El Carabobeño 09 junio 2011
dpabon@el-carabobeno.com
A veces el gran problema de las áreas verdes en las ciudades es la falta de mantenimiento. "Lo que tenemos en casi toda Venezuela no son jardineros, sino macheteros, que apenas cortan las ramas hasta donde llega la escalera y un poco más arriba", razona Jesús Hoyos Fernández, director de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle.
Lo anterior trae riesgos como que el árbol quede esquelético y, con fuertes vientos, pueda ceder. Valencia recuerda el hecho trágico del 2 de mayo de este año, cuando un árbol que cayó sobre dos vehículos en movimiento causó la muerte a una embarazada.
"No hay árbol malo. Pero hay los que por estar donde no deben hacen más daño que bien". Un ejemplo son los matapalos, especies que al crecer levantan el pavimento. Por eso, el biólogo con especialidad en Botánica en Lovaina y París condensó valiosas recomendaciones sobre este tema en su obra "Arboricultura Urbana: propagación, mantenimiento y ornamentación" (2006), una de las por lo menos 15 publicaciones que ha consolidado durante varias décadas de servicio al ambiente y en especial a la flora.
Hoyos Fernández visitó Valencia invitado por Manuel Díaz, del Movimiento Ecológico, y deleitó este miércoles con una charla sobre los árboles emblemáticos de cada estado del país.
En la sede de NCTV, el fundador de la Asociación Venezolana de Palmas refirió que el colapso de árboles sucede constantemente y que precisamente para evitar escenarios lamentables, se requieren técnicos conocedores del área. "En esto no se puede meter la parte de la política, aunque a veces tenemos ese problema en el país". Considera pertinente eliminar las trabas, porque a nivel de la administración pública suele prevalecer la negación en todo.
La plantación siempre dependerá de las condiciones específicas del lugar, pero en líneas generales, el Premio Nacional de Conservación recomienda para islas y avenidas árboles que no sean demasiado grandes, que tengan extremo radical profundo y que no ensucien demasiado.
"En el país casi no hay jardineros, sino macheteros"
DANIEL PABÓNdpabon@el-carabobeno.com
A veces el gran problema de las áreas verdes en las ciudades es la falta de mantenimiento. "Lo que tenemos en casi toda Venezuela no son jardineros, sino macheteros, que apenas cortan las ramas hasta donde llega la escalera y un poco más arriba", razona Jesús Hoyos Fernández, director de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle.
Lo anterior trae riesgos como que el árbol quede esquelético y, con fuertes vientos, pueda ceder. Valencia recuerda el hecho trágico del 2 de mayo de este año, cuando un árbol que cayó sobre dos vehículos en movimiento causó la muerte a una embarazada.
"No hay árbol malo. Pero hay los que por estar donde no deben hacen más daño que bien". Un ejemplo son los matapalos, especies que al crecer levantan el pavimento. Por eso, el biólogo con especialidad en Botánica en Lovaina y París condensó valiosas recomendaciones sobre este tema en su obra "Arboricultura Urbana: propagación, mantenimiento y ornamentación" (2006), una de las por lo menos 15 publicaciones que ha consolidado durante varias décadas de servicio al ambiente y en especial a la flora.
Hoyos Fernández visitó Valencia invitado por Manuel Díaz, del Movimiento Ecológico, y deleitó este miércoles con una charla sobre los árboles emblemáticos de cada estado del país.
En la sede de NCTV, el fundador de la Asociación Venezolana de Palmas refirió que el colapso de árboles sucede constantemente y que precisamente para evitar escenarios lamentables, se requieren técnicos conocedores del área. "En esto no se puede meter la parte de la política, aunque a veces tenemos ese problema en el país". Considera pertinente eliminar las trabas, porque a nivel de la administración pública suele prevalecer la negación en todo.
La plantación siempre dependerá de las condiciones específicas del lugar, pero en líneas generales, el Premio Nacional de Conservación recomienda para islas y avenidas árboles que no sean demasiado grandes, que tengan extremo radical profundo y que no ensucien demasiado.
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