesayne, por su parte advirtió hoy en declaraciones a radio Del Plata que son una gran calumnia las acusaciones de vinculación o colaboración con la dictadura militar que desde algunos sectores malintencionados intentan imponer en la opinión pública para ensuciar la figura del nuevo papa. Lo reportó la agencia de noticias AICA. Y recordó, además, que "alguien que quería tener una entrevista directamente con Bergoglio, el día que fueron capturados Yorio y Jalics, lo encontró a Bergoglio en ese momento llorando y decía ‘me han secuestrado a Orlando Yorio y Francisco Jalics’”

Los cien días del papa pobre (I)
Crece la esperanza por Francisco
Por Jose Antonio Varela Vidal
ROMA, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - Durante el último Cónclave, las expectativas eran diversas. Se especulaba sobre la nacionalidad del nuevo papa, la edad que debería tener; acaso si sería uno curial o más de tipo pastoral. Hasta se apostaba sobre el nombre que llevaría como sumo pontífice.
Cuando se terminaban los argumentos --y los días sin humo blanco se alargaban--, los colegas periodistas comenzaron a especular si convenía uno "ratzingeriano" o "wojtyliano"; no faltó quien fue provocador al lanzar duplas, esto es, "papa-secretario de estado", en una suerte de plancha electoral.
Pero todas las hipótesis cayeron cuando se escuchó que un tal Francisco había llegado al Palacio Apostólico Vaticano...
La hermana pobreza
Fue así que el mundo entero --incluidos los prestigitadores de turno--, quedaron boquiabiertos cuando se dio el anuncio, y vieron salir al balcón pontificio a un pobre papa.
Y la pobreza que traía encima reemplazaba todo lo que comúnmente se espera del sucesor de Pedro. Se ha sabido que aún antes de revestirse de blanco, quiso recogerse a solas para rezar, para entender qué podría hacer él, un pobre pastor del fin del mundo, por la Iglesia entera.
Durante su primera aparición pública pudimos ver varios signos. Es un hecho que si las formalidades no le tuercen la voluntad, estos conformarán su programa de gobierno y el lema vívido de su pontificado.
Todo partió de un saludo tímido, donde él no abrazaba al mundo con gesto pontifical, sino que era él quien necesitaba del abrazo de todos. Se presentó pobre y desprotegido, tanto que pidió oraciones para que Dios lo bendiga; fue un mensaje claro: los ruegos de un papa no bastan si no lo hace con su pueblo.
No trajo consigo palabras pre-elaboradas, lo que mostró más aún su pobreza. Fueron frases dichas desde el corazón y la experiencia; carentes de formas pero llenas de contenido. Por momento parecía que pedía permiso para decirlas.
Hacia los cien días...
Estamos acostumbrados a darles una "luna de miel" a los políticos que inician un gobierno, y que generalmente alcanza los cien días. En el caso del papa Francisco, vemos que este periodo también será fundamental para conocer hacia dónde irá su pontificado y --como anciano que es--, tratará de hacer todo con intensidad y en poco tiempo.
Si a los dos últimos papas los recordarán como a uno que era muy visto, y a otro muy escuchado, lo que se ha constatado en los primeros días es que este será el "papa del buen ejemplo".
Los días de Francisco papa ya empezaron, y le quedan menos de cien para la primera "evaluación" del mundo. Y vaya que han sido cargados de detalles, diríamos que es un programa hecho vida. ¿Valdrá eso de que los ejemplos arrastrán? Ojalá.
Vemos que ya en los primeros actos públicos ha dicho cómo quiere las cosas, y lo ha dicho en primera persona. Recordemos que en aquel primer contacto con el mundo quiso presentarse sin cubiertas, sin capas ni enjoyado. Era como ver al Francisco del siglo XIII desnudo en la plaza, gritando quién era su verdadero padre.
Ahora nuestro Francisco del siglo XXI llevaba consigo una cruz artesanal de metal sin ninguna valía, sino es aquella de haberla usado por décadas en la Argentina como un pastor abnegado, señalado, empobrecido por opción.
Llama la atención cómo en su primer encuentro con los cardenales, algunos de ellos se presentaron ya sin mucho oropel, con sus sobrias cruces pectorales; y sin esclavinas otros, pero con un brillo en los ojos casi todos...
El pobre Francisco viene dando vida al dicho: "los ejemplos arrastran". No solo lo hemos visto tratando de pagar sus consumos, sino evita que se gaste en vano gasolina solo en él, o que se tenga que proveer de mozos y cocineros palaciegos. No es así; él se sienta con sus hermanos cardenales en el minibus o a comer a la mesa. Contaba el padre Lombardi, portavoz vaticano, de que el papa llega al comedor común de la Casa Santa Marta "y se acomoda donde vea un sitio libre".
"Muéstrame tus obras"
Se dice generalmente que a los periodistas nos falta espacio para escribir todo lo que queremos. Y es verdad, se aprende a ser sintético. Pero esta vez lo que nos está faltando a muchos colegas --y quizás también a los lectores--, es tiempo y capacidad de asombro para asimilar todo lo que traía con sí el papa Francisco y que brota sin dar pausa...
No es posible explicar todo, pero sí es curioso constatar que aún hay quienes hacen vida el evangelio en las más altas jerarquías de la Iglesia.
¿Y qué nos deparan los siguientes 98 días? Ojalá que sigan brotando más gestos y decisiones, más obras y menos intenciones. Todos los fieles quieren ver que el mensaje del evangelio y de Francisco de Asís está intacto, que la promesa era cierta.
Estamos seguros que en los siguientes días, el corazón de muchos batirá cuando vean de nuevo al papa jesuita en zapatos de diario y con su reloj de plástico. Otros se sentirán confortados al observar cómo les pide a los cardenales que le pasen por escrito lo que le cuentan; o cuando les besa las manos a aquellos purpurados que sufren con su pueblo.
Nosotros nos quedamos con dos escenas. Una fue el mismo miércoles 13, cuando sorpresivamente quiso rezar en silencio con el mundo entero desde la Plaza de San Pedro.
Y la otra cuando, al terminar de escuchar el saludo del cardenal decano en la audiencia del viernes 15, bajo él mismo de la tarima para agradecerle. Se levantó y fue hacia él, tal como le ha pedido a todos, "que vayan, que salgan".
Continuará...


Por primera vez en siglos la Iglesia sale de las coordenadas europeas
Entrevista al cardenal Abril y Castelló, nuncio emérito en Buenos Aires
Por H. Sergio Mora
ROMA, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - El papa Francisco ayer, en su primera salida del Vaticano a la basílica de Santa María la Mayor fue a rezar ante la imagen de la patrona de Roma. El cardenal arcipreste del santuario, el turolense Abril y Castelló estuvo en la misma, fue nuncio apostólico en Argentina del 2000 al 2004, cuando Bergoglio era cardenal, y le contó a ZENIT nuevos particulares.
¿Cómo nació la idea de la visita de papa Francisco a Santa María la Mayor?
--Cardenal Abril y Castelló: Desde ayer por la tarde me dijo que quería hacer una visita a Santa María la Mayor, Y le respondí que encantado, que por supuesto, y si quería le acompañaba. A lo que me dijo que sí, que claro.
Así que le acompañamos. Vino también el cardenal Agostino Vallini. En la basílica no había gente, por motivos de seguridad, Fue un rato de oración muy bonito a la Virgen, después de que le ofreció un ramo de flores. Se quedó rezando un rato en silencio, después cantamos todos la Salve Regina.
Ayer me dijo en concreto, quiero ir a rezarle a la Virgen para encomendarle todo mi pontificado. Para que lo bendiga y me ayude.
¿Y a continuación?
--Cardenal Abril y Castelló: Le mostré la parte restaurada de la capilla de enfrente, que aún no está completamente abierta al público, llamada Sixtina, siempre en la basílica de Santa María la Mayor, que como todos sabemos es donde san Ignacio de Loyola celebró la primera misa. Al papa le gustó mucho cómo había quedado la capilla. Después saludó a los colaboradores más estrechos.
¿Desde aquí partió a via 'Della Scrofa'?
--Cardenal Abril y Castelló: Después fue a recoger todas sus cosas en la residencia de 'via della Scrofa', las recogió y en un determinado momento sucedió esto, que él fue a pagar. Yo le dije: santo padre, deje que después arreglamos nosotros. Y el me dijo: no, no, no, pago yo. Y después me precisó: si le he dicho que no es porque quiero dejar claro que el papa no se aprovecha para nada de las cosas de la Iglesia. Fue un ejemplo magnífico y que define lo que él es.
Bergoglio tenía pasaje de ida y vuelta. ¿Y esto de la residencia indica que pensaba volver a ella después del cónclave?
--Cardenal Abril y Castelló: Por supuesto que no había pagado porque pensaba, el día que me marche pago todo en conjunto. Y esto lo define mucho.
El nombre de Francisco es ya un programa
--Cardenal Abril y Castelló: Sobre el nombre, en un primer momento, pues no oíamos bien, pensamos que era o san Francisco de Asís o san Francisco Javier. Durante la cena le pregunté y me dijo de manera muy clara que era en honor y homenaje a san Francisco de Asís.
¿Había satisfacción entre los cardenales?
--Cardenal Abril y Castelló: Sí, sí, creo que sí. Fue recibido con una gran alegría porque creemos que puede hacerlo muy bien. Lógicamente es un cambio muy fuerte. No quiero decir revolución, porque es una palabra que no va; pero creo que es un cambio importante, que por primera vez en muchísimos siglos se haya salido de las coordinadas europeas, no digamos de las italianas que prevalecieron por tanto tiempo, sino que se ha ido más allá y se ha dicho: en donde está casi media Iglesia.
¿Será importante para América Latina?
--Cardenal Abril y Castelló: Hay que tener en cuenta ese dato, casi media Iglesia vive allí, y por lo tanto que haya un papa originario de allí, creo que lo van a sentir un papa más de ellos. Y esperemos que esto permitirá una evangelización más eficaz y más dinámica. Y que pueda ser seguida por pastores y por fieles.
¡Se vio que al papa no lo eligieron los periodistas sino el Espíritu Santo!
--Cardenal Abril y Castelló: Gracias a Dios, debo decir, porque en tantas ocasiones cuando daban ciertas interpretaciones, yo les decía, estas son cuestiones de ustedes, arréglense entre ustedes los periodistas.
¿Se podría mejor que así?
--Cardenal Abril y Castelló: Claro uno teóricamente puede hacer la hipótesis que quiera, pero creo que esta es una opción magnífica, magnífica. Mejor en este momento creo que difícilmente podía ser. Es el Espíritu Santo el que ha dado su inspiración. Al santo padre se le ve muy sereno, muy tranquilo, creo que va a hacer un gran trabajo, y esperamos y pidamos por él.


¡Este papa nos gusta!
El nombre, la procedencia, el impacto, la emotividad: el nuevo pontífice Francisco ha reunido buena voluntad y grandes apoyos de la opinión pública. También por parte de los más "cínicos"
Por Salvatore Cernuzio
CIUDAD DEL VATICANO, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - El nombre, la procedencia, el impacto, la emotividad: el nuevo pontífice Francisco ha reunido buena voluntad y grandes apoyos de la opinión pública. También por parte de los más "cínicos"
Papa Francisco. Combinar el título más importante de la Iglesia Católica universal al más común de los nombres masculinos tiene un cierto efecto. Y también un poco de ternura. Emociona todavía más, por tanto, al asociar este nombre a un papa de este tipo.
Un papa que se asoma tímido en la Loggia de la basílica vaticana y dice "Buonasera". Un papa que mientras habla le tiembla la voz tanto como para "trabarse" en el Ave María. Que dedique su primer pensamiento al predecesor y que como "jefe" de la Iglesia necesita inmediatamente de la bendición de su pueblo.
Pequeños gestos que han emocionado a la gran muchedumbre de fieles que llevabansmartphone y tabletas y que poblaban el miércoles la plaza de San Pedro. Y no pasaron inadvertidas las miles de personas conectadas a la televisión y al ordenador que han apreciado aún más de cerca ciertos detalles del nuevo papa.
Recuerda en el aspecto a Juan XXIII, tiene la simpatía del papa Wojtyla, habla con la sencillez de Juan Pablo I y piensa como Ratzinger. Un mix explosivo. Y la respuesta es clara: "¡Este papa nos gusta!".
Los usuarios de los distintas redes sociales --casi las voces más resonantes de nuestros tiempos- andan "locos" por el nuevo pontífice. Entre personajes famosos y gente común, también no creyentes y no católicos, no hay uno que no haya dedicado un pensamiento a Francisco. Con ironía, un poco de cinismo quizá, pero con una bondad inesperada.
Sobre todo es el nombre el que ha revolucionado todo. Presentarse como Francisco ha despertado en la mente colectiva la humilde figura del santo de Asís patrón de Italia, y ha sido capaz de acallar todas las descripciones venenosas de la Iglesia como una "guarida de hipócritas hambrientos de poder".
"Ya el nombre es una garantía", escriben algunos navegantes de la red. "Directo, sencillo, con ese acento sudamericano que hace la diferencia", responden otros. En Facebook, a menudo terreno fértil de páginas y links anticlericales, impresiona ver el muro llenos de fotos del papa en metro o que besa los pies de los enfermos de sida.
Escribe un usuario presente el miércoles en la Plaza particularmente emocionado: "Un balcón siempre cerrado que se abre recitando el mismo sermón, esa frase hija de los tiempos que prospecta un inminente futuro, esta vez lejano de Roma, de Europa. Esta vez tiene un consenso unánime: la procedencia, el impacto, la emotividad, ese nombre ha llegado al corazón de todos".
Ya forman parte de la historia algunas curiosidades sobre la vida del pontífice y las escasas pero simpáticas declaraciones concedidas al público son protagonistas de varios tuit. Por ejemplo: "Tuve novia. Era del grupo de amigos con los que iba a bailar, después descubrí la vocación religiosa." O el brindis durante la cena del miércoles con los cardenales: "que Dios os perdone". Por no hablar del "No, en Roma me muero", a la propuesta de ser jefe de un dicasterio en la curia romana.
A todos los "cruzados" de la idea de una Iglesia más "descalza" y atenta a los necesitados, gustará saber que cuando, en 2001, Bergoglio fue creado cardenal por Juan Pablo II, en la diócesis de Buenos Aires se organizaban colectas para pagar el viaje a Roma y acompañar al nuevo purpurado. Pero el cardenal paró la iniciativa y bloqueó a todos en Buenos Aires, pidiendo distribuir el dinero recaudado a los pobres. Alguno se consolará también al escuchar que el miércoles se presentó sin mozzetta ni mantellina llevando la cruz pectoral de cuando era obispo, y que en la Sixtina no se ha sentado en la sede de Pedro.
En 2005, en el cónclave que eligió a Benedicto XVI, en el se concentraba la mayor parte de los votos. Pero --como escribió un cardenal elector en su diario- "su rostro contraído, casi pidiendo que no fuese él el nuevo pontífice", hizo apoyar la elección de Ratzinger.
El nuevo Santo Padre pasó por la casa del Clero en vía de la Scrofa para recuperar los efectos personales, y pidió pagar la cuenta. Y que el miércoles por la noche a eso de las 22.00 llamó a algunos amigos de Roma diciendo: "¡Hola! Soy el padre Bergoglio..."
Es humilde. Esto es cierto. La demostración más clara la hemos tenido en su primera aparición pública, en la que, con pocas frases, ya ha declarado cómo se orientará su pontificado. Como ha subrayado inteligentemente Ezio Mauro, director del diario italiano La Repubblica, "Bergoglio en sus primeras palabras no se ha definido en ningún momento como papa (es decir soberano y Vicario de Cristo) sino Obispo, por tanto pastor, y ha anunciado que "el Obispo de Roma y su pueblo caminaremos juntos"
Será por tanto un Obispo entre los obispos, un Pastor que tendrá vigor no de su primado, sino de la fe de su rebaño, al que ha pedido más veces oraciones especiales. Y, como señalaba el filósofo Vittorio Alberti, a la par que los famosos Franciscos de la historia del cristianismo (de Asís, Javier, Borja) llevará al Evangelio de Cristo hasta "el fin del mundo". De aquí, de hecho, ha dicho que proviene.
Traducido del italiano por Rocío Lancho García


''Fumata Bianca'', aliento de esperanza
El ambiente de familia que se respiraba era conmovedor
Por Gerardo de Jesús Buitrago LC
ROMA, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - Miércoles 13 de marzo de 2013. 7:07 pm hora de Roma. El humo comienza a salir de aquella chimenea como exhalando esperanza. El color grisáceo se tornó en blanco, un blanco que no dejaba lugar a dudas.
El acuerdo de los purpurados ya tenía nombre y apellido. Los gritos de júbilo se alzaron unánimes en la plaza de San Pedro y comenzó la cuenta atrás para ver el rostro del hombre que guiará nuestros pasos en la santidad.
La emoción del corazón fue calentando el cuerpo y el corazón de todos los que nos encontrábamos ahí. El frío provocado por la lluvia parecía tener poca importancia. Y es que el fuego que enciende la fe y que alimenta la esperanza engendra el calor de la caridad. Me parece que nunca encontraremos palabras para describir las emociones que inundan poco a poco el alma que se encuentra a la espera, no de un hombre, ni de un líder, aunque lo sea, sino de un padre.
¿Cómo podemos llamar ese sentimiento... que quizá sentimiento no sea? Yo lo llamo esperanza. La carrera que muchos cientos de hombres y mujeres emprendieron al recibir la noticia no es una euforia patológica. Es el deseo de encontrar un padre, un guía de un punto al que se puedan referir. La fuerza de sus piernas estaba avivada por la necesidad de su corazón.
Estar ahí a unos metros del balcón en el que el nuevo Papa pronunciaría sus primeras palabras daba a la noche unos colores especiales. El ambiente de familia que se respiraba era conmovedor. Con cada segundo la emoción iba en aumento y encontrábamos menos palabras para describir el momento histórico que estábamos por vivir. Me he dado cuenta que el amor, la esperanza y la fe no hablan nuestro idioma; es un idioma que entendemos con el corazón.
Con el temblar de las cortinas y el pesado abrirse de las puertas de cristal de la Logia de las bendiciones, apareció ese rostro bondadoso que nos enseñará que esa esperanza que exhalaba la chimenea de la Sixtina y que respiraban nuestros corazones tiene un origen: Dios Nuestro Señor que anima a sus hijos dándoles un padre lleno de amor.


El cardenal Bergoglio y su visión de la familia y la vida humana
Sus firmes posturas en defensa de la persona y contra la deshumanización de la vida urbana
Por Jorge Scala
BUENOS AIRES, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - Es un lugar común de estos días comentar que el papa Francisco es el primer Sumo Pontífice nacido en América; también que es el primer argentino y el primer jesuita elegido Obispo de Roma. Todo esto es verdad hasta su elección. Por la gracia del ministerio petrino, Jorge Mario Bergoglio es el padre común de todos los católicos –y en cierto modo de todos los demás seres humanos--. En tal sentido se podría decir que ya no es más jesuita, ni argentino, ni americano; pues, como Vicario de Cristo, trasciende todas las particularidades.
Sin embargo, puede resultar de interés para los lectores de ZENIT, conocer ciertas definiciones de su magisterio mientras fue arzobispo de Buenos Aires. Quisiera detenerme especialmente en algunas cuestiones relacionadas con la familia, la vida y la dignidad humanas. Hay una coincidencia que me resulta particularmente significativa: el 13 de marzo de 2012 la corte suprema de justicia de la República Argentina dictó un fallo inicuo pretendiendo legalizar el aborto a petición en dicha Nación. Exactamente un año después, el 13 de marzo de 2013, el Colegio Cardenalicio eleva a la Sede de Pedro al cardenal primado de la Argentina. Es como una caricia del Espíritu Santo.
El año pasado, con ocasión de la firma de un protocolo para realizar abortos en los hospitales públicos de la ciudad de Buenos Aires, el cardenal Bergoglio afirmó con claridad, que “la familia es condición necesaria para que una persona tome conciencia y valore su dignidad: en nuestra familia se nos trajo a la vida, se nos aceptó como valiosos por nosotros mismos... Sin la familia que reconoce la dignidad de la persona por sí misma, la sociedad no logra percibir este valor en las situaciones límites. Sólo una mamá y un papá pueden decir con alegría, con orgullo y responsabilidad: vamos a ser padres, hemos concebido a nuestro hijo. La ciencia mira esto como desde afuera y hace disquisiciones acerca de la persona que no parten del centro: de su dignidad”; para concluir que “el aborto nunca es una solución. Debemos escuchar, acompañar y comprender desde nuestro lugar a fin de salvar las dos vidas: respetar al ser humano más pequeño e indefenso, adoptar medidas que pueden preservar su vida, permitir su nacimiento y luego ser creativos en la búsqueda de caminos que lo lleven a su pleno desarrollo”.
Es muy conocida su solicitud pastoral para con los más pobres e indefensos, aquellos a quienes se les ha quitado su dignidad humana. Su proverbial austeridad –severa solo consigo mismo-, ha sido el modo de predicarlo con el ejemplo. La elección del nombre de Francisco es coherente con su vida.
En un discurso suyo muy difundido, referido a las esclavitudes contemporáneas en la ciudad de Buenos Aires, denunció la situación de los niños de la calle, la trata de personas, el abuso sobre el cuerpo humano, la explotación laboral en las maquilas –talleres clandestinos de manufacturas--, para concluir –sin ambigüedades--, que en las megaciudades secularizadas –y narcotizadas- por el postmodernismo, “se cuida mejor a un perro que a un ser humano”…
Y refiriéndose a quienes se dedican a la trata de mujeres y niñas, los llamó “esclavistas”, a quienes definió como los “que entran en la ciudad abierta a ver qué pueden saquear, qué vida pueden anular, qué niños pueden vender, qué familia pueden destruir, qué mujer pueden explotar”…
El cardenal Bergoglio siempre pedía a sus interlocutores –sea en público o en privado--, que rezaran por él. El papa Francisco merece nuestro cariño filial y nuestras oraciones, ahora más que nunca.


Llevar Jesucristo al hombre y conducir al hombre al encuentro con Jesucristo
El santo padre dirige unas palabras a todos los cardenales presentes en Roma
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - Publicamos a continuación las palabras que el papa Francisco ha dirigido al colegio cardenalicio reunido en audiencia esta mañana en la Sala Clementina.
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Hermanos cardenales:
Este periodo dedicado al Cónclave ha estado cargado de significado no sólo para el Colegio Cardenalicio, sino también para todos los fieles. En estos días hemos sentido casi sensiblemente el afecto y la solidaridad de la Iglesia universal, como también la atención de tantas personas que, aún no compartiendo nuestra fe, miran con respeto y admiración a la Iglesia y a la Santa Sede. Desde todos los rincones del mundo se ha elevado férvida y coral la oración del Pueblo cristiano por el nuevo papa, y cargado de emoción ha sido mi primer contacto con la gran muchedumbre en la Plaza de San Pedro. Con esta imagen sorprendente del pueblo orante y alegre todavía grabada en mi mente, deseo manifestar mi sincero reconocimiento a los obispos, a los sacerdotes, a las personas consagradas, a los jóvenes, a las familias, a los ancianos, por su cercanía espiritual, tan conmovedora y ferviente.
Siento la necesidad de expresar mi más viva y profunda gratitud a todos vosotros, venerados y queridos hermanos cardenales, por la inmediata colaboración a la conducción de la Iglesia durante la sede vacante. Dirijo a cada uno un saludo cordial, empezando por el decano del colegio cardenalicio, el señor cardenal Angelo Sodano, al que doy gracias por las expresiones de devoción y por las calurosas felicitaciones que me ha dirigido en vuestro nombre. Con él doy gracias al señor cardenal Tarcisio Bertone, camarlengo de la santa romana Iglesia, por su trabajo cuidado en esta fase delicada de transición, y también al querido cardenal Giovanni Battista Re, que ha hecho de nuestro jefe en el cónclave: ¡muchas gracias! Mi pensamiento va con afecto particular a los venerado cardenales que, a causa de la edad o de la enfermedad, han asegurado su participación y su amor a la Iglesia a través del sufrimiento y de la oración. Y quería deciros que anteayer el cardenal Mejía tuvo un infarto cardiaco: ingresó en la Pío XI. Pero se cree que su salud sea estable y nos ha mandado sus saludos.
No puede faltar mi agradecimiento también a los que, en las diferentes tareas, han trabajado activamente en la preparación y en el desarrollo del cónclave, favoreciendo la seguridad y la tranquilidad de los cardenales en este periodo tan importante para la vida de la Iglesia.
Un pensamiento lleno de gran afecto y de profunda gratitud dirigido a mi venerado predecesor Benedicto XVI, que en estos años de pontificado ha enriquecido y vigorizado la Iglesia con su magisterio, su bondad, su guía, su fe, su humildad y su mansedumbre. ¡Permanecerá como patrimonio espiritual para todos! El ministerio petrino, vivido con total dedicación, ha tenido en él un intérprete sabio y humilde, con la mirada siempre fija en Cristo, Cristo resucitado, presente y vivo en la Eucaristía. Lo acompañarán siempre nuestra ferviente oración, nuestro incesante recuerdo, nuestro afecto y gratitud imperecedera. Sentimos que Benedicto XVI ha encendido en lo profundo de nuestros corazones una llama: ésta continuará ardiendo porque será alimentada de su oración, que sostendrá aún la Iglesia en su camino espiritual y misionero.
Queridos hermanos cardenales, este encuentro nuestro quiere ser casi una prolongación de la intensa comunión eclesial experimentada en este periodo. Animados del profundo sentido de responsabilidad y apoyados por un gran amor por Cristo y por la Iglesia, hemos rezado juntos, compartiendo fraternalmente nuestros sentimientos, nuestras experiencias y reflexiones. En este clima de gran cordialidad ha crecido así el recíproco conocimiento y la mutua apertura; y esto es bueno, porque nosotros somos hermanos. Alguno me decía: los cardenales son los sacerdotes del Santo Padre. Esa comunidad, esa amistad, esa cercanía nos hará bien a todos. Y este conocimiento mutuo ha facilitado la docilidad a la acción del Espíritu Santo. Él, el Paráclito, es el supremo protagonista de toda iniciativa y manifestación de fe. Es curioso: a mi me hace pensar esto. El Paráclito hace todas las diferencias en las Iglesias, y parece que sea un apóstol de Babel. Pero por otra parte, es Él el que hace la unidad en estas diferencias, no en la "igualdad", sino en la armonía. Yo recuerdo que un Padre de la Iglesia lo definía así: "Ipse harmonia est". El Paráclito que da a cada uno de nosotros carismas diferentes, nos une en esta comunidad de Iglesia, que adora al Padre, al Hijo y a Él, el Espíritu Santo.
Precisamente partiendo del auténtico afecto colegial que une al colegio cardenalicio, expreso mi voluntad de servir al Evangelio con amor renovado, ayudando a la Iglesia a ser cada vez más en Cristo y con Cristo, la vida fecunda del Señor. Estimulados también por la celebración del Año de la Fe, todos juntos, pastores y fieles, nos esforzaremos por responder fielmente a la misión de siempre: llevar Jesucristo al hombre y conducir al hombre al encuentro con Jesucristo Camino, Verdad y Vida, realmente presente en la Iglesia y contemporáneo de cada hombre. Tal encuentro lleva a convertirse en hombres nuevos en el misterio de la Gracia, suscitando en el ánimo esa alegría cristiana que es el céntuplo donado por Cristo a quien lo acoge en la propia existencia.
Como nos ha recordado tantas veces en sus enseñanzas y, por último, con el gesto valiente y humilde, el papa Benedicto XVI, es Cristo quien guía a la Iglesia por medio de su Espíritu. El Espíritu Santo es el alma de la Iglesia con su fuerza vivificante y unificante: de muchos hace un cuerpo solo, el Cuerpo místico de Cristo. No cedemos nunca al pensamiento, a esa amargura que el diablo nos ofrece cada día; no cedemos al pesimismo y al desaliento: tenemos la firme certeza de que el Espíritu Santo da a la Iglesia, con su aliento poderoso, el valor de perseverar y también de buscar nuevos métodos de evangelización, para llevar el Evangelio hasta a los extremos confines de la tierra (ctf. Hch 1, 8). La verdad cristiana  es atrayente y persuasiva porque responde a la necesidad profunda de la existencia humana, anunciando de forma convincente que Cristo es el único Salvador de todo el hombre y de todos los hombres. Este anuncio es válido hoy como lo fue al inicio del cristianismo, cuando se obró la primera gran expansión misionera del Evangelio.
¡Queridos hermanos, ánimo! La mitad de nosotros estamos en edad avanzada: la vejez es -- me gusta decirlo así- la sede de la sabiduría de la vida. Los viejos tienen la sabiduría de haber caminado en la vida, como el viejo Simeón, la vieja Ana en el Templo. Es precisamente esa sabiduría la que les ha hecho reconocer a Jesús. Demos esta sabiduría a los jóvenes: como el buen vino, que con los años se hace más bueno, demos a los jóvenes la sabiduría de la vida. Me viene a la mente ese poeta alemán que decía de la vejez: "Es ist ruhig, das Alter, und fromm": es el tiempo de la tranquilidad y de la oración. Y también de dar a los jóvenes esta sabiduría. Volveréis ahora a vuestras respectivas sedes para continuar en vuestro ministerio, enriquecidos por la experiencia de estos días, así cargados de fe y de comunión eclesial. Esta experiencia única e incomparable, nos ha permitido recoger en profundidad toda la belleza de la realidad eclesial, que es una reverberación del esplendor de Cristo Resucitado: ¡un día miraremos ese rostro bellísimo de Cristo Resucitado!
A la poderosa intercesión de María, nuestra Madre, Madre de la Iglesia, confío mi ministerio y vuestro ministerio. Bajo su mirada materna, que cada uno de nosotros pueda caminar feliz y dócil a la voz de su Hijo divino, reforzando la unidad, perseverando en la oración y testimoniando la fe en la presencia continua del Señor. Con estos sentimientos --¡son verdaderos!- con estos sentimientos, os imparto de corazón la Bendición Apostólica, que extiendo a vuestros colaboradores y a las personas confiadas a vuestra cuidado pastoral.
Traducido del italiano por Rocío Lancho García


No ceder nunca al pesimismo y transmitir la sabiduría a los jóvenes
El papa Francisco exhorta a los cardenales al saludarles en la sala Clementina
Por H. Sergio Mora
CIUDAD DEL VATICANO, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - El papa Francisco recibió esta mañana a los 114 cardenales electores en la sala Clementina, situada en el Palacio Apostólico, en el Vaticano en un encuentro relativamente informal.
Les saludó uno a uno, intercambiando algunas palabras que se veía no eran una formalidad, sino conociéndoles y abriendo las puertas para la colaboración de ellos.
Al inicio del encuentro el papa dirigió algunas palabras a los presentes: “El período dedicado al cónclave --dijo- fue cargado de significado, no solamente para el Colegio de Cardenales, sino también para todos los fieles. En estos días hemos sentido de manera sensible el afecto y la solidaridad de la Iglesia universal, así como el cariño de tantas personas que, incluso no compartiendo nuestra fe, miran con respeto y admiración a la Iglesia y a la Santa Sede”.
“Desde cada rincón de la tierra --prosiguió el papa Bergoglio- se levanta con fervor y de manera coral la oración del pueblo cristiano por el nuevo papa, y mi primer encuentro con la multitud que llenaba la plaza de San Pedro estuvo cargada de emoción”.
El papa Francesco recordó la “sugestiva imagen del pueblo orante y lleno de gozo aún impresa en mi mente” y quiso manifestar “mi sincero reconocimiento a los obispos, sacerdotes, y personas consagradas, a los jóvenes, las familias y los ancianos por su cercanía espiritual, tan tocante y ferviente”.
El santo padre agradeció a los cardenales por su trabajo durante la sede vacante a los cardenales Angelo Sodano y Tarcisio Bertone, “por su premurosa obra en esta delicada fase de transición”, y al cardenal Giovanni Battista Re, “que fue nuestro jefe en el cónclave: ¡Mil gracias!”.
Se recordó de los purpurados enfermos y entre ellos al cardenal argentino Jorge María Mejía,bibliotecario emérito de la Santa Sede,que sufrió recién un infarto y está internado.
Reiteró su afecto con “un pensamiento lleno de gran afecto y profundo agradecimiento a mi antecesor Benedicto XVI, que en estos años de pontificado ha enriquecido y dado vigor a la Iglesia con su magisterio, su bondad, su guía, su fe, su humildad y su mansedumbre que quedarán como patrimonio espiritual para todos. El ministerio pietrino vivido con total dedicación, tuvo en él un intérprete sabio y humilde, con la mirada siempre fija en Cristo, Cristo resucitado, presente y vivo en la eucaristía. Le acompañarán siempre nuestra fervorosa oración, nuestro incesante recuerdo, nuestro perenne y afectuoso reconocimiento. Sentimos que Benedicto XVI encendió en el profundo de nuestros corazones un fuego: este seguirá a arder, porque será alimentado por su oración, que sostenerá a la Iglesia en su camino espiritual y misionero”.
Añadió que este encuentro “quiere ser casi una prolongación de la intensa comunión eclesial vivida en este período.
Animados por un profundo sentimiento de responsabilidad y sostenidos por un gran amor por Cristo y por la Iglesia, hemos rezado juntos, compartiendo fraternamente nuestros sentimientos, nuestras experiencias y reflexiones. En este clima de gran cordialidad” que “ha facilitado la docilidad de la acción del Espíritu Santo” “que es quien hace la unidad entre las diferencias, no en la igualdad sino en la armonía”. El “Paraclito que nos da a cada uno de nosotros carismas diversos, nos une en esta comunidad de Iglesia que adora al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo”.
Y añadió: “Estimulados también por la celebración de Año de la Fe, todos juntos, pastores y fieles, nos esforzaremos en responder fielmente a la misión de siempre: llevar a Jesucristo al hombre y conducir el hombre hacia Jesucristo”.
Y citó las enseñanzas de Benedicto XVI: “Es Cristo quien guía a la Iglesia por medio de su Espíritu”.
Y exhortó: “No cedamos nunca al pesimismo, a la amargura que el diablo nos ofrece cada día: no cedamos al pesimismo y al desánimo. Tenemos la firme certeza que el Espíritu Santo da a la Iglesia, con su soplo fuerte, el coraje de perseverar y buscar nuevos métodos de evangelización”.
Porque “la verdad cristiana es atrayente y persuasiva, porque responde a la necesidad profunda de la existencia humana” y el anuncio de Cristo “es válido hoy como lo fue al inicio del cristianismo”.
“¡Queridos hermanos, Fuerza! La mitad de nosotros estamos en la vejez: la vejez y me gusta decirlo es la dede de la sabiduría de la vida”.
“Los viejos tienen la sabiduría de haber caminado en la vida, como el viejo Simeón, la anciana Ana en el Templo. Es justo esta sabiduría la que les hizo reconocer a Jesús. Donemos esta sabiduría a los jóvenes: como el buen vino, que con los años se hace mejor, donemos a los jóvenes la sabiduría de la vida. Me viene a la mente aquellos que un poeta alemán decía de la vejez: “Es ist ruhig, das Alter, und fromm”: es el tiempo de la tranquilidad y de la oración. Y también de dar a los jóvenes esta sabiduría”.
En fin, concluyó con esta oración: “A la potente intercesión de María, nuestra Madre, Madre de la Iglesia, confío mi ministerio y vuestro ministerio. Bajo la mirada materna, que cada uno de nosotros pueda caminar alegre y dócil a la voz de su Hijo divino, reforzando la unidad, perseverando concordemente en la oración y testimoniando la genuina fe en la presencia continua del Señor. Con estos sentimientos –¡son verdaderos!– con estos sentimientos, os imparto de corazón la bendición apostólica, que extiendo a vuestros colaboradores y a las personas confiadas a vuestro cuidado pastoral”.


Bergoglio nunca fue imputado por la justicia argentina
Comunicado oficial sobre las acusaciones contra Bergoglio en relación con la dictadura argentina
Por Redacción
CIUDAD DEL VATICANO, 15 de marzo de 2013 (Zenit.org) - El padre Federico Lombardi, en el habitual briefing con los periodistas ha hablado de la publicación en relación a campañas a veces calumniosas y difamatorias sobre el nuevo pontífice Francisco. "El matiz anticlerical de esta campaña y las acusaciones contra Bergoglio se ve y es evidente" ha afirmado.
La acusación se refiere al tiempo cuando Bergoglio no era todavía obispo sino superior de los jesuitas en Argentina y dos sacerdotes que fueron secuestrados y que él no protegió. Esta es la acusación.
Nunca hubo una acusación concreta creíble relacionada con estos hechos. La justicia argentina le interrogó una vez como persona informada de los hechos pero nunca le imputó por nada. Se negaron de forma documentada las acusaciones. Sin embargo, hay muchas declaraciones cuanto Bergoglio hizo para proteger muchas personas durante el tiempo de la dictadura militar.
Se conoce el rol de Bergoglio una vez convertido en obispo en el promover la petición de perdón de la Iglesia en Argentina por no haber hecho suficiente en tiempo de la dictadura.
Las acusaciones pertenecen, por tanto, al uso de análisis histórico y sociológico del periodo dictatorial hecha desde hace años por la izquierda anticlerical para atacar a la Iglesia y deben ser rechazadas con decisión, ésta es la posición sobre este asunto . Afirmamos que estas acusaciones no  tiene motivo para poner una sombra sobre la figura del papa. 



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