La inteligencia de Joseph Ratzinger, Papa Benedicto XVI la vi en su homilia en la Misa en plena Plaza de la Revolución que como él mismo declaró "es sitio paradigmático" de la Revolución Cubana, donde con su vocecita de anciano les dijo en su cara a las autoridades cubanas, las verdades puntuales de su mentira ante el mundo y lo que significa el comunismo, que como el transformado por la megalomanía de Fidel Castro en vez de la utopía se volvió el infierno.
Benedicto XVI en La Habana:
La Iglesia tiene el encargo de
humanizar la sociedad
Texto y fotos: Janely García y Sergio Lázaro
Diócesis de Pinar del Río, 28 de marzo de 2011
En una homilía aplicada fundamentalmente a la sociedad cubana, Benedicto XVI recordó que cuando la Iglesia reclama la posibilidad de estar presente en la sociedad, no pide un privilegio, sino el derecho a realizar algo que es propio de su naturaleza: la humanización de la sociedad. Reconoció también los avances en ese sentido y en las relaciones con el gobierno, pero expuso la necesidad de seguir avanzando en ese camino, para facilitar la contribución que hacen al ejercicio de las libertades y a la sana convivencia social aquellos que son a la vez ciudadanos y creyentes.
Otro gran tema de la homilía fue la búsqueda de la verdad y el compromiso con ésta como condición del progreso. De la misma manera en que lo es la vida recta que evita el pecado, para el verdadero ejercicio de la libertad. El Papa instó al compromiso cristiano en nuestra realidad concreta y al gobierno a reforzar lo avanzado en la apertura de nuevas posibilidades para contribuir al bien común.
Peregrinos desde Las Martinas, en el extremo oeste de Pinar del Río, hasta el río Zaza en Sancti Spritus, se encontraban en la Plaza desde las primeras horas de la madrugada. También se podían ver banderas y carteles de distintos movimientos laicales, así como varios grupos de personas de otros países. Participaron cientos de miles de cubanos.
Cuando apareció el papamóvil la plaza estalló en aclamaciones. El Santo Padre venía acompañado del Cardenal Jaime Ortega e hizo un recorrido circular dentro de la Plaza saludando y bendiciendo a la multitud que se aglomeraba para verlo y fotografiarlo de cerca.
El Presidente Raúl Castro había llegado a la Plaza unos minutos antes de la entrada del Santo Padre y junto a él estuvieron Ricardo Alarcón, Presidente de la Asamblea Nacional, el Canciller Bruno Rodríguez, Esteban Lazo, Caridad Diego y otros funcionarios del gobierno. Terminada la misa, antes de la bendición final, el gobernante subió al presbiterio a saludar a Su Santidad, quien le devolvió el saludo de forma calurosa.
En la misa habanera fue significativo el uso del barroco y el latín, y aunque no faltaron expresiones de cubanía y alegría, la participación del pueblo en los cantos y oraciones pudo ser mayor. Antes de dejar la plaza el Santo Padre saludó a cardenales, obispos, personal de la prensa y tuvo un breve encuentro con seminaristas, formadores y el Rector del Seminario San Carlos y San Ambrosio, de La Habana.
"Cachita-Ochún: La Virgen de la Caridad del Cobre" |
| Apodado "Cachita", y venerado por los cubanos católicos y no católicos, la Virgen de la Caridad del Cobre es Patrona de Cuba. En la fe, la Santería (religión practicada sincrónico en Cuba y en otras partes), Cachita también se conoce como el orisha "Ochun". Orishas son manifestaciones de Dios. |
En algún momento alrededor del año 1612, la Virgen de la Caridad se apareció a un joven esclavo negro y dos hermanos cubanos indígenas. El niño, llamado Juan Moreno, tenía nueve o diez años de edad en el momento. Los hermanos nativos eran Juan y Rodrigo de Hoyos. Comúnmente conocido, a lo largo de la historia de Cuba, como "Los Tres Juanitos", el trío se había ido en una expedición en canoa a recuperar la sal que se iba a utilizar para la conservación de la carne en la masacre Barajuaga casa en El Cobre. El Cobre (español para "cobre") es un área en la región de la Sierra Maestra en el Oriente, en la provincia de Santiago de Cuba, donde nací.
La santería surgió de una fusión de la religión africana, conocida como yoruba y el catolicismo, que fue impuesta a los esclavos y los nativos de Cuba por los españoles reinantes. Los esclavos, importados a Cuba de África, clandestinamente practicaban su fe yoruba, disfrazando los nombres de los Orishas detrás de las máscaras de los nombres de Santos católicos. Ochún, es el Orisha del amor, el matrimonio y la maternidad fue emparejado syncronistically con La Virgen de la Caridad del Cobre. Es relevante para la historia del sufragio cíclico de Cuba, que su patrona (la Virgen de la Caridad del Cobre) vino al mundo a través de los ojos de un niño esclavo joven y dos hermanos cubanos indígenas. En la mayoría de los cuadros de la aparición de la Caridad, el niño esclavo es retratado como un hombre hecho y negro y los dos hermanos indígenas como de raza blanca, a veces con el pelo rubio o naranja. con la marca La JG iniciales que son la marca de los esclavos en Cuba |
El teniente general José Antonio de la Caridad Maceo y Grajales (14 junio 1845 a 7 diciembre 1896) fue el segundo al mando de la Cuba del Ejército de la Independencia. Compatriotas dio Maceo el sobrenombre del "Titán de Bronce" (en español: El Titán de Bronce ), que era una referencia a su color de piel, la estatura y el estado, los españoles a que se refiere a Maceo como el "León Mayor" ( El León el alcalde ).Maceo fue uno de los más destacados guerrilleros líderes del siglo 19 en América Latina , además murió en combate lo que engrandece su visión militar.
Siervo de Dios Félix Varela y Morales (20 noviembre 1788 a 27 febrero 1853) fue una figura notable en la Iglesia Católica en Cuba y los Estados Unidos.
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ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
La visita a América del papa Benedicto XVI escribe páginas perdurables. Nos muestra al sucesor de Pedro en su admirable densidad como pensador y apropiado guía para un tiempo -el actual- que reclama de fundadores y no solo realizadores. De origen alemán, rostro calmado, ejerce antes como catedrático de teología y sobre dogmas e historia en las prestigiosas universidades de Bohn, Münster y Ratisbona.
Llega, pues, en hora propicia y hecho para nuestra hora; aun cuando nos deslumbre aún el carisma y proximidad humana de su antecesor, el beato Karol Wojtyla, Juan Pablo II.
Tentados por las urgencias, huérfanos de afecto y orientaciones leales dentro de un mundo en el que pugnan la sobreabundancia de informaciones sin rostro con los intentos de una Inquisición estatal neomoderna integrada por censores ideológicos, quienes hacen de la mentira fundamento del poder, muchos desean ver a Joseph Ratzinger excomulgando al comandante Chávez o a los hermanos Castro. ¡Pero Benedicto XVI ve y nos pide otear más allá del vértigo propio a la generación digital en boga, trastornada por Estados y caudillos quienes son la última y accidental expresión de un tiempo ya ido!
Al pisar suelo mexicano y al despedirse con afecto desbordante hacia su gente, le expresa calidez a las autoridades sin dejar de recordarles el desafío que les plantean la violencia y el narcotráfico, y la exclusión social que aún aqueja a densas capas de la nación azteca. Mas, persuadido de la realidad cubana, a su gobernante y colaboradores lacónicamente les agradece el trato respetuoso que le dispensan. No intenta corregirlos. Fija su atención discursiva en el pueblo presente, en los presos políticos y en los exilados ausentes.
Los invita a transitar el futuro de reconciliación que les espera a la vuelta de la esquina, por imperativo de la historia. Brega por los espacios de actuación de la Iglesia y a cada cubano le pide mirarse en la tarea que le espera y es obra de su quehacer, sin distraerse con las realidades que le opriman.
Benedicto XVI -basta leer sus escritos fundamentales previos al Pontificado- entiende su momento a cabalidad.
Juan Pablo II trilla con las fuerzas que pugnan en el instante en que la misma historia total llega su final, en 1989. En Centesimus Annus revela cómo es posible que en paz ceda el comunismo, adversario decidido a no dejarse doblegar por los principios morales. Muestra el ejemplo de Polonia, cuyo pueblo une su sufrimiento por la verdad y la libertad al sufrimiento igual de Cristo, lo que le permite advertir sobre lo estrecho del camino hacia la paz; que "se sitúa entre la mezquindad que cede al mal y la violencia, que creyendo combatirlo, lo agrava". Su misión apostólica, por ende, la transita con firmeza y sin descanso, pero sin atropellos, apoyado en la fuerza de su imagen.
El papa Benedicto XVI entiende que los residuos de mal mencionado hoy son eso, meros residuos. Advierte llegado el momento de la fragua de otra historia que reivindique la "inmortalidad" de la persona. Constata el desencanto con el comunismo y la ausencia de optimismo en el capitalismo sobreviviente.
La gente -escribe Ratzinger- afirma en el vacío de transición la muerte de Dios, dado el relativismo que todo lo permite, hasta las más aberrantes degradaciones de la dignidad humana. Pero a la vez y otra vez aquélla se pregunta, angustiada y agobiada por el atropello contemporáneo, por Dios y por la verdad y en cuanto al sentido de la libertad.
A los mexicanos y cubanos los confirma así en la fe. Y nos pide a todos mirarnos a nosotros mismos; redescubrirnos como un don de la vida, pues somos seres humanos dotados de razón y llamados a la trascendencia en el amor de los unos hacia los otros, por inútiles que juzguemos nuestros diarios esfuerzos en un continuo histórico que es multimilenario.
Ratzinger -como lo reclama el fallecido expresidente checo Vaclav Havel- demanda amor alejado del engaño, sirviendo a la verdad: Caritas in veritatis. "Si no hay verdad acerca del hombre, el hombre no tiene tampoco libertad", recuerda en su libro Fe, Verdad y Tolerancia, antes de agregar que "sólo la verdad hace libres".
Atento al momento de refundación que vive la Humanidad en su cruce de culturas y de civilizaciones varias, sugiere, paternalmente, volver al Decálogo, por ser la "fuerza genuinamente liberadora de la historia humana".
asdrubalaguiar@yahoo.es
