Alfonso Betancourt
|| Desde el Meridiano 68
Los laureles de la lisonja
La historia de nuestra Cuarta República, es una historia de la lisonja para los prohombres del poder. A falta de mecanismos efectiva y verdaderamente democráticos donde se diluyen sin efectos perjudiciales las loas o el incienso porque la opinión pública está al acecho de sus gobernantes y éstos respondiendo en rendimiento a sus gobernados para ser honestos y consecuentes con los compromisos adquiridos en las justas electorales, entre nosotros se fue estableciendo algo así como un culto a la personalidad que liberó al gobernante de sus obligaciones para quienes lo impulsaron a las máximas posiciones de mando.
En endiosamiento fue una forma de separarlo de los deberes para toda la nación para sólo favorecerse él y sus más allegados. Se fueron creando de esta manera como cortes palaciegas de privilegiados que en la lisonja sin medida al caudillo de turno, en función de poder, les abría los caminos de la riqueza con posición social y política, en tanto él, el caudillo, se convertía en una sombra de frustración para la mayoría de sus gobernados.
Trágica historia que fue escenario, fundamentalmente en el siglo pasado, de hechos a veces increíbles pero con repercusiones en el siglo que vivimos, así en dictaduras como en democracias, pues éstas, en nuestro medio, no se han desembarazado, todavía, de muchas aberraciones que hicieron del caudillismo afrenta ignominiosa de nuestro destino histórico.Si a ver vamos, tanta gloria ceñida inmerecidamente, más perjudicial que beneficiosa nos ha sido. Son los laureles de la lisonja que están muy lejos de los verdaderamente meritorios a que se hicieron acreedores escasísimos personajes que lucharon en los campos de batalla por darnos la Independencia. Y aquí cabría la pregunta: ¿qué mejoró la República con tantas reputaciones consagradas y nulidades engreídas, como dijera Romero García en frase lapidaria?
De la tercera edición de “Guía histórica de Venezuela”, de A. Arellano Moreno, tomamos “Títulos y distinciones” que ilustran los comentarios de este artículo.
Al General José Antonio Páez - Ciudadano Esclarecido - El León de Payara - Buen Ciudadano - Fundador de la República - Sostenedor del Poder Civil - Ilustre Prócer de la Independencia Suramericana - Padre de Venezuela - Salvador de Venezuela - Primer Ciudadano de Venezuela - Centauro de Venezuela Al General José Tadeo Monagas - Sol de Oriente - Regenerador de la Patria - Benemérito - Ilustre Prócer de la Independencia Suramericana - Defensor de las Libertades Públicas. Al General José Gregorio Monagas - Primera Lanza de Oriente - Libertador de los Esclavos
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