La Feria del Libro de Guadalajara
MARIANO NAVA CONTRERAS | EL UNIVERSAL
viernes 7 de diciembre de 2012 12:00 AM
Acaba de clausurarse una nueva edición de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, y como todos los años, el éxito ha acompañado las muchas actividades de la que es, ya desde hace tiempo, la feria del libro más importante del mundo hispano. Durante los nueve días que duró la cita, las instalaciones de Expo-Guadalajara recibieron más de 700.000 visitantes, que acudieron a comprar, o solo mirar, los libros llevados por casi 2.000 editoriales de 44 países, expuestos en 34.000 metros cuadrados. Convencida de la importancia de la formación de nuevos lectores para construir un país culto, la Feria también acogió a 257.000 niños, que asistieron a 124 actividades juveniles e infantiles. Convertida en una de las más importantes citas editoriales del mundo, la FIL fue visitada por más de 20.000 editores y profesionales del libro, así como 256 agentes literarios, que prefieren negociar los derechos de los libros en español en Guadalajara y no en Madrid o Barcelona. Asimismo, la que es quizás la mayor cita cultural de México fue marco de 128 actividades artísticas y musicales, cubiertas por 495 medios con 1.958 representantes acreditados, así como 489 presentaciones de libros, 20 foros académicos y 14 entregas de premios y homenajes, entre ellos el "Premio Nacional de Periodismo Cultural", el "Sor Juana Inés de la Cruz", que este año recibió la chilena Lina Meruane, o el polémico "Premio FIL de Literatura" a Arturo Brice Echenique.
Al igual que algunas ferias del libro en Venezuela, la FIL Guadalajara surge de una iniciativa universitaria. Aun cuando exhibe las más impresionantes estadísticas, no es una feria antigua, sino que nació hace apenas veinticinco años, auspiciada por la Universidad de Guadalajara. Sin embargo, hasta allí las coincidencias con Venezuela. Pronto el comité organizador comprendió la necesidad de convertirse en fundación aparte, que se dedicara permanentemente a la organización y promoción de esta cita cultural. El trabajo de convencer y comprometer a los patrocinantes es arduo y requiere dedicación, pero este año 62 empresas apoyaron a la FIL. También ha sido fundamental el soporte del gobierno local, así como del estado de Jalisco, que han comprendido que la Feria significa una formidable oportunidad para la promoción y el prestigio de la ciudad. Escritores de la talla de Augusto Monterroso, Fernando Savater, Carlos Fuentes, Rubem Fonseca, Alessandro Baricco, Salman Rushdie, Fernando Del Paso, Álvaro Mutis, Carlos Monsiváis, Goran Petrovic, Rafael Cadenas o Fernando Vallejo, a más de Premios Nobel como Tony Morrison, William Golding, José Saramago, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa han sido sus invitados. Todo esto se traduce en un fuerte impacto económico que beneficia enormemente a la ciudad, a través de la creación de empleos directos e indirectos, así como el fortalecimiento de la industria turística y de servicios.
Lo dicho explica un poco el secreto del rápido y exitoso crecimiento que ha experimentado un proyecto cultural como la FIL Guadalajara: un buen equipo organizador a tiempo completo, una empresa privada dispuesta a invertir y un gobierno que facilita y no entorpece las cosas. La FIL es, hoy en día, la primera Feria del Libro de toda América, y la segunda del mundo en términos financieros, solo por detrás de Frankfurt y muy por encima de otras citas latinoamericanas importantísimas y más antiguas como Bogotá o Buenos Aires. Mientras, aquí en Venezuela, ferias universitarias como la FILU de Mérida o FILUC en Valencia hacen malabares para subsistir, y el Gobierno solo apoya a Filven que, aunque en principio hubiera sido una buena iniciativa, hoy no es más que otro instrumento de propaganda política. Tristemente acostumbrado ya a estar a la cola del mundo cultural y artístico de Latinoamérica, al público venezolano no le queda más que esperar mejores tiempos.
marianonava@gmail.com
Al igual que algunas ferias del libro en Venezuela, la FIL Guadalajara surge de una iniciativa universitaria. Aun cuando exhibe las más impresionantes estadísticas, no es una feria antigua, sino que nació hace apenas veinticinco años, auspiciada por la Universidad de Guadalajara. Sin embargo, hasta allí las coincidencias con Venezuela. Pronto el comité organizador comprendió la necesidad de convertirse en fundación aparte, que se dedicara permanentemente a la organización y promoción de esta cita cultural. El trabajo de convencer y comprometer a los patrocinantes es arduo y requiere dedicación, pero este año 62 empresas apoyaron a la FIL. También ha sido fundamental el soporte del gobierno local, así como del estado de Jalisco, que han comprendido que la Feria significa una formidable oportunidad para la promoción y el prestigio de la ciudad. Escritores de la talla de Augusto Monterroso, Fernando Savater, Carlos Fuentes, Rubem Fonseca, Alessandro Baricco, Salman Rushdie, Fernando Del Paso, Álvaro Mutis, Carlos Monsiváis, Goran Petrovic, Rafael Cadenas o Fernando Vallejo, a más de Premios Nobel como Tony Morrison, William Golding, José Saramago, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa han sido sus invitados. Todo esto se traduce en un fuerte impacto económico que beneficia enormemente a la ciudad, a través de la creación de empleos directos e indirectos, así como el fortalecimiento de la industria turística y de servicios.
Lo dicho explica un poco el secreto del rápido y exitoso crecimiento que ha experimentado un proyecto cultural como la FIL Guadalajara: un buen equipo organizador a tiempo completo, una empresa privada dispuesta a invertir y un gobierno que facilita y no entorpece las cosas. La FIL es, hoy en día, la primera Feria del Libro de toda América, y la segunda del mundo en términos financieros, solo por detrás de Frankfurt y muy por encima de otras citas latinoamericanas importantísimas y más antiguas como Bogotá o Buenos Aires. Mientras, aquí en Venezuela, ferias universitarias como la FILU de Mérida o FILUC en Valencia hacen malabares para subsistir, y el Gobierno solo apoya a Filven que, aunque en principio hubiera sido una buena iniciativa, hoy no es más que otro instrumento de propaganda política. Tristemente acostumbrado ya a estar a la cola del mundo cultural y artístico de Latinoamérica, al público venezolano no le queda más que esperar mejores tiempos.
marianonava@gmail.com
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