Razón del nombre del blog

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El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

lunes, 17 de octubre de 2011

ENTREVISTA ELOI YAGÜE, ESCRITOR VENEZOLANO

ENTREVISTA ELOI YAGÜE, ESCRITOR VENEZOLANO

"La novela negra goza de buena salud"

"Hoy día no creo que nadie menosprecie el género policial. Es como un doctorado para el escritor" "Creo que pronto, poco a poco, se va a producir un auge de la Novela Negra en Venezuela"

El narrador, que fue invitado al II Festival Iberoamericano de Novela Negra, ya tiene escrito su tercer libro en el género ÁNGEL DEJESÚS
DANIEL FERMÍN , ELOI YAGÜE , ESCRITOR VENEZOLANO |  EL UNIVERSAL
lunes 17 de octubre de 2011  12:00 AM
Eloi Yagüe (Valencia, 1957) fue el único escritor venezolano que participó en el II Festival Iberoamericano de Novela Policiaca, que se realizó a principios de octubre en Santiago de Chile. Ahí, el también periodista dio charlas sobre el género literario en el que ya ha publicado dos novelas (Las alfombras gastadas del Gran Hotel Venezuela y Cuando amas debes partir). Para él, la Novela Negra goza de buena salud. Tanto que ya tiene un tercer libro escrito. Sólo le falta una editorial.

-¿Qué conclusiones sacó del festival de Chile?

-Me parece que fue un evento bien organizado. Se reconoce la importancia de la novela policial, por decirlo de alguna manera, o Novela Negra, en Latinoamérica. El balance fue positivo: fui el primer escritor venezolano. Es una forma de reconocer que en Venezuela se esta escribiendo Novela Negra. Esto va a ayudar a promover este género que no ha tenido un desarrollo como en otros países latinoamericanos. Se escribe relato policial, pero no se escribe mucha Novela Negra.

-La Novela Negra o policial: ¿suele ser menospreciada o es una suerte de doctorado para los escritores?

-Hoy día no creo que nadie menosprecie el género policial. Es como un doctorado. Lo he dicho alguna vez: todos los grandes escritores hacen una novela policial como un reto personal. Porque la novela policial es compleja, difícil, tiene que cumplir ciertos requisitos. Siempre tienen que haber unos elementos: tiene que haber por lo menos un muerto. Aunque algunos se plantean hacer una novela policial sin muertes. Tiene que haber un asesinato, no por un planteamiento morboso, sino porque la muerte es una de las principales tragedias humanas. La muerte recuerda que la vida no es eterna.

Hay otros aspectos que debe de tener este tipo de textos: un caso, donde haya algún elemento misterioso. Debe haber un tensión dramática, una víctima, un victimario y un investigador. Y esa investigación tiene que llevar a un resultado. Si no, no es novela policial. Los lectores de novela policial son muy exigentes. Le tienes que llevar un resultado y no puede ser algo arbitrario, sacarse un sombrero de ultima hora. Tiene que ser algo que el lector pueda participar. Es un reto para el escritor, por eso muchos que se plantean escribirlas no son escritores de novela policial: como García Márquez, Vargas Llosa o Ernesto Sábato...

-Ya que habló de muertes y asesinatos: ¿qué es primero, el crimen o la novela?

-Depende si escribes ficción o no ficción. Cuando hablo de relato policial incluyo las dos cosas. Relato policial puede ser una crónica periodística. Y ahí primero fue el crimen, pero cuando se escribe ficción primero puede ser la novela. En el caso de Venezuela es muy curioso porque ahí están los dos ejemplos. La narrativa policial aquí comenzó con Fermín Mármol León en 1978, al publicar Cuatro Crímenes, cuatro poderes. No es una novela, pero inicia la narrativa policial en el país. Yo diría que es una crónica de casos policiales muy interesantes. Ahí primero fue el crimen, pero años después surgió otro escritor, que es Marcos Tarre, que es un autor que después se convirtió en policía. Él llegó a ser director de la policía de Carabobo. Ahí sí fue primero el libro.

-Venezuela tiene pocas pistas de novela policial. Son pocos los escritores que se dedican de lleno a ello...

-Que se hayan dedicado de lleno hay pocos, pero hay muchos que lo han intentado. Hay muchos escritores que leen novela policial y de alguna manera se han influencia por ella. Por ejemplo, Guillermo Meneses, con su cuento más famoso, La mano junto al muro; Andrés Mariño Palacios que en 1936 publicó Muerte en el callejón. Hay una lista larga de escritores que han incursionado en el genero: Eduardo Liendo, Ana Teresa Torres, Salvador Fleján, Héctor Torres, Roberto Echeto, José Pulido, Alexis Rosas, Sebastián de la Nuez.

Siempre hay un vínculo muy estrecho entre la novela policial y el periodismo. Yo escribo policial por la frustración de no haber sido reportero de la fuente. Así que si alguno de estos escritores persiste, sería bueno. Podríamos hablar del desarrollo del policial en Venezuela. Incluimos también a los cronistas. Hay que meter a José Roberto Duque, él no ha escrito novela policial, pero Guerra nuestra es un libro imprescindible de este género.

-¿A qué cree que se deba esa relación entre periodismo y novela policial?

-Los periodistas tenemos un contacto muy directo con la realidad. Yo pateo la calle, camino la ciudad. Y la realidad tiene matices policiales. No es algo que nos guste, pero es así. Es por el estrecho contacto, por la necesidad de escribir algo así, que refleje esa realidad.

-¿Pero si fuera así, con tanto crimen que existe en Venezuela, no debería haber miles de escritores?

-Lo que pasa es que los periodistas son muy flojos. Lo que pasa es que el periodismo es una profesión vampírica. Yo para poder escribir novela tuve que dejar el periodismo. Me reconvertí en cronista. Por ejemplo, Sandra Guerrero; si ella recogiera sus mejores crónicas le saldría un libro extraordinario, pero no lo hace porque no le da importancia. Es por eso, porque los periodistas se absorben en su trabajo. Borges decía que el periodismo es la escritura para el olvido, pero me resisto a eso. Siempre hay algo rescatable en lo que uno escribe y hay que sacarlo de ese olvido.

-Agatha Christie decía que la mejor receta para la novela policíaca es que el detective no debe saber nunca más que el propio lector...

-Recetas hay muchas. El asunto es si las sigues o no. Es como cuando uno cocina: sigues la receta al principio hasta que te sientes en confianza. Es igual en la Literatura. Cada quien tiene su percepción. Algunas cosas que hay que cuidar: un crimen, que haya victimario, víctima y un investigador. Es un trípode básico.

-¿Se aprende a matar?

-Eso habría que preguntárselo a alguien que haya matado. Yo sólo he matado zancudos, moscas y hormigas, pero involuntariamente, porque las hormigas no me desagradan. Detesto a los mosquitos.

-Pero ha tenido que matar a algunos personajes

-Personajes sí. Realmente en mi primera novela se me fue la mano: hay 13 muertes. Y en la otra hay un solo muerto, un crimen pasional de un triángulo amoroso. La muerte de un personaje puede llegar a ser muy doloroso para uno. Porque para el escritor de ficción los personajes llegan a cobrar vida propia. Y uno los reconoce como si fueran amigos o enemigos de uno. Se puede aprender a matar literariamente, pero una muerte literaria puede doler tanto como una real.

-¿Qué podría adelantar de su tercera novela?

-Yo me planteo cosas difíciles. Me propongo innovar. Esta es una Novela Negra tradicional, pero un poco rara. Tiene elementos de Novela Negra, roja y rosa. Hay una historia romántica que determina todo lo demás. Por ahí va la cosa. Lo difícil es tratar de mantenerse en la gran corriente de la Novela Negra y a la vez ser innovativa. Eso me lleva a hacer híbridos. Esta novela es un pornopolicial. Se llama Lust club. Es una historia de un policía que se vuelve loco y una psiquiatra que lo atiende. Todo transcurre en un ambiente lujurioso. Hay una intriga. Pero hay una profundización en algunos aspectos de la sexualidad que me llamó la atención.

¿Al final, el género tiene futuro por estos lares?

-Futuro no sé, pero tiene mucho presente. En este encuentro en Santiago tuve la oportunidad de comprobar que el género goza de buena salud. Uno de los lugares donde se invoca el género negro es en América Latina. Tenemos muchos elementos que pueden aportar. En el futuro, creo que va a estar interesante, siempre y cuando las editoriales respalden y se mantengan colecciones de Novela Negra en el país.

dfermin@eluniversal.com

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