En Carmen Araujo Galería se muestra la exposición "Orden invertido"
La analogía entre el "pato" y lo homosexual no resulta insignificante y mucho menos común para Gerardo Rosales (Táchira, 1967). "No es insignificante el contenido. Tiene una fuerza poderosa", se adelanta en decir. Su trabajo ha girado desde hace doce años alrededor de la homofobia.
Ahora va más allá: mira y crea sobre el abuso de poder como normativa social. "Ese tejido social que se ha establecido en lo que es normal, pero en realidad no lo es", asegura el artista venezolano, residenciado desde hace algunos años en la ciudad de Houston, Texas, Estados Unidos.
El desarrollo de esta propuesta lo presenta en Carmen Araujo Galería, ubicada en La Hacienda La Trinidad, dentro de la exposición Orden invertido. Ahí el humor se mezcla con la realidad. La lengua plástica de Rosales se pasea por crear a través de colores pasteles, figuras mitad hombre mitad pato en posiciones sexuales, "trasvestimiento cromático", la relación adulto/infante.
"Es un juego donde mezclo cosas juguetonas. Cuando te acercas a estas imágenes, te parecen no tener ningún problema, objetos decorativos como los que puedes conseguir en tu casa. Pero no. Esto es un golpe a la sociedad. La palabra 'pato' no tiene ningún tipo de significado en otras sociedades, pero aquí afecta. No resulta insignificante para una persona que aún no tiene clara su identidad. ¿Y si se trata de una persona joven, que es tratado de esa manera en el colegio o en la secundaria? Es muy fuerte. Pareciera infantil y hasta leve, pero no lo es. Esas cosas me han llamado mucho la atención", comenta el artista.
En la exposición se muestran dos wall paint -pintura de papel-. "Son dibujos que se llevaron a gran escala. Trabajos que se llevaron a la pared y por ende genera una problemática diferente". Además, se muestran unos dibujos que sintetizan las imágenes que trabaja Rosales; así como unas esculturas en cerámica y tres videos animados. "Estoy obsesionado con la animación", confiesa.
Gerardo Rosales deja en evidencia lo que es obvio. Para él todavía existe mucha crueldad, sobre todo en los jóvenes. "Para mí el trabajo ya no habla solamente de la comunidad homosexual. Es la normativa que disciplina a cualquier grupo que se ha establecido. Hay, por ejemplo, minorías raciales que han estado solapadas. Por ahí es que quiero ir a explorar mucho más. Siempre me he estado involucrando en temas escabrosos porque me gusta mucho destapar ese clóset, ese esqueleto que está en el clóset de la sociedad. En particular siento que tengo ese compromiso. Un compromiso político y social interesado en lo que ocurre en la sociedad", remata.
dfalcon@eluniversal.com
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