14 septiembre 2012
Escándalo de video estremece comicios en Venezuela
El empresario Wilmer Ruperti, conocido por sus negocios con el gobierno en el área petrolera. (Foto )
DPA
El escándalo político provocado por un video en el que aparece un diputado opositor recibiendo dinero de un empresario causó un terremoto en la campaña del candidato Henrique Capriles Radonski, cuando faltan tres semanas para las elecciones presidenciales en Venezuela.
Capriles actuó rápidamente expulsando al legislador Juan Carlos Caldera de sus filas por la acusación de soborno, pero enfrenta una ofensiva del oficialismo para tratar de vincularlo con el dinero "ilegal" del que se habla después del video.
El video fue divulgado el jueves por legisladores oficialistas en un intento por vincular a Caldera con Capriles, pues el diutado era representante de la opción opositora en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y candidato del partido Primero Justicia (PJ) de Capriles a la alcaldía metropolitana de Sucre.
Caldera admitió que recibió el dinero (unos 9.300 dólares) del empresario Wilmer Ruperti, conocido por sus negocios con el gobierno en el área petrolera, con la idea de financiar su campaña para Sucre, ante las elecciones locales de abril de 2013.
El diputado declaró haber sido "ingenuo" por lo ocurrido e insistió en que el dinero era para su campaña y no era para cubrir gastos de Capriles, quien enfrenta la poderosa opción por una segunda reelección del presidente Hugo Chávez con recorridos por los pueblos y masivas concentraciones.
El presidente de la Asamblea Nacional (Congreso), Diosdado Cabello, advirtió que el ente legislativo hará una investigación sobre el dinero "ilegal" que recibió Caldera, afirmando que la "corrupción" es la forma de operar de la oposición.
"El modus operandi que practica la oposición es el matraqueo (extorsión), el cobro de peaje, de coimas de empresarios. Es la forma de financiar la campaña del candidato de la burguesía", dijo al canal oficial Venezolana de Televisión.
Cabello sugirió que aunque Caldera declaró que el dinero era para la campaña por la alcaldía de Sucre, "esa plata que recibió era para la campaña de él (Capriles)".
"Caldera no estaba solo, sino bajo la coordinación de su jefe. Eso es un hecho delictivo de una organización política que tiene un jefe que se llama (diputado) Julio Borges y un candidato presidencial (Capriles) que es de ese partido", recalcó. "No es cualquier militante, es de peso en Primero Justicia", añadió.
A la vez, el vicepresidente, Elias Jaua, dijo que Capriles "debe explicarle al país cuáles son sus financistas".
"El país debe exigirle al candidato Capriles cuáles son las fuentes de financiamiento de su campaña y por qué recibe dinero ilegal que no registran ante el CNE", indicó.
Capriles continuó hoy su actividad proselitista con una visita a la región occidental de Lara, desde donde pidió a sus seguidores no perder el tiempo en los "ataques" de un gobierno que lleva casi 14 años en el poder y quiere seis más.
"El gobierno trata de meternos en su pantano, de descalificarnos, de confundir... Aquí al corrupto lo premian, si este gobierno y su candidato hicieran frente a la corrupción estoy seguro que se quedaría sin ministros porque hace rato tuviera que separarlos de sus cargos", aseveró.
El jefe de campaña de Capriles, Armando Briquet, señaló hoy que desde el comienzo de la campaña sabía "que este proceso no era equilibrado", pues se enfrenta a un gobierno que tiene una "máquina de ventajismo".
"El gobierno tiene una maquinaria con la que pretende perpetuarse en el poder, pero todo eso se va a resolver el 7 de octubre. Al gobierno le decimos que siga gastando el dinero de los venezolanos en hacer esta guerra sucia, siga regalando plata en el exterior en beneficio de su proyecto político, que eso da más razones para votar por Capriles", dijo en una rueda de prensa.
Afirmó que después de casi 14 años el gobierno de Chávez "lo que hace es grabar y perseguir a los opositores porque no quiere que el país está tranquilo".
Capriles está abajo en las encuestas para las elecciones, pero sus recorridos por el país le han permitido recortar la brecha ante Chávez, quien lleva las banderas del socialismo y busca otro mandato de seis años para completar 20 en el poder.
Encuestadoras como GIS XXI le dan a Chávez una ventaja de 56 por ciento contra 39 de Capriles; Datanálisis tiene 46 contra 34 y Consultores 21 indica que Capriles está adelante con una estrecha ventaja de 47,7 contra 45,9 de Chávez.
Los kamikazes del régimen
RICARDO GIL OTAIZA | EL UNIVERSAL
viernes 14 de septiembre de 2012 12:00 AM
Todo sorprende en este país, incluso la audacia de mucha gente. Entiendo que los promotores de la campaña del candidato-presidente echen mano de cualquier frase o expresión para exaltar sus pretendidas fortalezas, sus supuestos logros en estos trece años de gobierno, su continuo perorar sobre lo que tiene pensado realizar, pero que nunca hace; en fin: de su eterna promesa de un país mejor que no aparece por ningún lado. Eso forma parte del denominado mercadeo de la imagen, y se "comprende". El papel aguanta todo, pues. Pero leer en las paredes expresiones como "Chávez forever" ("Chávez por siempre", o "para siempre", como sería mejor traducir) es pedirle demasiado al entendimiento y a la razón, es agregar la gota que colma al vaso; es tener la triste sensación de que aquí hay personas que de la misa no saben ni la mitad, y pretenden que tranquilitos los otros se lancen por el vacío con una sonrisa de oreja a oreja. ¡Los kamikazes del régimen!
En otro país con gente normal, con políticos normales y con campañas electorales igualmente normales, una expresión como la citada, no sólo sería inaceptable por denotar de inmediato la perpetuidad en el poder (que contraviene la esencia de todo sistema democrático), sino que implicaría la pérdida inmediata del apoyo popular y de la confianza de quien osó irrespetar de tal forma a los electores y a la nación. Ese "para siempre", que resulta musical al relacionarse con viejos y manidos temas (por cierto, llegados del imperio), no es inocente, ni implica tampoco una frase puesta como para llenar un formulismo, sino que tiene hondas implicaciones de orden socio-psicológico estudiadas desde hace tiempo por los especialistas.
Sin más, ese "para siempre", alude a los sentimientos y a las emociones recónditas del ser humano, y toca una atávica fibra conectada por la vía de lo telúrico con nuestro anhelo genésico de querer formar parte de una familia, de un clan, de una tribu, o de un país, y el sentirnos parte y todo de un mismo tiempo histórico. Como seres ávidos de cariño e identificación, los humanos buscamos con afán todo aquello que simbolice la unión con el otro, el estar en contacto, el que nuestros afectos nos acompañen siempre como una especie de maleta afectiva que cargamos desde la juventud hasta la vejez, y no deseamos desprendernos de ella. Los afectos son tatuajes profundamente marcados en nuestra psique individual y colectiva.
Sin embargo, lo que paradójicamente olvidan (o desconocen) los artífices de la campaña del candidato-presidente, es que el "para siempre" sólo funciona como anclaje si existe entre nosotros y ese "otro" (objeto de nuestra atención), una verdadera relación afectiva que nos mantenga atados para toda una eternidad, como en los casos de una sana relación de pareja, de una sólida relación filial padres-hijos, o de una amistad a prueba de misiles. No puede haber, por lo tanto, como se evidencia en el presente caso, una tergiversación emocional que se traduzca en una relación de amor-odio, porque el anclaje termina por bloquearse hasta el punto de surtir un efecto contrario: "la repulsión". Y eso es lo que está sucediendo ahora, en este preciso momento electoral.
Se observa en los electores un cansancio, un hartazgo, una repulsión por la imagen del candidato-presidente (ergo, por lo que representa), rayano en la náusea. El anclaje que existiera entre Chávez y sus "masas" se rompió de manera estrepitosa hasta convertirse en una especie de desazón e incomodidad, sólo verificables entre el "yo" personal (y el colectivo) y el "otro" en casos tan emblemáticos como los abruptos rompimientos producto del desengaño amoroso, o el que ocurre con frecuencia entre padres e hijos (o entre viejos amigos) que se sienten de alguna manera traicionados y desengañados en su fuero interno y exclaman con fuerza: "¡no más!".
El solo hecho de plantearse siquiera la posibilidad de un "para siempre" entre quienes se ha roto los lazos afectivos, es equivalente a aceptar una tortura china, un dolor inexplicable; o sencillamente vivir sin remedio consumidos hasta el final en las llamas de un verdadero infierno personal o colectivo. Es pedirle a la víctima que se abrace con ternura a su victimario. Es pedirle al miembro maltratado, agredido, vilipendiado y humillado de una pareja enferma, que acepte de buenas a primeras las repentinas pretensiones "amatorias" (hasta con corazoncito atravesado y todo) por parte del otro. Es pedirle a toda una nación que se inmole por quien le ha propinado de manera reiterada un terrible sufrimiento, que va más allá de las meras fibras y nervios incluso de la razón y el intelecto , para adentrase en lo inasible, en lo pérfido, en el morbo; en la espantosa sensación de extravío en medio de las tinieblas.
rigil99@hotmail.com
@GilOtaiza
En otro país con gente normal, con políticos normales y con campañas electorales igualmente normales, una expresión como la citada, no sólo sería inaceptable por denotar de inmediato la perpetuidad en el poder (que contraviene la esencia de todo sistema democrático), sino que implicaría la pérdida inmediata del apoyo popular y de la confianza de quien osó irrespetar de tal forma a los electores y a la nación. Ese "para siempre", que resulta musical al relacionarse con viejos y manidos temas (por cierto, llegados del imperio), no es inocente, ni implica tampoco una frase puesta como para llenar un formulismo, sino que tiene hondas implicaciones de orden socio-psicológico estudiadas desde hace tiempo por los especialistas.
Sin más, ese "para siempre", alude a los sentimientos y a las emociones recónditas del ser humano, y toca una atávica fibra conectada por la vía de lo telúrico con nuestro anhelo genésico de querer formar parte de una familia, de un clan, de una tribu, o de un país, y el sentirnos parte y todo de un mismo tiempo histórico. Como seres ávidos de cariño e identificación, los humanos buscamos con afán todo aquello que simbolice la unión con el otro, el estar en contacto, el que nuestros afectos nos acompañen siempre como una especie de maleta afectiva que cargamos desde la juventud hasta la vejez, y no deseamos desprendernos de ella. Los afectos son tatuajes profundamente marcados en nuestra psique individual y colectiva.
Sin embargo, lo que paradójicamente olvidan (o desconocen) los artífices de la campaña del candidato-presidente, es que el "para siempre" sólo funciona como anclaje si existe entre nosotros y ese "otro" (objeto de nuestra atención), una verdadera relación afectiva que nos mantenga atados para toda una eternidad, como en los casos de una sana relación de pareja, de una sólida relación filial padres-hijos, o de una amistad a prueba de misiles. No puede haber, por lo tanto, como se evidencia en el presente caso, una tergiversación emocional que se traduzca en una relación de amor-odio, porque el anclaje termina por bloquearse hasta el punto de surtir un efecto contrario: "la repulsión". Y eso es lo que está sucediendo ahora, en este preciso momento electoral.
Se observa en los electores un cansancio, un hartazgo, una repulsión por la imagen del candidato-presidente (ergo, por lo que representa), rayano en la náusea. El anclaje que existiera entre Chávez y sus "masas" se rompió de manera estrepitosa hasta convertirse en una especie de desazón e incomodidad, sólo verificables entre el "yo" personal (y el colectivo) y el "otro" en casos tan emblemáticos como los abruptos rompimientos producto del desengaño amoroso, o el que ocurre con frecuencia entre padres e hijos (o entre viejos amigos) que se sienten de alguna manera traicionados y desengañados en su fuero interno y exclaman con fuerza: "¡no más!".
El solo hecho de plantearse siquiera la posibilidad de un "para siempre" entre quienes se ha roto los lazos afectivos, es equivalente a aceptar una tortura china, un dolor inexplicable; o sencillamente vivir sin remedio consumidos hasta el final en las llamas de un verdadero infierno personal o colectivo. Es pedirle a la víctima que se abrace con ternura a su victimario. Es pedirle al miembro maltratado, agredido, vilipendiado y humillado de una pareja enferma, que acepte de buenas a primeras las repentinas pretensiones "amatorias" (hasta con corazoncito atravesado y todo) por parte del otro. Es pedirle a toda una nación que se inmole por quien le ha propinado de manera reiterada un terrible sufrimiento, que va más allá de las meras fibras y nervios incluso de la razón y el intelecto , para adentrase en lo inasible, en lo pérfido, en el morbo; en la espantosa sensación de extravío en medio de las tinieblas.
rigil99@hotmail.com
@GilOtaiza
| ||
No hay comentarios:
Publicar un comentario