Chávez, un mito que se llevará el viento
FERNANDO OCHOA ANTICH | EL UNIVERSAL
domingo 9 de febrero de 2014 12
Así se recordará a Hugo Chávez en la historia. El inmenso esfuerzo que Nicolás Maduro está tratando de hacer para lograr que su nombre permanezca en la memoria de nuestro pueblo, no logrará preservarse en el tiempo, ante la trágica realidad del fraude que significa su obra de gobierno. Esa es la verdad. Después de catorce años de gestión, lo único que queda es ruina y pobreza. No es fácil de explicar lo que ha ocurrido. Venezuela, recibió inmensos recursos financieros en estos años. De haberse administrado esa impresionante riqueza con eficiencia y honestidad, nuestro país debería haber logrado consolidar un importante proceso de desarrollo que garantizara una trascendente transformación nacional. Nada de eso ocurrió. Nuestro país enfrenta uno de los momentos más trágicos de su vida republicana.
Solo con recordar las banderas que utilizaron Hugo Chávez y el grupo de oficiales que se insurreccionaron el 4 de febrero, se podrá valorar con precisión el engaño que ha significado la mal llamada revolución bolivariana. Su primera gran bandera la resumieron en una hermosa frase: "crear un hombre nuevo". Justamente, la mejor demostración del fracaso del chavismo ha sido la violencia desbordada que enfrenta Venezuela. Si comparamos los 4.550 asesinatos ocurridos en 1998 con los 24.700 del año 2013 nos daremos cuenta del fracaso de esa consigna, pero si además recordamos que durante los gobiernos chavistas fueron asesinados 200.000 venezolanos y que el 40% de los enjuiciados por esos crímenes tienen menos de 18 años, entenderemos lo que ha significado la prédica disolvente de Hugo Chávez.
Su otra gran bandera fue la lucha contra la corrupción. Su juventud parecía ser garantía de honestidad. Gran decepción. Apenas comenzó su gobierno se creó el Plan Bolívar 2000, con la exclusiva finalidad de corromper a sus compañeros de armas y de esa manera garantizarse su complicidad para poder violar la Constitución de 1961. El desbarajuste de los años siguientes no tiene parangón en nuestra historia. Nadie puede olvidar a esos privilegiados, nuestro pueblo los llamó boliburgueses, únicos responsables del saqueo de los 35.000 millones de dólares en que terminó Cadivi, con la complicidad de los ministros de Hacienda y de los presidentes del Banco Central. Esto sólo fue posible por el interés que tuvo Hugo Chávez en violar los principios de la hacienda pública para construir esa falacia que ha sido nuestra política internacional.
Su mayor pecado fue la destrucción de Pdvsa. Es una gran mentira que la democracia había transformado esa empresa en una caja negra al servicio de una tecnocracia y de los intereses imperiales norteamericanos. La realidad es que Pdvsa era una de las primeras empresas petroleras del mundo. Su administración y capacidad técnica eran un verdadero ejemplo. Si se hubiera continuado la apertura petrolera, estaríamos produciendo seis millones de barriles diarios. Su interés en controlar los dólares petroleros lo condujo a retirar a miles de sus empleados que tuvieron que abandonar Venezuela para ir a trabajar en otras empresas petroleras. Las consecuencias están a la vista: la producción se estancó en menos de tres millones de barriles diarios, se destruyeron las refinerías y Pdvsa presenta tal crisis financiera que está al borde de la quiebra.
El desorden administrativo, impuesto por Hugo Chávez para poder disponer a su antojo de la riqueza petrolera, es la causa fundamental de la crisis económica. También su ambición. Fue tal el despilfarro del año pasado, ante el reto de ganar las elecciones, que se ha hecho imposible resolver la complicada situación económica. Los dólares no aparecen por ninguna parte y la deuda pública es de tal magnitud que ni su servicio estamos pagando. Nadie entiende lo que ocurre. Nuestro ingreso petrolero se mantiene pero los dólares nadie los consigue. La escasez empieza agravarse. No hay medicinas y la comida brilla por su ausencia. También es cierto, que las medidas planteadas por Nicolás Maduro, en lugar de ayudar a resolver el problema, lo incrementa exponencialmente, pero en realidad el gran responsable es Hugo Chávez.
En la herencia de Chávez, hay varios aspectos en el orden político, que le hicieron un gran daño a Venezuela. Su permanente menosprecio por la Constitución de 1999 lo permitió. Uno de esos aspectos, fue destruir la subordinación de la Fuerza Armada al poder civil. Este principio, fundamental en una democracia, se había conquistado después de grandes esfuerzos de varias generaciones militares. Otro, el proceso de descentralización. Esa aspiración regional, solo se alcanzó en el segundo gobierno del presidente Pérez al establecerse las elecciones para gobernadores. Chávez la debilitó sin valorar su importancia. Estos errores y muchos otros son los que harán desaparecer el mito de Hugo Chávez. Permanecerá en la historia, pero solo como un mal recuerdo para los venezolanos
fochoaantich@gmail.com
@FochoaAntich
Solo con recordar las banderas que utilizaron Hugo Chávez y el grupo de oficiales que se insurreccionaron el 4 de febrero, se podrá valorar con precisión el engaño que ha significado la mal llamada revolución bolivariana. Su primera gran bandera la resumieron en una hermosa frase: "crear un hombre nuevo". Justamente, la mejor demostración del fracaso del chavismo ha sido la violencia desbordada que enfrenta Venezuela. Si comparamos los 4.550 asesinatos ocurridos en 1998 con los 24.700 del año 2013 nos daremos cuenta del fracaso de esa consigna, pero si además recordamos que durante los gobiernos chavistas fueron asesinados 200.000 venezolanos y que el 40% de los enjuiciados por esos crímenes tienen menos de 18 años, entenderemos lo que ha significado la prédica disolvente de Hugo Chávez.
Su otra gran bandera fue la lucha contra la corrupción. Su juventud parecía ser garantía de honestidad. Gran decepción. Apenas comenzó su gobierno se creó el Plan Bolívar 2000, con la exclusiva finalidad de corromper a sus compañeros de armas y de esa manera garantizarse su complicidad para poder violar la Constitución de 1961. El desbarajuste de los años siguientes no tiene parangón en nuestra historia. Nadie puede olvidar a esos privilegiados, nuestro pueblo los llamó boliburgueses, únicos responsables del saqueo de los 35.000 millones de dólares en que terminó Cadivi, con la complicidad de los ministros de Hacienda y de los presidentes del Banco Central. Esto sólo fue posible por el interés que tuvo Hugo Chávez en violar los principios de la hacienda pública para construir esa falacia que ha sido nuestra política internacional.
Su mayor pecado fue la destrucción de Pdvsa. Es una gran mentira que la democracia había transformado esa empresa en una caja negra al servicio de una tecnocracia y de los intereses imperiales norteamericanos. La realidad es que Pdvsa era una de las primeras empresas petroleras del mundo. Su administración y capacidad técnica eran un verdadero ejemplo. Si se hubiera continuado la apertura petrolera, estaríamos produciendo seis millones de barriles diarios. Su interés en controlar los dólares petroleros lo condujo a retirar a miles de sus empleados que tuvieron que abandonar Venezuela para ir a trabajar en otras empresas petroleras. Las consecuencias están a la vista: la producción se estancó en menos de tres millones de barriles diarios, se destruyeron las refinerías y Pdvsa presenta tal crisis financiera que está al borde de la quiebra.
El desorden administrativo, impuesto por Hugo Chávez para poder disponer a su antojo de la riqueza petrolera, es la causa fundamental de la crisis económica. También su ambición. Fue tal el despilfarro del año pasado, ante el reto de ganar las elecciones, que se ha hecho imposible resolver la complicada situación económica. Los dólares no aparecen por ninguna parte y la deuda pública es de tal magnitud que ni su servicio estamos pagando. Nadie entiende lo que ocurre. Nuestro ingreso petrolero se mantiene pero los dólares nadie los consigue. La escasez empieza agravarse. No hay medicinas y la comida brilla por su ausencia. También es cierto, que las medidas planteadas por Nicolás Maduro, en lugar de ayudar a resolver el problema, lo incrementa exponencialmente, pero en realidad el gran responsable es Hugo Chávez.
En la herencia de Chávez, hay varios aspectos en el orden político, que le hicieron un gran daño a Venezuela. Su permanente menosprecio por la Constitución de 1999 lo permitió. Uno de esos aspectos, fue destruir la subordinación de la Fuerza Armada al poder civil. Este principio, fundamental en una democracia, se había conquistado después de grandes esfuerzos de varias generaciones militares. Otro, el proceso de descentralización. Esa aspiración regional, solo se alcanzó en el segundo gobierno del presidente Pérez al establecerse las elecciones para gobernadores. Chávez la debilitó sin valorar su importancia. Estos errores y muchos otros son los que harán desaparecer el mito de Hugo Chávez. Permanecerá en la historia, pero solo como un mal recuerdo para los venezolanos
fochoaantich@gmail.com
@FochoaAntich
No hay comentarios:
Publicar un comentario