En el caso de las papas fritas normales aportan casi el doble que las horneadas
Los Ángeles.- La culpa es de las papas fritas de paquete. Son el mayor demonio detrás de esos kilos de más según un nuevo estudio nutricional. Son más engordantes, incluso, que los refrescos, las chucherías y el helado.
En parte, la razón es eso que tanto dicen en varias publicidades: no se puede comer sólo una.
"Son sabrosas y tienen una textura muy buena. Las personas no suelen comer una o dos papas. Se comen un paquete entero'', dijo el médico experto en obesidad, Xavier Pi-Sunyer, del hospital St. Luke's-Roosevelt de Nueva York.
Lo que comemos, y cuánto comemos, tiene mucho más impacto que el ejercicio y la mayoría de los otros hábitos con respecto al aumento de peso en el largo plazo, de acuerdo con el estudio realizado por científicos de la Universidad de Harvard. Es el vistazo más completo hasta ahora sobre el efecto de alimentos particulares y las decisiones de estilo de vida como el tiempo de sueño y dejar de fumar. Los resultados de este estudio se encuentran en New England Journal of Medicine.
Los problemas de peso son una epidemia. La obesidad infantil se ha triplicado en las últimas tres décadas. Los kilos se acumulan durante décadas, y muchas personas luchan contra el aumento de peso sin darse cuenta de qué lo está causando.
El nuevo estudio señala que la elección de alimentos es la clave. El mensaje es el de siempre: comer más frutas, verduras, granos integrales y nueces, y reducir el consumo de papas, carnes rojas, dulces y refrescos.
"No hay una varita mágica para controlar el peso'', dijo uno de los jefes del estudio, el doctor Frank Hu. "La dieta y el ejercicio son importantes para prevenir el aumento de peso, pero la dieta desempeña claramente un papel más importante".
Los médicos analizaron los cambios en los hábitos de dieta y estilo de vida de 120.877 personas a través de tres estudios médicos de larga duración. Todos eran profesionales de la salud y no eran obesos al comienzo. Su peso se midió cada cuatro años durante dos décadas y ellos detallaron su dieta en cuestionarios. En promedio, los participantes aumentaron ocho kilos durante el período de 20 años.
Para cada período de cuatro años, la elección de alimentos contribuyó con cerca de 2 kilos. El ejercicio, para los que lo practicaron, rebajó menos de un kilo.
Las papas fritas fueron el mayor culpable de los aumentos. Cada dosis diaria de 28 gramos (unas 15 papas fritas y 160 calorías) lleva a aumentar 0,77 kilos en cuatro años. Eso es en comparación con golosinas y postres, que añadieron 0,19 kilos.
En el caso de otros tipos de papas que no son precisamente papas fritas de paquete, el aumento fue de 0,58 kilos. En ese grupo, las papas fritas normales (tipo french fries) fueron peores para la cintura que las papas hervidas, horneadas o en puré. Esto se debe a que una porción de papas fritas grande contiene entre 500 y 600 calorías, mientras que una porción de papa horneada contiene 280 calorías.
Las bebidas gaseosas agregan medio kilo cada cuatro años. Comer más frutas y verduras y otros alimentos sin procesar llevaron a un menor aumento de peso, probablemente debido a que son ricos en fibra y hacen que la gente se sienta más llena.
Para cada período de cuatro años, estos factores tuvieron los siguientes efectos en el peso: Una bebida alcohólica al día, aumento de 0,19 kilos. Ver una hora de televisión al día, 0,14 kilos. Haber dejado de fumar recientemente, 2,27 kilos.
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