Razón del nombre del blog

Razón del nombre del blog
El por qué del título de este blog . Según Gregorio Magno, San Benito se encontraba cada año con su hermana Escolástica. Al caer la noche, volvía a su monasterio. Esta vez, su hermana insistió en que se quedara con ella,y él se negó. Ella oró con lágrimas, y Dios la escuchó. Se desató un aguacero tan violento que nadie pudo salir afuera. A regañadientes, Benito se quedó. Asi la mujer fue más poderosa que el varón, ya que, "Dios es amor" (1Juan 4,16),y pudo más porque amó más” (Lucas 7,47).San Benito y Santa Escolástica cenando en el momento que se da el milagro que narra el Papa Gregorio Magno. Fresco en el Monasterio "Santo Speco" en Subiaco" (Italia)

viernes, 14 de diciembre de 2012

Entrevista de Igor Molina a Leopoldo Castillo "El conductor del programa Aló Ciudadano se define como una persona preocupada por la situación del país, sin considerarse un político. Tampoco acepta que lo califiquen de contrarrevolucionario"

Aló ciudadano es un programa de televisión venezolano conducido por Leopoldo Castillo, Sheina Chang, Pedro Pablo Peñaloza y María Alejandra Trujillo. Se emite de lunes a viernes de 5.00 p.m. a 8:00 p.m. hora de Venezuela (2130-0030 GMT). Se estrenó el 27 de septiembre de 2002 por el canal Globovisión. Se trata de un espacio en donde se discuten temas de actualidad, y se le da la posibilidad a los televidentes de dar su opinión comunicándose por teléfono al programa. También se puede participar por medio del teléfono móvil, ya que todos los días se realiza una encuesta que se puede contestar enviando un mensaje de texto.

Hugo Chávez y sus partidarios han acusado de forma reiterada a Aló Ciudadano de emitir propaganda férrea en contra de su gobierno, incluyendo entre otros, llamados a violencia subliminal y al magnicidio después de la finalización de la concesión de Radio Caracas Televisión en 2007.1 También se puede destacar la desproporción abrumadora entre el número de invitados al programa, que en su gran mayoría están en contra de las políticas de Chávez.
Leopoldo Matacuras Castillo

Leopoldo Castillo nació en Maracaibo, estado Zulia. .
Leopoldo Castillo: “El apodo de ‘matacuras’ es un invento del G-2 cubano”
IGOR MOLINA


CARACAS.- Sería divertido si no fuera, a la vez, trágico. La noche en que acudí a Globovisión -
una quinta cercada por un muro que ríete del muro de Berlín- para entrevistar al archifamoso 
Leopoldo Castillo, la sede del canal de noticias estaba en ebullición. La estrella de Aló Ciudadano 
tenía congestionado el rostro, el corazón desbocado, el habla de un profeta iracundo, increpando 
directamente al presidente Hugo Chávez con el puño agarrotado.

La recepcionista del canal estaba boquiabierta. “Nunca lo he visto así”, exclamaba, mientras 
por la puerta salían los narradores de noticias con cajas de volantes a favor de Radio Caracas 
Televisión. El clima era de guerra. El ambiente de un cuartel en emergencia. Todos allí creían 
estar viviendo los primeros momentos de una batalla definitiva. Por la puerta salió David Pérez 
Hansen, el joven periodista de Rctv que acababa de ser entrevistado en Aló Ciudadano.

Pero la calle estaba tranquila. Dentro, era como estar en otro país. Globovisión, con él, su 
estrella máxima, Leopoldo Castillo, vivía “su” guerra.

Efectivamente, estaba irascible. La razón de tamaña furia me la confesó Pérez Hansen cuando 
me acercó en su carro hasta una parada de taxis. “Yo estaba en el estudio cuando bajó 
Alberto Federico Ravell y le ordenó al ciudadano: ‘Dale candela a Chávez. Plomo parejo. 
Sin contemplaciones”.

La voz del amo
-Eres usualmente divertido en tu programa. Tienes el génesis. Enamoras a la cámara, 
juegas con los silencios, captas la atención, eres teatral, igual que Mario Silva en 
La Hojilla. Pero acabas de perder todo eso por el encendido sermón que diste contra 
Chávez. No eres un periodista. Eres un dirigente político.
-Yo diría que soy un ciudadano indignado, atribulado y francamente preocupado por lo que 
pasa en el país.

-Pero esa preocupación que tenías en la cara no era tuya. Te la ordenó Alberto 
Federico Ravell. Así me lo contó Pérez Hansen.
- La historia verdadera es la siguiente. Vi a Juan Eleazar Fígallo que leía un comunicado
de la Cancillería defendiendo a La Hojilla..

-A la libertad de expresión...
- No, no. Me pregunté la razón del comunicado. Aparentemente respondía a la acusación
estadounidense de que Venezuela difundía información confidencial y atentaba contra la
seguridad de funcionarios norteamericanos a raíz de comentarios hechos en La Hojilla.
Supe que la razón era otra. Que el embajador Bernardo Álvarez había publicado en The
New York Times un artículo con información que ha debido ofrecer en privado al Departamento
de Estado. Me consiguieron el artículo y me aislé para leerlo atentamente.

-Puro periodismo.
-Claro. Acción. Reacción. Leí el artículo y dije: “¡Coño!”. A eso se sumaron los cierres por el
Seniat de Regional, Polar, Cargill y Alfonso Rivas, la ley de Alistamiento Militar, la primera
página de El Mundo de que si vas a cambiar una vivienda necesitas el permiso del Ministerio
de Hábitat y las amenazas de Chávez de nacionalizar la banca y Sidor. Le dije a Alberto
Federico: “Le voy a dar un coñazo”.

-Pérez Hansen me dijo lo contrario. Que Ravell te había ordenado: “Dale candela” 
y tu obedeciste.
- Pérez Hansen no dijo mentira. Yo le pedí a Ravell que consultara.

-¿Qué consultara con quién?
-Con el Departamento de Prensa, con los directivos del canal.

-¿Él necesita consultarlos?
-Le dije: No me la calo más. Ravell consultó y volvió al estudio para autorizarme, que fue
lo que Pérez Hansen vio.

-“Le voy a dar un coñazo al Presidente”. ¿Así habla un periodista? Un periodista 
no toma partido, refleja lo que ve.
- Lo que siente el país es eso: No me la calo más. Otra cosa sería autocensura.

-Insisto: eres un político...
-No lo soy. La política ha pasado a ser un plato de todos los días y que yo la comente no
me convierte en político. Mi programa es de información y opinión. Soy alguien que da opinión
sobre los hechos. Lo que pasa es que yo generalmente no doy opinión. Lo que viste fue
el colofón de una serie de hechos en la semana que terminó.

-Te vimos con un lacito negro en la solapa. Era contradictorio. Tu hablabas de la 
muerte de la libertad de expresión mientras decías lo que querías a millones de 
venezolanos. La libertad de expresión puede estar muerta o puede estar viva, pero 
no puede estar muerta y viva a la vez.
-El negro no siempre significa muerte. Puede ser luto.

-El luto se lleva por alguien muerto. Nadie lleva luto por alguien vivo.
-También puede ser un recuerdo.

-Se recuerda lo que desapareció. ¿Cuándo desapareció la libertad de expresión 
en Venezuela?
-Está desapareciendo. Aquí no hay libertad plena de expresión. No hay libertad de acceder
a las fuentes informativas.

-Eres el vocero del partido contrarrevolucionario...
-No puedo ser contrarrevolucionario porque aquí no estamos en un proceso revolucionario.
Ahora, si tu tesis es que aquí hay una revolución, entonces seré contrarrevolucionario.
Pura dialéctica.

-¿Es dialéctica que te apoden “El matacuras”? (Silencio en el estudio de Aló Ciudadano.
Traga grueso, incómodo).
- Habrá gente a la que tú le gustas. Y otras a las que no.

-¿Porqué tantos rodeos para hablar de la verdad? ¿Es cierto que fuiste el infidente 
para que los escuadrones de la muerte salvadoreños asesinaran a los jesuitas, a las 
monjas norteamericanas, a monseñor Arnulfo Romero?
- Yo no estaba en El Salvador cuando mataron a Monseñor Romero en marzo de 1980. Yo
llegué de embajador a El Salvador en 1981. El apodo de “matacuras” me lo puso el G-2
cubano a raíz de mis ataques contra la izquierda en el programa que tenía en Venevisión
por aquellos años.

-¿Por qué no demandas a Mario Silva, quien te llama así todas las noches en La Hojilla?
-Porque no creo en los tribunales de justicia. En los que tú sí crees.

-¿Yo? No me atribuyas lo que yo no he dicho.

(Por los cintillos de Aló ciudadano corren estos mensajes: “Se nos fue el porvenir”. “Cada
semana que pasa es más triste que la anterior”).

-¿Tu día más feliz será cuando caiga Chávez?
-He tenido muchos días felices. No soy un amargado.

-Eres experto para no contestar.
- Soy pura objetividad.

De perfil
Leopoldo Castillo, “el ciudadano”, ha sido militante de Copei, embajador, analista político y,
desde hace cinco años su rostro es visto tarde a tarde en las pantallas de Globovisión con
el programa Aló Ciudadano.

A mediados del año 2004 fue publicado en Reuters que una investigación realizada por el
Congreso de los Estados Unidos lo vinculaba con la muerte de monseñor Arnulfo Romero
y otros sacerdotes jesuitas de El Salvador.

Se le vincula en este episodio de la historia durante su gestión como embajador de Venezuela
en el país centroamericano.

Aunque ahora se le reconoce como un polémico hombre de medios, no siempre estuvo
vinculado a esta área. También fue director ejecutivo de la Federación de Cámaras Privadas
y Asociaciones de Comercio y Producción de Venezuela (Fedecámaras).

En definitiva es un personaje ante el cual no hay medias tintas: desde ambos extremos
de las tendencias políticas actuales o se le ama o se le odia.

Concesión, un hecho gracioso del príncipe
Leopoldo Castillo está de acuerdo, lógicamente, con que un gobierno tiene el derecho a
no renovar la concesión a un canal de televisión como Rctv, y con que ninguna concesión es
automáticamente eterna.

“Concesión significa un hecho gracioso -una gracia, un favor, un honor- del príncipe”, según
la terminología de Nicolás Maquiavelo, recuerda El ciudadano.

“La concesión es un contrato de arrendamiento que se rige por el precepto latino del ‘tácito
reconductio’. ¿Qué quiero decir? Que si no tienes queja de los vecinos, que si no tengo nada
contra ti, si no has faltado a tus deberes, te prorrogo inevitablemente el arrendamiento. ¿Cuándo
entabló querella el gobierno de Chávez contra Rctv por haber faltado a sus deberes, cuándo la
acusó de algún ilícito -más allá de lo político- en que hubiese incurrido el canal? Nunca”.

“Entonces viene el 28 de diciembre pasado y anuncia que no habrá más concesión, que el
canal es golpista. ¿A cinco meses de la expiración de la concesión? Eso es jugar sucio”.

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