Con la pata quebrá…
¡Valencia entera se volcó a la calle!! gran rebullicio en la Plaza Bolívar. Los valencianos salieron asustados, ¡Llegaron los andinos!!, habían prendido una recamara: un largo mecate que lleva de tanto en tanto una bola de pólvora, con eso rodearon la plaza, y cuando la prendieron tenía el mismo efecto que los cohetes, eran como cohetes terrestres. Se celebraba la derrota del gobierno constitucional de Andrade, que había caído, sin más ruido que el de los cohetes. Desde las empinadas crestas andinas, se habían desprendido las huestes del caudillo Castro. En Tocuyito, fue la refriega mayor; allí el inmortal General Castro, (los militares vagabundos son inmortales, se muere uno y viene el otro, como los Boys Scouts, siempre listos para la tiranía) A Castro, lo habían herido con un tiro en la rodilla; otros dijeron que a Castro, en una tembladera, se le había salido el tiro que le raspó la rotula. Hubo quien discutiera sobre el punto; lo cierto es, que en un catre, lo entraron a Valencia. Entre sábanas ensangrentadas, apenas se veía el rostro cetrino del héroe, llegado a la esquina de Moser, comenzaron los cohetes: ¡¡¡Jisss, pam!!! hendiendo la tarde valenciana... Lo llevaron a la casa de un gran cacao carabobeño, allí se fraguó el gabinete ministerial, es decir los mandones del régimen. El llamado "circulo valenciano", que desde ese momento no abandonó al caudillo andino, se le pegaron como garrapatas centrífugas. Conducido en el ferrocarril, al llegar a Caracas, en Caño Amarillo, frente a la Casa de Crespo, (Donde hoy está el Instituto de Patrimonio), ya la mitad de los acompañantes eran Ministros, Presidentes de Estado, y Jefes de Aduana. Castro antes de ser guerrillero había sido diputado. Vargas Vila, el escritor colombo, lo describe en una forma extraordinaria, veamos:
"Muy joven, Castro fue nombrado Diputado al Congreso Nacional y, llegó a él ignorante como un sármata de Gabinus e impetuoso como el caballo de Atíla. Tuvo la elocuencia de un bárbaro, unida a la audacia de un beduino. En aquel Parlamento, donde aún se conservaban las formas de la vieja austeridad tribunalicia, que Fermín Toro había sabido hacer ilustre con su elocuencia, y Santos Michelena había querido hacer heroica con su martirio, Cipriano Castro, entró como una ráfaga venida de la selva, llena de gritos bárbaros y confusos. Su verbo extraño, lleno de giros salvajes y de figuras desconcertantes, tomadas en plena naturaleza virgen, asombró al Congreso, que creyó loco aquel diputado venido de las sierras, con ese lenguaje rebelde a toda retórica y aquellos gestos que no tenían igual en ninguna mímica. Fue un huracán de hilaridad. Cipriano Castro asesinó la seriedad del Congreso, años antes de asesinar su libertad. …… Merced a él, los trabajos parlamentarios perdieron toda seriedad. Con él se entró en plena jocundia. (risotadas). Se deseaba oírlo para sacudir los pensamientos graves y salir del reinado de las leyes y del lenguaje. Una atmósfera de guachafita lo circundaba: fue un remedio admirable contra la melancolía. Imaginemos un mono, que tuviese en la garganta un papagayo, (léase cotorra) y tendréis una idea de los gestos y del dialecto de Castro en aquella época. Nunca hombre alguno ha obtenido un éxito de ridículo más completo. …"(Googlazo).
La canilla presidencial por fin se curó, pero en Caracas, hubo un temblor, y el Presidente Dictador, cuyo palacio Presidencial era la Casa Amarilla, -hoy despacho de la "lumbrera" del Dr. Maduro-. Del terror tan grande que sintió, se tiró en calzoncillos, desde el balcón del segundo piso; -es posible que fuera el mismo balcón donde habló el español Emparan, cuando renunció- y "le fue aceptada" (la renuncia). ¡Y calamidad para la Patria!, el miembro inferior derecho del Presidente, se le quebró!! El Padre de la parroquia, advertía a sus fieles, que cuando hablaran de la enfermedad del General Presidente, dijeran completo: "que se le fracturó el miembro inferior derecho"; sobre todo las monjas; que no dijeran que se le fracturó "el miembro" porque se podía pensar mal.
Actualmente el Presidente Comandante, sufre artrosis del miembro inferior derecho, (dígase sobre la batata), ¡¡Ojalá mejore!! Salió al Balcón Presidencial, el Buckingham venezolano, acompañado según se usa en ciertos regímenes (Cuba p.e.) de su familia, tres generaciones, listas al bate: Padre (50 años), Hija (50 años), y Nieto ( 50 años), siglo y medio ¡¡Unaguará!!.
Cuando vimos al Comandante presidente, con un par de muletas, nos recordó la figura procera de Franklin D. Roosevelt. Opinamos, que el uso de las muletas, con el chaleco antibalas, quizá le irrite las axilas; sería mejor, la silla de ruedas,- como Roosevelt-, la cual -por su puesto- llevaría la placa nº 1. El que lo acarree, podría ponerse la chaqueta de bandera nacional, el conjunto sería extraordinario: igualito a Bolívar en su carroza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario