Mary Quant, la artífice de la minifalda, cumple 80 años
Aunque en la evolución de la moda resulta difícil encontrar al descubridor o el origen de una tendencia, en el caso de la minifalda tiene nombre y apellidos: Mary Quant, la diseñadora británica que el próximo martes cumple 80 años.
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Mary Quant hace diez años (AFP)
EL UNIVERSAL
sábado 8 de febrero de 2014
Londres.- Lady Gaga se vistió con carne cruda y Miley Cyrus se subió a un escenario con un top y unas bragas de color carne. Todo aquel que quiera ser noticia por su indumentaria tiene que ser extremo. Sin embargo, hace 50 años las cosas eran diferentes. Cuando en los años 60 el dobladillo no hacía más que subir por encima de la rodilla y en determinado momento se llegó a la minifalda hubo tanto entusiasmo como sofoco.
Los conservadores estaban alarmados, pero muchas mujeres estaban contentas, pues esta pieza de ropa se convirtió en un símbolo de libertad.
Y aunque en la evolución de la moda resulta difícil encontrar al descubridor o el origen de una tendencia, en el caso de la minifalda tiene nombre y apellidos: Mary Quant, la diseñadora británica que el próximo martes cumple 80 años.
Al ser consultada sobre si alguna vez imaginó que una prenda simbolizase o alentase tantos cambios sociales, la diseñadora dijo a Dpa (en una entrevista por email): "Sería difícil lograr algo así en la actualidad y que tuviese una repercusión tan fuerte". La moda, agregó, ha dejado de tener la fuerza simbólica que en un momento tuvo.
Y es que Quant no sólo revolucionó el largo de la falda, sino también la forma en la que la moda se vende y se compra. Mary, hija de dos profesores galeses, visitó el prestigioso nido de artistas Goldsmith College en Londres.
Allí conoció al que después sería su marido, el acaudalado Alexander Plunket Green. Con él como socio pudo permitirse el sueño de abrir su propia boutique. En 1955 inauguró su tienda, Bazaar, en la legendaria King's Road de Londres.
"Entonces no se hacía moda sólo para jóvenes", recordó más tarde. Era demasiado costosa y no para todos los días. El "ready to wear", las prensas más informales y económicas eran el objetivo de Mary Quant. Era una moda con la que se podía correr detrás del bus, como ella misma la describe. Quant diseñó formas sencillas en colores fuertes como morado oscuro, rojo púrpura y verde. A ello se sumaron las botas de charol de tacón alto, parte del típico estilo Quant. Ella definió como muy pocos otros consiguieron hasta la época el "London Look", el estilo londinense.
El decorado de las vitrinas atraía a las clientas y en 1963 su moda tenía tanto éxito que Quant abrió una segunda tienda en Londres. Unos grandes almacenes se basaron en sus diseños para que se fabricaran a gran escala y los vendió en Estados Unidos. La marca Quant se difundió por todo el mundo con accesorios y maquillaje. En 1966 recibió la medalla por sus méritos.
Años después, Quant sigue trabajando con productos de cosmética, lencería y accesorios. En el año 2000 dejó la firma, más o menos obligada por los propietarios japoneses de las licencias.
La ex "City Girl" vive en la actualidad en Reino Unido, dedicada a una de sus mayores pasiones, la jardinería. Entre las tendencias que ahora se llevan en moda no hay ninguna que le quite el sueños, dijo. Además, su prenda favorita es un clásico: la camiseta a rayas de pescador.
Y en su opinión para el próximo siglo la mujer necesitará sobre todo: "leotardos negros". Y cuando se le pregunta qué piensa sobre las personas reaccionan de forma despectiva o no ven en la moda algo revolucionario o un símbolo, la diseñadora contesta: "Pobrecitos. La ropa resulta una gran diversión".
Los conservadores estaban alarmados, pero muchas mujeres estaban contentas, pues esta pieza de ropa se convirtió en un símbolo de libertad.
Y aunque en la evolución de la moda resulta difícil encontrar al descubridor o el origen de una tendencia, en el caso de la minifalda tiene nombre y apellidos: Mary Quant, la diseñadora británica que el próximo martes cumple 80 años.
Al ser consultada sobre si alguna vez imaginó que una prenda simbolizase o alentase tantos cambios sociales, la diseñadora dijo a Dpa (en una entrevista por email): "Sería difícil lograr algo así en la actualidad y que tuviese una repercusión tan fuerte". La moda, agregó, ha dejado de tener la fuerza simbólica que en un momento tuvo.
Y es que Quant no sólo revolucionó el largo de la falda, sino también la forma en la que la moda se vende y se compra. Mary, hija de dos profesores galeses, visitó el prestigioso nido de artistas Goldsmith College en Londres.
Allí conoció al que después sería su marido, el acaudalado Alexander Plunket Green. Con él como socio pudo permitirse el sueño de abrir su propia boutique. En 1955 inauguró su tienda, Bazaar, en la legendaria King's Road de Londres.
"Entonces no se hacía moda sólo para jóvenes", recordó más tarde. Era demasiado costosa y no para todos los días. El "ready to wear", las prensas más informales y económicas eran el objetivo de Mary Quant. Era una moda con la que se podía correr detrás del bus, como ella misma la describe. Quant diseñó formas sencillas en colores fuertes como morado oscuro, rojo púrpura y verde. A ello se sumaron las botas de charol de tacón alto, parte del típico estilo Quant. Ella definió como muy pocos otros consiguieron hasta la época el "London Look", el estilo londinense.
El decorado de las vitrinas atraía a las clientas y en 1963 su moda tenía tanto éxito que Quant abrió una segunda tienda en Londres. Unos grandes almacenes se basaron en sus diseños para que se fabricaran a gran escala y los vendió en Estados Unidos. La marca Quant se difundió por todo el mundo con accesorios y maquillaje. En 1966 recibió la medalla por sus méritos.
Años después, Quant sigue trabajando con productos de cosmética, lencería y accesorios. En el año 2000 dejó la firma, más o menos obligada por los propietarios japoneses de las licencias.
La ex "City Girl" vive en la actualidad en Reino Unido, dedicada a una de sus mayores pasiones, la jardinería. Entre las tendencias que ahora se llevan en moda no hay ninguna que le quite el sueños, dijo. Además, su prenda favorita es un clásico: la camiseta a rayas de pescador.
Y en su opinión para el próximo siglo la mujer necesitará sobre todo: "leotardos negros". Y cuando se le pregunta qué piensa sobre las personas reaccionan de forma despectiva o no ven en la moda algo revolucionario o un símbolo, la diseñadora contesta: "Pobrecitos. La ropa resulta una gran diversión".
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