En la Venezuela que yo nací, nos inculcaban el respeto por las ideas de los demás, en el colegio y en mi casa me enseñaron a aceptar que otras personas podían hacer cosas que a mí no se me habían ocurrido y que debía aceptar eso, que si quería ser el mejor, era necesario siempre ir un paso más allá, innovar, generar conceptos que rompieran esquemas y cambiaran los paradigmas, que hay muchas formas diferentes de lograr algo y que siempre es posible mejorar lo existente.
También me enseñaron ética y moral, aprendí que mis derechos comienzan donde terminan los de los demás, entendí que si alguien actúa según cánones con los que no estoy de acuerdo, no soy quien para desprestigiarlo públicamente ni hacer mofa de sus acciones, me volví consciente de que la actitud más idónea es la que va acompañada de la ética, porque cuando intentas destruir a un colega mediante actitudes poco profesionales, eres tu quien queda mal.
Actualmente, con dolor, me he dado cuenta que hay muchas personas que han olvidado, o que no conocen, los conceptos éticos que debieron enseñarles en su casa o en la universidad, se dejan llevar por las pasiones, exigen libertad pero usan todas las herramientas a su alcance para acabar la reputación de aquellos que no actúan de la manera que ellos consideran "correcta".
¿Qué tipo de persona es aquella que exige que lo dejen actuar de la forma que desee pero no tolera cuando otro se comporta de diferente manera? ¿Qué clase de ser humano es el que se burla despectivamente de los que piensan diferente? ¿Qué valores éticos y morales puede tener alguien que usa cualquier truco bajo y sucio para destruir a la competencia cuando ve que no tiene herramientas para llegar a su nivel?
Una sociedad cuyos integrantes prefieren poner zancadillas a sus competidores para hacerlos caer, en vez de innovar y ser mejores cada día para sobresalir, es una sociedad que está condenada a ser mediocre, a estar siempre a la sombra de los grandes.
Si las ideas de alguien te parecen incorrectas o consideras que no tiene las aptitudes necesarias para el cargo o labor que desempeña, déjalo quieto, porque por su propia incapacidad caerá solo y tus saldrás fortalecido. Si por el contrario, sientes temor de que te desplace y de que no eres lo suficientemente competente como para llegarle a los tobillos, deberías mejorar tu autoestima, porque lo más probable es que sí tengas las herramientas para superarlo, reinvéntate, rompe esquemas y cambia la forma de hacer las cosas, verás que sí es posible.
Lo que no debes hacer, es perder tu tiempo en estar pendiente de esa persona e intentar "malponerla" y destruirla, eso sólo logrará que tu energía no sea canalizada de la manera correcta y te mantendrás en un continuo estado de involución, justo lo contrario a lo que se quiere, y por el otro lado, con tanto nombrarla, le haces publicidad y la comenzarán a notar personas que, de otra forma, nunca se hubieran enterado de su existencia.
Vamos a crear en vez de destruir, el cambio que necesita nuestro país comienza por cada uno de nosotros, es el momento.
Twitter: @Indiferencia
evasquez@twittoriente.com
Guiar la cruzada por un desarrollo integral, sustentable y compartido
Lara, fue otrora región de convivencia y negociación para el diseño de políticas públicas. Barquisimeto, ocupó el tercer lugar, en los ochenta y noventa, entre las mejores ciudades para invertir. Nuestro clima de armonía social apuntaló la solución de conflictos y la interacción.
Una sociedad civil activa y productiva planeó asambleas, foros y pactos que ayudaron a definir prioridades. Orientaron los presupuestos locales. Nutrieron los programas de gobierno. ¡Fudeco, jugó papel principal! El discurso político se elevó exponencialmente.
Hoy, cabalga la apatía en un territorio de intrascendencias. ¡Nubarrones triviales invalidan el futuro! La pugna por baratijas acapara el discurso del gobierno. La ambición constriñó oportunidad. La descentralización liquidada castró la iniciativa y envión regional.
Saludo, como oportuno y trascendente, el editorial del diario El Impulso. ¡Llama a reflexión... es un clarín de sinfonía exhortante! "Junto a este panorama, hay una sociedad que observa inerte, petrificada y lo peor disgregada, desarticulada, temerosa". Miles de ojos perplejos miran a diario el lúgubre cementerio de obras y bolívares. ¡Insolvencia política y gerencial! Yacambú; Ruezga; trolebús; zonas industriales; ruina en avenida 20; Mercabar; terminal de pasajeros; ferrocarril. Estatuas alegóricas a la desidia.
La sociedad civil debe dar un paso al frente, como lo reclama El Impulso. "Que se unan para asumir la defensa de los intereses colectivos". Guiar la cruzada por un desarrollo integral, sustentable y compartido.
Hubo ayer y hay ahora grandes reservas morales y liderazgos. Están allí, para ir al encuentro del aliento ineludible. Como la frase de Shakespeare, los larenses "Estamos hechos de la misma madera de nuestros sueños". Volveremos con el tema.
efecepe2010@gmail.com
Los niveles de victimización por uso de armas en el país es alarmante
El pasado 13 de mayo fue formalmente juramentada la Comisión Presidencial para el Control de Armas, Municiones y Desarme. Esta instancia es liderada por el ministro Tarek El Aissami e integrada por representantes del alto gobierno, diversos poderes públicos, académicos, activistas de derechos humanos y otros sectores organizados de la sociedad. Con las palabras que titulan este ar-tículo, el presidente Chávez celebró la constitución de la comisión, cuyo mandato expreso se orienta a atender una de las dimensiones más crudas y complejas de la violencia que nos afecta: el uso de las armas.
Todos los estudios existentes en el país indican contundentemente que estamos siendo carcomidos por una violencia donde la presencia de armas de fuego es la constante. La Encuesta Nacional de Victimización y Percepción de Seguridad Ciudadana (INE 2010) indicó que en el período junio 2008-junio 2009, 79,48% de los homicidios fueron cometidos con armas de fuego. En el año 2010, 94% de los homicidios registrados por el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (CICPC) ocurrieron bajo la misma modalidad. Estas cifras no pueden menos que generar alarma y un llamado a tomar conciencia de la situación que enfrentamos, especialmente si le agregamos el hecho de que la juventud es la que está inmersa más duramente en este flagelo: 44% de las víctimas se ubican entre los 25 y 44 años de edad, mientras que el 70% de los victimarios también son jóvenes.
Si bien este fenómeno no es exclusivo de Venezuela y representa un desafío en toda la región, no es menos cierto que los niveles de victimización por uso de armas en el país es alarmante y por ello la absoluta pertinencia de esta iniciativa que busca sumar voluntades políticas, capacidades técnico-científicas y aportes desde una perspectiva amplia y plural con todos los sectores, para que podamos salir del atolladero de la violencia.
La comisión contará con una Secretaría Técnica, que he sido honrado en presidir, desde la cual iremos articulando en un gran plan de trabajo todas las dimensiones de la tarea encomendada, a saber: elaboración de una gran consulta nacional para identificar propuestas y aportes vinculados con el control de armas y la reducción de la violencia; realización de campañas masivas en pro del desarme y la generación de una cultura de paz y convivencia; desarrollo de investigaciones de diversas índoles que nos permitan comprender, con basamento científico, las distintas dimensiones del problema en la sociedad; y finalmente, definición de medidas a corto plazo para que sean aplicadas por los órganos correspondientes del poder público, en aras de reducir significativamente la presencia de armas en las calles.
Veinte personas por sí solas no producirán el "milagro" de la reducción de la violencia en el país. Lograrlo es tarea de cada habitante en esta tierra de gracia. Pero la Comisión hará su mayor y mejor esfuerzo para generar condiciones que permitan avanzar participativamente hacia soluciones del problema, entendiendo que el desarme no puede ser potestativo. En un país violento como el nuestro, se convierte hoy en un imperativo.
pabloefb@yahoo.com
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