03 octubre 2011
César Sosa Marvez || Bogavante
Cuando de nuevo podamos izar nuestra bandera
soarica@yahoo.com
"El amor y el interés petrolero se fueron "incubando" un día y más pudo el interés que el amor que Chávez y Fidel se tenían...".
En nuestros primeros años aprendimos que la bandera, junto al escudo y el himno son los símbolos de la patria, pero bandera en su sentido etimológico, es "signo", "estandarte", que en sus comienzos era lo que identificaba a los integrantes de un bando que defendían una consigna, pero ¡cuidado!, bando también dio origen al término bandido, que es sinónimo de proscrito, forajido, por eso debemos ser cautelosos al identificarnos o al afiliarnos a grupos alejados de la moral y las buenas costumbres. Nuestra tradición señala al general Francisco de Miranda como el héroe que por primera vez enarboló la bandera de los tres colores: amarillo, azul y rojo, y de las siete estrellas, éstas en honor a las siete provincias que unidas declararon nuestra independencia del imperio español.
Muchos han sido los que han hecho honor a esa enseña tricolor por el aporte que han dado al engrandecimiento de Venezuela, pero también han sido bastantes los que han entorpecido su gloria, porque más les ha importado su persona y especialmente sus personales intereses que aquello que han pregonado, mintiendo todos los días, contando, claro está, con el apoyo adulante de quienes sacan provecho de esa arrogancia, de esa soberbia y de esa altanería.
Hoy, cuando nuestra bandera la han querido transformar en una consigna política, cuando ha dejado de ser aquel blasón, aquel símbolo por el cual tantos han dado su vida, tenemos, no sólo la esperanza, sino la seguridad de que esa gloriosa insignia volverá a flamear como la divisa que siempre fue y que los patriotas de los cuales aún quedan muchos en esta tierra, la arrancarán de las garras de quienes han comerciado con ella haciendo todo lo contrario de los que soñaron hacer de esta nación símbolo de paz y progreso y no una "fábrica" de aventureros y enemigos de aquello por lo que lucharon los que ya no están. Que cesará la entrega de nuestros recursos a gobiernos de otros países que han esclavizado a sus malgobernados, y que los han obligado a huir, ¿por qué no decirlo? del comunismo desolador. Cuando haya terminado esta amenaza que se cierne sobre este país que ha sido siempre ejemplo de fervor patriótico, de solidaridad humana y de fe cristiana, cuando el hampa deje de ser el dueño, cuando impere la vida sobre la muerte, cuando podamos decir que regresaremos con vida y no estemos dudando si seremos la próxima víctima, de lo que durante los últimos diez o doce años hemos estado dudando, volveremos a izar con entusiasmo y amor patrio nuestra bandera tricolor, cuando el odio y el rencor dejen de ser la manera de gobernar, cuando nos consideremos todos hermanos y no enemigos, cuando el constante temor a perecer bajo las balas asesinas del crimen, hayan cesado, volveremos a enarbolar, no a la fuerza sino espontáneamente, aquella bandera que, como dice la canción patriótica: ¡Trajo Miranda y que Bolívar (el de todos) no el de un grupo político) condujo con gloria! ¡Qué así sea!
**********
P.S.: El hermoso vals venezolano "Adiós a Ocumare", comienza diciendo; "Si por cruel imposición yo abandono a Ocumare...". El origen de la letra reside en que su compositor era novio de una dama de la que al "Jefe Civil" de aquel poblado mirandino, como se llamaba a los hoy alcaldes, en aquella época "gomecista", también "interesaba" la joven, lo que obligó al músico a abandonarlo. Hoy existen otras "razones" para que la "diáspora" venezolana cada día aumente. "Cosas veredes".
No hay comentarios:
Publicar un comentario