ENTREVISTA ALFREDO BRILLEMBOURG, ARQUITECTO VENEZOLANO
"No veo porqué la torre de David no puede usarse para viviendas"
"Los rascacielos tienden a ser icónicos y la torre de David lo es: es un rascacielos antihéroe" "La periferia y barrios de Caracas son una invasión total, en la torre pasa lo que ha pasado por décadas"
El criticado proyecto "Torre de David: Gran Horizonte" ganador de la bienal de Arquitectura de Venecia, será presentado como libro ARCHIVO/CORTESÍA
JAVIER BRASSESCO PEDRO GARCÍA OTERO , ALFREDO BRILLEMBOURG , GANADOR DEL LEÓN DE ORO DE VENECIA | EL UNIVERSAL
lunes 3 de septiembre de 2012 12:00 AM
El León de Oro otorgado en la Bienal de Arquitectura de Venecia, Italia, a "Torre de David: Gran Horizonte", del Urban Think Tank de la Universidad de Columbia, en el que participa el arquitecto venezolano Alfredo Brillembourg, continúa generando polémica.
Esta discusión es bienvenida por Brillembourg, que señala que es paradójico que para que se inicie un análisis de la ocupación de espacios en el país, una invasión tenga que ganarse un premio. Próximamente se podrá leer el libro documentando a La Torre de David cómo "el símbolo de políticas de vivienda erradas y gobierno citadino errado", señala.
-Usted estuvo, junto a un grupo de expertos observando un año lo que sucedía en la torre Confinanzas ¿Qué fue lo que vio allí, qué fue lo que más le sorprendió, cómo se organiza la convivencia en ese espacio?
-Pensamos comenzar la investigación en la torre con sus residentes como si fuera una continuación de la década de investigaciones que UTT ha hecho sobre la informalidad en Caracas. Vimos la torre como si fuera un barrio en vertical, una manifestación del mismo tipo de desarrollo urbano que ya habíamos estudiado en lugares como Petare y San Agustín. Pero la Torre de David nos sorprendió como lugar de experimentación, donde los residentes buscan sobrevivir y de tal manera han dado con nuevos modos de crear un hogar.
La faceta más obvia de esta tendencia innovadora está marcada por su verticalidad. Los residentes han imaginado maneras ingeniosas de tratar la falta de movilidad, agua y las infraestructuras eléctricas en un edificio tan alto. Pero la organización social de la comunidad también fue reveladora.
-¿Por qué dice que allí hay un microcosmos de Caracas, una Caracas a escala?
-Foucault creó el término "heterotopía" para significar un lugar y un espacio que es a la misma vez manifestación y reflexión de todo lo que le rodea. Es una metáfora aplicable a la torre, a la misma vez útil y rara. De alguna manera, la torre es una manifestación de Caracas, concentrando en un solo punto sus tipologías de edificios formales e informales, políticas económicas y gubernamentales de los últimos 30 años (incluyendo en especial los últimos 13), y reputación relacionada con peligro y aislamiento. Por supuesto, la torre es sin duda un símbolo para las distintas caras de Caracas y su escasez de viviendas, pero la única manera en la que se simboliza esta tendencia urbana diferente de otras partes de Caracas es su ubicación y su monumental imagen. Los rascacielos tienden a ser icónicos y la Torre de David realmente lo es: un antihéroe rascacielos.
-¿Cómo recuerda el momento en que se enteró de que esta torre estaba siendo invadida, qué pensó?
-El proyecto de vivienda del 23 de Enero es también producto de una invasión total, igual que toda la periferia y barrios de la ciudad de Caracas -exceptuando La Pastora-, sin embargo, el 23 de Enero también es uno de los proyectos más interesantes de autodeterminación y transformación urbana en el mundo. La Torre de David no es más que una reproducción de lo que sucede en nuestro país desde hace décadas.
-Usted ha dejado siempre claro que no avala las invasiones, sin embargo hay profesionales, como Jimmy Alcock u Oscar Tenreiro, que consideran que presentar semejante proyecto es un espaldarazo a este tipo de prácticas ¿Qué les respondería?
-Despierta curiosidad que sea necesario presentar esta situación en la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia, para que comience el debate nacional sobre un tema tan importante como lo es la ocupación por el 60% de la población venezolana de tierras invadidas. La Torre de David no es un barrio vertical, pero si es una edificación ocupada ilegalmente.
Esperamos que el libro haga suficientemente claro que nuestro foco -así cómo ha sido en otros asentamientos informales en los que UTT ha trabajado por los últimos 15 años- no es político, aún cuando sea imposible no tocar la política.
No somos ideólogos, no nos suscribimos a ningún "ismo", ya sea en política o en cualquier otra forma, para este caso, arquitectura. Nuestra preocupación es el rol ético del arquitecto en la sociedad, cualquier sociedad, sin tomar en cuenta a su gobierno. Creemos que la responsabilidad del arquitecto precede y sobrepasa cualquier sistema político.
-¿Acaso la pasividad ante estas acciones no significa la "renuncia a la modernidad", como dijo Alcock?
-Es un hecho generalmente aceptado hoy día en los círculos profesionales de arquitectos que el proyecto modernista fracaso y forma parte de un "ismo" del siglo XX.
Los proyectos modernistas y post-modernistas, al igual que los proyectos de descontructivismo, se han desarrollado en un ejercicio formal. La pregunta que debemos responder es: ¿cómo crear una sociedad urbana más humana y equitativa? Arquitectura y urbanismo tienen un componente social que tiene que ser traducido en formas, y no viceversa.
-¿Es preferible que hoy esté esa gente allí a que haya una torre de oficinas?
-En el sentido tradicional, la torre de David era buen ejemplo de un rascacielos compuesto de oficinas, pero la realidad de Caracas es otra. La estructura de concreto representa 30% o 40% de su valor, no veo porque no se puede adaptar a vivienda si existe la necesidad.
En Caracas será necesario restablecer áreas con usos diversos y uno de ellos sería la vivienda. Mientras no haya mejores soluciones, es una buena idea tener viviendas sociales en el centro de la ciudad. Es una estrategia ampliamente utilizada en diversos continentes.
-¿Qué se puede hacer con esas familias? ¿Dotarlas de servicios, reubicarlas? ¿Qué tantas intervenciones habría que hacer para convertir este rascacielos en una torre de viviendas sociales?
-Convertir la torre en una vivienda social no es la pregunta. El problema debe ser estudiado en mayor escala. El Gobierno debe tener una posición clara y contundente hacia el problema de los barrios, personas que viven hoy en viviendas no adecuadas.
Si el debate sobre la torre contribuye para que el gremio de arquitectos se involucre en este asunto mal o no atendido, habremos logrado el objetivo de la visibilidad en la bienal.
Sería un honor continuar la discusión con los propietarios y ocupantes de la torre, los únicos con la legitimidad para discutir sobre el particular para salir de un debate polémico a una discusión sobre el futuro de la ciudad de Caracas. Esto no es celebrar que el trabajo de Enrique Gómez -diseñador de la Torre de David- no haya podido culminar. Es solamente un hecho, no se puede borrar.
Esta discusión es bienvenida por Brillembourg, que señala que es paradójico que para que se inicie un análisis de la ocupación de espacios en el país, una invasión tenga que ganarse un premio. Próximamente se podrá leer el libro documentando a La Torre de David cómo "el símbolo de políticas de vivienda erradas y gobierno citadino errado", señala.
-Usted estuvo, junto a un grupo de expertos observando un año lo que sucedía en la torre Confinanzas ¿Qué fue lo que vio allí, qué fue lo que más le sorprendió, cómo se organiza la convivencia en ese espacio?
-Pensamos comenzar la investigación en la torre con sus residentes como si fuera una continuación de la década de investigaciones que UTT ha hecho sobre la informalidad en Caracas. Vimos la torre como si fuera un barrio en vertical, una manifestación del mismo tipo de desarrollo urbano que ya habíamos estudiado en lugares como Petare y San Agustín. Pero la Torre de David nos sorprendió como lugar de experimentación, donde los residentes buscan sobrevivir y de tal manera han dado con nuevos modos de crear un hogar.
La faceta más obvia de esta tendencia innovadora está marcada por su verticalidad. Los residentes han imaginado maneras ingeniosas de tratar la falta de movilidad, agua y las infraestructuras eléctricas en un edificio tan alto. Pero la organización social de la comunidad también fue reveladora.
-¿Por qué dice que allí hay un microcosmos de Caracas, una Caracas a escala?
-Foucault creó el término "heterotopía" para significar un lugar y un espacio que es a la misma vez manifestación y reflexión de todo lo que le rodea. Es una metáfora aplicable a la torre, a la misma vez útil y rara. De alguna manera, la torre es una manifestación de Caracas, concentrando en un solo punto sus tipologías de edificios formales e informales, políticas económicas y gubernamentales de los últimos 30 años (incluyendo en especial los últimos 13), y reputación relacionada con peligro y aislamiento. Por supuesto, la torre es sin duda un símbolo para las distintas caras de Caracas y su escasez de viviendas, pero la única manera en la que se simboliza esta tendencia urbana diferente de otras partes de Caracas es su ubicación y su monumental imagen. Los rascacielos tienden a ser icónicos y la Torre de David realmente lo es: un antihéroe rascacielos.
-¿Cómo recuerda el momento en que se enteró de que esta torre estaba siendo invadida, qué pensó?
-El proyecto de vivienda del 23 de Enero es también producto de una invasión total, igual que toda la periferia y barrios de la ciudad de Caracas -exceptuando La Pastora-, sin embargo, el 23 de Enero también es uno de los proyectos más interesantes de autodeterminación y transformación urbana en el mundo. La Torre de David no es más que una reproducción de lo que sucede en nuestro país desde hace décadas.
-Usted ha dejado siempre claro que no avala las invasiones, sin embargo hay profesionales, como Jimmy Alcock u Oscar Tenreiro, que consideran que presentar semejante proyecto es un espaldarazo a este tipo de prácticas ¿Qué les respondería?
-Despierta curiosidad que sea necesario presentar esta situación en la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia, para que comience el debate nacional sobre un tema tan importante como lo es la ocupación por el 60% de la población venezolana de tierras invadidas. La Torre de David no es un barrio vertical, pero si es una edificación ocupada ilegalmente.
Esperamos que el libro haga suficientemente claro que nuestro foco -así cómo ha sido en otros asentamientos informales en los que UTT ha trabajado por los últimos 15 años- no es político, aún cuando sea imposible no tocar la política.
No somos ideólogos, no nos suscribimos a ningún "ismo", ya sea en política o en cualquier otra forma, para este caso, arquitectura. Nuestra preocupación es el rol ético del arquitecto en la sociedad, cualquier sociedad, sin tomar en cuenta a su gobierno. Creemos que la responsabilidad del arquitecto precede y sobrepasa cualquier sistema político.
-¿Acaso la pasividad ante estas acciones no significa la "renuncia a la modernidad", como dijo Alcock?
-Es un hecho generalmente aceptado hoy día en los círculos profesionales de arquitectos que el proyecto modernista fracaso y forma parte de un "ismo" del siglo XX.
Los proyectos modernistas y post-modernistas, al igual que los proyectos de descontructivismo, se han desarrollado en un ejercicio formal. La pregunta que debemos responder es: ¿cómo crear una sociedad urbana más humana y equitativa? Arquitectura y urbanismo tienen un componente social que tiene que ser traducido en formas, y no viceversa.
-¿Es preferible que hoy esté esa gente allí a que haya una torre de oficinas?
-En el sentido tradicional, la torre de David era buen ejemplo de un rascacielos compuesto de oficinas, pero la realidad de Caracas es otra. La estructura de concreto representa 30% o 40% de su valor, no veo porque no se puede adaptar a vivienda si existe la necesidad.
En Caracas será necesario restablecer áreas con usos diversos y uno de ellos sería la vivienda. Mientras no haya mejores soluciones, es una buena idea tener viviendas sociales en el centro de la ciudad. Es una estrategia ampliamente utilizada en diversos continentes.
-¿Qué se puede hacer con esas familias? ¿Dotarlas de servicios, reubicarlas? ¿Qué tantas intervenciones habría que hacer para convertir este rascacielos en una torre de viviendas sociales?
-Convertir la torre en una vivienda social no es la pregunta. El problema debe ser estudiado en mayor escala. El Gobierno debe tener una posición clara y contundente hacia el problema de los barrios, personas que viven hoy en viviendas no adecuadas.
Si el debate sobre la torre contribuye para que el gremio de arquitectos se involucre en este asunto mal o no atendido, habremos logrado el objetivo de la visibilidad en la bienal.
Sería un honor continuar la discusión con los propietarios y ocupantes de la torre, los únicos con la legitimidad para discutir sobre el particular para salir de un debate polémico a una discusión sobre el futuro de la ciudad de Caracas. Esto no es celebrar que el trabajo de Enrique Gómez -diseñador de la Torre de David- no haya podido culminar. Es solamente un hecho, no se puede borrar.
En la Torre Confinanzas sigue la batalla para lograr servicios
El Nacional 31-Ago de 2012Emily Avendaño
Los apartamentos improvisados fueron ocupados por 852 familias. La Bienal de Venecia reconoció a los habitantes del rascacielos por haber creado una comunidad en una estructura abandonada
A los habitantes de la Torre Confinanzas no les sorprendió que la Bienal de Arquitectura premiara con el León de Oro el proyecto Torre David: Gran Horizonte, realizado por la Oficina Urban Think Tank, integrada por los arquitectos Alfredo Brillembourg y Hubert Klumpner, y sus colaboradores Ivan Baan y Justin McGuirk.
En el edificio recuerdan a los arquitectos como "los alemanes". Gracias a Facebook recibían fotos en tiempo real de la premiación en Venecia.
"Estuvieron viniendo casi durante dos meses. Vieron cómo funcionaban las bombas de agua, el sistema de aguas negras, recorrieron la cancha.
Eran muy simpáticos y se hicieron amigos nuestros", dice la mujer que resguarda la entrada.
La Torre Confinanzas la ocuparon casi 2.000 familias el 17 de septiembre de 2007. Empezaron viviendo en carpas en la planta baja y poco a poco fueron recuperando el espacio. El veredicto del jurado los reconoció por haber creado una comunidad a partir de un edificio abandonado e incompleto.
El edificio es una ciudad vertical en la que conviven 852 familias alrededor de 3.000 personas. Detrás de los cristales rotos se esconden talleres de costura, bodegas, barbería, una cancha deportiva, una plaza y una iglesia cristiana.
"Pensamos en los espacios de convivencia de la comunidad", afirma Danny Henríquez, uno de los coordinadores del edificio. Un fuerte olor a pintura indica que el templo actualmente está en remodelación. "En esto participan los mismos vecinos.
Cada uno de los trabajos que se llevan a cabo en la torre se logra gracias al aporte mensual de 150 bolívares que hace cada familia", agrega Henríquez.
Con el aporte, la Cooperativa de Viviendas Casiques (sic) de Venezuela paga el sueldo a las cuadrillas que conservan el inmueble: mantenimiento, servicios generales, seguridad y sistema de bombeo.
Gladys Flores, secretaria de la cooperativa, recuerda que cuando ocuparon el edificio los servicios no estaban operativos. Hace dos años legalizaron la electricidad, luego de pagar una multa de 76.026,21 bolívares; el agua llega una vez por semana a cada apartamento después de que instalaron un sistema de bombeo.
"Tenemos un proyecto con Corpoelec para instalar un sistema trifásico; eso nos ayudará a que la bomba no falle y a que el agua pueda llegar con más regularidad", señaló Flores.
La mayoría de los que llegan a vivir allí lo hacen gracias a algún conocido, pero el número de apartamentos no varía. Flores explica: "Si alguien nuevo entra es porque otra persona se ha ido. El nuevo habitante debe pagar por las bienhechurías".
Buscando mejorías. En la torre hay que cumplir normas.
Quien no obedece o tiene mala conducta es expulsado. No se permite la música alta pasada la medianoche, ni consumir alcohol en las escaleras. Si se descubre que el responsable de alguna bodega vende un cigarro a un niño, es amonestado. Tampoco se aceptan los gritos.
La torre A tiene ocupados 28 de los 45 pisos y la torre B de 19 pisos está totalmente habitada.
Los edificios no tienen ascensores. Una línea de mototaxis cobra 15 bolívares por la carrera hasta el piso 10 que es lo más alto que pueden subir, gracias al estacionamiento.
Tienen un proyecto para mejorar la fachada y cubrir los bloques que se ven desde el exterior. La oficina de arquitectos se comprometió a apoyarlos, si el plan es aprobado. "Ellos pondrán el conocimiento y nosotros la mano de obra", asegura.
Los ascensores también son prioridad. "El presidente Chávez dijo que inspeccionarían la torre. Enviamos una carta a la Vicepresidencia el pasado 16 de agosto para que lo hagan. Queremos trabajar de la mano con el Gobierno para resolver nuestros problemas", señaló Flores.
Una decisión que despierta polémica
Urban Think Thank propone reorientar la arquitectura hacia fines más sociales.
Según se lee en la página web del grupo, el punto de partida de su investigación es "el fracaso de la arquitectura para definir el urbanismo informal y sus efectos en la ciudad".
En el catálogo llevado a la XIII edición de la Bienal de Arquitectura, los autores Alfredo Brillembourg, Hubert Klumpner y Justin McGuirk sostienen que la Torre Confinanzas es "un símbolo del fracaso del neoliberalismo y de la autopromoción de los pobres. Con sus magníficos defectos, representa una oportunidad para reflexionar de nuevo sobre cómo creamos y promovemos las comunidades urbanas".
Esa definición del proyecto ha originado variadas reacciones en la comunidad de arquitectos, al considerar que promueven y reconocen las invasiones. En el blog http://latorrededavid.
blogspot.com/ se menciona a los arquitectos Ángela Bonadies y Juan José Olavaria, quienes también realizan una investigación que involucra a la Torre Confinanzas, pero con una visión distinta: "Nos centramos en la visualización y discusión de un tema que consideramos no se puede limitar a lo puramente formal o a un discurso exótico sobre la creatividad popular, léase pobreza, en la que además se repiten esquemas verticales de poder y sumisión. Y la distancia ética de la que hablaba Serge Daney: si no podemos hacer algo para mejorar la situación de las personas, enfoquemos el problema para que sea visible y se discuta".
En el blog publican una carta del arquitecto Jimmy Alcock en la que lamenta que Alfredo Brillembourg "justifique y a la vez promueva internacionalmente las invasiones que están continuamente ejecutándose en Venezuela y llevándola a bienales internacionales".
Durante la Bienal de Venecia, el colectivo Urban Think Tank generó un debate al reconstruir en los espacios venecianos del Arsenale un restaurante típico venezolano, con venta de arepas y cerveza al son de música de salsa, con materiales pobres y rústicos, reseñó la agencia AFP.
Réplica a la violencia
En abril, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas tomaron los edificios de la Torre Confinanzas, con el alegato de que el sitio estaba vinculado con el secuestro del agregado comercial de Costa Rica en Venezuela, Guillermo Cholele.
"Los medios de comunicación dijeron que éramos violentos, que éramos unos delincuentes. A mí en la prensa me trataron hasta de violador, y eso no es así", sostiene Danny Henríquez, uno de los coordinadores de la torre.
Las ocupantes alegan que allí viven profesionales y estudiantes que no están vinculados a actividades delictivas, y en caso de descubrir que alguien anda en malos pasos es expulsado de la residencia.
Dicen que la imagen mostrada en los medios les trajo consecuencias: "El pastor de la iglesia fue detenido dos veces. Metieron a gente profesional en problemas", dice Henríquez.
El de abril fue el segundo incidente que tuvieron con la policía. Meses antes, unos agentes intentaron desalojarlos y hubo un tiroteo que dejó herido a un niño en el piso 15.
En el edificio recuerdan a los arquitectos como "los alemanes". Gracias a Facebook recibían fotos en tiempo real de la premiación en Venecia.
"Estuvieron viniendo casi durante dos meses. Vieron cómo funcionaban las bombas de agua, el sistema de aguas negras, recorrieron la cancha.
Eran muy simpáticos y se hicieron amigos nuestros", dice la mujer que resguarda la entrada.
La Torre Confinanzas la ocuparon casi 2.000 familias el 17 de septiembre de 2007. Empezaron viviendo en carpas en la planta baja y poco a poco fueron recuperando el espacio. El veredicto del jurado los reconoció por haber creado una comunidad a partir de un edificio abandonado e incompleto.
El edificio es una ciudad vertical en la que conviven 852 familias alrededor de 3.000 personas. Detrás de los cristales rotos se esconden talleres de costura, bodegas, barbería, una cancha deportiva, una plaza y una iglesia cristiana.
"Pensamos en los espacios de convivencia de la comunidad", afirma Danny Henríquez, uno de los coordinadores del edificio. Un fuerte olor a pintura indica que el templo actualmente está en remodelación. "En esto participan los mismos vecinos.
Cada uno de los trabajos que se llevan a cabo en la torre se logra gracias al aporte mensual de 150 bolívares que hace cada familia", agrega Henríquez.
Con el aporte, la Cooperativa de Viviendas Casiques (sic) de Venezuela paga el sueldo a las cuadrillas que conservan el inmueble: mantenimiento, servicios generales, seguridad y sistema de bombeo.
Gladys Flores, secretaria de la cooperativa, recuerda que cuando ocuparon el edificio los servicios no estaban operativos. Hace dos años legalizaron la electricidad, luego de pagar una multa de 76.026,21 bolívares; el agua llega una vez por semana a cada apartamento después de que instalaron un sistema de bombeo.
"Tenemos un proyecto con Corpoelec para instalar un sistema trifásico; eso nos ayudará a que la bomba no falle y a que el agua pueda llegar con más regularidad", señaló Flores.
La mayoría de los que llegan a vivir allí lo hacen gracias a algún conocido, pero el número de apartamentos no varía. Flores explica: "Si alguien nuevo entra es porque otra persona se ha ido. El nuevo habitante debe pagar por las bienhechurías".
Buscando mejorías. En la torre hay que cumplir normas.
Quien no obedece o tiene mala conducta es expulsado. No se permite la música alta pasada la medianoche, ni consumir alcohol en las escaleras. Si se descubre que el responsable de alguna bodega vende un cigarro a un niño, es amonestado. Tampoco se aceptan los gritos.
La torre A tiene ocupados 28 de los 45 pisos y la torre B de 19 pisos está totalmente habitada.
Los edificios no tienen ascensores. Una línea de mototaxis cobra 15 bolívares por la carrera hasta el piso 10 que es lo más alto que pueden subir, gracias al estacionamiento.
Tienen un proyecto para mejorar la fachada y cubrir los bloques que se ven desde el exterior. La oficina de arquitectos se comprometió a apoyarlos, si el plan es aprobado. "Ellos pondrán el conocimiento y nosotros la mano de obra", asegura.
Los ascensores también son prioridad. "El presidente Chávez dijo que inspeccionarían la torre. Enviamos una carta a la Vicepresidencia el pasado 16 de agosto para que lo hagan. Queremos trabajar de la mano con el Gobierno para resolver nuestros problemas", señaló Flores.
Una decisión que despierta polémica
Urban Think Thank propone reorientar la arquitectura hacia fines más sociales.
Según se lee en la página web del grupo, el punto de partida de su investigación es "el fracaso de la arquitectura para definir el urbanismo informal y sus efectos en la ciudad".
En el catálogo llevado a la XIII edición de la Bienal de Arquitectura, los autores Alfredo Brillembourg, Hubert Klumpner y Justin McGuirk sostienen que la Torre Confinanzas es "un símbolo del fracaso del neoliberalismo y de la autopromoción de los pobres. Con sus magníficos defectos, representa una oportunidad para reflexionar de nuevo sobre cómo creamos y promovemos las comunidades urbanas".
Esa definición del proyecto ha originado variadas reacciones en la comunidad de arquitectos, al considerar que promueven y reconocen las invasiones. En el blog http://latorrededavid.
blogspot.com/ se menciona a los arquitectos Ángela Bonadies y Juan José Olavaria, quienes también realizan una investigación que involucra a la Torre Confinanzas, pero con una visión distinta: "Nos centramos en la visualización y discusión de un tema que consideramos no se puede limitar a lo puramente formal o a un discurso exótico sobre la creatividad popular, léase pobreza, en la que además se repiten esquemas verticales de poder y sumisión. Y la distancia ética de la que hablaba Serge Daney: si no podemos hacer algo para mejorar la situación de las personas, enfoquemos el problema para que sea visible y se discuta".
En el blog publican una carta del arquitecto Jimmy Alcock en la que lamenta que Alfredo Brillembourg "justifique y a la vez promueva internacionalmente las invasiones que están continuamente ejecutándose en Venezuela y llevándola a bienales internacionales".
Durante la Bienal de Venecia, el colectivo Urban Think Tank generó un debate al reconstruir en los espacios venecianos del Arsenale un restaurante típico venezolano, con venta de arepas y cerveza al son de música de salsa, con materiales pobres y rústicos, reseñó la agencia AFP.
Réplica a la violencia
En abril, funcionarios del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas tomaron los edificios de la Torre Confinanzas, con el alegato de que el sitio estaba vinculado con el secuestro del agregado comercial de Costa Rica en Venezuela, Guillermo Cholele.
"Los medios de comunicación dijeron que éramos violentos, que éramos unos delincuentes. A mí en la prensa me trataron hasta de violador, y eso no es así", sostiene Danny Henríquez, uno de los coordinadores de la torre.
Las ocupantes alegan que allí viven profesionales y estudiantes que no están vinculados a actividades delictivas, y en caso de descubrir que alguien anda en malos pasos es expulsado de la residencia.
Dicen que la imagen mostrada en los medios les trajo consecuencias: "El pastor de la iglesia fue detenido dos veces. Metieron a gente profesional en problemas", dice Henríquez.
El de abril fue el segundo incidente que tuvieron con la policía. Meses antes, unos agentes intentaron desalojarlos y hubo un tiroteo que dejó herido a un niño en el piso 15.
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