Valencia, junio 11.- Tras declarar que no se ha paralizado la construcción de la segunda etapa de la línea 1 del Metro, sino que "hubo una desaceleración en su ritmo", el vicepresidente de la República, Elías Jaua, el pasado martes, durante su visita a la capital carabobeña, avivó el tema y los sentimientos que en torno a la obra guardan los valencianos, además de generar manifestaciones de rechazo por parte de diversos sectores, igualmente publicadas por los medios de la región, en lo que periodísticamente se conoce como "segundo día".
Quienes habitan, estudian, trabajan, tienen sus negocios a lo largo de la avenida Bolívar Norte o simplemente se desplazan por esta importante arteria de forma constante sufren desde hace 19 meses, desde que la construcción está interrumpida, la incertidumbre de no saber cuándo se les cumplirá el vehemente deseo de una vialidad despejada.
En un segundo plano, prácticamente, ha quedado el anhelo de seis estaciones más de un sistema "rápido y seguro", ante el caos en que se ha convertido una de las vías más importantes de la urbe, ahora con obstáculos, basura, ruido e inseguridad. Ante esta realidad resulta lógico pensar que las declaraciones del segundo a bordo de Miraflores hayan caído tan mal en un grueso de la población.
Notitarde recogió parte de ese sentir colectivo a través de María Eugenia Carrozo, vocera de la unidad de Contraloría Social del Consejo Comunal El Recreo; Carmen Pacheco, vocera de la unidad de Contraloría Social y responsable de programas del Consejo Comunal Chaguaramal; y Guillermo Manosalva, coordinador general de la Asociación Civil "Un Millón de Amigos por el Metro", a quienes recibió en el acostumbrado Desayuno en la Redacción.
Por esta casa editorial estuvieron Laurentzi Odriozola Echegaray, director del periódico; Margarita Jiménez Márquez, representante de la junta directiva; Alecia Rodríguez Del Valle, editora diurna de Ciudad; Daniela Chirinos Arrieta, editora de Cultura; Jacinto Oliveros, jefe de Fotografía; y quien suscribe este trabajo.
El desahogo de la avenida Bolívar
María Eugenia Carrozo, vocera del Consejo Comunal El Recreo, aseguró que en vez de tomar auge, con el proyecto de sistema de transporte subterráneo, la urbanización cayó en decadencia y sus habitantes perdieron calidad de vida. Entre algunos problemas que cambiaron el día a día de centenares de vecinos, precisó salidas peatonales clausuradas, tránsito congestionado, desechos sólidos e inseguridad.
Es por ello que sostiene que las autoridades nacionales deberían decir de una vez si no hay recursos para la culminación de la segunda etapa de la línea 1, para buscar la manera de despejar la avenida Bolívar, de rodar las rejas que han colocado alrededor de los trabajos.
Refirió que desde el restaurante Marchica hasta la torre Stratos se ubican 9 colegios, 7 edificios, más de 100 casas y alrededor de 50 negocios. La empresa encargada de la obra cerró con cercas las salidas peatonales de la urbanización hacia la avenida Bolívar, que terminaron siendo laberintos, peor aun, "callejones de la muerte" porque se prestan para robos y asaltos; de allí que los ciudadanos prefieren atravesar el conjunto residencial para salir por el edificio Stratos.
"Existe –recordó- el lamentable antecedente del adolescente asesinado en julio de 2010 en la avenida 154 de la urbanización, cuando regresaba de su fiesta de graduación en compañía de su padre".
Carrozo también hizo mención al caos vehicular que genera el transporte público desviado por la avenida Urdaneta, desde la esquina del hotel Stauffer hasta la panadería Oasis. Esta arteria vial no es utilizada solamente por choferes públicos, sino también por la mayoría de los conductores para evitar circular por la avenida Bolívar Norte, donde se encuentran caminos provisionales, delimitados con pequeños muros, en los alrededores de la obra.
Los representantes del consejo comunal evalúan cómo evitar el paso de autobuses hacia el interior de El Recreo, porque además han deteriorado la vialidad, que es de concreto: "No está preparada para recibir tanto peso ni tránsito", sentenció. Adicionalmente, se reunieron recientemente con los comerciantes a los fines de establecer horarios de descarga, porque llegan camiones a cualquier hora y también congestionan el tráfico.
Asimismo, Carrozo narró que el bloqueo de los accesos a El Recreo dificulta la recolección de basura a las empresas encargadas del servicio de aseo urbano por la Bolívar Norte; de allí que los usuarios colocan sus bolsas negras en las calles de la urbanización y algunos, incluso, fuera del horario establecido por la Alcaldía.
El cierre de esta zona residencial, según comentó, sería solamente por 6 meses, mientras la empresa contratista se encargaba de la reubicación subterránea de los servicios públicos, tales como telefonía, electricidad, aguas negras y televisora por cable; luego la abrirían nuevamente, hasta la llegada de la topa. Mencionó que lo único bueno de la problemática del Metro es que ha propiciado la organización de muchos vecinos en consejos comunales, porque se dieron cuenta de que es la única vía expedita para entablar conversación con los entes ligados a la obra.
"Es un clamor colectivo -reiteró- el desahogo de la avenida Bolívar Norte, para poder tener nuevamente una vida medianamente tranquila. Las estaciones Majay y Guaparo no tienen por qué estar cerradas, pues en estos sitios no hay fosas", comentó.
"Se volvió pura ilusión"
La alegría con la que habitantes de Chaguaramal recibieron la noticia de que una estación del Metro les quedaría muy cerca, frente al Multicentro El Viñedo, se ha ido transformando en rabia e impotencia: "Eso se volvió pura ilusión", comentó Carmen Pacheco, vocera de la unidad de Contraloría Social y responsable de programas del consejo comunal de este sector.
Expuso que el desvío construido por la propia compañía Metro de Valencia, que conecta las avenidas San José de Tarbes y Bolívar Norte, acabó con la paz de la avenida 140, donde se forman, como resultado, colas en las horas pico e inclusive se han generado peleas entre conductores, así como contaminación sónica.
Adicionalmente, los autobuses de la ruta de El Trigal pasan por esta vía, pese a que está fuera de su ruta. El consejo comunal solicitó mediante oficio a la Alcaldía que les prohibiera transitar por ahí, pero los conductores hacen caso omiso.
Esta zona no escapa de la inseguridad, es por ello que los peatones no circulan después de las seis de la tarde por los alrededores de las estaciones inconclusas. Pacheco aseguró que en los callejones, formados con las cercas colocadas por la obra, se han visto hasta "actos obscenos".
"Dicen que no hay recursos"
Guillermo Manosalva, coordinador general de la Asociación Civil "Un Millón de Amigos por el Metro", reveló que estuvo en Caracas el pasado martes y "por los caminos verdes", mediante amigos suyos desde la época de Juan Pedro de Almoral, se enteró de que no hay recursos para la segunda etapa de la línea 1 del Metro y que no es cierto que funcionarios del Gobierno se hayan reunido con representantes del Fondo Chino para el financiamiento del resto de los trabajos.
De esta manera, Manosalva confirmó lo manifestado hace tres meses, aproximadamente, por el general Clíver Alcalá Cordones, comandante de la 4ta. división blindada del Ejército, a la Asociación Civil "Un Millón de Amigos para el Metro" y a voceros de los consejos comunales de la parroquia San José. El militar les informó que "todavía no hay recursos" para terminar los trabajos.
Reuniones y pocos resultados
Manosalva confesó que se han reunido con el General "en secreto", en el Fuerte Paramacay, donde Alcalá Cordones se comprometió a averiguar con sus contactos en Caracas en qué nivel de avance estaba la situación del Metro de Valencia.
Para ello, la asociación, el Colegio de Ingenieros, comerciantes de El Viñedo, consejos comunales y personal del Fuerte Paramacay elaboraron en conjunto un informe que luego fue presentado en la capital de la República por el propio Alcalá Cordones, quien en su regreso a Valencia "enfrió el guarapo" a todos, tras asegurar que el Gobierno aún no cuenta con los recursos.
"No nos dijo quién se lo informó, pero tomando en cuenta su proximidad con el Presidente de la República y los asomos que éste ha hecho en torno al tema, deducimos que fue el propio Chávez quien se lo dijo". A propósito, Manosalva se pregunta adónde van a parar los recursos adicionales que ingresan al país por incremento del precio del petróleo, que fue presupuestado para este año en 40 dólares el barril, pero ha superado los 100 dólares.
Al mismo tiempo, recordó que la estación Cámara de Comercio está avanzada en 70%. Ésta es la primera de las seis que conformarán la segunda etapa de la línea 1. Adicionalmente, aseguró que el Gobierno debe 270 millones de dólares a Ghella Sogene, empresa que contrató para la construcción del sistema subterráneo.
Acuerdos no cumplidos
"Un Millón de Amigos por el Metro" no sólo demanda la continuidad del proyecto, sino también la aplicación de medidas que contribuyan a mitigar los efectos negativos de la construcción, sobre todo de su paralización, sobre la colectividad.
En este peregrinar, logró que el mismo general Alcalá Cordones se comprometiera a implantar un plan de seguridad en las estaciones inconclusas, que funcionó, pero solamente por diez días. "También nos dio un número telefónico para comunicarnos de forma directa con él, pero no nos atiende", dijo.
Manosalva, del mismo modo, lamentó que la Alcaldía de Valencia no ponga en práctica las propuestas presentadas por representantes de la Cámara de Comercio, institución de la cual también es directivo, las cuales fueron aprobadas en agosto del año pasado por los concejales, funcionarios del propio Ayuntamiento y representantes de la Compañía Anónima Metro de Valencia, con el mismo fin de minimizar el impacto de la paralización de la obra sobre los negocios establecidos a lo largo de la avenida Bolívar Norte y la ciudadanía en general.
"Se solicitó –detalló- cambio de señalización de la avenida Montes de Oca, desde su intersección con el callejón La Mariposa hasta el cruce con la avenida Guzmán Blanco, así como de la avenida Miranda, desde la misma avenida Guzmán Blanco hasta el Country Club. Asimismo, corredores viales en la avenida Los Colegios, Guaparo; calle 137, sector Los Sauces; avenida 101, El Viñedo; y avenida Guzmán Blanco, desde la avenida Montes de Oca hasta la Bolívar Norte.
Revisión del sentido de la calle principal de la urbanización Chaguaramal, controlar congestionamiento vial en la intersección de la avenida Carlos Sanda con la avenida 101, modificar las cercas de las estaciones Cámara de Comercio, Viñedo y Majay, además de puntos de control y apoyo en la avenida Bolívar Norte, desde la Cámara de Comercio hasta el Colegio de Ingenieros.
Igualmente, poner orden en el caos provocado por la anarquía del transporte público, presentar las propuestas ante el Consejo Local de Planificación Pública y Consejo Estatal de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, así como una comisión técnica con representantes del Instituto Nacional de Tránsito y Transporte Público".
La Cámara de Comercio también solicitó información sobre el estatus del proyecto en cada una de las estaciones que conformarán la segunda etapa de la línea 1, pero la directiva de la compañía, cuyas oficinas están en el Parque Recreacional Sur, "es una caja negra". "No hay comunicación de ningún tipo con ellos, tienen órdenes directas de no ofrecer información", añadió.
La Asociación Civil "Un Millón de Amigos por el Metro" ejerce contraloría social para el avance del proyecto, por lo cual ha hecho sinergia con las instituciones que hacen vida en la ciudad, como la Universidad de Carabobo, el Colegio de Ingenieros, la Cámara de Comercio y los consejos comunales, no sólo de la parroquia San José, sino también de Catedral y Candelaria. "Esta sinergia nos nutre como asociación y nos permite, si se quiere, ser la voz de la política".
El problema, subrayó, afecta al sector comercio, donde se han registrado cierres de negocios y desempleo, como también a la colectividad en general. "¡Es muy grave!", exclamó, al tiempo que señaló que nada más queda un pequeño personal en las obras, muy pequeño, que se encarga de prender la topa, a los fines de protegerla de la humedad y de la paralización. "Los comerciantes y los vecinos cercanos a la estación Cámara de Comercio sienten cuando encienden el motor".
El Vicepresidente desinformado
El Vicepresidente vino, pero no le informaron bien lo que sucede con el proyecto. Por si fuera poco, el alcalde Parra estaba a su lado y ni siquiera lo pellizcó, cuando supuestamente le ha solicitado recursos para la reactivación de los trabajos en los 50 Consejos de Ministros a los que ha asistido. Manosalva observó que el burgomaestre Parra también quedó muy mal parado con las declaraciones que ofreció el segundo a bordo del Ejecutivo Nacional. Al igual que el general Clíver Alcalá Cordones, que también está consciente de la situación y se encontraba al lado de Jaua cuando éste vino a Valencia.
Exigencia de presupuesto
El vicepresidente Jaua renovó con sus declaraciones el malestar colectivo generado por la paralización de la obra. Ante ello, Carmen Pacheco sostiene que los consejos comunales que hacen vida a lo largo de la avenida Bolívar Norte tienen que unirse con el único propósito de exigir al Gobierno Nacional la asignación de recursos para la consolidación del Metro. "Tenemos que crear un frente para exigir al Presidente de la República que nos envíe los recursos", planteó la líder de Chaguaramal.
María Eugenia Carrozo, por su lado, adelantó que varios voceros, de diversos consejos comunales, no descartan hacer la exigencia ante el Consejo de Ministros. "Hay que seguir insistiendo, no podemos cansarnos. Tenemos que insistir, insistir, insistir, hasta que nos escuchen. No nos pueden dejar la avenida Bolívar destrozada", agregó.
Exhorto a diputados del Clec y AN
Entre tanto, Guillermo Manosalva hizo un exhorto a los diputados de la Asamblea Nacional, tanto del oficialismo como de la oposición, a despojarse de intereses partidistas para acordar acciones conjuntas que conlleven a resolver el problema de la paralización de la obra. Al mismo tiempo, comentó que el Parlamento Nacional podría sancionar una Ley de Endeudamiento o ampliar la aprobada el pasado jueves, de manera que el Ejecutivo Central pueda obtener el dinero requerido para los trabajos.
"Por su lado -continuó-, los diputados del Consejo Legislativo del Estado Carabobo (Clec) y los alcaldes de la Gran Valencia (Naguanagua, San Diego y Valencia) deberían proponer al Gobernador, en el Consejo Estatal de Planificación y Coordinación de Políticas Públicas, solicitar recursos ante el Consejo Federal de Gobierno, presidido por el propio vicepresidente Jaua, para la reactivación de los trabajos del Metro".
Mientras, insistió, los diputados de la Asamblea Nacional trabajan para la aprobación de esos recursos: "Eso sería lo lógico, así funcionaría en un país desarrollado para una obra de importancia como el Metro de Valencia; pero sí podemos, a través de la presión de los ciudadanos".
"La ilusión del Metro se ha convertido en rabia. Las reacciones sociales son impredecibles: los valencianos históricamente somos pacientes, pero cuando reventamos, reventamos y somos capaces de librar batallas como la de Carabobo", dijo para culminar, a lo que Carrozo añadió: "Es fácil explotar porque afecta a todos".
Ventana
"Luchamos por Valencia y el Metro"
Daniela Chirinos Arrieta
El progreso" llegó a la Av. Bolívar Norte de Valencia con la construcción de la etapa 2 de la línea 1 del Metro, y con éste un sinfín de expectativas sobre la revalorización de las zonas y comercios aledaños a las estaciones, cuyos residentes, a cambio, debían soportar "sólo 6 meses" los embates de los trabajos. Pero este "sueño" se convirtió en "pesadilla", pues la obra tiene 19 meses parada.
"Perdimos calidad de vida y ganamos un caos", comenta María Eugenia Carrozo, estudiante de biología de la UC. Y agrega que "rutinas tan cotidianas como caminar desde mi casa en la Urb. El Recreo hasta la parada del autobús pasaron a ser un acto de 5 minutos a 15 ó 20, porque hay que recorrer más, y ahora tenemos que soportar el tráfico de la Av. Bolívar 'dentro' de la urbanización".
Para ir a misa cada domingo en la iglesia El Viñedo, Carmen Pacheco -asesora inmobiliaria, residente de la Urb. Chaguaramal, sólo debía cruzar los cuatro canales de la mencionada avenida, pero ahora tiene que "dar un vueltón" que comienza en la puerta de su edificio, sigue por detrás del C.C. Multicentro El Viñedo y llega a la plaza contigua al centro comercial.
Y es que los problemas ocasionados por el Metro se sumaron a los existentes en ambas urbanizaciones, cuyos habitantes decidieron constituirse en consejos comunales para acercarse a las autoridades encargadas del subterráneo, pues "ésta es la única vía".
Pacheco es guariqueña de nacimiento y carabobeña de corazón. De ahí que, pese al caos que vive diariamente, "con el que retrocedimos 20 años", sostiene que "sigo creyendo en esta ciudad". Por eso, al igual que Carrozo y Guillermo Manosalva, se mantiene en pie de lucha -desde su instancia- para salvar Valencia y el Metro.
"Desde que se conformó la A.C. 'Un Millón de Amigos por el Metro', hace 19 meses, hemos tenido una ardua lucha por restablecer la normalidad en lo que fue una de las avenidas más bellas del país, que nos dejó como herencia el alcalde 'Paco' Cabrera, pero desde 2008 pareciera que un 'lunar negro' llegó a la ciudad con el nuevo gobierno municipal, y presenciamos la desidia", comenta Manosalva.
"Estamos haciendo contraloría social con los consejos comunales -añade Manosalva-, no para tirar piedras, sino para generar soluciones a la problemática del Metro. Tenemos una sinergia con estas asociaciones vecinales, de las que también somos miembros".
"Y estamos por recibir unos informes de una compañía mexicana sobre contaminación sónica; a las primeras de cambio tenemos que la OMS estipula 63 decibeles como límite de volumen para el oído humano, y según la información que manejamos, en algunas estaciones del Metro llega hasta 143 decibeles".
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