Ese tirano es mío
ALEXANDER CAMBERO
| EL UNIVERSAL
miércoles 7 de septiembre de 2011 11:29 AM
El régimen venezolano desarrolla
una enfermiza predilección por los autócratas. Les encanta coquetear con
las fábulas de todo aquel que levanta la espada para adulterar las
expectativas de sus afligidos pueblos. Su amplio abanico de opciones las
encabezan las feroces dictaduras africanas, con mandatarios que viven
en la prehistoria asesinando ciudadanos como si se tratase de cazar
antílopes; allá no existe la cohabitación que nace de elecciones libres,
la opción que tienen es morir por la malaria o sacudidos por una
bestial paliza con fractura de cráneo incluida; esos tiranos estarán en
el poder hasta que la biología se encargue de ubicarlos en su lugar.
Mueren torcidos por su ambición de seguir medrando hasta que dejan de
inhalar el último aliento. Los disfrazan con pomposos uniformes en donde
se nota sobre sus pechos una gran cantidad de medallas de honor; solo
que los gusanos hacen caso omiso al resplandor del dorado metal y van
directamente a succionar lo poco que vale la pena.
Sobre el olimpo reluciente del chavismo están aquellos que vienen del universo del socialismo. Mientras más atroces sean sus hechos, mayor será el nivel de veneración que recibirá de parte de los espíritus impertinentes bolivarianos; las flores no quedarán mustias al paso de las horas, tampoco escatiman con el incienso que impregna todo el ambiente. Son sus héroes despampanantes los que roban el corazón de revolucionarios de pacotilla, expertos en tomar los dineros del pueblo para disfrutárselos como cualquier yupi capitalista.
Ahora sufren por Gadafi. Sienten que cada pisada de los rebeldes libios le revuelven los intestinos, cada escondrijo polvoriento que esculcan los hace temblar de honda tristeza, el hecho les recuerda al viejo amigo de Hugo Chávez: Sadam Hussein, el hombre que poco a poco fue forjando su leyenda y que gobernó con mano dura a los iraquíes durante 24 años. Fue descubierto en un agujero de ratas tan repugnantes como él; la búsqueda actual se asemeja a la realizada en aquella oportunidad. El tic tac del tiempo mueve sus agujas como escribiendo un resultado que se dará en cualquier momento, los desfachatados no tienen escapatoria en el mundo moderno, cuando el aire contemporáneo penetra los intersticios de esas comunidades de mentalidad de tribus en el desierto, estas corren hacía la libertad, dejando que sus huellas nómadas se ahoguen con la desaparición de su verdugo. Esas sociedades vejadas por sometimientos crueles, terminan logrando una vía de escape.
Que prosiga el régimen defendiendo a sus tiranos. Es cuestión de horas para que un nuevo aliado pase a engrosar la lista de los que se fueron directo al infierno.
Alexandercambero@hotmail.com
@alecambero
Sobre el olimpo reluciente del chavismo están aquellos que vienen del universo del socialismo. Mientras más atroces sean sus hechos, mayor será el nivel de veneración que recibirá de parte de los espíritus impertinentes bolivarianos; las flores no quedarán mustias al paso de las horas, tampoco escatiman con el incienso que impregna todo el ambiente. Son sus héroes despampanantes los que roban el corazón de revolucionarios de pacotilla, expertos en tomar los dineros del pueblo para disfrutárselos como cualquier yupi capitalista.
Ahora sufren por Gadafi. Sienten que cada pisada de los rebeldes libios le revuelven los intestinos, cada escondrijo polvoriento que esculcan los hace temblar de honda tristeza, el hecho les recuerda al viejo amigo de Hugo Chávez: Sadam Hussein, el hombre que poco a poco fue forjando su leyenda y que gobernó con mano dura a los iraquíes durante 24 años. Fue descubierto en un agujero de ratas tan repugnantes como él; la búsqueda actual se asemeja a la realizada en aquella oportunidad. El tic tac del tiempo mueve sus agujas como escribiendo un resultado que se dará en cualquier momento, los desfachatados no tienen escapatoria en el mundo moderno, cuando el aire contemporáneo penetra los intersticios de esas comunidades de mentalidad de tribus en el desierto, estas corren hacía la libertad, dejando que sus huellas nómadas se ahoguen con la desaparición de su verdugo. Esas sociedades vejadas por sometimientos crueles, terminan logrando una vía de escape.
Que prosiga el régimen defendiendo a sus tiranos. Es cuestión de horas para que un nuevo aliado pase a engrosar la lista de los que se fueron directo al infierno.
Alexandercambero@hotmail.com
@alecambero
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