Colectivos armados actúan como policías, fiscales y jueces
Grupos radicales chavistas tendrían presencia en más de cien parroquias
Motorizados armados recorrieron el centro de Caracas el pasado 12 de febrero, mientras la oposición protestaba frente al Ministerio Público VICENTE CORREALE
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PEDRO PABLO PEÑALOZA | EL UNIVERSAL
domingo 23 de febrero de 2014 12:00 AM
"No acepto grupos violentos en el campo del chavismo y la revolución, quien quiera tener armas para combatir con armas, que se vaya del chavismo", exclamó el presidente Nicolás Maduro el sábado 15 de febrero en la avenida Bolívar.
El llamado de Maduro llegó en medio de las denuncias sobre la actuación conjunta de colectivos armados y efectivos militares en la represión contra las protestas estudiantiles.
En aquel discurso, Maduro señaló: "Aquel que salga con armas a la calle, se procederá legalmente. Tiene que haber disciplina, mando único, claridad estratégica, verticalidad en el mando y en el comando de la revolución". En una sola palabra: orden.
La tarde del 12 de febrero, tras informar sobre el asesinato de Juan Montoya, coordinador del Secretariado Revolucionario de Venezuela, el jefe de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, pidió a los colectivos de la parroquia 23 de Enero "calma y cordura". "Les pedimos a ustedes (los colectivos) que confíen en nosotros", declaró Cabello, quien juró castigar a los culpables de la muerte de Montoya, cuya organización agrupa a colectivos de la capital y el estado Vargas.
Sin límites
El abogado criminalista Fermín Mármol García relata que los colectivos armados tienen su origen en los grupos subversivos de izquierda radicados en el 23 de Enero. "En principio eran los Tupamaros, pero en la década de los 80 comienzan las divisiones y surgen otras formaciones", acota.
Así habrían nacido los Carapaica, Alexis Vive y La Piedrita, entre otras agrupaciones que se identifican como chavistas radicales y militantes del proceso bolivariano.
"En Venezuela hay alrededor de 1.136 parroquias distribuidas en 335 municipios y, al menos, existe presencia de colectivos armados en un centenar de parroquias", sostiene.
Mármol García reconoce que "estos grupos de izquierda subversivos siempre han existido"; sin embargo, dice que desde la llegada de la revolución chavista en 1999 se han "fortalecido y reconocido su beligerancia".
Los colectivos violentos "se autodenominan guardianes de la revolución, utilizan símbolos y colores del partido de Gobierno y tienen innegables amistades en el alto Gobierno, lo que les permite contar con una patente de corso que los ubica por encima del ordenamiento jurídico", resume el experto.
Mármol García indica que "los colectivos tienen su fortaleza en el control territorial, extendiendo su dominio sobre los vecinos y comercios de la zona". El analista explica que en muchos casos estos grupos cuentan con la aprobación de las comunidades, pues impulsan actividades sociales y culturales, y combaten el tráfico de drogas y la delincuencia. A cambio, la población acepta que ellos asuman las funciones de policías, fiscales y jueces. "Hasta cobran por proteger a los pequeños comercios", apostilla.
El abogado criminalista explica que la "atomización" de estos movimientos, "que coordinan con la fuerza pública en sus territorios", llevó a "personeros gubernamentales" a impulsar su organización a través de un "secretariado". "Allí hubo una participación de la Alcaldía de Caracas y la Alcaldía Metropolitana", comenta.
Este diario intentó contactar al exalcalde metropolitano, Juan Barreto, para conocer su versión de los hechos, pero no contestó la llamada.
"Los colectivos violentos están preparados para actuar contra cualquier amenaza que surja frente al chavismo. Ahora, ¿cumplirán la orden para no actuar? Eso no lo sabemos", concluye Mármol García.
ppenaloza@eluniversal.com
El llamado de Maduro llegó en medio de las denuncias sobre la actuación conjunta de colectivos armados y efectivos militares en la represión contra las protestas estudiantiles.
En aquel discurso, Maduro señaló: "Aquel que salga con armas a la calle, se procederá legalmente. Tiene que haber disciplina, mando único, claridad estratégica, verticalidad en el mando y en el comando de la revolución". En una sola palabra: orden.
La tarde del 12 de febrero, tras informar sobre el asesinato de Juan Montoya, coordinador del Secretariado Revolucionario de Venezuela, el jefe de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, pidió a los colectivos de la parroquia 23 de Enero "calma y cordura". "Les pedimos a ustedes (los colectivos) que confíen en nosotros", declaró Cabello, quien juró castigar a los culpables de la muerte de Montoya, cuya organización agrupa a colectivos de la capital y el estado Vargas.
Sin límites
El abogado criminalista Fermín Mármol García relata que los colectivos armados tienen su origen en los grupos subversivos de izquierda radicados en el 23 de Enero. "En principio eran los Tupamaros, pero en la década de los 80 comienzan las divisiones y surgen otras formaciones", acota.
Así habrían nacido los Carapaica, Alexis Vive y La Piedrita, entre otras agrupaciones que se identifican como chavistas radicales y militantes del proceso bolivariano.
"En Venezuela hay alrededor de 1.136 parroquias distribuidas en 335 municipios y, al menos, existe presencia de colectivos armados en un centenar de parroquias", sostiene.
Mármol García reconoce que "estos grupos de izquierda subversivos siempre han existido"; sin embargo, dice que desde la llegada de la revolución chavista en 1999 se han "fortalecido y reconocido su beligerancia".
Los colectivos violentos "se autodenominan guardianes de la revolución, utilizan símbolos y colores del partido de Gobierno y tienen innegables amistades en el alto Gobierno, lo que les permite contar con una patente de corso que los ubica por encima del ordenamiento jurídico", resume el experto.
Mármol García indica que "los colectivos tienen su fortaleza en el control territorial, extendiendo su dominio sobre los vecinos y comercios de la zona". El analista explica que en muchos casos estos grupos cuentan con la aprobación de las comunidades, pues impulsan actividades sociales y culturales, y combaten el tráfico de drogas y la delincuencia. A cambio, la población acepta que ellos asuman las funciones de policías, fiscales y jueces. "Hasta cobran por proteger a los pequeños comercios", apostilla.
El abogado criminalista explica que la "atomización" de estos movimientos, "que coordinan con la fuerza pública en sus territorios", llevó a "personeros gubernamentales" a impulsar su organización a través de un "secretariado". "Allí hubo una participación de la Alcaldía de Caracas y la Alcaldía Metropolitana", comenta.
Este diario intentó contactar al exalcalde metropolitano, Juan Barreto, para conocer su versión de los hechos, pero no contestó la llamada.
"Los colectivos violentos están preparados para actuar contra cualquier amenaza que surja frente al chavismo. Ahora, ¿cumplirán la orden para no actuar? Eso no lo sabemos", concluye Mármol García.
ppenaloza@eluniversal.com
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