El daño que se le ha ocasionado a este país es tan grande que ha alcanzado niveles que podríamos llamar epistemológicos. La polarización política es tanta que no hay interpretación de algún hecho que no sea producto a su vez de nuestra posición política, que no se tamice a través de nuestro respectivo "polo" político. La carga teórica que conlleva toda observación esta vez ha sobrepasado los límites que supone toda "comunidad de pensamiento", según la expresión de L. Fleck. En ese sentido ya no somos más una comunidad. Si los hechos son aquellas afirmaciones que hacemos de las cosas y que aceptamos intersubjetivamente, como decía Habermas, pasará mucho tiempo hasta que podamos tener unos hechos y una realidad que aceptemos todos. Esto pasa incluso cuando observamos fenómenos que nos son de alguna manera ajenos, como los que tuvieron lugar en Perú recientemente, o lo que está sucediendo en estos momentos en Libia y en España con el 15-M. Algunos consideran que el 15-M no es más que la manifestación de un grupete de "majos indignados", "amamantados del Estado español", "devoradores de Pata Negra" y antipolíticos que son manipulados por anarquistas e izquierdistas resabiados con el liberalismo y el sistema. Para otros, como los que dirigen las redes comunitarias y el canal de televisión Telesur, este movimiento es simplemente la continuación de la segunda república española que cortaron de raíz Mola y Franco, la esperada revolución socialista que irremediablemente acabará con la oligarquía gobernante española, aunque para ello tengan que fabricar analistas españoles desconocidos, como se puede ver en YouTube. Se podría decir que el tiempo de las medias tintas y de las escalas de grises parece habernos abandonado y que "por ahora" nos hemos sumergido en una dialéctica diabólica de simples descalificaciones e incomprensiones procedentes de ambos lados.
Para nadie es un secreto que la gestión de la crisis española ha sido muy mal gerenciada por el partido de gobierno y el señor Zapatero. Después de la quiebra de Lehman Brothers y del sistema financiero del año 2008, el sector inmobiliario y el de la construcción en España se paralizaron casi en su totalidad, lo que llevó a que el número de parados sobrepasara los cuatro millones. Cuando finalmente la crisis fue reconocida por el Sr. Zapatero, se instrumentó una reforma laboral, se bajaron las pensiones y se recortó en un 5% el sueldo a los empleados públicos. El desempleo, sin embargo, ha seguido subiendo y roza ya los cinco millones de desempleados (un 42% de los jóvenes en edad de trabajar están sin trabajo). Pero mientras los ciudadanos hacían esos sacrificios, el gasto público, que se había incrementado un 68% desde el 2007, sufrió otro incremento de un 26,4% en el primer trimestre de este año comparado con el del año pasado por estas mismas fechas (unos 122.000 millones de euros), lo que ha situado la deuda pública española en la bicoca de 600.000 millones de euros, un 61% del PIB.
Por si todo ello fuera poco, el Consejo de Europa recientemente sancionó a España por la poca transparencia en la financiación de los partidos. También más de un centenar de imputados por corrupción se han presentado en las listas de los diferentes partidos a las elecciones municipales y autonómicas pese al rechazo del 87% de la población. A esto se suma el gran descontento que existe sobre el sistema electoral actual, el cual todo el mundo reconoce que hay que cambiarlo, pero como para transformarlo hay que reformar a su vez la Constitución, se teme que una reforma constitucional deje abierta la posibilidad de revisar una vez más el peliagudo tema de las autonomías y hasta el asunto de la pertinencia o no de la misma monarquía.
En fin, no niego que haya allí mucha antipolítica (aunque los representantes del 15-M lo han negado reiteradamente apelando al carácter asambleario de éste) y que las "tribus" antisistema que pululan en suelo español se quieran aprovechar de ello, pero el conjunto de estos ciudadanos no parece estar contra el sistema democrático; en su mayoría son simplemente mileuristas, jubilados, parados, jóvenes sin futuro; todos descontentos con las políticas económicas que se han llevado a cabo estos últimos años, con unos sindicatos financiados por el Estado y un bipartidismo sordo y derrochador. Así, pues, debe ser muy duro perder el empleo, luego la casa, seguir pagando la hipoteca y que para colmo se te tilde de "mantenido del Estado español" o se te quiera comparar con Durruti. En este sentido habría que agregar que España es uno de los pocos países donde después de que el banco te quita la casa por moroso, debes continuar pagando la deuda. Por ello el 15-M ha impedido el desalojo de ciertas personas impedidas (ancianos, mujeres solas, etc.), y la Cámara de Diputados se ha visto en la obligación de nombrar una comisión de alto nivel que estudie el tema, algo que de por sí hablaría a favor de este movimiento.
El gran triunfador en todo este asunto parece haber sido, así, nuestro presidente y sus buenos amigos cubanos, quienes nos han impulsado a ver la realidad sólo en blanco o negro, retrotrayéndonos a una visión muy primitiva de las cosas. Pero como ya lo dijo ese gran "indignado" que fue a su vez Unamuno: "... Sí, me indigno contra todo... Car s'indigner de tout , c'est tout aimer en Somme".
Director en Caracas de la Universidad Española a Distancia ( UNED)
Filósofo. Profesor Titular.
Postgrado de Ciencias Políticas.
Universidad Simón Bolívar
coordinador@caracas.uned.es
jcperez@usb.ve
Razón del nombre del blog
sábado, 25 de junio de 2011
Nuestra polarizada reacción ante el 15-M
Nuestra polarizada reacción ante el 15-M
JUAN CARLOS PÉREZ-TORIBIO | EL UNIVERSAL
sábado 25 de junio de 2011 12:40 PM
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