La Divina Pastora (también
conocida como Divina Pastora
de las Almas, Madre Divina
Pastora o Madre del Buen Pastor)
es una advocación mariana
que representa a la
Bienaventurada Virgen María
como la pastora celestial
viernes 14 de enero de 2011
Homilía en cierre de Feria de la Divina Pastora 14/01/06
Nuestro querido Cardenal Castillo Lara tenia mucha razón.
Homilía en cierre de Feria de la Divina Pastora
Rosalio José Cardinal Castillo Lara, S.D.B. †
Barquisimeto, 14 de enero de 2006
Hoy, no solo Barquisimeto y el estado Lara, sino toda Venezuela se ha hecho presente en esta millonaria manifestación de amor y devoción a la Divina Pastora de Santa Rosa.
Hace 270 años que la Divina Providencia, en sus misteriosos planes, quiso cambiar la estatua de la Inmaculada Concepción que había sido encargada a España por otra de la Divina Pastora que, desde entonces, apacienta amorosamente su grey larense.
La figura del pastor, de honda raigambre bíblica, la escogió Nuestro Señor Jesucristo para describir de modo real e incisivo el cuidado solícito y salvífico que tenía por sus discípulos y seguidores, y que sus colaboradores deberíamos imitar en el cuidado de los fieles cristianos. Jesucristo se define «el Buen Pastor», que conoce a sus ovejas y ellas lo conocen y siguen su voz.
El Buen Pastor lleva sus ovejas a fértiles y abundantes pastizales y, si una se extravía por cañadas oscuras, la busca hasta encontrarla, y, si es necesario, se la carga sobre los hombros hasta llevarla al redil. Está dispuesto a dar la vida por sus ovejas.
El título de pastor bien puede aplicársele a la Santísima Virgen María, por ser Madre del Buen Pastor y por haber recibido, al pie de la cruz, la misión de ser Madre de todos los cristianos.
La Virgen asume esa función pastoril con maternal ternura y gran propiedad.
Bien podemos decir que se desvive por sus ovejas; vela por ellas, las sigue, se interesa por sus necesidades y trata de aliviar sus dolores. La gran popularidad y la gran devoción que la Divina Pastora ha suscitado entre los larenses es una comprobación de los favores que hace continuamente a sus fieles.
Hoy se conmemoran los 150 años de una milagrosa intervención de la Divina Pastora a favor de sus fieles barquisimetanos. En 1856 una terrible epidemia de cólera azotaba cruelmente a los habitantes de esta ciudad. Eran muchos los que caían gravemente enfermos y morían bajo el terrible flagelo, sin que se les pudiera encontrar eficaz remedio, ni se vislumbraba un cercano fin a la epidemia. Ante esa tragedia, el Pbro. José Macario Yépez, muy apreciado por la colectividad, que había construido la iglesia de la Inmaculada Concepción, de la cual era párroco, propició una visita de la Divina Pastora desde el pueblo de Santa Rosa hasta Barquisimeto.
La procesión concluyó en la iglesia de la Concepción, donde se celebró la Sagrada Eucaristía. En la conmovedora homilía, el Padre Yépez se ofreció como víctima propiciatoria para que cesase la epidemia. La Virgen aceptó la ofrenda y la epidemia desapareció. Desde entonces en recuerdo y agradecimiento por el favor especial de la Divina Pastora se realiza la hermosa procesión que, cada año, reúne más devotos y cosecha más gracias recibidas.
La Santísima Virgen, por su función misma de Madre y Pastora, sigue con maternal solicitud a sus fieles devotos, los cuida y defiende, aleja de ellos los peligros y busca su salvación. Este es un momento favorable para pedirle gracias a la Divina Pastora.
Ella está dispuesta a ayudarnos. Cada uno tiene sus problemas personales y estará pensando qué favor pedirle a la Virgen: la curación de un enfermo, la solución de un problema familiar, o cualquier otro. En esta solemne ocasión deseo proponerles que todos juntos le pidamos fervorosamente a la Divina Pastora que salve a Venezuela.
Nos encontramos en una situación de extrema gravedad como muy pocas en nuestra historia.
Un gobierno elegido democráticamente hace siete años ha perdido su rumbo democrático y presenta visos de dictadura, donde todos los poderes están prácticamente en manos de una sola persona que los ejerce arbitraria y despóticamente; no para procurar el mayor bien de la nación, sino para un torcido y anacrónico proyecto político: el de implantar en Venezuela un régimen desastroso como el que Fidel Castro , a costa de tantas vidas humanas y del progreso de su nación, ha impuesto a Cuba.
Los siete años de gobierno ofrecen abundantes muestras de cómo será el futuro de Venezuela si este régimen se perpetúa. Los principios fundamentales de la democracia son ignorados o violados. Los derechos humanos se ven frecuentemente menoscabados. La libertad de expresión es restringida y amenazada con disposiciones legales para lograr la autocensura. La disidencia, apenas tolerada, es, en muchos casos, perseguida. Los tribunales sentencian injusticias en nombre de la ley; hay varias decenas de prisioneros políticos, mientras la delincuencia común aumenta y ofrece un trágico saldo de más de diez mil homicidios por año. La corrupción, —que se había propuesto eliminar radicalmente—, se multiplica ante el silencio y la inactividad complaciente del Contralor General de la República hasta producir varios miles de nuevos ricos millonarios. Al mismo tiempo crece la pobreza, abunda el desempleo, trágica situación que las llamadas Misiones logran apenas disimular. El odio sembrado, tenaz e irresponsablemente, amenaza hacer de los venezolanos entre sí irreconciliables enemigos y lleva la división y enfrentamiento hasta en el seno mismo de las familias.
Para colmo, el Consejo Nacional Electoral, espurio en su origen y fraudulento en su actuación, ha quitado a casi la totalidad de los venezolanos toda confianza en votos y elecciones.
Por otra parte, el altísimo precio del petróleo que permitiría solucionar muchos problemas está siendo utilizado a través de ultra millonarios regalos para obtener de otras naciones una incierta fidelidad política, mientras en Venezuela se siente dolorosamente la falta de intervenciones y trabajos para acondicionar los hospitales desprovistos de lo necesario, de reparar las vías de comunicación, las calles de las ciudades, la construcción de viviendas y centros educativos, etc... Estas breves pinceladas no tienen la intención de ofrecer una exhaustiva información que no encontraría aquí su lugar ni el momento apropiado, sino la de ayudar a tomar conciencia de una gravísima situación que bien puede compararse con la epidemia de peste que hace 150 años motivó la intervención milagrosa de la Divina Pastora.
Ante la triste situación que vivimos y ante el peligro de que, si el pueblo venezolano no toma conciencia de su gravedad y no se pronuncia categóricamente a favor de la democracia y la libertad, nos encontraremos sometidos a una dictadura de tipo marxista, vamos a pedirle, todos unidos, a la Divina Pastora:
«¡Virgen Santísima, que en nuestra historia has manifestado muchas veces tu benevolencia y cariño por este pueblo, te pedimos que no nos abandones en este momento!».
Nuestro Señor Jesucristo ha querido, quizás, darnos una dura lección por nuestras infidelidades, por no haber sabido aprovechar los dones que nos dio de una naturaleza tan fértil y rica, de una población inteligente, trabajadora y generosa, y por no haber ayudado debidamente a los más necesitados y no haber vivido limpiamente nuestra fe cristiana.
Apóyanos, dulce Divina Pastora, a aprender la lección y danos a todos la claridad de la mente para conocer y evitar el peligro, y la fuerza para superar democráticamente este momento difícil. Consíguenos el don de la paz, de la reconciliación, de la conversión y danos la alegría de la recuperada libertad.
Así sea.
Fuentes:
http://www.analitica.com/bitblioteca/castillo_lara/homilia.asp
http://www.globovision.com/news.php?nid=18171
Orígenes de la devoción
Los orígenes de la devoción son imprecisos hasta el siglo XVIII. Existen referencias de la Virgen María vestida de pastora en la vida de San Juan de Dios, San Pedro de Alcántara,1 la venerable María Jesús de Ágreda,2 Santa María de las Cinco Llagas.
Sin embargo, la labor de darla a conocer fue concebida en Sevilla en el año 1703 en la mente de un sacerdote capuchino de gran devoción mariana conocido como fray Isidoro de Sevilla. Este capuchino le encargó un lienzo con tal representación al artista Alonso Miguel de Tovar de la Escuela pictórica sevillana.
La descripción que dio el sacerdote al artista para que realizara la obra es la siguiente: “En el centro y bajo la sombra de un árbol, la Virgen santísima sedente en una peña, irradiando de su rostro divino amor y ternura. La túnica roja, pero cubierto el busto hasta las rodillas, de blanco pellico ceñido a la cintura. Un manto azul, terciado al hombro izquierdo, envolverá el entorno de su cuerpo, y hacia el derecho en las espaldas, llevará el sombrero pastoril y junto a la diestra aparecerá el báculo de su poderío. En la mano izquierda sostendrá al Niño y posará la mano derecha sobre un cordero que se acoge a su regazo. Algunas ovejas rodearán la Virgen, formando su rebaño y todas en sus boquitas llevarán sendas rosas, simbólicas del Ave María con que la veneran...”
El 8 de septiembre de 1703, durante la fiesta de La Natividad de la Virgen, se realiza la primera procesión en que es mostrado el lienzo a la feligresía.
Posteriormente, Francisco Ruiz Gijón, esculpió la primera imagen tamaño natural de la Divina Pastora. Esta imagen es llevada en su primera procesión en octubre de 1705, con gran solemnidad, hasta la iglesia parroquial de Santa Marina, que para el momento constituía la novena sede de la “Primitiva Hermandad del Rebaño de María”.
Propagación de la devoción
A partir de 1705, se comenzó a propagar por todos los territorios del reino de España y América esta advocación mariana. Un papel importante en esto tuvo el Beato Diego José de Cádiz.
Divina Pastora en Lara (Barquisimeto, Venezuela)
La imagen de la Divina Pastora, Patrona del estado Lara, se encuentra en la iglesia de Santa Rosa, pueblo cercano a Barquisimeto. Los larenses la veneran con especial cariño y devoción, regalándole sombreros y trajes de telas preciosas, algunos de ellos encargados a los modistos más afamados del mundo, motivo por el cual muchas personas comentan que no hay mujer en Venezuela. que tenga un vestuario más lujoso que el de la Divina Pastora de Barquisimeto .
El comienzo de la veneración por la Divina Pastora se remonta al año de 1736, fecha en que el párroco de Santa Rosa encargó a un famoso escultor que le hiciera una estatua de la Inmaculada Concepción. No obstante, por una extraña equivocación, en lugar de la Inmaculada, llegó al pueblo la imagen de la Divina Pastora. De inmediato el párroco quiso devolverla, pero por mucho que lo intentaron, no pudieron levantar el cajón donde habían colocado la imagen. A partir de este momento la población interpretó este raro acontecimiento como señal de que la Divina Pastora quería quedarse entre ellos. Posteriormente, durante los sucesos del terremoto de 1812, el templo donde se veneraba la Divina Pastora fue destruido, pero su imagen quedó milagrosamente intacta, hecho que reforzó la creencia de los fieles de Santa Rosa de que la Virgen quería quedarse siempre entre ellos para protegerlos.
Finalmente, a mediados del siglo XIX venezolano tuvo lugar un acontecimiento que contribuiría a la consolidación definitiva de la Divina Pastora como patrona del estado Lara. En 1855, se desató en Venezuela una terrible epidemia de cólera. Muchas familias de Barquisimeto fueron diezmadas por el terrible mal, ante lo cual fueron completamente inútiles medicinas, lamentos y plegarias. Desesperados y como último remedio, los pobladores decidieron sacar en procesión por las calles de Barquisimeto la imagen de la Divina Pastora para implorar su misericordia, especialmente, un sacerdote llamado Macario Yepez, el Párroco de la Iglesia la Concepción, afectado por la enfermedad pidio a la Divina Pastora ser el último que muriera de Cólera, petición que fue concedida, ya que a partir de ese mismo día, cesó la epidemia de cólera. Es por esto que en recuerdo de ese hecho, todos los 14 de enero se traslada, en una procesión multitudinaria y fervorosa, la Divina Pastora a Barquisimeto desde su iglesia de Santa Rosa.
Hoy en día se estima en más de 2 millones y medio, la cantidad de devotos y peregrinos que acuden todos los años procedentes de distintas partes de Venezuela y del mundo para acompañar a la Divina Pastora en su camino desde el poblado de Santa Rosa a la Ciudad de Barquisimeto en el estado Lara, tal multitud de personas reunidas en procesion ha hecho que sea considerada como la segunda procesión multitudinaria de toda latinoamérica y la tercera gran procesión mariana del mundo, después de las realizadas a la Virgen de Guadalupe en México y la de la Virgen de Fátima en Portugal. La Divina Pastora es uno de los iconos religiosos mas importantes y queridos de Venezuela junto a su Patrona La Virgen de Coromoto, Virgen de Chiquinquirá y la Virgen del Valle.
No hay comentarios:
Publicar un comentario