Alfonso Betancourt ||
Desde el Meridiano 68
Vandalismo antirreligioso
Si de algo nos debemos sentir orgullosos los venezolanos es que en la composición de los estratos sociales no somos xenófobos, racistas y menos aún intolerantes religiosos. Nuestra evolución histórica, a partir de la Independencia, es justamente la de un pueblo con un amplio sentido igualitario donde el extranjero es visto como otro venezolano y más si se compenetra, sin rasgos de superioridad, en las diversas labores del diario quehacer. Ni qué decir lo que en otras sociedades, extrañas a la nuestra, el racismo de color es lo vigente así las leyes lo excluyan en función de la aplicación, de pocos años para acá, de los derechos humanos proclamados por las Naciones Unidas. Desde luego, en Venezuela hay las excepciones, pero son justamente las excepciones que la prensa ocasionalmente nos las revelan del club, bar o restaurante que en contraposición a nuestro igualitarismo racial lo violentan con medidas discriminatorias sobre las personas de color negro. Algo así como en la época colonial venezolana donde la exclusión de los negros se operaba en todas las instituciones con exclusión de los medios de trabajo donde la mano de obra del negro era imprescindible.
Yendo ahora hacia el objetivo de este artículo nos ha impresionado tanto como lo que actualmente estamos observando de imágenes religiosas del cristianismo católico (religión mayoritaria de los venezolanos) mutiladas y en algunos casos sus pedestales destruidos o repintados borrando escritos referentes a la imagen. Ultimamente vimos en la prensa, y ya en lo contrario a las imágenes del catolicismo, la intromisión irreverente en una que otra sinagoga, templos de veneración de los creyentes judíos.
Total: que estamos asombrados de lo que religiosamente, por primera vez, está sucediendo en Venezuela.
He oído expresiones de gente sencilla de nuestro pueblo que exclaman: Esas son cosas del diablo. Venezuela está invadida por Mandinga, por Satanás, por el demonio, nombres que le dan al inicuo.
Adicional
Horrorosos son los cerros de basura en las calles y avenidas de El Trigal. El aseo urbano no está cumpliendo cabalmente con la misión que le es encomendada.
La conversión religiosa y la política socialista están cambiando a las tribus indígenas de Venezuela
Venezuela, (Reuters).- La minería, la ganadería, la conversión religiosa y la política socialista en algunos de los bosques más profundos del mundo están cambiando a las tribus indígenas de Venezuela, que luchan por la implementación de leyes que protejan sus tierras.
A continuación algunos datos de los habitantes originales de la nación suramericana, hoy más conocida por su petróleo, las reinas de la belleza y el presidente Hugo Chávez:
*A diferencia de las naciones cercanas con grandes poblaciones indígenas, los grupos indígenas venezolanos son demográficamente pequeños. Apenas llegan a un 2 por ciento de los 29 millones de habitantes del país.
** Con Chávez, el número de grupos étnicos indígenas reconocidos por el Gobierno ha aumentado a 44. Los mayores grupos son Wayuu, Warao y Pemón, que tienen miles de miembros. Los grupos más pequeños están formados por decenas.
** Los Wayuu son pastores de cabras y ovejas que viven en la desértica península de Guajira, que Venezuela comparte con Colombia y está limitada por el mar Caribe. Unos 300.000 son venezolanos y un grupo más pequeño vive del otro lado de la frontera. Guajira contiene enormes depósitos de carbón, lo que ha enfrentado a los Wayuu con empresas mineras.
** Los Warao viven en pantanos y afluentes del delta del Orinoco. Algunos dicen que los invasores españoles le pusieron Venezuela, que significa "Pequeña Venecia", cuando vieron las casas de los Warao construidas en pilotes sobre el agua. Es común que los niños Warao aprendan a nadar antes que a andar.
** En las selvas profundas del sur de Venezuela, los Yanomami, Yekuana, Sanemá, Piaroa, Eñepa y varios otros grupos cazan, recolectan, cultivan y comercian a través de una serie de ríos y senderos. Los precios record del oro atrajeron a mineros ilegales que sobornan a soldados para explotar el suelo de la selva con mangueras de alta presión. Los buscadores traen con ellos alcohol, prostitución y altos riesgos de malaria.
** Las leyes redactadas por el Gobierno de Chávez permiten a los grupos indígenas reclamar los territorios que ellos han habitado durante generaciones. Retrasos en la implementación de esas leyes han causado la ira y desencadenado importantes protestas, como la huelga de hambre por el arresto del jefe Yukpa, Sabino Romero.
** Los conflictos por la tierra en la sierra Perija en la frontera con Colombia y la tierra fértil a sus pies han llevado a choques violentos de los Yukpa, Bari y Wayuu con los ganaderos no indígenas. La sierra Perija también ha albergado a menudo a narcotraficantes, grupos paramilitares y guerrilleros del otro lado de la frontera.
** Los ríos de las llanuras centrales de Venezuela tradicionalmente eran territorio Pume, pero durante el siglo XX los ganaderos expulsaron a este pueblo pescador de sus tierras. Ahora muchos viven cercados en pequeñas áreas en las orillas de los ríos. El Gobierno ha prometido ayudarlos a recuperar lo que perdieron.
** Chávez ha usado el pasado y presente indígena de Venezuela para dar identidad a su revolución socialista y hace referencia a menudo a líderes heroicos que resistieron la conquista española, como el cacique Guaicaipuro. También menciona el concepto indígena de Buen Vivir, una vida en armonía con el mundo y sus habitantes.
** Los Yekuana son conocidos fuera de Venezuela por sus técnicas de educación relajadas, popularizadas por un autor estadounidense Jean Liedoff en su libro Continuum Concept, que recomendaba a los padres occidentales que copiasen las técnicas yekuana. Prácticas como el contacto físico constante con la madre, dar el pecho cuando lo pida el niño y no hacer de los niños el centro de atención influyeron en el pensamiento liberal de Occidente.
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